Papa Agapito I

El Papa San Agapito I, cuyo pontificado abarcó desde el 13 de mayo de 535 hasta el 22 de abril de 536, fue una figura crucial en la defensa de la ortodoxia católica durante un período de significativa agitación política y religiosa. Proveniente de una noble familia romana, su breve pero impactante papado se destacó por su firmeza doctrinal frente al monofisismo en Constantinopla y sus esfuerzos diplomáticos en nombre del Reino Ostrogodo. Su legado incluye la deposición del Patriarca monofisita Ántimo I y la consagración de Menas como Patriarca de Constantinopla, reafirmando así la autoridad papal en cuestiones de fe y disciplina eclesiástica.
Tabla de contenido
Primeros Años y Contexto Familiar
Agapito I nació en Roma alrededor de los años 489-4901. Su padre, Gordiano, fue un sacerdote romano que perdió la vida durante los disturbios que tuvieron lugar en los días del Papa Símaco (498-514)1. Existe la posibilidad de que estuviera emparentado con otros papas, como Félix III (483-492) y Gregorio I (590-604), debido al nombre de su padre1.
Antes de su elección al pontificado, Agapito sirvió como archidiácono, habiendo sido ordenado diácono quizás tan pronto como en el año 502, en medio del cisma Laurentiano1.
Pontificado (535-536)
El pontificado de Agapito I, el 57.º Papa de la Iglesia Católica, fue notablemente breve, durando solo diez meses, desde el 13 de mayo de 535 hasta el 22 de abril de 5362. A pesar de su corta duración, estuvo marcado por importantes decisiones eclesiásticas y una significativa misión diplomática.
Primeros Actos y Decisiones Eclesiásticas
Uno de los primeros actos de Agapito I como Papa fue la quema pública, en presencia del clero reunido, de la anatema que Bonifacio II había pronunciado contra su rival fallecido, Dióscoro, bajo una falsa acusación de simonía. Bonifacio II había ordenado que este documento se conservara en los archivos romanos, pero Agapito I lo eliminó, mostrando un gesto de reconciliación y justicia1,3.
También confirmó los decretos del Concilio de Cartago, celebrado después de la reconquista del Norte de África a los vándalos. Estos decretos establecían que los conversos del arrianismo no eran elegibles para las Órdenes Sagradas, y aquellos que ya habían sido ordenados solo podían ser admitidos a la comunión laical1.
Además, Agapito I atendió una apelación de Contumelioso, obispo de Riez, quien había sido condenado por inmoralidad por un concilio en Marsella. El Papa ordenó a San Cesáreo de Arlés que concediera al acusado un nuevo juicio ante delegados papales1.
Misión Diplomática en Constantinopla
El evento más destacado de su pontificado fue su viaje a Constantinopla. El rey ostrogodo Teodato le suplicó a Agapito que viajara a la capital oriental para interceder ante el emperador Justiniano I y evitar una invasión bizantina de Italia. Para financiar este viaje, Agapito se vio obligado a empeñar los vasos sagrados de la Iglesia de Roma1. Partió en pleno invierno con cinco obispos y una numerosa comitiva, llegando a Constantinopla en febrero de 5361.
Aunque el objetivo político de su misión, detener la invasión bizantina, no tuvo éxito, su visita a Constantinopla resultó en un triunfo eclesiástico memorable1,2.
La Deposición del Patriarca Ántimo I
En Constantinopla, Agapito I se encontró con una situación eclesiástica compleja. El Patriarca de Constantinopla en ese momento era Ántimo I, quien había abandonado su sede episcopal de Trebisonda sin la autoridad de los cánones y se había unido a los cripto-monofisitas. Estos, en complicidad con la emperatriz Teodora, intentaban socavar la autoridad del Concilio de Calcedonia1. La emperatriz había logrado que Ántimo fuera entronizado como patriarca a pesar de las protestas de los ortodoxos1.
A su llegada, el clero ortodoxo presentó acusaciones contra Ántimo, señalándolo como un intruso y un hereje. Agapito I le ordenó hacer una profesión de fe por escrito y regresar a su sede abandonada. Ante la negativa de Ántimo, el Papa se negó a tener cualquier relación con él1. Esto irritó al emperador Justiniano, quien había sido engañado por su esposa respecto a la ortodoxia de Ántimo, y amenazó al Papa con el destierro1.
Agapito I respondió con firmeza: «Con ardiente anhelo he venido a contemplar al cristianísimo emperador Justiniano. En su lugar encuentro a un Diocleciano, cuyas amenazas, sin embargo, no me aterran»1. Esta valiente respuesta hizo que Justiniano reconsiderara. Finalmente, convencido de la falta de ortodoxia de Ántimo, el emperador no se opuso a que el Papa ejerciera la plenitud de sus poderes. Agapito I depuso y suspendió a Ántimo, y por primera vez en la historia de la Iglesia, consagró personalmente a su sucesor legalmente elegido, Menas1,4.
Este acto del Papa Agapito I tuvo un impacto duradero, consolidando el papel del papado en el mantenimiento de la pureza doctrinal y la disciplina eclesiástica, y fue recordado tanto por orientales como por latinos1,2. Para disipar cualquier sospecha de apoyar la herejía, Justiniano entregó al Papa una confesión de fe por escrito, la cual Agapito aceptó con la condición de que, aunque no podía admitir el derecho de un laico a enseñar religión, observaba con agrado que el celo del emperador estaba en perfecta armonía con las decisiones de los Padres de la Iglesia1.
Nuncio Papal Pelagio
Durante su estancia en Constantinopla, Agapito I nombró a Pelagio como apocrisiario o nuncio de la Iglesia romana, justo antes de su muerte5. Pelagio, quien más tarde se convertiría en Papa Pelagio I, desempeñaría un papel importante en los acontecimientos eclesiásticos posteriores5.
Fallecimiento y Veneration
Poco después de su misión en Constantinopla, Agapito I enfermó y falleció el 22 de abril de 536, tras un reinado de solo diez meses1,2. Sus restos fueron trasladados en un ataúd de plomo a Roma y sepultados en la Basílica de San Pedro1.
Agapito I es venerado como santo tanto en la tradición católica como en la ortodoxa1. El Martirologio Romano lo conmemora el 22 de abril, día de su muerte. Algunas fuentes católicas también mencionan el 20 de septiembre como su día festivo, la fecha de su deposición, mientras que las iglesias orientales lo conmemoran el 22 de abril1.
Escritos
Se conservan cuatro cartas de Agapito I. Dos de ellas están dirigidas a Justiniano, en respuesta a una carta del emperador, y en la última de estas, Agapito se niega a reconocer las Órdenes de los arrianos. Una tercera carta está dirigida a los obispos de África sobre el mismo tema. La cuarta es una respuesta a Reparato, obispo de Cartago, quien le había enviado felicitaciones por su elevación al pontificado.
Legado
El pontificado de Agapito I, aunque breve, fue fundamental para reafirmar la autoridad papal en la Iglesia Universal, especialmente en el Este. Su firmeza contra el monofisismo y su disposición a desafiar al poder imperial en defensa de la ortodoxia dejaron una huella duradera. Su acción de deponer a un patriarca y consagrar a su sucesor sentó un precedente importante en las relaciones entre Roma y Constantinopla.
Citas
Papa San Agapeto I, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa San Agapeto I. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22
Papa #57: San Agapeto I, Magisterium AI. Breve historia de los papas de la Iglesia católica, §Papa 57: San Agapeto I (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Dióscoro, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Dióscoro. ↩
Menas, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Menas. ↩
Papa Pelagio I, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa Pelagio I. ↩ ↩2