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Orden de la Caridad de San Francisco (de Aquisgrán)

La Orden de la Caridad de San Francisco (de Aquisgrán), también conocida como las Hermanas Franciscanas de los Pobres, es una congregación religiosa católica femenina fundada en 1845 en la ciudad de Aquisgrán, Alemania, por la venerable Franziska Schervier. Inspirada en la espiritualidad franciscana, esta orden se dedica al servicio de los más necesitados, especialmente los enfermos y los pobres, a través de obras de misericordia que combinan la caridad práctica con la evangelización. Su carisma se centra en la imitación de la pobreza y humildad de san Francisco de Asís, promoviendo una fraternidad universal que transforma las sociedades mediante el amor al prójimo. Reconocida por la Iglesia católica, la orden ha expandido su misión a nivel internacional, destacando en el cuidado sanitario y la asistencia social, y su fundadora fue beatificada en 1974 por el papa Pablo VI.

Tabla de contenido

Historia

Fundación

La Orden de la Caridad de San Francisco surgió en un contexto de profundas necesidades sociales en la Europa del siglo XIX, marcada por epidemias y pobreza extrema. Franziska Schervier, nacida el 3 de enero de 1819 en Aquisgrán, provenía de una familia acomodada: su padre era propietario de una fábrica de agujas y magistrado asociado de la ciudad, mientras que su madre pertenecía a una influyente familia francesa.1 Quedó huérfana de madre a los 13 años, lo que la impulsó a dedicarse desde joven al socorro de los pobres. Educada con esmero, Franziska comenzó distribuyendo alimentos y ropa, visitando hogares y hospitales, y uniéndose en 1840 a una sociedad benéfica para intensificar su labor.

En 1844, junto con cuatro jóvenes —Catherine Daverkosen, Gertrude Frank, Joanna Bruchhans y Catherine Lassen—, ingresó en el Tercer Orden de San Francisco, adoptando su regla para guiar su vida espiritual. Al año siguiente, el 3 de octubre de 1845, tras un retiro espiritual en Liegi (Bélgica), fundó la comunidad en una modesta casa fuera de la Puerta de San Jacobo en Aquisgrán, con permiso de un sacerdote local. Franziska fue elegida superiora, y la vida comunitaria se organizó en torno a ejercicios religiosos, tareas domésticas y el cuidado de los enfermos pobres, todo ello dependiente de la caridad ajena.1 Esta fundación respondió al llamado evangélico de servir a los marginados, inspirado en la regla franciscana promulgada por el papa León X para los terciarios en comunidad.

La oportunidad para probar su vocación llegó pronto: en 1848, una epidemia de cólera seguida de viruela azotó Aquisgrán. Las hermanas ofrecieron sus servicios como enfermeras en un antiguo edificio dominico convertido en enfermería, recibiendo autorización para residir allí en 1849. Este acto de heroísmo consolidó la identidad de la orden, que creció rápidamente hasta trece miembros ese mismo año.1

Desarrollo y expansión

El crecimiento de la orden fue impulsado por la visión de Franziska Schervier de extender su misión más allá de Aquisgrán. En 1850, la comunidad recibió la aprobación diocesana y adoptó constituciones adaptadas a su trabajo específico: el cuidado de los pobres dependientes de la limosna, siguiendo la regla del Tercer Orden Franciscano.1 Bajo la guía de Schervier, las hermanas se expandieron a otras regiones de Alemania y, en 1860, cruzaron el Atlántico hacia Estados Unidos, estableciendo casas en Cincinnati y Nueva York para atender a inmigrantes y pobres urbanos.

