Orden de Sociedad de María (Maristas)
La Sociedad de María, conocida comúnmente como Maristas, es una congregación religiosa católica fundada en el siglo XIX en Francia, dedicada especialmente a la devoción mariana y a la evangelización a través de la educación y las misiones. Surgida en el contexto de la Restauración postrevolucionaria, esta orden se caracteriza por su estructura ramificada que incluye sacerdotes, hermanos y hermanas, todos unidos por un espíritu de humildad y servicio a la Virgen María. A lo largo de su historia, los Maristas han extendido su labor apostólica por todo el mundo, destacando en la formación de la juventud y en regiones misioneras remotas, como Oceanía y América. Su carisma se basa en vivir «desconocidos y casi ocultos en este mundo», inspirados en el modelo de María, y ha sido aprobada canónicamente por la Santa Sede, contribuyendo significativamente al renacimiento espiritual de la Iglesia en tiempos de crisis.
Tabla de contenido
Historia
Orígenes y fundación
La Sociedad de María tuvo sus raíces en el año 1816, en la ciudad de Lyon, Francia, durante un período de renovación espiritual tras la Revolución Francesa y la Restauración de la monarquía borbónica. Un grupo de seminaristas del seminario de San Ireneo, motivados por el deseo de revitalizar la fe católica en una sociedad secularizada, concibieron la idea de formar una sociedad religiosa dedicada a la Bienaventurada Virgen María. Entre ellos destacaba Jean-Claude Colin, un joven sacerdote tímido y reflexivo que, aunque no era el más visible del grupo, se convirtió en el verdadero artífice de la fundación.1 Colin, ordenado sacerdote en 1816, sirvió inicialmente como vicario en la parroquia de Cerdon, donde redactó las primeras reglas provisionales de la sociedad, inspiradas en la devoción mariana y en la necesidad de una evangelización discreta y humilde.
El contexto histórico era desafiante: la Iglesia enfrentaba hostilidad por parte de las autoridades laicas, y muchos clérigos habían sido exiliados o perseguidos. Los fundadores, que incluían figuras como Marcellin Champagnat y Pierre Chanel, se reunieron en la colina de Fourvière, en Lyon, para consagrarse a María el 22 de julio de 1816, un día después de su ordenación. Esta consagración marcó el nacimiento espiritual de los Maristas, aunque la aprobación formal tardaría años en llegar debido a la oposición de algunas autoridades eclesiásticas locales. Colin, con su visión de una congregación misionera de alcance universal, insistió en que no se limitara a una diócesis, sino que sirviera a la Iglesia entera.2
En 1823, tras el traslado de la parroquia de Cerdon a la diócesis de Belley, el obispo Étienne Devie permitió a Colin y a un pequeño grupo de compañeros dedicarse a misiones rurales. Su éxito en la predicación y la educación de los jóvenes atrajo más vocaciones, pero también tensiones con el obispo, quien prefería un instituto diocesano. A pesar de estos obstáculos, la Santa Sede intervino en 1836, cuando el papa Gregorio XVI, en busca de misioneros para Oceanía, aprobó definitivamente la Sociedad de María mediante un breve del 29 de abril. Este documento la erigió como instituto religioso con votos simples de pobreza, castidad y obediencia, bajo un superior general. El 24 de septiembre de 1836, Colin fue elegido superior general, y se realizó la primera profesión religiosa, en la que participaron Chanel y Champagnat.3
Desarrollo y expansión
Tras su aprobación, la Sociedad de María experimentó un rápido crecimiento bajo el liderazgo de Colin, quien dirigió la orden hasta 1854. Inicialmente, se centró en Francia, donde los Maristas se dedicaron a la educación secundaria, la dirección de seminarios diocesanos y misiones parroquiales. Cuando se restauró la libertad educativa en Francia a finales del siglo XIX, ampliaron su labor a colegios y centros de formación, inspirados en métodos pedagógicos cristianos que enfatizaban la devoción a María.4 Sin embargo, la persecución anticlerical en Francia durante la Tercera República obligó a muchos miembros a exiliarse, lo que impulsó la expansión internacional.
El primer gran campo misionero fue Oceanía en 1836, donde los Maristas evangelizaron Nueva Zelanda, las Islas Fiyi, Samoa y otras regiones del Pacífico. Bajo la dirección del obispo Jean-Baptiste Pompallier, convirtieron comunidades enteras, como en Wallis en 1837, y establecieron vicariatos apostólicos. Pierre Chanel, uno de los pioneros, fue martirizado en Futuna en 1841 y canonizado en 1954 como santo patrón de Oceanía.5 Para 1910, la orden contaba con numerosas presencias en Europa, América y Asia, con superiores generales sucesivos como Julien Favre (1854-1885), Alexandre Martin (1885-1905) y Jean-Claude Raffin (1905 en adelante), que consolidaron su estructura organizativa.6
En el siglo XX, los Maristas respondieron a los desafíos del mundo moderno, participando en la educación católica y en misiones en América Latina y África. La Segunda Guerra Mundial interrumpió algunas actividades, pero la posguerra vio un auge en la formación de laicos y en el ecumenismo. Hoy, la orden sigue creciendo, con énfasis en la justicia social y la catequesis, fiel a su motto: Spem in mari ponite («Poned vuestra esperanza en María»).
Estructura y ramas
La Sociedad de María no es una orden monástica tradicional, sino un instituto religioso con votos simples y un enfoque apostólico. Su constitución, aprobada por el papa Pío IX en 1873, incluye un espíritu de devoción especial a María, lealtad absoluta al Santo Padre, reverencia a la jerarquía y amor por la vida oculta.7 Está organizada en provincias y delegaciones bajo un superior general elegido por seis años, con sede en Roma.
