Orden de Lazaristas (Congregación de la Misión)
La Congregación de la Misión, conocida comúnmente como Orden de Lazaristas o simplemente Lázaristas, es una sociedad de vida apostólica de sacerdotes seculares fundada por San Vicente de Paúl en el siglo XVII. Su principal objetivo es la evangelización de los pobres, especialmente en zonas rurales, mediante misiones populares, la formación del clero y obras de caridad. Aprobada canónicamente en 1625, la congregación se caracteriza por su énfasis en la unión entre acción apostólica y contemplación, y ha extendido su labor a seminarios, retiros espirituales y asistencia a los marginados en todo el mundo. Los miembros, que añaden las siglas C.M. a su nombre, hacen votos simples de pobreza, castidad, obediencia y estabilidad, manteniendo su condición de clérigos seculares. Hoy en día, con presencia en numerosos países, continúa impulsando la caridad evangélica en respuesta a las necesidades contemporáneas de la Iglesia.
Tabla de contenido
Historia
Orígenes y fundación
La Congregación de la Misión surgió en el contexto de la Francia del siglo XVII, marcada por la ignorancia religiosa en las zonas rurales y la necesidad de una renovación espiritual entre el clero y los laicos. Todo comenzó en 1617, cuando San Vicente de Paúl, entonces tutor de los hijos de la familia Gondi en el Château de Folleville (Picardía), predicó un sermón en la iglesia local el 25 de enero. Este evento reveló la profunda falta de formación cristiana entre los campesinos de la región, lo que impulsó a Vicente a organizar misiones itinerantes en los pueblos cercanos, con el apoyo de la condesa de Gondi.1
A partir de 1618, Vicente inició la predicación sistemática de la Palabra de Dios en los villaggi rurales, atrayendo a varios sacerdotes que se unieron a él. Esta iniciativa, respaldada económicamente por la familia Gondi, dio lugar a una nueva comunidad religiosa. Entre sus reglas fundamentales se incluía la vida en común, la renuncia a cargos eclesiásticos ambiciosos, la asistencia espiritual a los galeotes y la enseñanza del catecismo. En 1625, esta agrupación se formalizó como la Congregación de la Misión, tomando como sede el Colegio de los Bons-Enfants en París, cedido por el arzobispo de la ciudad.2,1
El nombre «Lázaristas» proviene del priorato de San Lázaro en París, que en 1632 se convirtió en la casa madre de la congregación, donado por los canónigos regulares de San Víctor. Este lugar se transformó en el centro de operaciones, donde se organizaban misiones y se formaba a los miembros. San Vicente insistió en que la congregación no se convirtiera en una orden religiosa estricta, sino en una asociación de sacerdotes seculares con votos, para preservar su flexibilidad apostólica.1,3
Aprobación eclesiástica y desarrollo inicial
La aprobación oficial llegó en 1625, aunque la estructura definitiva se consolidó en las asambleas de 1642 y 1651, donde se adoptaron los votos simples de pobreza, castidad y obediencia, junto con un voto de estabilidad. El papa Alejandro VII confirmó esta constitución en 1655 mediante la bula Ex commisso Nobis, que permitía un período de probación de dos años antes de los votos, sin alterar el carácter secular de los miembros.1
Durante la vida de San Vicente (hasta 1660), la congregación se expandió rápidamente. Se fundaron veinticinco casas en Francia, Piamonte, Polonia y otros lugares, incluyendo misiones en Madagascar. Vicente organizó la congregación en provincias, cada una dirigida por un visitador, y estableció asambleas generales para la elección del superior general y sus asistentes. En 1652-1660, solo desde San Lázaro se impartieron más de setecientas misiones en Francia.1,3
La congregación también se vinculó estrechamente con las Hijas de la Caridad, fundadas por Vicente en colaboración con Santa Luisa de Marillac en 1633, y con las Damas de la Caridad, un grupo de mujeres laicas dedicadas a la asistencia social. Estas iniciativas reflejaban el compromiso de Vicente con la caridad integral, atendiendo tanto necesidades espirituales como materiales.4,2
Expansión internacional y desafíos
Desde sus inicios, los Lázaristas se extendieron más allá de Francia. En 1641, una bula papal autorizó su establecimiento en Roma, donde se dedicaron a misiones rurales y retiros para clérigos. Llegaron a Génova (1645), Turín (1655), Nápoles (1668), Polonia (1651, con casas en Varsovia, Cracovia y Vilna) e Irlanda (durante las persecuciones bajo Cromwell, donde un hermano laico murió mártir). En España, se instalaron en Barcelona y otras ciudades; en Portugal, en 1718, pese a la oposición inicial del rey Juan V.1
En el siglo XVIII, la congregación prosperó en Polonia, convirtiéndola en una de sus provincias más florecientes antes de la Revolución Francesa. Sin embargo, las revoluciones anticlericales en Europa, como la de 1789 en Francia y la de 1834 en Portugal, llevaron a la confiscación de bienes y dispersión de miembros. A pesar de ello, los Lázaristas se recuperaron en el siglo XIX, expandiéndose a América, Asia y África. En 1909, contaban con 3249 miembros, incluyendo sacerdotes, estudiantes, hermanos y novicios.1
