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Cruz

Orden de Servitas (Orden de los Siervos de María)

La Orden de Servitas, también conocida como Orden de los Siervos de María, es una de las órdenes mendicantes católicas fundada en el siglo XIII en Florencia, Italia. Su carisma se centra en la devoción a la Virgen María, especialmente en sus Dolores durante la Pasión de Cristo, combinada con la predicación del Evangelio y la santificación de sus miembros. Surgida de una visión mariana a siete nobles florentinos, la orden sigue la Regla de San Agustín y ha experimentado un notable desarrollo histórico, con presencia en Europa, América y Asia. A lo largo de los siglos, ha enfrentado desafíos como reformas y supresiones, pero mantiene su misión apostólica en parroquias, misiones y educación, destacando por su énfasis en la pobreza, la castidad y la obediencia.

Tabla de contenido

Fundación

La Orden de los Servitas se originó en el contexto espiritual de la Florencia medieval, marcada por un profundo fervor mariano y las tensiones sociales de la época. En 1233, durante la fiesta de la Asunción de la Virgen María, siete jóvenes nobles de familias patricias de la ciudad experimentaron una visión colectiva que les impulsó a abandonar el mundo para dedicarse por completo a Dios. Estos hombres, que formaban parte de la Confraternidad de los Laudesi —un grupo laico devoto a la alabanza de María—, se reunieron en la iglesia para sus ejercicios espirituales cuando la Virgen les apareció, exhortándoles a retirarse del bullicio mundano y consagrarse a las realidades eternas.

Inicialmente, se instalaron cerca del convento de los Frailes Menores en La Camarzia, un suburbio de Florencia. Sin embargo, la búsqueda de mayor soledad les llevó a trasladarse a Monte Senario, a unos once kilómetros al norte de la ciudad. Allí, en otra aparición, la Virgen les entregó un hábito negro simbólico de sus dolores en la Cruz, junto con la Regla de San Agustín, y les designó como sus «Siervos». Este evento, ocurrido el 13 de abril de 1240, marca el nacimiento formal de la orden. El hábito negro, con su sencillez austera, recordaba el luto de María al pie de la Cruz, y la regla agustiniana proporcionaba un marco para su vida comunitaria, enfatizando la pobreza, la castidad y la obediencia.

Los fundadores adoptaron un estilo de vida penitente e intenso, combinando oración, ayuno y trabajo manual. Su superior inicial fue Buonfiglio dei Monaldi, quien guió al grupo en sus primeros años. La orden se expandió rápidamente, estableciendo su primera rama en Cafaggio, fuera de las murallas de Florencia, y atrayendo a nuevos miembros pese a las resistencias iniciales.

Los Siete Fundadores

Los siete fundadores, canonizados colectivamente por el papa León XIII en 1887, representan un modelo de conversión radical y devoción mariana. Eran:

Estos hombres, de origen acomodado, renunciaron a sus bienes en un «Acto de Pobreza» en Monte Senario, inspirados en la simplicidad evangélica. Su vida austera —con ayunos prolongados y penitencias— atrajo admiración, pero también críticas por su rigor excesivo, lo que les llevó a moderar su regla bajo consejo episcopal.1,2,3

Aprobación y desarrollo histórico

La aprobación de la orden no fue inmediata, reflejando las restricciones eclesiásticas a nuevas fundaciones mendicantes. En 1243, San Pedro de Verona, inquisidor general, recomendó el grupo al papa, pero la primera confirmación oficial llegó en 1249 mediante el cardenal Raniero Capocci, legado papal en Toscana. En 1251, Inocencio IV nombró al cardenal Guglielmo Fieschi como protector, y en 1256, Alejandro IV la reconoció como entidad autónoma, permitiendo la elección de un general.

El Segundo Concilio de Lyon (1274) amenazó su existencia al suprimir órdenes no aprobadas, pero la intervención de San Felipe Benizi, quinto general desde 1267, salvó a los Servitas. Benizi, nacido el día de la primera visión mariana, propagó la orden por Europa, ganando la aprobación definitiva de Benedicto XI en 1304. Bajo su liderazgo, se dividió en provincias: Toscana, Umbría, Romagna y Lombardía.

La orden creció rápidamente: en el siglo XIII, ya tenía casas en Alemania, Francia y España; en el XIV, superaba los cien conventos, con misiones en Hungría, Bohemia, Creta e India. La Reforma Protestante causó pérdidas en el norte de Europa, pero floreció en el sur de Francia y Roma (conventos como San Marcello en 1369 y Santa María en Via en 1563). En el siglo XVIII, plagas y confiscaciones —como en Marsella (1720) o Praga (1783)— diezmaron comunidades, y en 1835 se suprimieron diez monasterios en España.

