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Cruz

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Alta Calidad mejorada por inteligencia artificial. Original, RufflesDeQueijo, CC BY-SA 4.0 📄

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es un título mariano asociado con un icono bizantino del siglo XIII, venerado por los católicos romanos. La imagen, que representa a la Theotokos (Madre de Dios) sosteniendo al Niño Jesús, mientras los Arcángeles Miguel y Gabriel le presentan los instrumentos de la Pasión, ha sido objeto de profunda devoción durante siglos. Después de un período de ocultamiento, el icono fue redescubierto en el siglo XIX y confiado a la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas) por el Papa Pío IX, con la misión de promover su veneración pública. Hoy en día, la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro está extendida por todo el mundo, con numerosas iglesias y diócesis dedicadas a ella, y los fieles acuden a ella como intercesora de la gracia.

Tabla de contenido

Orígenes e Historia del Icono

El icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es una pintura bizantina sobre madera, que se cree que data del siglo XIII1. Su estilo es característico de la iconografía oriental, con un fondo dorado que simboliza la gloria divina1. La imagen central muestra a la Madre de Dios (Theotokos), con el Niño Jesús en sus brazos1. A cada lado de la Virgen María, los Arcángeles Miguel y Gabriel se presentan ante el Niño Jesús, llevando los instrumentos de su futura Pasión1. Las inscripciones griegas abreviadas sobre las figuras identifican a la Madre de Dios, Jesucristo, el Arcángel Miguel y el Arcángel Gabriel1.

Este venerado icono llegó a Roma a finales del siglo XV, traído por un piadoso mercader. Antes de su muerte, el mercader dispuso en su testamento que la imagen fuera expuesta para la veneración pública en una iglesia1. Así, el icono fue colocado en la iglesia de San Mateo, en Via Merulana, situada entre las basílicas de Santa María la Mayor y San Juan de Letrán1. Durante casi trescientos años, la iglesia de San Mateo fue un centro de peregrinación, y muchos fieles recibieron gracias a través de la intercesión de la Santísima Virgen, lo que llevó a que el icono fuera popularmente conocido como la Madonna di San Matteo1.

La iglesia de San Mateo estuvo a cargo de los Ermitaños de San Agustín hasta que fue destruida durante la invasión francesa de Roma en 18121. Tras este evento, el icono desapareció y permaneció oculto y olvidado durante más de cuarenta años1.

Redescubrimiento y Difusión de la Devoción

Entre 1863 y 1865, una serie de circunstancias providenciales llevaron al redescubrimiento del icono en un oratorio de los Padres Agustinos en Santa María in Posterula1. El Papa Pío IX, quien de niño había orado ante la imagen en San Mateo, se interesó por el hallazgo1. En una carta fechada el 11 de diciembre de 1865, ordenó que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera nuevamente venerada públicamente en Via Merulana, esta vez en la nueva iglesia de San Alfonso, propiedad de la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas), cuyas ruinas de San Mateo se encontraban en los terrenos de su convento1.

El Papa Pío IX mostró un gran favor hacia el icono, aprobando su solemne traslado el 26 de abril de 1866 y su coronación por el Capítulo Vaticano el 23 de junio de 18671. También fijó la fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro como duplex secundae classis el domingo anterior a la Natividad de San Juan Bautista y, en mayo de 1876, aprobó un oficio y una Misa especiales para la Congregación del Santísimo Redentor, un favor que posteriormente se extendió a otras congregaciones1.

Al observar la creciente devoción a Nuestra Señora bajo este título, Pío IX elevó una cofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso, establecida en Roma, al rango de archicofradía, enriqueciéndola con numerosos privilegios e indulgencias1. El propio Papa fue uno de los primeros en visitar el icono en su nuevo hogar y su nombre fue el primero en el registro de la archicofradía1.

La Congregación del Santísimo Redentor, conocida como los Redentoristas, ha sido fundamental en la difusión de la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro1. Desde la iglesia de San Alfonso en Roma, se han enviado más de dos mil trescientos facsímiles del icono a todas partes del mundo1. Hoy en día, no solo altares, sino también iglesias y diócesis están dedicadas a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, a menudo traducido como Nuestra Señora del Perpetuo Ayuda en algunos lugares, como en los Estados Unidos1.

Significado Teológico y Espiritual

La veneración de iconos en la Iglesia Católica, tanto en Oriente como en Occidente, se basa en la comprensión de que el honor rendido a la imagen se dirige a la persona representada, el «prototipo»2. El icono eleva la mente del fiel de la imagen a la persona que se contempla en oración2. El Séptimo Concilio Ecuménico de Nicea II (787 d.C.) condenó la iconoclasia y afirmó la veneración de los iconos de Jesucristo, la Santísima Madre de Dios, los ángeles y los santos2. El Concilio distinguió claramente entre la adoración (latreia), que se debe exclusivamente a Dios, y la veneración (proskynesis), que se ofrece a los iconos, el Libro de los Evangelios, la cruz y las reliquias de los santos2.

El icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es un ejemplo de la rica tradición de la iconografía mariana, que es la categoría más numerosa y amada de la iconografía oriental3. En este icono, la Virgen María es representada con un velo rojo que cubre su cabeza y hombros, simbolizando la gracia divina que Dios le otorgó plenamente, y una túnica azul, símbolo de su humanidad3,4. Las tres estrellas doradas en su frente y hombros simbolizan su virginidad perpetua: «virgen antes del parto, virgen en el parto y virgen después del parto»4.

La imagen del Niño Jesús contemplando su futura Pasión, con los ángeles presentando los instrumentos de su sufrimiento, enfatiza la co-sufrimiento de la Madre de Dios en la Pasión de su Hijo5. Esta representación subraya el papel de María como Theotokos, la que dio a luz a Dios, y su participación única en la obra de la redención3,6.

La devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro también resalta la maternidad espiritual de María hacia todos los fieles. Como señala el Papa Francisco, la Santísima Madre de Dios siempre nos mira con sus ojos de misericordia, mostrándonos el camino y acompañándonos en nuestro testimonio de amor7. Los fieles acuden a ella para pedir una bendición, reconociéndola como mediadora de la gracia que fluye siempre y solo a través de Jesucristo, por la acción del Espíritu Santo8.

Los Papas han reiterado la importancia de esta devoción, destacando a María como modelo de fe, amor y unión perfecta con Cristo, especialmente para aquellos que viven la vida consagrada9. Su «sí» en la Anunciación es un punto de partida para un camino de toda la vida en compañía del Señor, un ejemplo de respuesta generosa a los planes de Dios9. Los santuarios marianos, ya sean humildes capillas o espléndidas basílicas, han sido lugares donde los fieles han acudido a lo largo de los siglos para saludar a la Virgen con títulos que expresan esperanza y gratitud10.

Conclusión

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es más que un icono; es un llamado a la conversión y una invitación a la transfiguración en la imagen de Cristo11. La contemplación de esta imagen sagrada no es meramente una cuestión estética, sino un evento espiritual que introduce a los fieles en la presencia de los prototipos que representa11. La devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro sigue siendo una fuente de consuelo, ayuda y guía para millones de católicos en todo el mundo, quienes encuentran en María una Madre, Protectora, Patrona y Ayuda constante en sus necesidades temporales y espirituales12,13,14.

Citas

  1. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

  2. Parte dos - La oración de la iglesia - III. El tiempo y el espacio de la oración de la iglesia - B. El edificio de la iglesia—el lugar de la oración de la comunidad - 1. Iconos - A. La veneración de los iconos sagrados, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 591 (2016). 2 3 4

  3. Icono, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, § Icono (2015). 2 3

  4. Parte dos - La oración de la iglesia - III. El tiempo y el espacio de la oración de la iglesia - B. El edificio de la iglesia—el lugar de la oración de la comunidad - 1. Iconos - B. El papel de los iconos en la oración, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 594 (2016). 2

  5. Parte uno - La fe de la iglesia - III. Creemos en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra, y en nuestro Salvador Jesucristo, y en el Espíritu Santo, el Señor, dador de vida - C. La iglesia—un icono de la Santísima Trinidad - 4. La iglesia—una nueva creación - A. Devoción a la Santísima Madre de Dios, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 312 (2016).

  6. Papa Juan Pablo II. Mensaje con motivo del primer centenario de la erección de la estatua de la Madre del Señor en el Monte Rocciamelone - Discurso (1999).

  7. Papa Francisco. Misericordia et misera, § 22 (2016).

  8. Papa Francisco. Celebración de Vísperas con ocasión del aniversario de la Dedicación de la Basílica Papal de Santa María la Mayor y la Solemnidad de Nuestra Señora de las Nieves (2024).

  9. Papa Juan Pablo II. Encuentro con las religiosas en el Santuario Nacional de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Baclaran (17 de febrero de 1981) - Discurso, § 6 (1981). 2

  10. Papa Pío XII. Le Pèlerinage de Lourdes, § 7 (1957).

  11. B4. Los iconos en la teología y en la liturgia, Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice. Iconografía y Liturgia, § 4 (2005). 2

  12. Papa Juan Pablo II. Mensaje al Ministro General de los Frailes Menores Conventuales (17 de marzo de 2003) - Discurso, § 7 (2003).

  13. Papa Juan Pablo II. Mensaje al Ministro General de los Frailes Menores Conventuales (22 de febrero de 2003), § 7 (2003).

  14. Papa Juan Pablo II. 16 de junio de 1999: Viaje Apostólico a Polonia, Wadowice - Homilía (1999).