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Ocultación de reliquias

La ocultación de reliquias es una práctica histórica en la Iglesia Católica que implica la acción de esconder o resguardar objetos sagrados asociados con santos y figuras veneradas. Esta práctica, motivada por diversas razones como la persecución, la guerra, la protección contra el robo o la profanación, y la preservación de su autenticidad, ha sido una constante a lo largo de la historia de la Iglesia. A través de este artículo, exploraremos los motivos, los métodos y la importancia teológica de la ocultación de reliquias, así como las normativas eclesiásticas que rigen su custodia y veneración.

Tabla de contenido

Razones para la Ocultación de Reliquias

La ocultación de reliquias ha sido una medida necesaria en diferentes momentos históricos, impulsada por una serie de factores que amenazaban la seguridad o la integridad de estos objetos sagrados.

Persecución y Conflicto Bélico

Durante períodos de persecución religiosa o conflictos armados, las comunidades católicas a menudo se vieron obligadas a ocultar sus reliquias para protegerlas de la destrucción o profanación. Un ejemplo notable se observa en España y África durante la dominación arriana, donde los católicos ocultaron reliquias en cuevas para salvaguardarlas de obispos exiliados, iglesias destruidas y cementerios profanados1. Esta práctica era esencial para mantener viva la memoria de estos lugares sagrados1. De manera similar, en el siglo XX, la persecución religiosa en España, especialmente a partir de 1936, llevó a la destrucción de un vasto patrimonio artístico y religioso, lo que sin duda habría motivado la ocultación de reliquias para su protección2.

Otro caso significativo es el de la Abadía de Monte Cassino durante la Segunda Guerra Mundial, donde las reliquias de San Benito fueron resguardadas en una cripta sagrada, siendo prácticamente lo único que sobrevivió a la devastación de la guerra3. Esto subraya la importancia de la ocultación como un medio para preservar la herencia espiritual de la Iglesia en tiempos de calamidad.

Protección contra el Robo y la Profanación

Más allá de la persecución a gran escala, la ocultación también ha servido como una defensa contra el robo y la profanación por parte de individuos o grupos malintencionados. La Iglesia ha reconocido la necesidad de proteger las reliquias de aquellos que podrían explotarlas para fines ilícitos, como la venta o la exhibición indiscriminada4.

Preservación de la Autenticidad y Evitar Abusos

La Iglesia Católica también ha implementado medidas para asegurar la autenticidad de las reliquias y evitar abusos. La «Instrucción sobre las Reliquias en la Iglesia: Autenticidad y Preservación» del Dicasterio para las Causas de los Santos subraya la necesidad de una vigilancia especial para garantizar la preservación y veneración de las reliquias, evitando la superstición y el comercio ilícito5.

En épocas anteriores, se prohibía la exhibición o venta de reliquias antiguas fuera de un relicario sellado, y las reliquias recién descubiertas no podían ser veneradas públicamente sin la aprobación del Romano Pontífice4. Esta normativa buscaba prevenir fraudes y mantener la reverencia debida a estos objetos sagrados4.

Métodos y Lugares de Ocultación

La ocultación de reliquias ha adoptado diversas formas y ha tenido lugar en una variedad de ubicaciones, dependiendo de las circunstancias y la época.

Relicarios y Urnas Selladas

Las reliquias, especialmente las consideradas «significativas» (como partes notables del cuerpo de los beatos y santos o sus cenizas), se conservan tradicionalmente en urnas debidamente selladas y en lugares que garanticen su seguridad, respeten su carácter sagrado y fomenten su culto5. Incluso los fragmentos pequeños o los objetos que han estado en contacto directo con los santos deben ser preservados en cajas selladas si es posible5.

Los relicarios, que son los estuches o contenedores para las reliquias, han variado en tamaño, material y ornamentación a lo largo de la historia6. En tiempos más modernos, estos relicarios se aseguran invariablemente con un sello y su contenido se indica en un acto episcopal formal de autenticación, sin el cual no es lícito exponer las reliquias para la veneración pública6.

Criptas y Lugares Sagrados

Las criptas han sido lugares comunes para la ocultación de reliquias, como se evidenció en Monte Cassino3. Además, la costumbre de incluir reliquias de santos bajo el altar de una iglesia que va a ser dedicada es una práctica litúrgica que simboliza la comunión de la Iglesia con el sacrificio de Cristo7. En este contexto, las reliquias se colocan en un sepulcro dentro del altar, que luego es sellado con mortero8. Se suele guardar un pergamino con la fecha de la dedicación, el nombre del obispo celebrante, el título de la iglesia y los nombres de los mártires o santos cuyas reliquias se encuentran allí8.

Lugares Imprevistos y «Hiding-places»

En situaciones de extrema necesidad, las reliquias han sido ocultadas en lugares menos convencionales. Se ha documentado el uso de «estatuas relicario» en Inglaterra, donde se hacían compartimentos huecos dentro de las figuras para guardar reliquias6. Sir Thomas More describió un caso en el que se descubrió inesperadamente un lugar de ocultación de reliquias en la Abadía de Barking6. Durante la persecución arriana en España, los católicos llegaron a ocultar reliquias en cuevas1.

