Papa Bonifacio IX

Bonifacio IX, cuyo nombre de nacimiento era Piero (o Perino, Pietro) Tomacelli, fue el 203.er Papa de la Iglesia Católica, reinando desde el 2 de noviembre de 1389 hasta el 1 de octubre de 14041,2. Su pontificado se desarrolló en un período de gran agitación para la Iglesia, conocido como el Gran Cisma de Occidente, durante el cual hubo papas rivales en Roma y Aviñón2. A pesar de los desafíos, Bonifacio IX trabajó para restaurar el respeto por el papado, consolidar el control sobre los Estados Pontificios y mejorar las finanzas de la Iglesia1,2. También se le atribuye la canonización de Santa Brígida de Suecia y la fundación o confirmación de varias universidades1.
Tabla de contenido
Primeros Años y Elección
Piero Tomacelli provenía de una familia baronial napolitana, aunque empobrecida1. No poseía una formación teológica profunda ni una gran habilidad en los asuntos curiales, pero se le reconocía por su tacto, prudencia, carácter firme y modales suaves1. Fue elegido Papa en Roma el 2 de noviembre de 1389, sucediendo al Papa Urbano VI1. Su elección tuvo lugar en un contexto de gran inestabilidad política y eclesiástica, con Clemente VII en Aviñón actuando como antipapa1,2.
El Gran Cisma de Occidente
El pontificado de Bonifacio IX estuvo intrínsecamente ligado al Gran Cisma de Occidente, que había dividido a la cristiandad occidental con la existencia de dos (y más tarde tres) papas rivales2. Bonifacio IX fue el Papa de la obediencia romana, mientras que Clemente VII (y posteriormente Benedicto XIII) lideraba la obediencia de Aviñón1,3.
Conflicto con Aviñón: Poco después de su elección, Bonifacio IX excomulgó a Clemente VII, quien a su vez lo excomulgó1. Cuando Clemente VII falleció en 1394, fue sucedido en Aviñón por el Cardenal Pedro de Luna, quien tomó el nombre de Benedicto XIII1. Bonifacio IX siempre afirmó ser el Papa legítimo y rechazó consistentemente las propuestas de abdicación para resolver el cisma, incluso cuando estas fueron apoyadas por figuras importantes de su propia obediencia, como Ricardo II de Inglaterra y el Rey Wenceslao de Alemania1.
Esfuerzos de Reunificación: A pesar de su firme postura sobre su legitimidad, Bonifacio IX intentó, sin éxito, establecer relaciones más cercanas con Clemente VII en 1392 para restablecer la unidad eclesiástica1. Sin embargo, estas iniciativas no prosperaron, y el cisma persistió, generando un descontento generalizado en los países cristianos4.
Consolidación del Poder Papal y Asuntos Temporales
Bonifacio IX se dedicó a restaurar la autoridad papal y a fortalecer los Estados Pontificios, que habían sufrido un debilitamiento durante la prolongada ausencia del papado de Roma1.
Restauración en Roma: Extinguió la independencia municipal de Roma y estableció la supremacía del Papa. Para asegurar la adhesión final de los romanos en 1398, fortificó el Castillo de Sant' Angelo, los puentes y otros puntos estratégicos1. También tomó posesión del puerto de Ostia1.
Estados Pontificios: En los Estados Pontificios, recuperó gradualmente el control de las principales fortalezas y ciudades, siendo considerado el verdadero fundador de estos Estados tal como aparecieron en el siglo XV1. Debido a la falta de fe y la violencia de los romanos, residió con frecuencia en Perugia, Asís y otros lugares1.
Asuntos de Nápoles: Apoyó la causa del joven Ladislao, heredero de Carlos III de Nápoles, y lo coronó Rey de Nápoles en Gaeta en 1390. Durante la siguiente década, lo ayudó eficazmente a expulsar a las fuerzas angevinas de Italia1.
Relaciones con el Sacro Imperio Romano Germánico: En 1403, Bonifacio IX aprobó la deposición de Wenceslao como Rey de los Romanos y reconoció la elección de Ruperto, Duque de Baviera1.
