Papa Clemente IV

El Papa Clemente IV, nacido Guido Le Gros (también conocido como Gui Foulques), fue el 183º Papa de la Iglesia Católica, cuyo pontificado se extendió desde el 5 de febrero de 1265 hasta su fallecimiento el 29 de noviembre de 12681,2,3. Su papado, aunque breve, fue crucial en la compleja política europea del siglo XIII, marcada por la lucha de la Iglesia contra la Casa de Hohenstaufen y la consolidación de la autoridad papal1,2. Clemente IV se distinguió por su piedad, su vida ascética y su notable aversión al nepotismo, priorizando la independencia del papado y la reforma eclesiástica1.
Tabla de contenido
Primeros años y carrera eclesiástica
Guido Le Gros nació en Saint-Gilles, en el Ródano. Su padre, el caballero Foulquois, ingresó en un monasterio cartujo tras la muerte de su esposa y llevó una vida santa1. Guido se casó y, durante un tiempo, se dedicó a la milicia. Posteriormente, se volcó en el estudio del derecho bajo la tutela del renombrado Durandus, alcanzando una gran reputación como abogado1.
San Luis IX de Francia, quien le tenía gran estima, lo incorporó a su gabinete y lo convirtió en uno de sus consejeros de confianza1. Tras la muerte de su esposa, quien le dejó dos hijas, Guido siguió el ejemplo de su padre, abandonó las preocupaciones mundanas y recibió las órdenes sagradas1.
Su ascenso en la Iglesia fue rápido: en 1256 fue nombrado Obispo de Puy, en 1259 Arzobispo de Narbona y en diciembre de 1261 Cardenal-Obispo de Sabina, siendo el primer cardenal creado por el Papa Urbano IV1.
Elección al papado
Tras la muerte de Urbano IV el 2 de octubre de 1264, los cardenales se reunieron en cónclave en Perugia1. Durante cuatro meses, debatieron la trascendental cuestión de si la Iglesia debía continuar la guerra contra la Casa de Hohenstaufen, recurriendo a Carlos de Anjou (el hermano menor de San Luis de Francia), o buscar otra vía para asegurar la independencia del papado1. Al no encontrar otra solución viable, la única opción fue unirse en torno al Cardenal-Obispo de Sabina, Guido Le Gros, quien era francés de nacimiento y súbdito de Carlos1.
Guido Le Gros se encontraba en Francia, regresando de una importante legación en Inglaterra, cuando recibió un mensaje urgente de los cardenales solicitando su presencia inmediata en Perugia1. No fue hasta que entró en el cónclave que se le informó que el voto unánime del Sacro Colegio le había confiado los destinos de la Iglesia Católica1. Asombrado por la inmensa responsabilidad, y tras no lograr disuadir a los cardenales con sus oraciones y lágrimas, aceptó a regañadientes la pesada carga1. Fue coronado en Viterbo el 22 de febrero de 1265 y, en honor al santo de su cumpleaños, tomó el nombre de Clemente IV1. Sus contemporáneos elogiaron su piedad ejemplar y su vida rigurosamente ascética1.
Pontificado (1265-1268)
El pontificado de Clemente IV, que duró poco más de tres años, estuvo dominado casi exclusivamente por la Cuestión Napolitana y la lucha contra la Casa de Hohenstaufen1.
La Cuestión Napolitana y Carlos de Anjou
Las negociaciones con Carlos de Anjou ya estaban avanzadas bajo el reinado de Urbano IV, y Clemente IV no tuvo intención de dar marcha atrás1. La creciente influencia de Manfredo, hijo de Federico II, y la inseguridad de la Santa Sede hacían imperativa una acción decisiva1.
Clemente IV, incluso como cardenal, había participado activamente en las negociaciones con Carlos y se esforzó al máximo para proporcionarle tropas y dinero1. Legados papales y frailes mendicantes predicaron una verdadera cruzada, ofreciendo amplias indulgencias y generosas promesas para reclutar soldados1. Aunque la obtención de dinero para equipar y mantener al ejército fue difícil, ya que muchos no veían en esto una cruzada contra infieles sino una «guerra cerca del Laterano»1 (como lo describió Dante), el Papa no se desanimó. Es importante señalar que los sarracenos, establecidos en Italia por Federico II, constituían la principal fuerza del ejército de Manfredo1.
