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Orden de Piaristas

Orden de Piaristas
Escudo de los Escolapios. Original, Dr Doofenshmirtz, CC BY 3.0 📄

La Orden de Piaristas, oficialmente conocida como la Congregación de las Escuelas Pías o Clerigos Regulares de las Escuelas Pías de la Madre de Dios, es una orden religiosa católica fundada en el siglo XVII por San José de Calasanz. Dedicada principalmente a la educación cristiana de los niños y jóvenes, especialmente de los más pobres y marginados, esta congregación ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de la pedagogía católica moderna. Con un carisma centrado en la formación integral humana y espiritual, los piaristas han extendido su labor a lo largo de los siglos por Europa, América y otros continentes, promoviendo escuelas gratuitas y accesibles que integran la fe en el aprendizaje. Su lema, inspirado en el Evangelio, enfatiza la compasión hacia los más necesitados, como Jesús que enseñaba a las multitudes como a ovejas sin pastor. Hoy, la orden cuenta con miles de miembros y continúa su misión educativa en un mundo secularizado, fiel a las enseñanzas de la Iglesia.

Tabla de contenido

Historia

Fundación por San José de Calasanz

La Orden de Piaristas tiene sus orígenes en la Roma del siglo XVI, en un contexto de profundas transformaciones sociales y religiosas impulsadas por la Contrarreforma. San José de Calasanz, nacido en 1556 en Calasanz (Aragón, España), era un sacerdote erudito formado en derecho y teología en universidades como Lérida, Valencia y Alcalá de Henares. Tras una grave enfermedad en 1582 que lo llevó al borde de la muerte, Calasanz experimentó una conversión profunda que lo orientó hacia el servicio a los más desfavorecidos.1

En 1597, Calasanz llegó a Roma y se encontró con el sacerdote Antonio Brendani, párroco de Santa Dorotea en el barrio de Trastevere. Juntos, abrieron la primera escuela gratuita y pública para niños pobres de Europa, un proyecto innovador que ofrecía educación elemental a todos, sin distinción de clase social. Esta iniciativa, nacida de la caridad evangélica, se inspiraba en el modelo de Jesús, quien «vio a la gran multitud y tuvo compasión de ellos, porque estaban como ovejas sin pastor, y comenzó a enseñarles muchas cosas» (Mc 6,34).2 La escuela no solo impartía conocimientos profanos como lectura, escritura y aritmética, sino que integraba la sabiduría del Evangelio, fomentando la percepción de la acción amorosa de Dios en la vida cotidiana.

Calasanz pronto reunió un grupo de colaboradores, entre ellos sacerdotes y laicos, para expandir el proyecto. En 1617, fundó formalmente la Congregación de las Escuelas Pías, dedicada a la educación de la juventud pobre. El nombre «Piaristas» deriva de las «Escuelas Pías», enfatizando la piedad y la gratuidad. Uno de sus primeros compañeros destacados fue Pedro Casani, natural de Lucca, quien se unió en 1614 y se distinguió por su dedicación a la educación de los niños romanos en piedad y letras.3

Aprobación y desarrollo inicial

La congregación recibió su aprobación papal el 18 de noviembre de 1621 mediante un breve de Gregorio XV, que la erigió como orden religiosa bajo el nombre de Congregatio Paulina Clericorum regularium pauperum Matris Dei scholarum piarum. Las Constituciones fueron aprobadas el 31 de enero de 1622, otorgándole privilegios similares a los de las órdenes mendicantes. Calasanz fue nombrado superior general, con asistentes como Pietro Casani, Viviano Vivani, Francisco Castelli y Pablo Ottonelli.4

En sus primeros años, la orden se expandió rápidamente por Italia y España. Se abrió el noviciado de San Onofre en Roma en mayo de 1622. Calasanz enfatizaba la formación integral: no solo intelectual, sino también moral y espiritual, con énfasis en la oración, la liturgia y la virtud. Sin embargo, la orden enfrentó dificultades internas, como calumnias y conflictos, que llevaron a la destitución temporal de Calasanz en 1643. Murió en 1648, pero su legado perduró. En 1767, Clemente XIII lo beatificó, y en 1879 León XIII lo canonizó, declarándolo patrono universal de las escuelas católicas populares.1

Entre los primeros compañeros notables se encuentran Gaspare Dragonetti, quien se unió a los 95 años y vivió hasta los 120; Bernardino Pannicola, futuro obispo de Ravello; y Juan García, general de la orden.4 La orden incorporó desde el inicio la colaboración de laicos, considerándolos miembros plenos de la comunidad si compartían el espíritu del fundador.2

Expansión en los siglos XVII y XVIII

Durante el siglo XVII, los piaristas se extendieron a Francia, Alemania y los Países Bajos. En Polonia y Lituania, bajo el impulso de figuras como Estanislao Konarski (1700-1773), reformaron la educación nobiliaria y popular. Konarski, un piarista polaco, fundó el Collegium Nobilium en Varsovia en 1740, introduciendo métodos modernos inspirados en sus viajes por Europa. Compiló obras como los Volumina Legum y formó a generaciones de educadores, haciendo que cada convento piarista tuviera una escuela asociada.5

En el siglo XVIII, la orden enfrentó supresiones en algunos países debido a las revoluciones ilustradas, pero se fortaleció en Europa Central. Clemente XII les encomendó enseñar estudios superiores en Polonia. Su hábito, cerrado con tres botones de cuero y acompañado de un manto corto, simbolizaba su vida sencilla y dedicada al servicio.4

