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Ordinario

En la liturgia católica, el término «Ordinario» se refiere a las partes de la Misa y del año litúrgico que son constantes o fijas, en contraste con las partes que cambian según el día o la ocasión. Este concepto es fundamental para comprender la estructura de la liturgia romana, ya que proporciona el marco inmutable sobre el cual se insertan los elementos variables. También se aplica a un período específico del año litúrgico conocido como Tiempo Ordinario, en el que se celebra el misterio de Cristo en su plenitud sin un énfasis particular en un aspecto específico de su vida.

Tabla de contenido

El Ordinario de la Misa

El Ordinario de la Misa (en latín, Ordinarium Missae) es el conjunto de textos y ritos que permanecen inalterables en cada celebración eucarística, independientemente del tiempo litúrgico o de la fiesta que se conmemore1. Estos elementos constituyen la estructura básica de la Misa.

Partes del Ordinario de la Misa

Las partes que componen el Ordinario de la Misa son las siguientes:

Estos textos del Ordinario, cuando son cantados con arreglos musicales para varias voces, pueden ser interpretados por el coro, siempre que no se excluya completamente la participación del pueblo2. En otros casos, las partes del Ordinario pueden dividirse entre el coro y el pueblo, o incluso entre dos secciones del pueblo, alternando por versos o dividiendo el texto en secciones más grandes2.

Distinción entre Ordinario y Propio

La Misa católica se compone de un marco inmutable (el Ordinario) en el que se insertan oraciones, lecturas y cantos variables (el Propio del día)1. El Propio incluye elementos como el Introito, el Gradual, el Aleluya, la Secuencia, el Ofertorio y la Comunión1,3. También comprende las lecturas (Epístola, Evangelio y, a veces, del Antiguo Testamento) y las oraciones del celebrante (Colecta, Secreta y Postcomunión)1.

Además de estos, existen elementos que ocupan un lugar intermedio, como el Prefacio y algunas cláusulas del Canon, que aunque varían, no lo hacen con la misma frecuencia que el Propio1. Por ejemplo, hay once prefacios, diez especiales y uno común, que se insertan en el Ordinario y deben ser elegidos según las rúbricas1.

El Ordinario en el Año Litúrgico

El término «Ordinario» también se utiliza para designar el Tiempo Ordinario en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica.

Naturaleza del Tiempo Ordinario

El Tiempo Ordinario abarca la mayor parte del año litúrgico y se distingue de los tiempos que tienen un carácter propio y distintivo, como el Adviento, la Navidad, la Cuaresma y la Pascua4,5. Durante estas treinta y tres o treinta y cuatro semanas, no se celebra un aspecto particular del misterio de Cristo, sino que se honra el misterio de Cristo en su plenitud, especialmente los domingos4.

Estructura y Celebración

El Tiempo Ordinario comienza el lunes siguiente al domingo que cae después del 6 de enero y se extiende hasta el martes anterior al inicio de la Cuaresma. Luego, se reanuda el lunes después del Domingo de Pentecostés y finaliza antes de las Primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento6.

En el misal, se encuentran treinta y cuatro Misas para los domingos y días feriales del Tiempo Ordinario7. Los domingos, se utiliza la Misa correspondiente al número del domingo del Tiempo Ordinario, a menos que coincida con una solemnidad o una fiesta del Señor que la reemplace7. En los días feriales, cualquiera de las treinta y cuatro Misas puede ser utilizada, teniendo en cuenta las necesidades pastorales de los fieles7.

A diferencia de los tiempos litúrgicos con carácter propio, donde las lecturas tienen una armonía inherente, las lecturas de los domingos del Tiempo Ordinario se organizan según el principio de la lectura semicontinua para el Apóstol y el Evangelio5. La lectura del Antiguo Testamento, sin embargo, mantiene una concordancia temática con el Evangelio5. Esta disposición permite a los fieles conocer el misterio de Cristo tal como se narra en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas a lo largo de los ciclos anuales5.

La Liturgia como Fuente de la Vida Cristiana

La liturgia, en su conjunto, es el culmen hacia el que tiende la acción de la Iglesia y la fuente de la que emana toda su energía8. Introduce a los fieles en la caridad de Cristo y los inflama con ella, impulsándolos a vivir en perfecta unión8. La celebración litúrgica, presidida por el sacerdote, es una asamblea orante reunida en la fe y atenta a la Palabra de Dios, cuyo propósito principal es presentar a la divina Majestad el Sacrificio vivo, puro y santo de Cristo9.

La reforma litúrgica, impulsada por el Concilio Vaticano II, buscó que la disposición de los textos y ritos expresara más claramente las realidades santas que significan, permitiendo al pueblo cristiano comprender su sentido y participar de forma plena, activa y comunitaria10. La aplicación de estas nuevas normas y el uso de los nuevos libros litúrgicos, como el texto unificado del Ordinario de la Misa y las Plegarias Eucarísticas en lengua castellana, han buscado una mayor participación de los fieles11.

La liturgia tiene una parte inmutable, divinamente instituida y custodiada por la Iglesia, y partes que pueden ser cambiadas y adaptadas a las culturas de los pueblos recientemente evangelizados12. Sin embargo, esta diversidad litúrgica debe expresar fidelidad a la fe común, a los signos sacramentales recibidos de Cristo y a la comunión jerárquica12.

Conclusión

El concepto de «Ordinario» es esencial para la comprensión de la liturgia católica, tanto en la estructura inmutable de la Misa como en el período del año litúrgico que celebra el misterio de Cristo en su totalidad. Esta distinción entre lo fijo y lo variable permite una rica expresión de la fe, manteniendo la unidad y la tradición apostólica, al tiempo que se adapta a las necesidades pastorales y culturales de los fieles12. La liturgia, como cumbre y fuente de la vida de la Iglesia, continúa nutriendo a los creyentes y guiándolos en su camino de fe.

Citas

  1. Liturgia de la misa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Liturgia de la Misa. 2 3 4 5 6 7 8 9

  2. I. Algunas normas generales, Sagrada Congregación de Ritos. Musicam Sacram, § 34 (1967). 2 3 4 5

  3. Música de la misa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Música de la Misa.

  4. Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - VI. Tiempo ordinario, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 43 (1969). 2

  5. Parte seconda - Ars praedicandi - V. Le domeniche del tempo ordinario, Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio Homilético (29 de junio de 2014), § 140 (2015). 2 3 4

  6. Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - VI. Tiempo ordinario, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 44 (1969).

  7. Tiempo ordinario, Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. El Misal Romano (Traducción al inglés según la Tercera Edición Típica), §Tiempo Ordinario (2011). 2 3

  8. Papa Juan Pablo II. A los Obispos de Brasil en su visita ad Limina (20 de marzo de 1990) - Discurso (1990). 2

  9. Papa Juan Pablo II. Mensaje a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (17 de octubre de 2001) - Discurso, § 3 (2001).

  10. Papa Pablo VI. Al Sacro Colegio Cardenalicio (22 de junio de 1973) - Discurso (1973).

  11. Papa Juan Pablo II. A los Obispos de Argentina en su visita ad Limina (23 de noviembre de 1989) - Discurso (1989).

  12. sección primera la economía sacramental, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2.1. 2 3