Carlos de Anjou llegó a Roma por mar antes que su ejército1. Tras la conclusión de un tratado que aseguraba firmemente las libertades de la Iglesia y el señorío de la Santa Sede, recibió la investidura de su nuevo reino1. El 6 de enero de 1266, fue solemnemente coronado en San Pedro, no por el Papa (quien residía en Viterbo y nunca visitó Roma), sino por cardenales designados para tal fin1.
El 22 de febrero de 1266, se libró la Batalla de Benevento, en la que Carlos obtuvo una victoria completa y Manfredo fue hallado entre los caídos1. Nápoles abrió sus puertas y la dinastía angevina quedó establecida1. Sin embargo, Carlos, a pesar de ser un buen general, mostró debilidades de carácter, siendo un gobernante muy diferente a su santo hermano1. Clemente IV tuvo que recordarle constantemente los términos de su tratado, reprobando sus excesos y los de sus funcionarios, y advirtiéndole que se estaba ganando la enemistad de sus súbditos1.
La ejecución de Conradino
Más tarde, el joven Conradino, nieto de Federico II, avanzó para conquistar lo que consideraba su derecho de nacimiento, ignorando las censuras y anatemas papales1. Clemente IV se mantuvo fiel a Carlos de Anjou y profetizó que el joven, recibido con entusiasmo por el partido gibelino incluso en Roma, «era conducido como un cordero al matadero» y que «su gloria se desvanecería como el humo»1. Esta profecía se cumplió trágicamente cuando, después de la decisiva Batalla de Tagliacozzo (23 de agosto de 1268), Conradino cayó en manos de Carlos y fue decapitado el 29 de octubre en la plaza del mercado de Nápoles1.
La leyenda que atribuye a Clemente IV el consejo de ejecutar a Conradino con la frase «La muerte o la vida de Conradino significa la vida o la muerte de Carlos» es posterior y falsa1. De hecho, se ha demostrado que Clemente IV intercedió por la vida de Conradino, rogando a San Luis que usara su influencia con su hermano, y que reprobó severamente a Carlos por su cruel acto una vez perpetrado1.
Clemente IV falleció un mes después que Conradino, el 29 de noviembre de 1268, dejando el papado en una condición mucho mejor de la que lo había encontrado1. Fue enterrado en la iglesia de los Dominicos en Viterbo1. Debido a las divergencias entre los cardenales, el trono papal permaneció vacante durante casi tres años tras su muerte1,4.
Otras acciones y legado
Durante su breve pontificado, Clemente IV también:
Canonizó a Santa Eduviges de Polonia en 12681.
Emitió una bula general de Cruzada en 1265 para toda España, cuando los Reyes de Aragón y Castilla se unieron en la expedición contra Murcia5. Estas bulas concedían indulgencias a quienes participaban en las guerras contra los infieles5.
Promovió la educación teológica y apoyó las órdenes mendicantes, como los franciscanos y dominicos, que desempeñaron roles esenciales en la reforma eclesiástica y la lucha contra la herejía2.
Clemente IV se caracterizó por su aversión al nepotismo. Su primera acción como Papa fue prohibir a sus parientes acercarse a la Curia o intentar obtener cualquier ventaja temporal de su elevación1. Advirtió a los pretendientes de sus hijas que estas eran «hijas no del Papa, sino de Guido Grossus» y que sus dotes debían ser extremadamente modestas; ambas damas prefirieron la reclusión del convento1.
Conclusión
El Papa Clemente IV fue una figura clave en la afirmación de la independencia papal frente al poder imperial de los Hohenstaufen1. Su pontificado, aunque corto, fue decisivo en el establecimiento de la dinastía angevina en el Reino de Sicilia, un paso fundamental para asegurar la autonomía de la Santa Sede1. Su dedicación a la piedad, su rigor ascético y su firme postura contra el nepotismo lo distinguieron como un líder comprometido con la integridad de la Iglesia en un período de intensa agitación política y eclesiástica1.
Citas
Papa Clemente IV, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa Clemente IV. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26 ↩27 ↩28 ↩29 ↩30 ↩31 ↩32 ↩33 ↩34 ↩35 ↩36 ↩37 ↩38 ↩39 ↩40 ↩41 ↩42 ↩43 ↩44
Papa #183: Clemente IV, Magisterium AI. Breve historia de los Papas de la Iglesia Católica, §Papa 183: Clemente IV (2024). ↩ ↩2 ↩3
La lista de los papas, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §La lista de los papas. ↩
B11: San Hiyginus, papa (c. A.D. 142), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 82. ↩
Bula de la cruzada, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Bula de la Cruzada. ↩ ↩2