En el siglo XX, los papas han reafirmado su misión. Pablo VI, en 1963, elogió su origen en San Vicente y su rol en la santidad del clero y la caridad hacia los desamparados.5 Juan Pablo II, en 1980 y 1986, instó a unir acción y contemplación, y a renovar el espíritu misionero en respuesta a los desafíos modernos, destacando su presencia en 48 provincias y 4000 miembros.4,6
Fundador
San Vicente de Paúl (1581-1660), nacido en Pouy (Landas, Francia), es el fundador de la Congregación de la Misión. Ordenado sacerdote en 1600, su vida cambió tras un episodio de esclavitud en Túnez (1605-1607), que le inspiró un profundo compromiso con los pobres. Como capellán de los Gondi, descubrió la miseria espiritual de los campesinos, lo que le llevó a las misiones rurales.2,1
Beatificado en 1729 por Benedicto XIII y canonizado en 1737 por Clemente XII, Vicente es patrono de las obras caritativas. Su fiesta se celebra el 27 de septiembre. Reconoció en cada sufrido el rostro de Cristo, promoviendo un sacerdocio humilde y activo. Fundó no solo los Lázaristas, sino también seminarios internos para la formación clerical y conferencias semanales sobre el ministerio sacerdotal.2,7
Vicente vivió en pobreza, organizando colectas para Lorraine durante las guerras y rescates de esclavos en el norte de África (más de 1200 en su lifetime). Su influencia llegó a la corte de Luis XIII y Ana de Austria, aunque rechazó honores para dedicarse a los marginados.3,7
Carisma y misión
El carisma de los Lázaristas se centra en la evangelización de los pobres, especialmente en áreas rurales, como indica su nombre oficial: Congregación de la Misión. Su regla, inspirada en San Vicente, exige la predicación del Evangelio a los más necesitados, combinando oración contemplativa con acción apostólica efectiva.4,6
Las actividades principales incluyen:
Misiones populares: Retiros y predicaciones en parroquias para revitalizar la fe, similar a lo que los jesuitas hicieron con élites, pero enfocado en el pueblo llano.
Formación del clero: Dirección de seminarios diocesanos y mayores, ejercicios espirituales y conferencias sobre virtudes sacerdotales. En vida de Vicente, dirigieron once seminarios; antes de la Revolución, un tercio de los de Francia.1,7
Obras de caridad: Asistencia a galeotes, enfermos y pobres urbanos; colaboración con las Hijas de la Caridad en hospitales y orfanatos.
Retiros espirituales: Para clérigos y laicos, gratuitos en San Lázaro, atrayendo miles anualmente.1
Juan Pablo II enfatizó en 1980 la urgencia de la caridad de Cristo en estos campos, adaptándolos a los tiempos actuales.4 Pablo VI, en 1963, alabó su «santidad activa» emanada del Evangelio.5
Estructura y organización
La Congregación de la Misión es una sociedad clerical de vida apostólica, no una orden religiosa, compuesta por sacerdotes seculares con votos simples. No hay noviciado formal, sino un seminario interno de dos años de probación.1
La estructura incluye:
Superior general: Elegido por asamblea general cada seis años, reside en Roma o París (actualmente en Roma). Ejemplos históricos: P. Richard McCullen (1980) y su sucesor en 1986.4,6
Provincias: Divididas geográficamente (48 en 1986), cada una con un visitador provincial.
Asambleas generales: Cada seis años, para renovar el gobierno y adaptar la misión.
Miembros: Sacerdotes, hermanos coadjutores y estudiantes. En 1910, superaban los 3000; hoy, miles en misiones globales.1,6
Los Lázaristas aceptan parroquias solo si sirven de base para misiones, como en Richelieu o Sedan.1 Su dependencia del superior general ha variado por países, pero mantiene unidad.
Presencia actual y legado
Hoy, la Congregación de la Misión opera en Europa, América, Asia, África y Oceanía, con énfasis en misiones extranjeras (China, Madagascar, Persia) y obras sociales. En países de habla inglesa, se llaman Vincentianos; en hispanohablantes, Paúles.1
Su legado incluye la revitalización de la caridad católica, influyendo en organizaciones como Cáritas. En respuesta a desafíos modernos, como la secularización y la pobreza urbana, continúan misiones y formación, fieles al llamado de San Vicente a «anunciar la Buena Nueva a los pobres».6
Juan Pablo II, en 1986, urgió a los 4000 miembros a «remeter las manos al arado» sin mirar atrás, renovando su espíritu para el tercer milenio.6
Citas
Congregación de sacerdotes de la misión, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Congregación de Sacerdotes de la Misión. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
El Dicasterio para las Causas de los Santos. Vicente de Paúl (1581-1660) - Biografía (1737). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 147. ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. A la Congregación de la Misión (27 de julio de 1980) - Discurso (1980). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Pablo VI. A la Congregación de la Misión (31 de agosto de 1963) - Discurso (1963). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. A los participantes de la Asamblea General de los Padres Vicencianos (30 de junio de 1986) - Discurso, § 1 (1986). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
San Vicente de Paúl, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Vicente de Paúl. ↩ ↩2 ↩3
