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Cruz

Nuestra Señora de Pellevoisin

Nuestra Señora de Pellevoisin
Estatua de Nuestra Señora de la Misericordia, colocada en la «sala de las apariciones» del santuario mariano de Pellevoisin desde 1877. Fue en esta habitación de una casa del pueblo de Pellevoisin donde fue instalada Estelle Faguette, moribunda, a finales de 1875, por sus empleadores, cuando la familia de La Rochefoucauld-Montbel regresó a París para el invierno. Fue aquí donde fue (habría sido) gratificada con 15 apariciones marianas en 1876. Fue curada allí al término de las 5 primeras, en febrero. Esta curación fue reconocida como milagrosa por Monseñor Paul Vignancour, arzobispo de Bourges en 1983. La investigación canónica para el reconocimiento de las apariciones, abierta, aún no ha sido concluida, ni por tanto, cerrada. Original, Esves-37240, CC BY-SA 4.0 📄

Nuestra Señora de Pellevoisin se refiere a las apariciones de la Santísima Virgen María a Estelle Faguette en Pellevoisin, Francia, en 1876. Aunque las visiones son conocidas, la autoridad eclesiástica no ha emitido una declaración definitiva sobre su autenticidad, permaneciendo en silencio al respecto1. Estas apariciones se enmarcan en una rica tradición de devoción mariana en Francia, un país con una larga historia de veneración a la Madre de Dios2,3.

Tabla de contenido

Contexto de las Apariciones Marianas en Francia

Francia ha sido históricamente una tierra profundamente mariana, con una devoción a la Madre de Dios que se remonta a los primeros días de su evangelización2. Santuarios antiguos como Chartres continúan atrayendo a numerosos peregrinos2. A lo largo de los siglos, la Virgen María ha sido invocada bajo diversos títulos en Francia, como Nuestra Señora de la Misericordia, de Toda Ayuda, del Buen Socorro, de la Guarda, de la Piedad, de la Consolación, de la Luz, de la Paz, de la Alegría, de la Esperanza, de las Virtudes, de los Milagros o de las Victorias3.

Entre las apariciones marianas más conocidas en Francia se encuentran las de la Medalla Milagrosa en París en 1830 a Santa Catalina Labouré4, y las de Nuestra Señora de Lourdes en 1858 a Bernadette Soubirous5. En Lourdes, la Virgen María se manifestó a una niña inocente, haciendo un llamado urgente a la «Penitencia, penitencia, penitencia» y pidiendo oraciones por los pecadores6. El Papa Pío XII, en su encíclica Le Pèlerinage de Lourdes, destacó la invitación de la Virgen a Bernadette, extendiéndola a todos los cristianos del mundo para que acudan a María7. También se menciona Paray-le-Monial, un importante centro de peregrinación desde 1873, donde tuvieron lugar la mayoría de las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque8.

Las Visiones de Pellevoisin

Las visiones de Nuestra Señora de Pellevoisin datan de 1876 y están asociadas a Estelle Faguette1. A diferencia de Lourdes, donde el obispo diocesano declaró la creencia en la realidad de las apariciones en 18625, la autoridad eclesiástica ha mantenido silencio respecto a las de Pellevoisin1. Esta situación es importante en el contexto de las revelaciones privadas, ya que la aprobación de la Iglesia de una revelación privada no impone la obligación de creerla con fe católica, sino que solo declara que no contiene nada contrario a la fe o la moral y que puede leerse con provecho9. La creencia en tales revelaciones se basa en la fe humana, conforme a la prudencia9.

Importancia y Devoción Mariana

La devoción a la Virgen María es una parte integral de la fe católica. Francia, como «tierra mariana», ha sido un testimonio constante de esta devoción2. Las apariciones marianas, como las de Pellevoisin, incluso sin una aprobación formal, a menudo inspiran a los fieles a una mayor piedad y a la reflexión sobre los mensajes atribuidos a la Virgen. La Virgen María es vista como la Madre y Patrona de toda nación redimida por la sangre de Cristo2.

Los fieles acuden a María en momentos de peligro, angustia y duda, confiando en su intercesión7. La relación con María se entiende como una vía para conformarse, unirse y consagrarse más perfectamente a Jesucristo, ya que ella es la criatura más conforme a Él10.

Conclusión

Nuestra Señora de Pellevoisin representa un capítulo en la rica historia de las apariciones marianas en Francia. Aunque no ha recibido una aprobación eclesiástica formal, su historia se inscribe en la profunda y continua devoción del pueblo francés a la Santísima Virgen María. La Iglesia, al evaluar las revelaciones privadas, busca asegurar que no haya nada contrario a la fe o la moral, permitiendo a los fieles discernir y beneficiarse espiritualmente de estas experiencias según su prudencia9. La figura de María sigue siendo un faro de esperanza y un camino hacia Cristo para los creyentes en Francia y en todo el mundo7,11.

Citas

  1. Bourges, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Bourges. 2 3

  2. Papa Pío XII. Le Pèlerinage de Lourdes, § 5 (1957). 2 3 4 5

  3. Papa Pío XII. Le Pèlerinage de Lourdes, § 8 (1957). 2

  4. Medalla Milagrosa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Medalla Milagrosa.

  5. Nuestra Señora de Lourdes, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Nuestra Señora de Lourdes. 2

  6. Papa Pío XII. Le Pèlerinage de Lourdes, § 35 (1957).

  7. Papa Pío XII. Le Pèlerinage de Lourdes, § 61 (1957). 2 3

  8. Paray-Le-Monial, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Paray-Le-Monial.

  9. Revelaciones Privadas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Revelaciones Privadas. 2 3

  10. Romanus Cessario, OP. María en la Tradición Dominicana, § 14.

  11. Papa Pío XII. Le Pèlerinage de Lourdes, § 15 (1957).