Normativas Eclesiásticas sobre la Custodia de Reliquias

La Iglesia Católica ha establecido una serie de normativas para la custodia, exhibición y veneración de las reliquias, con el fin de asegurar su respeto y evitar abusos.

Autenticidad y Aprobación Eclesiástica

Las reliquias no pueden ser expuestas para la veneración de los fieles sin un certificado adecuado de la autoridad eclesiástica que garantice su autenticidad5. Las reliquias dudosas deben ser retiradas discretamente7. Las reliquias recién encontradas no deben ser veneradas públicamente sin la aprobación del Romano Pontífice4.

Custodia y Conservación

Las reliquias deben ser conservadas con especial cuidado y vigilancia por los obispos diocesanos y la Congregación para las Causas de los Santos5. Esto incluye mantenerlas en urnas selladas y en lugares seguros que respeten su carácter sagrado5.

Documentos históricos como las Constitutiones Lateranenses de Gregorio I detallan estrictas normas para la custodia de las reliquias y otros bienes sagrados de la Iglesia de Letrán. Estas normas establecían que las reliquias solo podían mostrarse en tiempos específicos y con el consentimiento del vicario y el capítulo, o a un cardenal, prelado o miembro de la realeza9. Además, nadie podía conceder reliquias sin la licencia del Papa o del cardenal archipresbítero de Letrán9. La violación de estas normas conllevaba la excomunión9.

Otros documentos importantes, como los estatutos, privilegios e inventarios de la Iglesia y el capítulo, debían guardarse bajo tres cerraduras y llaves distintas, custodiadas por el vicario, el camarero y el canónigo más antiguo, para asegurar que no pudieran ser abiertas o selladas sin la presencia de todos10. Se debía realizar un inventario anual de todos los bienes existentes en la sacristía11.

Prohibición de Venta y Dispersión

Está completamente prohibido vender reliquias sagradas12. Además, se debe evitar la dispersión indebida de reliquias en pequeños fragmentos, ya que esto no es coherente con el debido respeto al cuerpo humano7. Las normas litúrgicas estipulan que las reliquias deben tener un tamaño suficiente para que quede claro que son partes del cuerpo humano7.

Veneration y Prudencia Pastoral

La Iglesia aprueba la veneración de reliquias que, con razonable probabilidad, se cree que son genuinas y que cuentan con las debidas sanciones eclesiásticas13. Sin embargo, se advierte a los fieles que resistan la tentación de formar colecciones de reliquias, una práctica que en el pasado ha tenido consecuencias deplorables7. La Iglesia ejerce la mayor prudencia en este asunto y no permite que las tradiciones piadosas se narren en libros sin la máxima cautela14.

Conclusión

La ocultación de reliquias es una faceta significativa de la historia y la práctica de la Iglesia Católica, reflejando tanto la profunda veneración por los santos como la necesidad pragmática de proteger objetos de valor espiritual incalculable. Desde los tiempos de persecución hasta los conflictos modernos, la Iglesia ha buscado salvaguardar estas reliquias mediante diversos métodos de ocultación y estrictas normativas de custodia. Estas prácticas no solo aseguran la preservación física de las reliquias, sino que también garantizan su autenticidad y promueven una veneración piadosa, libre de supersticiones y abusos, manteniendo así su papel como instrumentos de santidad y memoria viva de la fe.

Citas

  1. B4, John Henry Newman. Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, § 288. 2 3

  2. Dicasterio para las Causas de los Santos. Valentín Palencia Marquina y Compañeros: Biografía, §Biografía (2016).

  3. Papa Pío XII. Fulgens Radiatur, § 31 (1947). 2

  4. La Trinidad, los sacramentos, la misión canónica, etc. - Cap. 62. Las reliquias de los santos, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 818 (1854). 2 3 4

  5. Introducción, Dicasterio para las Causas de los Santos. Instrucción «Las Reliquias en la Iglesia: Autenticidad y Conservación», § Introducción (2017). 2 3 4 5 6

  6. Relicarios, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Relicarios. 2 3 4

  7. Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo sexto: La veneración de los santos y beatos - Culto debido a los santos y a los beatos - Las reliquias de los santos, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la piedad popular y la liturgia: Principios y orientaciones, § 237 (2001). 2 3 4 5

  8. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 88. 2

  9. rubrica de reliquiis, sacris rebus, et aliis mobilibus lateranensis ecclesiae, et earum custodia. Papa Gregorio I. Constitutiones Lateranenses (Papa Gregorio I), § II.17. 2 3

  10. rubrica de reliquiis, sacris rebus, et aliis mobilibus lateranensis ecclesiae, et earum custodia. Papa Gregorio I. Constitutiones Lateranenses (Papa Gregorio I), § II.18.

  11. rubrica de reliquiis, sacris rebus, et aliis mobilibus lateranensis ecclesiae, et earum custodia. Papa Gregorio I. Constitutiones Lateranenses (Papa Gregorio I), § II.20.

  12. Directrices para la desconsagración y la gestión eclesial de una antigua iglesia - 2. La esfera del derecho canónico, Pontificio Consejo de la Cultura. Directrices para la desconsagración y la gestión eclesial de una antigua iglesia, § 13 (2018).

  13. Reliquias, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Reliquias.

  14. Remedios - VI - Comités diocesanos de vigilancia, Papa Pío X. Pascendi Dominici Gregis, § 55 (1907).