La orden enfrentó desafíos, como la secularización prusiana en el siglo XIX, que obligó a las hermanas a adaptarse sin perder su espíritu. En 1872, Schervier fundó una rama masculina, los Frailes de los Pobres de San Francisco, aunque esta se separó más tarde. Tras la muerte de la fundadora el 14 de diciembre de 1876, la congregación continuó expandiéndose, llegando a Europa, América y África. En el siglo XX, participó en misiones ad gentes y obras sociales, alineándose con los llamamientos papales a la caridad, como los de Pío XI y Juan XXIII.2 La beatificación de Franziska Schervier en 1974 por Pablo VI reconoció su legado, describiéndola como una figura que unió la tradición católica con la historia imperial de Aquisgrán.3

Hoy, la orden cuenta con miles de miembros en diversos países, manteniendo su enfoque en la justicia social y la evangelización a través de las obras.

Espiritualidad y carisma

La espiritualidad de la Orden de la Caridad de San Francisco se arraiga en el franciscanismo, enfatizando la pobreza evangélica, la humildad y la fraternidad universal. Inspiradas en san Francisco de Asís, las hermanas viven la regla de 1223, que prescribe no apropiarse de bienes, mendigar con confianza y servir como peregrinas en el mundo.4,5 Este carisma se resume en el servicio «omnímodo de caridad» para la liberación integral del ser humano, combinando misericordia corporal y espiritual.6

Franziska Schervier adaptó la regla del Tercer Orden para su congregación, incorporando la protección de san Francisco y una vida conventual centrada en la oración y el trabajo. Las hermanas recitan el Oficio Divino según el rito romano y practican ayunos como los de Adviento y Cuaresma, promoviendo la obediencia humilde y la corrección fraterna.7,8 Su espiritualidad resalta la caridad como síntesis del Evangelio, guardian de la paz y concordia, tal como enfatizó Benedicto XV en su encíclica sobre los terciarios franciscanos.9

En línea con la doctrina católica, la orden ve en las obras de misericordia un instrumento de evangelización, despertando una «conciencia más fraterna» en la sociedad, como señaló el papa Francisco al hablar de entidades caritativas similares.10 Las hermanas evitan el orgullo y la avaricia, exhortándose mutuamente a amar a los perseguidores y perseverar en la fe.8

Obras y misiones

Las actividades de la orden se centran en las obras de misericordia, especialmente el cuidado de enfermos, ancianos y pobres. Desde su fundación, han gestionado hospitales, residencias, leproserías y hogares para sacerdotes, extendiéndose a colegios, misiones y parroquias.6 En Aquisgrán, su labor inicial durante las epidemias sentó las bases para una red global de servicios sanitarios y asistenciales.

En el siglo XXI, las hermanas abordan necesidades contemporáneas como la soledad urbana y la marginación de inmigrantes, respondiendo al llamado de Juan Pablo II a solidarizarse con los «fracasados» y «débiles» de la sociedad moderna.11 Su trabajo incluye promoción humana y cristiana, con énfasis en los alejados de la fe, mostrando el amor misericordioso de Cristo.6 Como parte de la tradición franciscana, participan en la diaconía eclesial, colaborando con Caritas y otras entidades para fomentar la justicia social.10

La orden también promueve la educación y la catequesis, enseñando el Evangelio a través de acciones concretas, y ha sido elogiada por su rol en la protección de los vulnerables, similar a los antiguos confraternidades caritativas.12

Estructura y organización

La Orden de la Caridad de San Francisco es una congregación de derecho pontificio, guiada por una superiora general elegida por las hermanas. Sigue las constituciones aprobadas por la Santa Sede, que regulan la vida comunitaria, la formación y la obediencia.1 Las comunidades locales, llamadas «casas», están bajo la dirección de una superiora, y las hermanas profesan votos de pobreza, castidad y obediencia.

La admisión requiere un año de noviciado tras un período de prueba, con énfasis en la fe católica y los sacramentos.13 La orden se organiza en provincias regionales, permitiendo flexibilidad en misiones diversas, desde contemplativas hasta activas. Como terciarias franciscanas, participan en la familia franciscana, colaborando con franciscanos y capuchinos.

