Orden de Salvatorianos (Sociedad del Divino Salvador)
La Orden de Salvatorianos, conocida formalmente como Sociedad del Divino Salvador (en latín, Societas Divini Salvatoris, abreviada como SDS), es una sociedad de vida apostólica católica fundada en el siglo XIX con el propósito de promover la salvación de las almas a través de la evangelización y la misión universal. Inspirada en el carisma del Beato Francisco María de la Cruz Jordan, esta congregación reúne a sacerdotes, hermanos, hermanas y laicos comprometidos en una labor misionera que se extiende por más de cincuenta países. Su espiritualidad se centra en la proclamación de Cristo como Revelador del único Dios verdadero que salva, fomentando la comunión entre diversos carismas y ministerios para extender el mensaje del Evangelio en contextos diversos, desde parroquias hasta misiones remotas.
Tabla de contenido
Historia
Fundación
La Sociedad del Divino Salvador surgió en el contexto de la renovación espiritual del siglo XIX en Europa, marcada por un renovado impulso misionero tras las turbulencias de las revoluciones y la secularización. El Beato Francisco María de la Cruz Jordan, nacido como Johann Baptist Jordan el 16 de junio de 1848 en Gurtweil, Alemania, fue el impulsor de esta obra. Ordenado sacerdote el 21 de julio de 1878 a los 29 años, Jordan realizó estudios en Roma sobre lenguas orientales y en el Líbano, en el centro de los maronitas en Ain Warqa. Durante su estancia en Tierra Santa, experimentó una profunda inspiración para crear una sociedad dedicada íntegramente a la difusión de la fe católica.1,2
El 8 de diciembre de 1881, en la capilla de Santa Brígida en Roma, Jordan fundó la Sociedad del Divino Salvador. Inicialmente, la congregación se centró en la formación de un grupo de colaboradores laicos y clérigos para extender el conocimiento de Cristo Salvador en un mundo cada vez más alejado de la fe. En 1893, Jordan otorgó a sus comunidades el nombre oficial de «Sociedad del Divino Salvador» para los hombres y «Congregación de las Hermanas del Divino Salvador» para las mujeres, consolidando así una familia religiosa unificada.3,4
Desarrollo y expansión
Durante sus primeros años, la sociedad enfrentó desafíos como la falta de recursos y las restricciones impuestas por las leyes anticlericales en Europa. No obstante, en 1888, Jordan colaboró con la Beata María de los Ángeles (Teresa von Wüllenweber) para fundar la rama femenina en Tivoli, Italia, ampliando el alcance apostólico.1 En 1893, la Congregación de Propaganda Fide encomendó a los salvatorianos la Prefectura Apostólica de Assam, en India, marcando el inicio de su presencia misionera en Asia.5
El primer Capítulo General en 1902 eligió a Jordan como superior general vitalicio, lo que impulsó la organización interna. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, el generalato se trasladó a Friburgo, Suiza, para evitar las divisiones nacionales. Jordan, respetando las decisiones del capítulo, cedió el gobierno a su sucesor, el padre Pancracio Pfeiffer, y falleció el 8 de septiembre de 1918 en Tafers, Suiza, tras una grave enfermedad.3 En 1956, sus restos fueron trasladados a Roma, a la capilla de la Casa Generalizia.1
Tras la muerte del fundador, la sociedad creció rápidamente. En el siglo XX, se expandió a América, África y Oceanía, respondiendo a las necesidades de la Iglesia universal. Papas como Pío XII y Juan Pablo II destacaron su rol en la evangelización, enfatizando la unión con Cristo Salvador para liberar al mundo del pecado y la muerte.6,7
Fundador: Beato Francisco María de la Cruz Jordan
Francisco María de la Cruz Jordan (1848-1918) es la figura central de la sociedad. Proveniente de una familia humilde en el sur de Alemania, su vocación se forjó en la pobreza y la oración. Desde joven, mostró un ardiente deseo de unión con Cristo en la Eucaristía, de donde extrajo su celo apostólico. Sus hermanos lo veían frecuentemente inmerso en la oración, y promovía la devoción a la Virgen María como Madre del Salvador y Reina de los Apóstoles.3,4
Jordan abrazó la pobreza evangélica con humildad y confianza inquebrantable en Dios, aceptando la cruz en momentos de prueba. Su visión era crear una sociedad apostólica que uniera sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos en la proclamación de Cristo como el único Salvador. Esta intuición carismática ha guiado a miles de miembros de diversas naciones hacia la seguimiento del Evangelio.8,9
