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Cruz

Orden Salvatoriana (Sociedad del Divino Salvador)

La Orden Salvatoriana, conocida formalmente como la Sociedad del Divino Salvador, es una congregación religiosa católica de derecho pontificio fundada en el siglo XIX con el propósito de difundir la fe cristiana en todo el mundo, proclamando a Cristo como el Revelador del único Dios verdadero que salva. Inspirada en el celo apostólico y la misión universal, une a sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos en una familia espiritual dedicada a la evangelización, la educación y el servicio a los más necesitados. Su fundador, el beato Francisco María de la Cruz Jordan, estableció esta sociedad en Roma en 1881, y desde entonces ha expandido su labor a más de cincuenta países, destacando por su compromiso con la comunión eclesial y la adoración eucarística. La orden también incluye ramas femeninas y seculares, y su carisma se centra en la imitación de los primeros apóstoles para llevar el mensaje de salvación a todas las naciones.

Tabla de contenido

Historia

Fundación

La Sociedad del Divino Salvador surgien en un contexto de renovado fervor misionero en la Iglesia católica del siglo XIX, marcado por el deseo de responder a los desafíos de la secularización y la expansión colonial. Su origen se remonta al 8 de diciembre de 1881, cuando el sacerdote alemán Johann Baptist Jordan, más tarde conocido como Francisco María de la Cruz, fundó la congregación en la capilla de Santa Brígida en Roma. Inicialmente denominada Sociedad de Instrucción Católica, el nombre se modificó en 1893 a Sociedad del Divino Salvador para reflejar mejor su misión central: hacer presente la salvación obrada por Cristo en el mundo.1,2

Jordan, nacido el 16 de junio de 1848 en Gurtweil, en la región del Breisgau (Alemania), tuvo una vocación tardía. A los 29 años ingresó en el seminario y fue ordenado sacerdote el 21 de julio de 1878. Su formación incluyó estudios de lenguas orientales en Roma y un período en el centro maronita de Ain Warqa, en Líbano. Fue durante su estancia en Tierra Santa donde recibió la inspiración divina para crear una obra dedicada íntegramente a la propagación de la fe, motivado por el deseo de unir a personas de diversos carismas en una sola misión apostólica.3,4

El fundador impuso desde el principio, además de los votos tradicionales de pobreza, castidad y obediencia, un cuarto voto de dedicación a la misión apostólica, lo que subraya el carácter universal y dinámico de la sociedad. Las reglas y constituciones se inspiraron en gran medida en las de la Compañía de Jesús, adaptadas al espíritu salvatoriano de comunión y evangelización colaborativa.5

Desarrollo y expansión

En sus primeros años, la sociedad creció rápidamente bajo el liderazgo de Jordan, quien en 1902 fue elegido superior general vitalicio durante el primer Capítulo General. En 1888, siete años después de la fundación masculina, Jordan colaboró con Teresa von Wüllenweber (beatificada como María de los Ángeles) para establecer la Congregación de las Hermanas del Divino Salvador en Tivoli, Italia, complementando así la labor de los sacerdotes con el servicio femenino en educación y atención a los pobres.1,6

Un hito importante ocurrió el 13 de diciembre de 1893, cuando la Congregación de Propaganda Fide encomendó a los salvatorianos la Prefectura Apostólica de Assam, en India, marcando el inicio de su presencia misionera en Asia. Allí, los religiosos publicaron libros en dialecto khasi y fundaron estaciones misionales, escuelas y orfanatos, con el apoyo de catequistas nativos.5 La expansión continuó hacia América: en 1893 se estableció un colegio en Lochau (Austria), y en el mismo año una misión en Corvallis, Oregón (Estados Unidos). En 1896, llegaron a Brasil, y pronto a Colombia y otros países.5

