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Orden de Redentoristas

Orden de Redentoristas
Comunidad de los redentoristas españoles de Chengtu, Szechuan, con Jacques-Victor-Marius Rouchouse (sentado, segundo desde la izquierda), misionero francés de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París, el entonces vicario apostólico de Chengtu. Véanse también «Iglesia católica en Szechuan» y «Misiones redentoristas españolas en Szechuan». Dominio Público.

La Orden de los Redentoristas, oficialmente conocida como la Congregación del Santísimo Redentor (en latín, Congregatio Sanctissimi Redemptoris, abreviada como C.Ss.R.), es una sociedad de vida apostólica de derecho pontificio fundada en 1732 por San Alfonso María de Ligorio en Scala, cerca de Nápoles, Italia. Su carisma principal radica en la predicación del Evangelio a los más pobres y abandonados, imitando la vida y misión de Jesucristo Redentor. Con una fuerte orientación misionera, los redentoristas se dedican a las misiones populares, retiros espirituales y el cuidado pastoral de comunidades marginadas. Hoy en día, la congregación está presente en más de 80 países de los cinco continentes, con miles de miembros que continúan el legado de su fundador, promoviendo la devoción a la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Reconocida por su contribución a la teología moral y la evangelización, la orden ha sido elogiada por varios papas y cuenta con numerosos santos y beatos en su historia.

Tabla de contenido

Historia

Fundación y primeros años

La Congregación del Santísimo Redentor surgió en el contexto del siglo XVIII en el sur de Italia, una región marcada por la pobreza rural y la dispersión espiritual de las comunidades campesinas. San Alfonso María de Ligorio, un abogado napolitano convertido en sacerdote, fundó la orden el 9 de noviembre de 1732 en Scala, cerca de Amalfi, con el propósito de evangelizar a los olvidados del campo napolitano.1 Influido por su experiencia en misiones y retiros, Alfonso buscaba una comunidad de sacerdotes misioneros que vivieran en comunidad y se dedicaran exclusivamente a la predicación del Evangelio a los más necesitados.

Los primeros miembros, siete en total, se instalaron en una humilde casa adyacente al convento de las monjas Redemptoristinas, que Alfonso había ayudado a reformar previamente. La regla inicial enfatizaba la imitación de las virtudes de Cristo Redentor, con votos simples de pobreza, castidad y obediencia, más un voto y juramento de perseverancia en la congregación hasta la muerte.1 Sin embargo, los inicios fueron turbulentos: disensiones internas, oposiciones políticas y la hostilidad del absolutismo borbónico en Nápoles pusieron a prueba la supervivencia de la nueva fundación. En 1749, el papa Benedicto XIV aprobó canónicamente la congregación bajo su nombre actual, aunque las tensiones con el poder real llevaron a una separación temporal de las casas napolitanas y las del Estado Pontificio en 1793, que se resolvió con la reunificación bajo el superior general Pietro Paulo Blasucci.1

Alfonso, que gobernó la orden hasta 1775, expandió rápidamente las fundaciones a localidades como Nocera, Ciorani, Iliceto y Caposele. Su enfoque en sermones sólidos, simples y persuasivos, junto con la obligación de predicar sobre la oración y la intercesión de la Virgen María en cada misión, definió el estilo apostólico redentorista.1 Además, introdujo la práctica de regresar a las parroquias misionadas después de cuatro o cinco meses para consolidar los frutos espirituales, un método que perdura hasta hoy.

Expansión europea y desafíos

El carácter internacional de la orden se consolidó en la segunda mitad del siglo XVIII gracias a figuras como San Clemente María Hofbauer, un austríaco que, junto a Thaddeus Hübl, se unió en Roma en 1785 e implantó la congregación en el norte de Europa.1 Hofbauer, apodado el «apóstol de Viena y del norte», estableció la primera casa más allá de los Alpes en Varsovia en 1786, atendiendo a comunidades germanas y polacas en medio de la pobreza postbélica. Su labor incluyó la fundación de orfanatos y escuelas para niños marginados, destacando el compromiso social de los redentoristas.2

En el siglo XIX, la congregación enfrentó graves pruebas, como la supresión de órdenes religiosas por el emperador José II en Austria y el Kulturkampf en Alemania. No obstante, creció en Bélgica (desde 1831), Holanda y el Reino Unido (1843), impulsada por conversos como Robert A. Coffin en Inglaterra.1 La reunificación total de las ramas separadas ocurrió en 1793, y en 1855, bajo el superior general Nicholas Mauron, se centralizó la gobernanza en Roma, lo que facilitó la expansión a doce provincias para 1890.1

En España, la orden llegó en el siglo XIX y floreció hasta la Guerra Civil Española (1936-1939), período en que doce redentoristas de Madrid fueron martirizados por milicianos republicanos, ofreciendo un testimonio heroico de fe.3,4 Estos mártires, pertenecientes a las comunidades del Santuario del Perpetuo Socorro y San Miguel Arcángel, fueron beatificados en 2022 por el Dicasterio para las Causas de los Santos, destacando su aceptación serena de la muerte en odio a la fe.3,4