Ramas principales
La orden se divide en varias ramas autónomas pero unidas espiritualmente:
Sacerdotes Maristas (S.M.): El núcleo original, formado por sacerdotes dedicados a la predicación, las misiones y la educación superior. Fundados por Colin, se centran en la formación integral de los jóvenes, combinando fe y cultura.
Hermanos Maristas de las Escuelas (F.M.S.): Iniciados por Marcellin Champagnat en 1817 en Lavalla, se enfocan en la educación de niños y jóvenes pobres. Champagnat, canonizado en 1999, enfatizó el amor a Jesús a través de la escuela como lugar privilegiado de evangelización. Hoy, dirigen miles de centros educativos en más de 70 países.8
Hermanas Maristas del Nombre de María: Fundadas por Colin en 1825 en Cerdon, se dedican a la educación y el cuidado pastoral, especialmente de mujeres y familias. Su carisma incluye la simplicidad y la presencia materna al estilo de María.
Tercer Orden o Laicos Maristas: Aunque no formalmente una rama religiosa, incluye seglares asociados que comparten el espíritu marista en su vida cotidiana, promoviendo la devoción mariana en parroquias y comunidades.
Esta estructura ramificada permite una colaboración estrecha, como en las misiones iniciales a Oceanía, donde hermanos y sacerdotes trabajaron juntos.
Espiritualidad y carisma
El carisma marista se define por una devoción profunda a la Virgen María, vista como modelo de humildad y servicio. Los miembros buscan imitar su fiat («hágase en mí según tu palabra») en una vida «desconocida y casi oculta», evitando el protagonismo para centrarse en la salvación de las almas.9 La espiritualidad se nutre de la oración mariana, como el rosario, y de una confianza absoluta en la Providencia divina, incluso en adversidades.
Influenciados por el contexto postrevolucionario, los Maristas promueven la reevangelización discreta: educar en la fe sin imponerla, fomentando la interioridad cristiana. Su regla enfatiza la comunidad fraterna, el trabajo apostólico y la lealtad a la Iglesia, con María como «estrella del mar» que guía sus pasos. En palabras de Colin, cada miembro recibe de la Virgen un «mandato para trabajar en la salvación de los hermanos en el mundo».10
Actividades apostólicas
Los Maristas destacan en la educación católica, dirigiendo colegios, universidades y centros de formación en todo el mundo. Su pedagogía integra la fe, la disciplina y el desarrollo humano, inspirada en el amor a los más necesitados, como los niños rurales o marginados. En misiones, han establecido parroquias, seminarios y obras sociales en regiones remotas, como el Pacífico y África subsahariana.
Además, participan en el apostolado parroquial, la predicación de retiros y la Legión de María, promoviendo iniciativas marianas. En la era contemporánea, abordan temas como la ecología, la paz y la inclusión de migrantes, siempre con un enfoque en la formación integral.
Presencia mundial
Con más de 4.000 miembros, la Sociedad de María opera en unos 80 países. En Europa, mantienen centros en Francia, España e Italia; en América, en Estados Unidos, México, Brasil y Perú, donde dirigen colegios como el de Santa María en Lima.11 En Oceanía, su legado misionero persiste con vicariatos y escuelas. En Asia y África, expanden su labor educativa y social.
En España, los Maristas llegaron en el siglo XIX y fundaron colegios emblemáticos, contribuyendo a la educación católica durante la dictadura y la transición democrática.
Figuras notables
Jean-Claude Colin (1790-1875): Fundador y primer superior general, beatificado en proceso.
Marcellin Champagnat (1789-1840): Fundador de los Hermanos Maristas, canonizado en 1999.
Pierre Chanel (1803-1841): Misionero y mártir, canonizado en 1954.
Julien Favre (1800-1896): Segundo superior general, clave en la expansión misionera.
Estas figuras encarnan el espíritu marista de entrega total a María y a la Iglesia.
En resumen, la Sociedad de María (Maristas) representa un testimonio vivo de fidelidad mariana y apostolado humilde, adaptándose a los retos del mundo actual mientras mantiene su misión original de educar y evangelizar en el nombre de Cristo, bajo la protección de la Virgen.
Citas
Papa Juan Pablo II. 1 de marzo de 1987: Visita pastoral a la parroquia de «SS. Nome di Maria» de Roma - Homilía, § 7 (1987). ↩
Sociedad de María (Padres Maristas), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sociedad de María (Padres Maristas). ↩
Papa Juan Pablo II. A los superiores y alumnos del Instituto Santa María (19 de noviembre de 1989) - Discurso (1989). ↩
El Dicasterio para las Causas de los Santos. Pietro Chanel (1803-1841) - Biografía (1954). ↩
Papa Pablo VI. A los profesores y alumnos del Colegio «Santa María» de Lima (8 de febrero de 1965) - Discurso (1965). ↩
Sociedad de María de París, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sociedad de María de París. ↩
El Dicasterio para las Causas de los Santos. Marcellin Joseph Benoît Champagnat (1789-1840) - Biografía (1999). ↩
Dicasterio para las Causas de los Santos. Basile-Antoine Marie Moreau: Biografía (15 de septiembre de 2007), §Biografía (2007). ↩
Biografía, Dicasterio para las Causas de los Santos. Louis-Edouard Cestac: Biografía (2015). ↩
Dicasterio para las Causas de los Santos. Luigi Novarese: Litterae Apostolicae (mayo de 2013) (2013). ↩
Jean-Claude-Marie Colin, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Jean-Claude-Marie Colin. ↩
