Ofertorio
El Ofertorio es un rito litúrgico fundamental en la Misa Católica, que marca la transición de la Liturgia de la Palabra a la Liturgia Eucarística. Durante este momento, se presentan a Dios el pan y el vino, que serán consagrados para convertirse en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Más allá de la simple preparación de los elementos, el Ofertorio simboliza la ofrenda espiritual de la Iglesia y de cada fiel, uniendo sus vidas, trabajos y sufrimientos al sacrificio de Cristo. También incluye la recolección de donativos para los necesitados y para el sostenimiento de la Iglesia, reflejando el mandamiento del amor y la caridad.
Tabla de contenido
Historia y Desarrollo del Ofertorio
La práctica de presentar las ofrendas a Dios es una tradición antigua en la liturgia cristiana, cuyo propósito es santificar la materia del sacrificio antes de la consagración1. En los primeros tiempos, la evidencia sugiere que el pan y el vino simplemente se llevaban al presidente de los hermanos cuando eran necesarios, antes de la oración de Consagración1. San Justino Mártir menciona que «entonces se trae pan y una copa de agua y vino al presidente de los hermanos»1.
Con el tiempo, la colocación de las ofrendas en el altar comenzó a ir acompañada de oraciones pidiendo a Dios que aceptara estos dones, los santificara, los transformara en el Cuerpo y la Sangre de su Hijo, y concediera la gracia de la Comunión1. La Liturgia de las «Constituciones Apostólicas» (siglo VIII) describe cómo los diáconos llevan las ofrendas al obispo en el altar, acompañadas de una oración silenciosa que constituye una oración de Ofertorio1.
En las liturgias orientales y la antigua liturgia galicana, la preparación de los dones (conocida como proskomide en el rito bizantino) se realizaba antes del inicio de la Liturgia de los Fieles. Esta ceremonia, elaborada con oraciones y la disposición del pan y el vino en la mesa de la credencia, dejaba poco espacio para otro ofertorio en un momento posterior de la liturgia1. Sin embargo, en el rito romano, se mantuvo la costumbre más antigua de un solo Ofertorio, preparando los dones al comienzo de la Misa de los Fieles1.
Originalmente, en Roma, la gente traía pan y vino, que eran recibidos por los diáconos y colocados en el altar1. Las únicas oraciones de Ofertorio romanas eran las secretas, dichas en silencio por el celebrante mientras el pueblo cantaba un salmo1. Durante la Edad Media, con la desaparición de la presentación pública de los dones por parte del pueblo, se introdujeron las oraciones de Ofertorio actuales, que no formaban parte del antiguo rito romano y al principio no estaban escritas en los misales1.
El Significado Teológico del Ofertorio
El Ofertorio es mucho más que un simple acto preparatorio; es un momento de profunda significación espiritual y teológica que prepara a los fieles para el sacrificio eucarístico2.
Ofrenda de la Creación y del Trabajo Humano
El pan y el vino que se presentan en el altar son «fruto de la tierra y del trabajo del hombre»3. Estos elementos sencillos son signos del amor de Dios y representan en microcosmos los dones de la creación que Dios ha entregado a la humanidad4. Al ofrecerlos, la Iglesia reconoce la providencia divina y la colaboración humana en la transformación de la creación4.
La presentación de estas ofrendas en el altar retoma el gesto de Melquisedec, el sacerdote-rey que ofreció pan y vino, y «entrega los dones del Creador en las manos de Cristo, quien, en su sacrificio, lleva a la perfección todos los intentos humanos de ofrecer sacrificios»5,6,4.
Ofrenda Espiritual de los Fieles
El Ofertorio simboliza la donación humana y la ofrenda personal e íntima de cada individuo2. Los fieles unen sus vidas, sus alabanzas, sus sufrimientos, sus oraciones y sus trabajos con los de Cristo y con su ofrenda total, adquiriendo así un nuevo valor3. En los símbolos del pan y el vino, los fieles ponen su ofrenda en manos del sacerdote, quien los coloca en el altar, el cual es Cristo mismo3.
Esta ofrenda personal debe surgir de lo más profundo del corazón y de la existencia de cada uno2. El Señor pide poco de nosotros —buena voluntad en nuestra vida ordinaria, un corazón abierto, el deseo de ser mejores— y a cambio nos da mucho3.
Preparación para el Sacrificio Eucarístico
El Ofertorio nos prepara para el sacrificio y la transustanciación, para ser «participantes» de ese Sacrificio único que Jesús realizó y que nos dejó para siempre2. Las oraciones sobre las ofrendas piden a Dios que acepte los dones presentados por la Iglesia, invocando el fruto del «extraordinario intercambio entre nuestra pobreza y su riqueza»3. En el pan y el vino, ofrecemos nuestra vida para que sea transformada por el Espíritu Santo en el Sacrificio de Cristo y se convierta con Él en una única ofrenda espiritual agradable al Padre3.
Ritos y Elementos del Ofertorio
La Liturgia de la Eucaristía comienza con la preparación de los dones7.
Preparación del Altar
Al inicio de la Liturgia Eucarística, el altar, que es el centro de toda la Liturgia de la Eucaristía, es preparado8. Se coloca sobre él el corporal, el purificador, el Misal y el cáliz (a menos que el cáliz se prepare en la mesa de la credencia)8.
Presentación del Pan y el Vino
Es loable que el pan y el vino sean presentados por los fieles8,3,9. Aunque hoy en día los fieles ya no traen de sus propias posesiones el pan y el vino destinados a la liturgia como en el pasado, el rito de llevar las ofrendas conserva su fuerza y su significado espiritual8,3. Estos dones son aceptados por el sacerdote o el diácono y llevados al altar8.