La Primera Guerra Mundial interrumpió el crecimiento, obligando a Jordan a trasladar el generalato a Friburgo, en Suiza, en 1915. Respetando las decisiones del tercer Capítulo General, cedió el gobierno a su sucesor, Pancrazio Pfeiffer. El fundador falleció el 8 de septiembre de 1918 en Tafers (Suiza), tras una grave enfermedad, y sus restos fueron trasladados a Roma en 1956, donde reposan en la capilla de la Casa Generalizia.1,2

A lo largo del siglo XX, la orden recibió aprobaciones papales clave, como el Decretum laudis de 1905, y se expandió a Europa (Italia, Austria, Polonia, Hungría), América y Asia. En 1983, el papa Juan Pablo II, en una audiencia general, exhortó a los salvatorianos a no olvidar el honor de llevar el título del Divino Salvador y a trabajar unidos a Jesús para llevar la salvación al mundo.7 En 1988, durante el centenario de las hermanas, el mismo pontífice elogió su celo apostólico y su presencia en veinticinco nacionalidades, viéndolas como un sacramento del amor universal de Dios.6,8

Fundador

Francisco María de la Cruz Jordan, cuyo nombre de bautismo era Johann Baptist Jordan, es la figura central de la orden. Nacido en una familia humilde, su vida estuvo marcada por un profundo deseo de unión con Cristo en la Eucaristía, que alimentó su celo apostólico desde la juventud. Sus hermanos lo describían inmerso en la oración, y él promovía la devoción a la Virgen María como Madre del Salvador y Reina de los Apóstoles.2,9

Jordan abrazó la pobreza evangélica con humildad y confianza en Dios, aceptando las cruces con coraje. Su visión era crear una sociedad donde sacerdotes, consagrados, laicos y familias compartieran un único carisma, inspirados en los primeros apóstoles. Esta intuición ha guiado a miles de miembros de diversas naciones hacia la seguimiento del Evangelio.10,11

Beatificado el 15 de mayo de 2021 por el papa Francisco, su festividad se celebra el 21 de julio, coincidiendo con su ordenación sacerdotal. En la ceremonia de beatificación, se destacó cómo su fundación contribuyó a la difusión del mensaje de salvación en más de cincuenta países, enfatizando la evangelización como obra del Espíritu Santo que genera comunión.4,12

Carisma y espiritualidad

El carisma salvatoriano se centra en proclamar a Cristo como Revelador del único Dios verdadero que salva, uniendo a todos los miembros en una comunión apostólica que refleja la armonía de los primeros cristianos. Jordan deseaba una sociedad donde brillaran todos los carismas y ministerios, compartiendo un espíritu de colaboración y complementariedad para la evangelización.10,13

La espiritualidad se nutre de la adoración eucarística y la imitación de Jesús Salvador. Los miembros buscan la intimidad con Cristo en la Misa y la oración, de donde brota el impulso misionero. Influenciados por la tradición ignaciana, enfatizan la obediencia al Papa y la Iglesia, y el cuarto voto de misión los impulsa a ir ad gentes, especialmente a los pobres y marginados.5

Juan Pablo II, en varios discursos, recordó que el título del Divino Salvador es un honor que obliga a llevar la salvación al mundo, recordando que Dios salva al hombre de la muerte y el pecado, introduciéndolo en la vida divina.7,14,15 Esta visión se extiende a la familia salvatoriana, que incluye laicos y terceros órdenes, promoviendo la misericordia divina en la vida cotidiana.16,17

Estructura y organización

La Sociedad del Divino Salvador es una congregación clerical de derecho pontificio, con un superior general elegido por el Capítulo General. Su gobierno se basa en constituciones aprobadas por la Santa Sede, que fomentan la vida comunitaria y la formación integral. El hábito consiste en una túnica negra con cinto negro, en el que se atan cuatro nudos simbolizando los votos; en climas tropicales, es blanco con cinto rojo.5

La orden comprende varias ramas: los sacerdotes y hermanos salvatorianos, las Hermanas del Divino Salvador (fundadas en 1888, con unos 200 miembros iniciales, dedicadas a orfanatos, escuelas y atención a enfermos), y la rama laical, como la Tercera Orden para seglares y la Academia Literaria para el avance del conocimiento católico.5,6 También existe la Congregación de las Hijas del Divino Salvador, una rama separada en Viena con más de 1.200 hermanas dedicadas a la salud y educación.5

