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Orden de Clérigos de San Viator

La Orden de Clérigos de San Viator, también conocida como clérigos viatorianos o viatorenses, es una congregación religiosa católica fundada en el siglo XIX en Francia, dedicada principalmente a la educación cristiana y al ministerio parroquial. Inspirada en la figura de San Viator, un lector y catequista del siglo IV, la orden surgió como respuesta a las necesidades pastorales tras la Revolución Francesa. Compuesta por sacerdotes y hermanos que profesan votos solemnes, se centra en la enseñanza de la doctrina cristiana, la administración de los sacramentos y la formación integral de los jóvenes. A lo largo de su historia, ha expandido su presencia a Europa, América del Norte y del Sur, y otros continentes, manteniendo un enfoque en la educación católica de calidad y el servicio a las comunidades locales.

Tabla de contenido

Historia

Fundación

La Orden de Clérigos de San Viator fue establecida en 1835 por el sacerdote francés Louis-Joseph Querbes, párroco de la pequeña localidad de Vourles, en la arquidiócesis de Lyon. En el contexto postrevolucionario, marcado por el Reinado del Terror que había devastado la vida religiosa y educativa en Francia, Querbes identificó la urgente necesidad de formar maestros cristianos capaces de restaurar la fe en las parroquias rurales y urbanas. Desde 1829, había iniciado una escuela para capacitar a laicos en la enseñanza, iniciativa que recibió el respaldo del Consejo Real de Instrucción Pública.

En 1835, este grupo de educadores se transformó en una comunidad religiosa integrada por sacerdotes y hermanos, unidos por los votos de pobreza, castidad y obediencia. La arquidiócesis de Lyon aprobó rápidamente esta nueva fundación, y con la ayuda de los jesuitas romanos, Querbes obtuvo la aprobación papal de sus estatutos por parte del papa Gregorio XVI en 1838. El carisma fundador se inspiraba en el modelo ignaciano de un apostolado ardiente, centrado en el corazón de Cristo y adaptado a las demandas del tiempo: la catequesis y el servicio litúrgico como ejes principales.

Querbes, que dirigió la congregación hasta su muerte en 1859, enfatizó la igualdad entre sacerdotes y hermanos en la vida comunitaria, promoviendo una formación rigurosa en las ciencias sagradas y profanas. Su visión era formar «catequistas parroquiales» que unieran la vida religiosa con el ministerio activo, diferenciándose de las órdenes monásticas más contemplativas.

Expansión en el siglo XIX

Bajo el liderazgo de Querbes, la orden experimentó un crecimiento notable. Antes de 1859, se habían establecido tres provincias en Francia y una en Canadá, respondiendo a invitaciones de obispos locales. En Francia, los viatorianos gestionaban numerosas escuelas parroquiales, colegios internos como los de Cambon (Rodez), San Miguel (París) y San Angeau, así como instituciones especializadas: un colegio para sordomudos en Rodez, escuelas agrícolas en Blancotte y Notre-Dame de Treize-Pierres, y una casa editorial en Fontaines-sur-Saône.

Esta editorial publicaba textos educativos clásicos y revistas como L’École et la Famille y L’Ange Gardien, que promovían la colaboración entre familia, iglesia y escuela para una educación integral. La congregación también se extendió a Canadá en 1847, a petición del obispo de Montreal, Ignace Bourget, quien solicitó maestros para el recién fundado colegio de Joliette. Allí, el padre Louis Champagneur abrió un noviciato en 1848, dando origen a una provincia canadiense que floreció rápidamente. Surgieron instituciones como el Colegio Bourget en Rigaud, escuelas para sordomudos y San Luis en Montreal, y varios colegios comerciales en Quebec.

En Estados Unidos, la presencia viatoriana data de 1865, con escuelas parroquiales en Bourbonnais (Illinois), Kankakee, San Jorge, Aurora y Chicago. También se establecieron en Cohoes (Nueva York), Ogdensburg y Baker City (Oregón). Inicialmente enfocados en educación primaria, gradualmente se orientaron hacia la secundaria y la universidad, asumiendo además el cuidado de parroquias como la de la Maternidad en Bourbonnais y San Viator en Chicago.

Siglo XX y actualidad

El siglo XX trajo desafíos significativos, especialmente en Francia, donde las leyes anticlericales de la Tercera República suprimieron muchas casas importantes. Hacia 1900, solo unos doscientos miembros permanecían en escuelas libres (écoles libres). Los exiliados se dirigieron a España y Bélgica, donde el superior general residió temporalmente. En Canadá, la provincia creció hasta contar con trescientos sacerdotes y hermanos, gestionando seminarios como el de Joliette, considerado uno de los mejor equipados de la región.

