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Cruz

Padre nuestro, santificado sea tu Nombre

El artículo explora la primera petición del Padre NuestroSantificado sea tu Nombre — desde sus raíces bíblicas, su desarrollo histórico, su interpretación teológica y su presencia litúrgica en la vida de la Iglesia. Se analizan las aportaciones de los Padres de la Iglesia, de la tradición magisterial y del Magisterio contemporáneo, así como su relevancia pastoral y devocional para los fieles.

Origen y desarrollo histórico

La fórmula Santificado sea tu Nombre aparece por primera vez en los evangelios de Mateo (6,9‑13) y Lucas (11,2‑4). Desde los primeros siglos, los cristianos adoptaron este texto como la oración modelo que Jesús entregó a sus discípulos1. Los escritos de los Padres, como el de Cipriano de Cartago, ya recogen la petición con la misma redacción, evidenciando su transmisión fiel en la liturgia primitiva2. En la Edad Media, teólogos como Robert Bellarmine mantuvieron la forma tradicional, subrayando la importancia de la santificación del nombre divino3.

Texto y variantes litúrgicas

En la liturgia latina el texto oficial del Padre Nuestro incluye la frase «Santificado sea tu Nombre» (latín: Sanctificetur nomen tuum). Las versiones contemporáneas de la Missale Romanum conservan esta redacción, tanto en la Misa como en la Liturgia de las Horas4. En la liturgia ortodoxa y en la de las Iglesias orientales, la oración se presenta con ligeras variaciones pero mantiene el mismo sentido de alabanza al Nombre de Dios5.

Significado teológico de la petición

Santificación del Nombre de Dios

La expresión Santificado sea tu Nombre es una alabanza que reconoce la santidad intrínseca del Nombre divino. Según San Agustín, al invocar el nombre de Dios los fieles se comprometen a estimarlo como santo y a difundir esa santidad entre los hombres6. Tomás de Aquino explica que la santificación del Nombre es la primera petición porque «buscamos la gloria de Dios cuando decimos: ‘Santificado sea Tu nombre’», lo que implica una adoración que trasciende la mera pronunciación para convertirse en una vida de reverencia7.

Relación con la alabanza y la adoración

El Catecismo de la Iglesia Católica señala que el Padre Nuestro es «la oración por excelencia de la Iglesia», y su primera petición introduce la dimensión adorativa que permea todo el rezo8. La santificación del Nombre, por tanto, no es solo una petición, sino una profesión de fe que coloca a Dios en el centro de la vida cristiana.

Comentario de los Padres de la Iglesia y teólogos

Uso litúrgico en la Iglesia

Liturgia de las Horas y sacramentos de iniciación

El Padre Nuestro forma parte integral de la Liturgia de las Horas y de los sacramentos de iniciación (Bautismo, Confirmación y Eucaristía)8. En la Misa, después de la Oración Eucarística, el sacerdote introduce la oración con la fórmula «El Señor esté con vosotros» y toda la asamblea recita Santificado sea tu Nombre junto con el resto de la oración4,10.

Celebración eucarística

El General Instruction of the Roman Missal indica que el sacerdote, con las manos extendidas, pronuncia la oración completa, y el pueblo la repite, subrayando la participación activa de la comunidad11. El embolismo añadido por el sacerdote amplía la última petición, pero la primera sigue siendo la apertura a la adoración del Nombre divino4.

Catecismo y enseñanza oficial

El Compendio del Catecismo describe al Padre Nuestro como «la oración de la Iglesia par excelencia», cuya primera petición revela la esencia de la fe cristiana: la glorificación del Nombre de Dios12. La Iglesia Ucraniana Católica también enfatiza que el Nuestro Padre es el «epítome de todo el Evangelio», resaltando la centralidad de la santificación del Nombre en la vida cristiana13.

Aplicación pastoral y devocional

En la práctica pastoral, la petición Santificado sea tu Nombre invita a los fieles a:

El Papa Francisco, en su Audiencia General de 2018, recuerda que el Padre Nuestro, al pedir la santificación del Nombre, «prepara nuestro corazón para la comunión sacramental», vinculando la alabanza con la recepción del Cuerpo de Cristo14.

Conclusión

Santificado sea tu Nombre constituye la puerta de entrada a la oración del Señor, orientando al creyente hacia la adoración, la unidad eclesial y la vida moral. Su presencia constante en la liturgia, su profunda reflexión teológica y su llamado a la santificación personal hacen de esta primera petición un pilar esencial de la fe católica.

Citas

  1. La oración del Señor, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un catecismo de doctrina cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 1 (1954).

  2. Sobre la oración del Señor, Cipriano de Cartago. Los Tratados de Cipriano - Tratado IV, § 7 (255). 2

  3. Una declaración del Pater Noster y el Ave María. - Di entonces el Pater Noster, Roberto Belarmino. Doctrina Christiana, § 12 (1597).

  4. Capítulo II la estructura de la Misa, sus elementos y sus partes - III. Las partes individuales de la Misa - C. La liturgia de la Eucaristía - La oración del Señor, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 81 (2003). 2 3

  5. Parte segunda - La oración de la Iglesia - IV. La oración personal del cristiano - C. El «Padre nuestro», Sínodo de la Iglesia Católica Griega Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 674 (2016).

  6. Agustín de Hipona. Carta 130 De Agustín a Proba, §Capítulo 11. 21 (412). 2

  7. Una breve explicación de toda la oración, Tomás de Aquino. Explicación de la Oración del Señor (1273). 2

  8. Sección segunda la oración del Señor, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2776. 2

  9. Geoffrey Wainwright. Hermenéutica del Evangelio en Jesús de Nazaret de Joseph Ratzinger, § 7.

  10. Capítulo IV las diferentes formas de celebrar la Misa - II. Misa concelebrada - El rito de la comunión, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 237 (2003).

  11. Capítulo IV las diferentes formas de celebrar la Misa - I. Misa con asamblea - A. Misa sin diácono - La liturgia de la Eucaristía, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 152 (2003).

  12. Parte cuarta - La oración cristiana. Capítulo tercero - La vida de oración. La oración cristiana, Promulgado por el Papa Benedicto XVI. Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, § 581 (2005).

  13. Parte segunda - La oración de la Iglesia - IV. La oración personal del cristiano - C. El «Padre nuestro», Sínodo de la Iglesia Católica Griega Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 675 (2016).

  14. «rompió el pan», Papa Francisco. Audiencia General del 14 de marzo de 2018 (2018).