Papa Bonifacio IV

Bonifacio IV fue el sexagésimo séptimo Papa de la Iglesia Católica, cuyo pontificado se extendió desde el 15 de septiembre de 608 hasta el 8 de mayo de 615. Es venerado como santo en la Iglesia Católica, y su legado se distingue por la conversión del Panteón de Roma en una iglesia cristiana, su apoyo a la Iglesia inglesa, y su contribución a la disciplina monástica. Su papado estuvo marcado por la promoción de la fe en tiempos de inestabilidad política y desafíos doctrinales, dejando una huella de resiliencia y adaptación.
Tabla de contenido
Vida Temprana y Elección
Bonifacio IV, hijo de un médico llamado Juan, era originario de la provincia y ciudad de Valeria, en la región de Marsi1. Antes de su elección al pontificado, sirvió como diácono de la Iglesia Romana durante el tiempo del Papa San Gregorio Magno, ocupando el cargo de dispensator, una posición clave en la administración de los bienes de la Iglesia1. Se le considera un posible alumno de San Gregorio Magno, y los benedictinos lo reclaman como miembro de su orden2.
Fue consagrado Papa el 25 de agosto de 608, o el 15 de septiembre de 608, sucediendo a Bonifacio III después de una vacante de más de nueve meses1.
Pontificado (608-615)
El pontificado de Bonifacio IV duró aproximadamente seis años, desde 608 hasta 6153,2. Durante este tiempo, se enfrentó a desafíos como la inestabilidad política y las tensiones con los lombardos, así como la necesidad de abordar movimientos heréticos3.
Conversión del Panteón
Uno de los logros más significativos de Bonifacio IV fue la obtención del permiso del emperador Focas para convertir el Panteón en una iglesia cristiana1,3,4. Este templo, originalmente erigido por Agripa en honor a Júpiter Vengador, Venus y Marte, fue consagrado por el Papa el 13 de mayo de 609 (o alrededor de esa fecha) a la Virgen María y a Todos los Mártires, recibiendo el título de Santa María Rotonda debido a su forma1,2,4. Este acto marcó la primera vez en Roma que un templo pagano fue transformado en un lugar de culto cristiano1,3. Se dice que veintiocho carretadas de huesos sagrados fueron trasladadas desde las catacumbas y depositadas en una pila de pórfido bajo el altar mayor del Panteón1. Esta dedicación también pudo haber dado origen a la festividad de Todos los Santos en la Iglesia Occidental, celebrada inicialmente el 13 de mayo4.
Relación con la Iglesia Inglesa
Bonifacio IV mostró una preocupación afectuosa por la recién establecida Iglesia inglesa1,5. Durante su pontificado, Mellitus, el primer obispo de Londres, viajó a Roma para consultar al Papa sobre asuntos importantes relacionados con la Iglesia en Inglaterra1,2. Mientras estaba en Roma, Mellitus asistió a un concilio de obispos italianos que se celebraba para establecer reglas sobre la vida monástica y la disciplina eclesiástica1,2,4,6.
A su partida, Mellitus llevó consigo a Inglaterra el decreto del concilio, junto con cartas del Papa dirigidas a Lorenzo, Arzobispo de Canterbury, a todo el clero, al Rey Etelberto y a todo el pueblo inglés, detallando lo que debía observarse en la Iglesia de Inglaterra1,4,6. Aunque algunos de los decretos del concilio y la carta a Etelberto son considerados espurios o cuestionables por algunos historiadores, otros los consideran genuinos1.
Concilio sobre la Vida Monástica
El concilio al que asistió Mellitus en Roma, celebrado en el octavo año del imperio de Focas (610 d.C.), abordó cuestiones sobre «la vida y la paz monástica de los monjes»1,4,6. El decreto de este sínodo romano, promulgado el 27 de febrero de 610, afirmaba que a los monjes sacerdotes se les permitía ejercer el oficio sacerdotal de atar y desatar, refutando a quienes sostenían que los monjes, al estar «muertos al mundo», eran indignos de tal poder6. El decreto citaba el ejemplo de San Gregorio Magno y otros santos que, siendo monjes, alcanzaron altas dignidades eclesiásticas6.
La Carta de San Columbano
Entre los años 612 y 615, San Columbano, que vivía en Bobbio, Italia, fue persuadido por Agilulfo, rey de los lombardos, para escribir una carta a Bonifacio IV sobre la condena de los «Tres Capítulos»1,2. Esta carta es notable por su mezcla de deferencia exagerada y un tono de excesiva agudeza, en la que Columbano acusaba al Papa de herejía por aceptar el Quinto Concilio (Constantinopla, 553) y lo exhortaba a convocar un concilio para probar su ortodoxia1,2. Sin embargo, esta carta del impetuoso celta, que no comprendió completamente la complejidad teológica de los «Tres Capítulos», no parece haber afectado la relación de Columbano con la Santa Sede, y sería incorrecto suponer que Columbano se consideraba independiente de la autoridad papal1,2.
Desafíos y Legado
Durante el pontificado de Bonifacio IV, Roma sufrió grandes dificultades debido a la hambruna, la peste y las inundaciones1. A pesar de estas adversidades, el Papa Bonifacio IV se dedicó a fortalecer la autoridad de la Iglesia y a promover la ortodoxia, contribuyendo a la unificación de la comunidad cristiana en un período crucial de la historia de la Iglesia3.
Muerte y Veneración
Bonifacio IV falleció el 8 de mayo de 6151,3,2. Murió en retiro monástico, habiendo convertido su propia casa en un monasterio1. Fue sepultado en el pórtico de la antigua Basílica de San Pedro1,2. Sus restos fueron trasladados en tres ocasiones: en el siglo X u XI, a finales del siglo XIII bajo Bonifacio VIII, y a la nueva Basílica de San Pedro el 21 de octubre de 16031.
Bonifacio IV es conmemorado como santo en el Martirologio Romano el 25 de mayo1,2. Su legado es el de un Papa que, en medio de la inestabilidad, trabajó incansablemente para consolidar la fe cristiana y la estructura eclesiástica.
Citas
Papa San Bonifacio IV, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa San Bonifacio IV. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22
San Bonifacio IV, papa (615 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 256. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
Papa n.º 67: San Bonifacio IV, Magisterium AI. Breve historia de los Papas de la Iglesia Católica, §Papa 67: San Bonifacio IV (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Cap. V. Cómo, tras la muerte de los reyes Etelberto y Saberto, sus sucesores restauraron la idolatría; por esta razón, tanto Melito como Justo partieron de Britania. [616 d.C.], Beda el Venerable. Historia Eclesiástica de Inglaterra - Libro II, § 19. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Papa Bonifacio V, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa Bonifacio V. ↩
Concilio Romano bajo Bonifacio IV., Papa Bonifacio IV. Escritos (Papa Bonifacio IV), § 1. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5