Orden de Mequitaristas
La Orden de los Mequitaristas es una congregación religiosa católica de origen armenio, fundada en el siglo XVIII por el monje Mkhitar de Sebaste, que combina la tradición monástica benedictina con la preservación de la herencia cultural y espiritual armenia. Reconocida por su compromiso con la oración, el estudio teológico y la difusión del patrimonio armenio, esta orden ha jugado un papel fundamental en el diálogo ecuménico y en la revitalización de la identidad armenia dentro de la comunión con la Iglesia de Roma. A lo largo de su historia, los mequitaristas han establecido monasterios en Europa y América, contribuyendo a la edición de textos antiguos, la lingüística armenia y la promoción de la unidad cristiana, manteniendo una presencia activa en la diáspora armenia contemporánea.
Tabla de contenido
Orígenes y fundación
La orden surgió en un contexto de desafíos para la Iglesia armenia, marcada por tensiones entre tradiciones orientales y la influencia occidental, así como por persecuciones en el Imperio Otomano. Su fundador, Mkhitar de Sebaste, impulsó una reforma monástica que buscaba integrar la fe católica con la rica tradición armenia, fomentando la educación y la oración como pilares de la vida religiosa.
Mkhitar de Sebaste
Mkhitar, cuyo nombre de nacimiento era Pedro Manuk, nació el 7 de febrero de 1676 en Sebaste (actual Sivas, en Turquía), de una familia considerada noble. Desde joven, mostró una profunda vocación religiosa; a los quince años ingresó en el monasterio de la Santa Cruz cerca de Sebaste y fue ordenado diácono en 1691 por el obispo Ananias.1 Su sed de conocimiento lo llevó a emprender peregrinajes por diversos monasterios armenios, llegando incluso a Etchmiadzin, el centro espiritual de Armenia. Durante estos viajes, contactó con misioneros europeos que le revelaron las riquezas de la cultura occidental, lo que despertó en él el deseo de introducir ideas católicas en su pueblo sin perder la esencia armenia.1 Ordenado sacerdote en 1696 y doctor (vartabed) en 1699, Mkhitar predicó la unión con Roma, lo que le valió persecuciones.1 En 1700, en Constantinopla, reunió a un grupo de discípulos para formar una comunidad dedicada a la reforma monástica.2
Mkhitar adoptó el nombre monástico que significa «Consolador», reflejando su misión de consolar y guiar a su pueblo en tiempos de crisis. Su vida itinerante, marcada por huidas de persecuciones turcas, lo llevó a refugiarse en conventos capuchinos y jesuitas, atribuyendo su protección a la Virgen María, bajo cuya advocación se colocó el 8 de septiembre.1 Falleció el 27 de abril de 1749 en Venecia, en olor de santidad, y sus monjes lo veneran como «Abbas Pater».1
Fundación de la congregación
La congregación se estableció formalmente en 1700 en Constantinopla, bajo una regla inspirada en el monacato oriental pero orientada a la catolicidad. En 1701, Mkhitar fundó el primer monasterio en Modon (Morea, Grecia), con apoyo veneciano, pero la guerra entre Venecia y el Imperio Otomano destruyó la fundación en 1715.3 Ese mismo año, Mkhitar y dieciséis monjes se trasladaron a Venecia, donde en 1717 obtuvieron la isla de San Lazzaro de los Armenios, convirtiéndola en el corazón de la orden.3 La aprobación papal llegó en 1712 de Clemente XI, quien reconoció la congregación como una tentativa de reforma del monacato oriental.2 Inicialmente, no se mencionaba explícitamente la regla benedictina, pero pronto se adoptó, adaptándola a la tradición armenia.2
Regla y espiritualidad
Los mequitaristas siguen la Regla de San Benito, adaptada a la realidad armenia, enfatizando la vida comunitaria, la obediencia, la castidad y el trabajo manual o intelectual.2 Tras dos años de noviciado, los monjes emiten los votos tradicionales, añadiendo un cuarto: obediencia a un preceptor para aprender los dogmas de la fe católica.2 Muchos se comprometen también con la misión en Armenia, Persia y Turquía, viviendo de limosnas y llevando una cruz roja bajo el hábito como símbolo de martirio.2
La espiritualidad mequitarista se centra en la búsqueda de la santidad mediante una intensa vida de oración y estudio, inspirada en los Padres armenios.4 Mkhitar buscaba proteger al monje armenio de una vida nómada que diluyera su identidad, promoviendo la obediencia y la vida en comunidad.4 Los monasterios se convierten en centros de formación espiritual y cultural, influyendo en la élite intelectual armenia.4 La devoción a la Virgen María y la meditación de las Escrituras son pilares, combinados con el estudio de teología, filosofía e historia armenia.4 Como buscadores de Dios, los monjes profundizan en la tradición armenia, reconociendo en ella un reservorio de santidad.5
El hábito consiste en una túnica, capa y capucha negras, con barba al estilo oriental, similar al de los eremitas agustinos.2 El abad es elegido de por vida y tiene autoridad para expulsar a los desordenados.2 Esta regla fomenta la armonía para reconducir a los cismáticos a la unidad.2
Expansión y monasterios
La orden experimentó una expansión marcada por migraciones forzadas, estableciendo centros que sirven como refugios espirituales y culturales.