Siglo XIX y desafíos modernos

El siglo XIX trajo restauraciones tras las supresiones napoleónicas. En España, los piaristas revivieron su presencia pese a las guerras carlistas. En 1917, con el cuarto centenario de la primera escuela, Benedicto XV elogió a Calasanz como pionero de la educación gratuita para los pobres.6

En el siglo XX, la orden sufrió persecuciones, como durante la Guerra Civil Española (1936), donde trece piaristas, encabezados por Dionisio Pamplona, fueron martirizados por su fe y labor educativa. Juan Pablo II los beatificó en 1995, destacando que no eran héroes de guerra, sino educadores que enfrentaron la muerte como testimonio de Cristo.3 Pedro Casani también fue beatificado en esa ceremonia, recordado por su lema: «La paciencia y la oración pueden hacer mucho».3

Pío XII, en 1948, proclamó a Calasanz patrono de todas las escuelas cristianas del mundo.6 La orden adaptó su misión a los tiempos modernos, incorporando laicos y enfatizando la evangelización en contextos secularizados.

Carisma y espiritualidad

El carisma piarista se centra en la educación como medio de evangelización, priorizando a los pobres y marginados. Calasanz veía la escuela como un «nuevo modo de evangelizar», donde se integra la fe y la cultura para formar personas maduras en Cristo.6 Su espiritualidad es gospeliana, nutrida por la escucha de la Palabra, la liturgia, la oración comunitaria y el ascetismo, tal como lo modeló el fundador en sus Constituciones y cartas.2

Los piaristas cultivan una profunda devoción mariana, invocando a la Virgen como «Madre de Dios» en su título oficial. Calasanz recomendaba insistir en su intercesión: «Que vuestra insistencia sea con nuestra Madre y no con los hombres, porque ella nunca se molesta por nuestra insistencia, pero los hombres sí».2 Priorizan la paciencia, la humildad y la caridad, reflejando la compasión de Jesús por los excluidos.

En la educación, siguen un plan uniforme de nueve clases, con énfasis en humanidades, ciencias y dramas latinos para fomentar la expresión. Desde 1700, incluyen artes liberales y, en algunos casos, educación especial, como el trabajo de Francisco Hermann Czech con sordomudos.4 Hoy, responden a desafíos contemporáneos como la secularización, promoviendo escuelas inspiradas en principios cristianos y colaborando con laicos para integrar fe y cultura.2

Organización y gobierno

La Orden de Piaristas es una congregación clerical exenta de jurisdicción episcopal, sujeta solo al superior general, elegido cada seis años con cuatro asistentes.4 Inicialmente con votos solemnes, en 1656 Alejandro VII los modificó a simples con juramento de perseverancia; Clemente IX los restauró en 1669, pero Clemente X permitió dispensas para laicos y clérigos menores.4 En 1690, Alejandro VIII eliminó el descalzamiento.

El gobierno se estructura en provincias (actualmente nueve: Italia, España, Polonia, México, etc.), con capítulos generales para discernir el carisma en contextos actuales.2 La colaboración con laicos es esencial, viéndolos como ejemplos vivos de vocación laical en la educación.2 El superior general actual reside en Roma, y la orden enfatiza la formación espiritual, teológica y cultural para cumplir la triple fidelidad: al fundador, a la Iglesia y a la escuela católica.6

Presencia mundial

Hoy, la Orden de Piaristas cuenta con alrededor de 2100 miembros en 121 casas distribuidas en nueve provincias: Italia, España, Polonia, México, Argentina, Perú, Estados Unidos, Camerún y Filipinas, entre otras.4 Educan a unos 40.000 alumnos en escuelas gratuitas o asequibles, desde elemental hasta superior, con énfasis en los marginados.

En España, mantienen colegios históricos como el de Estadilla. En América Latina, expandieron su labor desde el siglo XIX, fundando escuelas en Chile y Centroamérica. En África y Asia, responden a necesidades locales, como la educación en zonas de pobreza. Juan Pablo II, en 1997, elogió su rol en la formación de creyentes responsables en un mundo secularizado, abogando por la paridad educativa para escuelas no estatales.2

Santos y beatos

La orden ha producido numerosos santos y beatos. San José de Calasanz es su fundador y patrono. Entre los beatos destacan Pedro Casani (beatificado en 1995), por su paciencia y oración; y los trece mártires de la persecución española de 1936, como Dionisio Pamplona, cuya sangre selló su testimonio educativo.3 Otros piaristas notables incluyen a Estanislao Konarski, reformador educativo, y autores como Pietro Francesco della Immacolata Concepción, con obras teológicas.4

Estos ejemplos inspiran a la familia calasanziana —religiosos, laicos y alumnos— a perseverar en la misión, invocando la intercesión de María y Calasanz.2

Citas

  1. San José de Calasanz, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §San José de Calasanz. 2

  2. Papa Juan Pablo II. A los participantes en el 44.º Capítulo General de los Padres Escolapios (5 de julio de 1997) - Discurso (1997). 2 3 4 5 6 7 8 9

  3. Papa Juan Pablo II. 1 de octubre de 1995: Beatificación de las víctimas de la Revolución Francesa, de la Guerra Civil Española y de un Padre Escolapio - Homilía (1995). 2 3 4

  4. Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Clérigos Regulares de las Escuelas Pías. 2 3 4 5 6 7 8

  5. Estanislao Konarski, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Estanislao Konarski.

  6. Papa Juan Pablo II. Carta al Superior General de los Padres Escolapios (24 de junio de 1997) (1997). 2 3 4