Carisma y misión

Espiritualidad y votos

El núcleo del carisma redentorista es «imitar las virtudes y ejemplos de Jesucristo, Nuestro Redentor, consagrándose especialmente a la predicación de la palabra de Dios a los pobres».1 Esta vocación misionera se vive en comunidad, con énfasis en la humildad, la simplicidad y la perseverancia. Los miembros profesan los votos evangélicos clásicos, pero rechazan dignidades eclesiásticas externas para preservar su identidad apostólica.1 Un elemento distintivo es el compromiso con la devoción mariana, particularmente a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, cuya imagen milagrosa fue confiada a los redentoristas por el papa Pío IX en 1866, propagando esta advocación globalmente.1

En sus misiones, los redentoristas priorizan la confesión personal, la catequesis accesible y la reconciliación familiar, estableciendo en parroquias la Archicofradía de la Sagrada Familia para fomentar la piedad doméstica.1 Su apostolado se extiende a retiros, ejercicios espirituales y trabajo con jóvenes, siempre adaptándose a contextos locales sin perder el enfoque en los marginados.

Apostolado actual

Fieles al legado de San Alfonso, los redentoristas mantienen las misiones populares tradicionales, pero las adaptan a realidades contemporáneas como la urbanización y la secularización.5 En su Capítulo General de 1979, reafirmaron el proyecto fundacional de predicar a los pobres, intensificando el anuncio explícito del Evangelio mediante catequesis, misiones ad gentes y colaboración con las Iglesias locales.5 El papa Juan Pablo II, en audiencias de 1985, 1992 y 1997, elogió su fidelidad al carisma, destacando su rol en la nueva evangelización y la opción preferencial por los pobres.5,6,7

Hoy, la orden promueve la justicia social, el cuidado de migrantes y la ecología integral, en sintonía con el magisterio postconciliar. Su labor incluye la formación de seminaristas en «juvenatos» para cultivar vocaciones desde la juventud, una práctica iniciada por Hofbauer.1

Estructura y presencia mundial

Organización interna

La congregación se gobierna desde Roma por un superior general, elegido en Capítulo General cada seis años. En 1909, Patrick Murray fue el primer superior general irlandés, y actualmente cuenta con 19 provincias y 10 viceprovincias.1 Las casas se dividen en comunidades misioneras, parroquiales y formativas, con énfasis en la vida comunitaria y la oración litúrgica.

En 1910, la orden superaba los 4.000 miembros, con 218 casas; cifras que han crecido, alcanzando presencia en 60 países para 1985.5 En América, la provincia de Baltimore (erectada en 1850) se expandió rápidamente: en 1832 llegaron a Detroit, en 1866 a St. Louis y Nueva York, atendiendo a inmigrantes germanos, bohemios e irlandeses.1 En 1906 se fundó en Portland, Oregón, y en 1910 en Oconomowoc, Wisconsin, como casa de estudios.1

En Latinoamérica, las fundaciones datan del siglo XIX en Ecuador (bajo García Moreno), Perú, Chile y Colombia; hoy incluyen viceprovincias en Brasil, el Caribe y Puerto Rico.1 En África, desde 1899 en el Congo, y en Asia, misiones en Filipinas e India.

Contribuciones a la Iglesia

Los redentoristas han enriquecido la Iglesia con santos como San Alfonso (doctor de la Iglesia en 1871 por su teología moral), San Clemente Hofbauer y beatos mártires españoles.8 Su devoción al Perpetuo Socorro ha devuelto millones a la fe, como en la Archicofradía de Londres, con miles de comuniones anuales en 1903.1 El papa Benedicto XVI en 2011 alabó su continuidad en la evangelización, exortando a la fidelidad al fundador.8

Figuras destacadas

Actualidad y desafíos

En el siglo XXI, los redentoristas enfrentan la disminución vocacional en Occidente, pero crecen en África y Asia. Su compromiso con los pobres se manifiesta en respuestas a crisis como pandemias y conflictos, siempre en comunión con el papa. Juan Pablo II en 1987 instó a las Redemptoristinas (rama femenina claustral) a sostener el carisma fundacional.11 La orden sigue siendo un pilar misionero, con énfasis en la misericordia divina, contrarrestando visiones rigoristas como el jansenismo.8

En resumen, la Orden de los Redentoristas encarna la redención de Cristo a través de una predicación incansable y humilde, adaptándose a los tiempos sin perder su esencia. Su legado invita a la Iglesia a priorizar a los más vulnerables en la misión evangelizadora.

Citas

  1. Redentoristas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Redentoristas. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

  2. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 617. 2

  3. Dicasterio para las Causas de los Santos. Martiri redentoristi di Madrid: Decreto, §Biografía (2022). 2 3

  4. Dicasterio para las Causas de los Santos. Martiri redentoristi di Madrid: Decreto, §Decreto sobre el Martirio (2022). 2 3

  5. Papa Juan Pablo II. A los Padres Redentoristas (18 de noviembre de 1985) - Discurso, § 2 (1985). 2 3 4

  6. Papa Juan Pablo II. Al Consejo General de los Redentoristas (15 de diciembre de 1997) - Discurso (1997).

  7. Papa Juan Pablo II. A los miembros del Consejo General de los Padres Redentoristas (8 de febrero de 1992) - Discurso, § 1 (1992).

  8. Papa Benedicto XVI. Alfonso María de' Liguori (1696-1787) - Audiencia General (2011) (1839). 2 3 4

  9. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 248.

  10. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 252.

  11. Papa Juan Pablo II. A las Redentoristas, Monjas de Clausura (24 de mayo de 1987) - Discurso (1987).