Figuras destacadas

Franziska Schervier

La fundadora, Franziska Schervier (1819-1876), es la figura central de la orden. Beatificada el 28 de abril de 1974, su vida encarnó la caridad franciscana en un entorno hostil. Apoyada por el vicario parroquial padre Istas, superó obstáculos para formar la comunidad, escribiendo una regla afiliada a la espiritualidad de san Francisco.14 Pablo VI la elogió por honrar a Aquisgrán, uniendo historia imperial y tradición eclesial en su labor.3 Su causa de canonización avanza, reconociendo su modelo de santidad en el servicio a los pobres.

Otras figuras notables incluyen a las cofundadoras, quienes compartieron la visión inicial, y superioras posteriores que expandieron la orden durante crisis como las guerras mundiales.

Actualidad

En la era contemporánea, la Orden de la Caridad de San Francisco enfrenta el declive de vocaciones religiosas, pero responde involucrando a laicos en sus obras, como exhortó Juan Pablo II.11 Presente en más de 20 países, se adapta a desafíos globales como pandemias y migraciones, manteniendo su compromiso con la Doctrina Social de la Iglesia. En España, colabora en diócesis con programas de asistencia, alineándose con el llamado de Francisco a una caridad que transforme sociedades.10

La orden celebra su herencia franciscana en el Año Jubilar y participa en sínodos sobre sinodalidad, promoviendo una Iglesia de los pobres. Su futuro radica en la renovación espiritual y la colaboración intercongregacional.

En resumen, la Orden de la Caridad de San Francisco (de Aquisgrán) representa un testimonio vivo de la misericordia católica, inspirando a generaciones a vivir el Evangelio en la periferia existencial.

Citas

  1. Hermanas de los pobres de san Francisco, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Hermanas de los Pobres de San Francisco. 2 3 4 5

  2. Papa Benedicto XV. Sacra Propediem, § 22 (1921).

  3. Beatificación de Francesca Schervier, fundadora de las Hermanas Franciscanas de los Pobres, Papa Pablo VI. 28 de abril de 1974: Beatificación de Francesca Schervier, fundadora de las Hermanas Franciscanas de los Pobres (1974). 2

  4. Francisco de Asís. La Regla de la Orden Franciscana (Regla de San Francisco), § Introducción (1223).

  5. VI. Que los hermanos no se apropien de nada para sí mismos; y sobre cómo se deben pedir limosnas; y sobre los hermanos enfermos, Francisco de Asís. La Regla de la Orden Franciscana (Regla de San Francisco), § VI (1223).

  6. Papa Juan Pablo II. A las Hermanas de la Caridad de la Bienaventurada Virgen María de la Merced (28 de junio de 1996) - Discurso, § 2 (1996). 2 3

  7. III. Sobre el oficio divino y el ayuno; y cómo los hermanos deben viajar por el mundo, Francisco de Asís. La Regla de la Orden Franciscana (Regla de San Francisco), § III (1223).

  8. X. Sobre la amonestación y corrección de los hermanos, Francisco de Asís. La Regla de la Orden Franciscana (Regla de San Francisco), § X (1223). 2

  9. Papa Benedicto XV. Sacra Propediem, § 10 (1921).

  10. Papa Francisco. A los Miembros de Cáritas de la Diócesis de Toledo (España) (5 de diciembre de 2024) (2024). 2 3

  11. Papa Juan Pablo II. A los Obispos de la Conferencia Episcopal de Berlín en su visita ad Limina (27 de noviembre de 1987) - Discurso (1987). 2

  12. Cofradía (sodalicio), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Cofradía (Sodalicio).

  13. II. Sobre aquellos que desean adoptar esta vida, Francisco de Asís. La Regla de la Orden Franciscana (Regla de San Francisco), § II (1223).

  14. Biografía, Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesca Schervier: Biografía (28 de abril de 1974) (1974).