En Estados Unidos, la congregación se independizó de la provincia canadiense en 1882, con un noviciato en Bourbonnais que se trasladó a Chicago en 1888. Bajo superiores como el padre C. Fournier y J.A. Charlebois, se expandió a Dakota del Sur (Columbus College en Chamberlain, 1910) y Oregón. Los viatorianos asumieron parroquias en Illinois, Nueva York y el Medio Oeste, aunque en muchas escuelas primarias fueron reemplazados por hermanas religiosas.

Hoy, la orden cuenta con alrededor de 400 miembros en todo el mundo, distribuidos en provincias en Canadá, Estados Unidos, América Latina (Perú, Brasil) y Europa. En el siglo XXI, se adapta a los retos educativos contemporáneos, enfatizando la formación en valores cristianos en un mundo secularizado. El papa Juan Pablo II, en un discurso de 1988 al Capítulo General, confirmó su vocación, destacando el legado de Querbes como un «apóstol de corazón ardiente» inspirado en San Ignacio.

San Viator, el patrón

El patrono de la orden es San Viator, un santo del siglo IV venerado en el Martirologio Romano el 21 de octubre. Viator fue lector en la catedral de Lyon, bajo el obispo San Justo. Como lector, su rol incluía leer y explicar las Escrituras al pueblo y catequizar a los niños, funciones que ejerció con gran zeal y habilidad, ganándose el aprecio de su comunidad.

Hagiografías lo describen como un «joven santísimo» amado por sus virtudes. Tras el Concilio de Aquileia (381), acompañó a San Justo en su exilio voluntario a las soledades de Tebas, donde ambos murieron en un monasterio de Scete en 389, en olor de santidad. La elección de Viator como patrón refleja el carisma de la orden: santificarse en la enseñanza y la catequesis, uniendo la vida clerical con el apostolado educativo.

Estructura y vida comunitaria

Como congregación de clérigos regulares, los viatorianos pertenecen a la rama clerical del estado religioso, distinguiéndose de los monjes por su dedicación primaria al ministerio activo: predicación, sacramentos, educación y obras de misericordia.1 Profesan votos solemnes y viven en comunidad según una regla aprobada por la Santa Sede, que equilibra la vida religiosa con el ejercicio sacerdotal.

La estructura incluye superiores provinciales y un superior general, con noviciados para formación inicial. La vida diaria incorpora media hora de meditación sobre la vida de Cristo, lectura de las Escrituras, el Catecismo del Concilio de Trento y La imitación de Cristo, misa y comunión diaria, visitas al Santísimo y oración comunitaria. Cada miembro debe preparar un curso completo de instrucción religiosa, enfatizando la enseñanza por palabra y ejemplo.

Los hermanos no ordenados participan en la educación y administración, mientras los sacerdotes atienden parroquias y capellanías. La regla promueve el estudio personal y la austeridad moderada, adaptada a sus ocupaciones, y fomenta la publicación de materiales educativos, desde textos elementales hasta apologética y matemáticas avanzadas.

Misión y actividades

La misión esencial de la orden, tal como la definió Querbes, es «la enseñanza de la doctrina cristiana y el servicio de los santos altares». Esto se traduce en un apostolado educativo integral, donde la fe se integra en todas las disciplinas. Históricamente, han dirigido colegios, seminarios y escuelas técnicas, priorizando la formación moral y espiritual de los jóvenes.

En la actualidad, los viatorianos se involucran en educación secundaria y superior, parroquias urbanas y rurales, y misiones en países en desarrollo. Su enfoque ignaciano busca discernir los signos de los tiempos, respondiendo a necesidades como la evangelización digital o la atención a migrantes. Publican recursos pedagógicos que fomentan la colaboración entre educadores, padres y pastores, siempre al servicio del Reino de Dios.

Presencia actual

La orden mantiene una presencia global diversa. En Canadá, la provincia de Joliette supervisa seminarios y escuelas en Quebec. En Estados Unidos, la provincia de Chicago administra universidades como la Universidad de San Viator (cerrada en 2000, pero su legado persiste) y parroquias en Illinois y Dakota del Sur. En América Latina, operan en Perú (desde 1960) y Brasil, con énfasis en educación popular y pastoral juvenil.

En Europa, tras la recuperación en Francia, hay comunidades en España y Bélgica. La orden también colabora en misiones internacionales, adaptando su carisma a contextos multiculturales. Su contribución a la Iglesia se evidencia en la formación de miles de educadores católicos y en el testimonio de una vida consagrada al servicio humilde.

En resumen, la Orden de Clérigos de San Viator encarna la vitalidad de la Iglesia en la educación, fiel al legado de su fundador y patrón, y abierta a los desafíos del mundo contemporáneo.

Citas

  1. Clérigos de San Viator, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Clérigos de San Viator.