Primeros monasterios
El primer núcleo en Constantinopla creció rápidamente, pero las persecuciones obligaron al traslado a Modon en 1703.3 Tras su destrucción, San Lazzaro en Venecia se convirtió en el monasterio principal desde 1717, restaurado por Mkhitar con una iglesia y biblioteca.1 Allí imprimió obras clave y coleccionó manuscritos armenios.1
Presencia internacional
En 1773, una disputa sobre las constituciones llevó a una escisión: un grupo se mudó a Trieste y luego a Viena en 1811, formando la rama vienesa.3 Ambas ramas, veneciana y vienesa, mantuvieron su identidad hasta su reunificación en 2000 durante el Capítulo General en San Lazzaro.6 La orden se expandió a Roma, Berlín, Nueva York y Los Ángeles, fundando escuelas y monasterios en Europa, América y Asia.2 Hoy, estos centros promueven la oración, la educación y el servicio comunitario.3
Contribuciones culturales y académicas
Los mequitaristas son apóstoles de la cultura armenia, preservando su lengua y literatura de la degradación.2 Han editado textos patrísticos antiguos en traducciones armenias, como las cartas de San Ignacio de Antioquía y obras de San Efrén el Sirio.2
Bibliotecas y estudios lingüísticos
Sus bibliotecas, especialmente en San Lazzaro y Viena, albergan manuscritos antiguos y obras clásicas.2 Mkhitar impulsó el estudio de escritos armenios de los siglos IV y V, desarrollando un lenguaje literario moderno, comparable al latín frente al italiano.2 Publicaron gramáticas, diccionarios y catecismos en armenio clásico y vulgar, como el «Bargirk haykasean lezui» de Mkhitar.6 La academia literaria de Viena otorga membresías honoríficas sin distinción de raza o religión.2
Difusión del patrimonio armenio
Tradujeron la Imitación de Cristo, la Biblia y obras de Santo Tomás de Aquino, Homero y Virgilio.2 Fundaron imprentas que distribuyeron millones de volúmenes, incluyendo Biblias, mapas y manuales piadosos.2 Contribuyeron a la exégesis, liturgia y historia armenia, con obras como la «Historia de Armenia» de Michel Tschamtschenanz.2 Su labor ha normalizado el alfabeto armenio y preservado la música sacra y liturgia.2
Relación con la Iglesia Católica
Desde su fundación, la orden mantiene comunión plena con Roma, viendo en ella el sello lógico de la ortodoxia armenia.4 Mkhitar promovió la unión sin latinizar la tradición, oponiéndose a un patriarcado católico separado.6 Los papas han elogiado su rol ecuménico: Pablo VI en 1977 lo llamó precursor del apostolado ecuménico; Juan Pablo II en 2001 destacó su labor por la unidad Oriente-Occidente.7,4 Han servido de puente entre católicos y ortodoxos armenios, transmitiendo fielmente la teología y liturgia de los Padres armenios.4
Estado actual
La orden cuenta con más de 200 miembros en cinco congregaciones distribuidas en Europa, América y Asia.2 Los monasterios continúan como centros de oración, estudio y servicio, impulsando traducciones bíblicas, investigaciones históricas y eventos ecuménicos.2 La reunificación de 2000 ha fortalecido su misión ante las necesidades de la diáspora armenia.5 Proyectos contemporáneos incluyen la preservación digital de manuscritos y el diálogo interreligioso.3
Legado y relevancia
El legado de los mequitaristas radica en su influencia ecuménica y cultural, modelando comunidades que preservan la identidad armenia en el marco católico.2 Han sido salvadores de la raza armenia al mantener viva su lengua y fe.2 Su énfasis en la santidad y el estudio inspira a fieles y eruditos, promoviendo la unidad cristiana en un mundo dividido.4 Como Juan Pablo II afirmó, su labor ha regenerado al pueblo armenio moral y civilmente.5 Hoy, siguen siendo un testimonio vivo de fidelidad a la tradición y apertura al mundo.
Citas
Mechitar, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Mechitar. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Mechitaristas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Mechitaristas. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23
Mechitaristas, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Mechitaristas (2015). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Papa Juan Pablo II. A la Congregación Armenia Mechitarista (7 de julio de 2001) - Discurso, § 3 (2001). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Papa Juan Pablo II. A la Congregación Armenia Mechitarista (7 de julio de 2001) - Discurso, § 1 (2001). ↩ ↩2 ↩3
Mechitar de Sebaste, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Mechitar de Sebaste (2015). ↩ ↩2 ↩3
Papa Pablo VI. A los Mechitaristas con motivo del tercer centenario del nacimiento del Ven. Mechitar (8 de septiembre de 1977) - Discurso (1977). ↩