El siglo XIX vio un renacimiento: en 1864, frailes como el padre Morini fundaron prioratos en Inglaterra (St. Mary’s Priory, Londres) y América (Chicago, 1874). En 1908, se estableció la provincia americana, con conventos en Chicago, St. Louis y Denver. Para 1910, contaba con 700 miembros en 62 monasterios.1,4

En el siglo XX, los papas alentaron su renovación. Pablo VI en 1974 y Juan Pablo II en 1989 y 2001 destacaron su rol en la evangelización y las vocaciones, recordando el 750 aniversario del Acto de Pobreza en 2001.5,6,7

Espiritualidad y carisma

El carisma servita se define por la meditación en la Pasión de Cristo y los Siete Dolores de María, promoviendo la santificación personal y la predicación. Los miembros profesan los votos evangélicos y se consagran como «Siervos de María», imitando su fiat humilde. Su espiritualidad integra contemplación y acción apostólica: dan misiones, cuidan almas en parroquias y enseñan en instituciones superiores.

Devociones clave incluyen el Rosario de los Siete Dolores y la Vía Matris (camino de la Madre), que recorren los sufrimientos marianos. Observan ayunos en Adviento, Cuaresma y vigilias, fomentando una vida de pobreza radical, como enfatizó Juan Pablo II al recordar el «no tener lugar donde posar la cabeza» de Jesús.1,5

La orden se inspira en María como «consolación de los afligidos» y «causa de gozo», respondiendo a las «nuevas pobrezas» modernas: marginación, adicciones y materialismo. Su misión es consolar cruces humanas con «cooperación redentora», alineada con la constitución Perfectae Caritatis sobre renovación religiosa.6

Estructura de la orden

La Orden de los Servitas comprende tres ramas principales, todas unidas por el carisma mariano:

Primera Orden (Frailes)

Los frailes Servitas, clérigos y laicos, viven en comunidades mendicantes. Cargos electivos duran tres años (seis para el general y asistentes). En 1910, predominaban en Italia (36 conventos), pero hoy se extienden globalmente, con énfasis en misiones y educación.

Segunda Orden (Monjas)

Originada en conversos de San Felipe Benizi tras 1285, las monjas de clausura dedican su vida a la oración por la orden. Tienen casas en Italia, España, Inglaterra, Tirol y Alemania.

Tercera Orden (Mantelatas y Seglares)

Fundada por Santa Juliana Falconieri en 1284, las Mantelatas (hermanas activas) se ocupan de educación, cuidado de enfermos y obras de misericordia. Presentes en Italia, Francia, España, Inglaterra y Canadá; en EE.UU., en diócesis como Sioux City. Existe también una rama seglar y la Confraternidad de los Siete Dolores, erigible en cualquier parroquia.1,4

Santos y figuras destacadas

La orden ha producido santos canonizados que encarnan su espíritu:

Otras figuras notables incluyen al beato Pablo de la Cruz y misioneros como el padre Morini, pionero en América.1,2

Presencia en el mundo actual

Hoy, los Servitas mantienen una presencia viva en unos 20 países, con conventos en Europa (Italia, España, Inglaterra), América (EE.UU., Canadá, América Latina) y misiones emergentes en África y Asia. En España, participan en parroquias y obras sociales, fomentando la devoción mariana. Vocaciones crecen en iglesias jóvenes, como alentó Juan Pablo II, mediante oración y testimonio evangélico.5,6

La orden responde a desafíos contemporáneos con dinamismo apostólico: atención a pobres, ancianos y marginados, y promoción de la nueva evangelización. Su legado perdura en la difusión de la piedad mariana, recordando que María, como «Serva del Señor», ilumina el camino de servicio a la Iglesia y la humanidad.8

Citas

  1. Orden de los Siervos de María, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Orden de los Siervos de María. 2 3 4 5

  2. Sta. Marina, virgen (sin fecha), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 328. 2

  3. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 327.

  4. Siervos de María (Orden de los Siervos de María), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Siervos de María (Orden de los Siervos de María). 2

  5. Papa Juan Pablo II. Mensaje a la Orden de los Frailes Siervos de María (12 de octubre de 2001) - Discurso, § 4 (2001). 2 3

  6. Papa Juan Pablo II. A los participantes en el Capítulo General de la Orden de los Siervos de María (27 de octubre de 1989) - Discurso (1989). 2 3

  7. Papa Juan Pablo II. Mensaje a la Orden de los Frailes Siervos de María (12 de octubre de 2001), § 4 (2001).

  8. Religiosos Siervos de María, Papa Pablo VI. Audiencia General del 10 de julio de 1974, §Religiosos Siervos de María (1974).