Beatificado el 15 de mayo de 2021 por el papa Francisco, su fiesta se celebra el 21 de julio, coincidiendo con su ordenación sacerdotal. La beatificación reconoció sus virtudes heroicas y su contribución a la misión de la Iglesia.5,10
Espiritualidad y carisma
La espiritualidad salvatoriana se fundamenta en la centralidad de Cristo como Divino Salvador, revelador del Padre y fuente de salvación para toda la humanidad. Jordan concibió la sociedad como un cuerpo apostólico donde todos los carismas y ministerios —sacerdotales, consagrados y laicos— se complementan en armonía, inspirados en los primeros apóstoles.8,11
El carisma enfatiza la comunión apostólica, donde la evangelización se realiza en espíritu de colaboración. Esta unión genera un deseo ardiente de anunciar la experiencia del Resucitado, contribuyendo a la santificación de la Iglesia y la extensión del Reino de Dios. Los miembros se nutren de la Eucaristía y la adoración, viviendo la pobreza, la humildad y la confianza en la Providencia.3
En documentos papales, como el discurso de Juan Pablo II en 1999, se alaba su generosidad al estilo de San José, fomentando la fe y la esperanza en los jóvenes y en las misiones.7 Su labor se orienta a la redención del mundo, proclamando que no hay salvación fuera de Cristo (cf. Hch 4,12).12
Organización y estructura
La Sociedad del Divino Salvador es una sociedad clerical de derecho pontificio, aprobada por la Santa Sede. Su gobierno se ejerce mediante capítulos generales que eligen al superior general, residiendo en Roma. Incluye ramas masculina (sacerdotes y hermanos) y femenina (hermanas salvatorianas), además de laicos asociados en la Familia Salvatoriana.
La formación enfatiza la preparación misionera, con estudios teológicos y lingüísticos para adaptarse a culturas diversas. Los votos profesiados son de obediencia, castidad y pobreza, con un cuarto voto de lealtad especial al Salvador. La estructura promueve la complementariedad: los laicos participan en la misión parroquial y social, mientras los sacerdotes asumen roles pastorales y misioneros.8
Presencia mundial
Hoy, los salvatorianos operan en más de 50 países, con presencia en Europa (Italia, Alemania, Polonia), América (Estados Unidos, Brasil, México), Asia (India, Filipinas, Papúa Nueva Guinea), África (Tanzania, República Democrática del Congo) y Oceanía. Enfocan su apostolado en parroquias, educación, misiones ad gentes y trabajo con jóvenes y marginados.
En España, la sociedad llegó a principios del siglo XX, estableciendo comunidades en Madrid y otras ciudades para apoyar la pastoral juvenil y misionera. Su contribución a la Iglesia local incluye formación sacerdotal y obras sociales, alineadas con el llamado universal a la nueva evangelización.6
Legado y relevancia actual
El legado de los salvatorianos radica en su compromiso con la misión salvífica de Cristo en un mundo secularizado. Su modelo de comunión ha inspirado otras familias religiosas y responde a los desafíos contemporáneos, como la globalización y la crisis de fe. En audiencias papales, se les exhorta a rededicarse a su vocación eclesial, llevando la salvación a través del testimonio y la generosidad.6,7
En el contexto de la Iglesia bajo el papa León XIV, los salvatorianos continúan impulsando la sinodalidad y la misión, recordando que la evangelización es obra del Espíritu Santo que genera comunión y deseo de anunciar a Cristo.8,11
Citas
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Decreto, §Biografía (2021). ↩ ↩2 ↩3
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Biografía, §Biografía (2021). ↩
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Biografía, §Decreto sobre los milagros (2021). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Decreto, §Decreto sobre las virtudes (2021). ↩ ↩2
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Decreto, §Resumen (2021). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 2 de noviembre de 1983 (1983). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. A los miembros de la Sociedad del Divino Salvador (19 de marzo de 1999) - Discurso (1999). ↩ ↩2 ↩3
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Biografía, §Homilía (2021). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Homilía (2021). ↩
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Biografía, §Resumen (2021). ↩
Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Decreto, §Homilía (2021). ↩ ↩2
Radiomensaje con motivo de la clausura del Primer Congreso Eucarístico de El Salvador (26 de noviembre de 1942), Papa Pío XII. Radiomensaje con motivo de la clausura del Primer Congreso Eucarístico de El Salvador (26 de noviembre de 1942) (1942). ↩