Reformas Financieras y Acusaciones
El papado de Bonifacio IX se caracterizó por un enfoque en la restauración de la tesorería papal y el refuerzo de las finanzas de la Iglesia2. Fue el primer Papa en introducir las annates perpetuæ, que consistían en la reserva de la mitad de los frutos del primer año de cada beneficio concedido por la Curia Romana, además de otros gastos tradicionales1.
Críticas y Defensa: Algunos cronistas contemporáneos, como Dietrich de Niem, lo acusaron de un amor desmedido por el dinero, tráfico deshonesto de beneficios y venta de dispensas1. Sin embargo, otros, como Reynaldus, consideran a Dietrich un escritor parcial y lo culpan de ser amargo e injusto1. La Catholic Encyclopedia señala que estas acusaciones deben entenderse en el contexto de las dificultades financieras que rodeaban a Bonifacio IX, incluyendo la pérdida de ingresos locales, la disminución de ingresos extranjeros debido al cisma, los gastos extraordinarios para la restauración de Roma y la reconquista de los Estados Pontificios, las guerras constantes y la necesidad de conciliar a sus partidarios1. Se destaca que Bonifacio IX no buscó nada para sí mismo y murió pobre1.
Nepotismo: También se le acusó de nepotismo, ya que proveyó generosamente para su madre, hermanos y sobrinos. Sin embargo, en las condiciones semi-anárquicas de la época, el buen gobierno dependía del apoyo personal que un gobernante temporal pudiera reunir y recompensar, y la fidelidad se aseguraba mejor a través de lazos familiares cercanos1.
Jubileos y Movimientos Penitenciales
Durante el reinado de Bonifacio IX, se celebraron dos jubileos en Roma1.
Jubileo de 1396: Tuvo lugar en cumplimiento de una ordenanza de su predecesor Urbano VI y fue frecuentado por peregrinos de Alemania, Hungría, Polonia, Bohemia e Inglaterra1. Sin embargo, la predicación de las indulgencias dio lugar a abusos e imposiciones por parte de agentes no acreditados del Papa, lo que obligó a Bonifacio a actuar con severidad1.
Jubileo de 1400: Atrajo a Roma a grandes multitudes de peregrinos, especialmente de Francia, a pesar de una plaga desastrosa. Bonifacio permaneció en su puesto durante este período1.
Los Bianchi: A finales de 1399, surgieron bandas de penitentes conocidas como los Bianchi o Albati (Penitentes Blancos), especialmente en Provenza e Italia. Iban en procesión de ciudad en ciudad, vestidos con túnicas blancas, con los rostros cubiertos excepto los ojos, y llevando una cruz roja en la espalda. Su entusiasmo penitencial tuvo algunos buenos resultados por un tiempo, pero Bonifacio los desaprobó gradualmente y finalmente los disolvió, considerándolos una presa fácil para agitadores y conspiradores1.
Legado y Canonizaciones
Bonifacio IX canonizó a Santa Brígida de Suecia el 7 de octubre de 13911. También se le atribuye la fundación de las universidades de Ferrara (1391) y Fermo (1398), y la confirmación de la Universidad de Erfurt (1392)1.
Muerte
En 1404, Benedicto XIII envió su última embajada a Bonifacio IX, quien recibió a los agentes el 29 de septiembre. La entrevista terminó desfavorablemente, y el Papa, muy irritado, enfermó con un ataque de cálculos y murió dos días después, el 1 de octubre de 14041.
Conclusión
El pontificado de Bonifacio IX, aunque marcado por las profundas divisiones del Gran Cisma de Occidente, fue un período de importantes esfuerzos para restaurar la autoridad y las finanzas del papado romano2. A pesar de las críticas y los desafíos, su firmeza y habilidades políticas contribuyeron a la consolidación de los Estados Pontificios y a mantener el prestigio de la Sede Apostólica en un tiempo de gran confusión1.
Citas
Papa Bonifacio IX, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa Bonifacio IX. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26 ↩27 ↩28 ↩29 ↩30 ↩31 ↩32 ↩33 ↩34
Papa #203: Bonifacio IX, Magisterium AI. Breve Historia de los Papas de la Iglesia Católica, §Papa 203: Bonifacio IX (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Cisma de Occidente, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Cisma de Occidente. ↩
Pedro de Luna, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Pedro de Luna. ↩