El sacerdote ofrece el pan con la oración «Accipe, Sancte Pater» y el cáliz con vino y agua con la oración «Offerimus tibi Domine»10. La adición de agua al vino simboliza la unión de la humanidad con la divinidad en Cristo10.
Recolección de Otros Dones
Desde los primeros tiempos, los cristianos han traído, junto con el pan y el vino para la Eucaristía, dones para compartir con los necesitados5,11. Esta costumbre de la colecta, siempre apropiada, se inspira en el ejemplo de Cristo, que se hizo pobre para enriquecernos5. Los que tienen medios y están dispuestos, dan según su elección, y lo que se recoge se entrega a quien preside para ayudar a huérfanos, viudas, enfermos, prisioneros, inmigrantes y, en general, a todos los que lo necesitan5.
Es apropiado que la participación de los fieles se exprese mediante una ofrenda, ya sea de pan y vino para la Eucaristía o de otros dones para las necesidades de la Iglesia y de los pobres9. Sin embargo, el dinero y otras contribuciones para los pobres deben colocarse en un lugar adecuado, apartado de la mesa eucarística, para preservar la dignidad de la Sagrada Liturgia8,12,7. Preferiblemente, estas ofrendas externas deben hacerse fuera de la celebración de la Misa12.
Incensación
Después de la ofrenda del pan y el vino, los dones, el altar, el celebrante, los ministros y el pueblo son incensados10. La incensación de las ofrendas es un prefiguración del descenso del Espíritu Santo sobre ellas y una oración de adoración que se eleva en Cristo al Padre3,7. El incienso, al ser consumido por el fuego, libera un humo perfumado que sube, manifestando visiblemente el vínculo de ofrenda que une estas realidades al Sacrificio de Cristo3.
Lavatorio de Manos (Lavabo)
El celebrante se lava las manos diciendo el «Lavabo»10. Este rito simboliza el deseo de purificación interior del sacerdote antes de continuar con la parte central del sacrificio eucarístico.
Oración sobre las Ofrendas
Después de otra oración de Ofertorio («Suscipe sancta Trinitas») y una alocución al pueblo («Orate fratres»), el celebrante dice las oraciones secretas, que corresponden a las colectas10. Estas oraciones concluyen la preparación de los dones y nos preparan para la Plegaria Eucarística3.
El Canto del Ofertorio
La procesión que lleva los dones está acompañada por el canto del Ofertorio, que continúa al menos hasta que los dones han sido colocados en el altar13. El canto puede acompañar siempre el rito del Ofertorio, incluso cuando no hay procesión con los dones13.
El Ofertorio en la Tradición Bizantina
En la Liturgia Bizantina, la preparación de los dones se realiza en una ceremonia llamada Proskomide (o Prothesis) antes del inicio de la Liturgia Divina1,14. La acción principal de la Proskomide es la preparación del pan y el vino, que son los elementos utilizados por Cristo en la Última Cena14. El pan y el vino son considerados dones de Dios y el resultado del trabajo humano14. En esta tradición, el pan simboliza lo indispensable para la vida, y el vino, la festividad y el gozo del alma ante Dios14. Al ofrecer el pan y el vino, se presenta la vida propia a Cristo14.
Conclusión
El Ofertorio es un momento crucial en la Misa, que va más allá de la mera preparación material para la Eucaristía. Es una expresión de la fe de la Iglesia, de la participación activa de los fieles en el sacrificio de Cristo, y de su compromiso con la caridad. Al ofrecer el pan, el vino y nuestros propios dones, nos unimos íntimamente a la ofrenda de Jesús al Padre, transformando nuestras vidas en un sacrificio espiritual agradable a Dios.
Citas
Ofertorio, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Ofertorio. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
Papa Juan Pablo II. 21 de julio de 1991: Celebración Eucarística para el personal de las Villas Pontificias de Castel Gandolfo - Homilía (1991). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Liturgia de la Eucaristía, Papa Francisco. Audiencia General del 28 de febrero de 2018 (2018). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
Parte segunda: Las partes de la Misa como guía al tema del congreso - V. La Liturgia de la Eucaristía: Comunión con Cristo en la Eucaristía - V.B. La preparación de las ofrendas: Signos de amor, acción de gracias y comunión, El Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales. La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros, § 79 (2012). ↩ ↩2 ↩3
Sección segunda: Los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2.2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
IV. La celebración litúrgica de la Eucaristía, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1350 (1992). ↩
Capítulo IV: La Liturgia de la Eucaristía - La presentación de las ofrendas, Sínodo de los Obispos. La Eucaristía: Fuente y cumbre de la vida y misión de la Iglesia, § 34 (2004). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo II: La estructura de la Misa, sus elementos y sus partes - III. Las partes individuales de la Misa - C. La Liturgia de la Eucaristía - La preparación de las ofrendas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 73 (2003). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Capítulo IV: Las diversas formas de celebrar la Misa - I. Misa con pueblo - A. Misa sin diácono - La Liturgia de la Eucaristía, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 140 (2003). ↩ ↩2
Liturgia de la Misa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Liturgia de la Misa. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Colectas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Colectas. ↩
Capítulo III: La celebración propia de la Misa - 3. Las otras partes de la Misa, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Redemptionis Sacramentum, § 70 (2004). ↩ ↩2
Capítulo II: La estructura de la Misa, sus elementos y sus partes - III. Las partes individuales de la Misa - C. La Liturgia de la Eucaristía - La preparación de las ofrendas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 74 (2003). ↩ ↩2
Parte segunda - La oración de la Iglesia - II. La oración de la comunidad eclesial - A. La Divina Liturgia – fundamento y cima de la vida de la comunidad cristiana - 1. Preparación para la Divina Liturgia - A. La proscomidia (prótesis), Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 349 (2016). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5