Las publicaciones incluyen revistas como El Mensajero (en varias lenguas), El Amigo de los Niños y boletines misioneros, que difunden la doctrina y reportan las obras apostólicas.5

Misiones y obras

Desde sus inicios, los salvatorianos se han dedicado a la misión ad gentes, estableciendo parroquias, escuelas, seminarios y centros de formación en regiones remotas. En Assam, India, gestionan siete estaciones principales y treinta y dos dependientes, con misioneros, catequistas y publicaciones en lenguas locales.5 En América Latina, trabajan en Brasil y Colombia con énfasis en la justicia social y la defensa de la vida.15

Sus obras incluyen colegios marianos (veintiocho en total), misiones en trece lenguas y atención a los pobres, inspirados en el mandato de servir a familias en dificultad, abandonados y sufrientes.5,16 En Europa, mantienen casas en Italia, Austria y Polonia, promoviendo la nueva evangelización y la formación sacerdotal.17 La orden cuenta con alrededor de 400 miembros, incluyendo 175 sacerdotes, en treinta y cinco fundaciones.5

En el contexto actual, responden a los desafíos modernos como la secularización y la globalización, promoviendo la misericordia divina y la dignidad humana, tal como exhortó Juan Pablo II: «No temáis, yo os he redimido; os he llamado por vuestro nombre, sois míos».8

Beatificación del fundador y legado

La beatificación de Francisco María de la Cruz el 15 de mayo de 2021 por el papa Francisco reconoció sus virtudes heroicas y su contribución a la Iglesia. El decreto destacó su vida de oración, confianza en Dios y amor a la cruz, así como su visión de una familia salvatoriana multicultural.4,2

El legado de Jordan perdura en la expansión global de la orden, que hoy opera en más de cincuenta países, guiada por su intuición carismática. Su ejemplo inspira a los miembros a ser testigos de la salvación en un mundo marcado por el vacío espiritual, recordando que la evangelización es obra del Espíritu que suscita el deseo de anunciar al Resucitado.10,11

Citas

  1. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Decreto, §Biografía (2021). 2 3

  2. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Decreto, §Decreto sobre las Virtudes (2021). 2 3 4

  3. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Biografía, §Biografía (2021).

  4. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Decreto, §Resumen (2021). 2 3

  5. Sociedad del Divino Salvador, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sociedad del Divino Salvador. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

  6. Papa Juan Pablo II. Saludo a la Congregación Salvatoriana (20 de marzo de 1988) - Discurso, § 3 (1988). 2 3

  7. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 2 de noviembre de 1983 (1983). 2

  8. Papa Juan Pablo II. Saludo a la Congregación Salvatoriana (20 de marzo de 1988) - Discurso, § 4 (1988). 2

  9. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Biografía, §Decreto sobre los milagros (2021).

  10. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Decreto, §Homilía (2021). 2 3

  11. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Homilía (2021). 2

  12. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Biografía, §Resumen (2021).

  13. Dicasterio para las Causas de los Santos. Francesco Maria della Croce Jordan: Biografía, §Homilía (2021).

  14. Papa Juan Pablo II. A los Cardenales, la Casa Pontificia, la Curia Romana y la Prelatura por Navidad (21 de diciembre de 1996) - Discurso, § 1 (1996).

  15. Papa Juan Pablo II. A la Sociedad del Verbo Divino (30 de junio de 2000) - Discurso (2000). 2

  16. Papa Juan Pablo II. Viaje Apostólico a Polonia: Mensaje a las Personas Consagradas (Jasna Góra - 4 de junio de 1997) (1997). 2

  17. Papa Juan Pablo II. Mensaje al Superior General de la Congregación de los Hijos del Amor Misericordioso (20 de agosto de 2001) - Discurso, § 2 (2001). 2