Papa Clemente XIV

Clemente XIV, nacido Lorenzo Ganganelli, fue el 249º Papa de la Iglesia Católica, cuyo pontificado abarcó desde el 19 de mayo de 1769 hasta el 22 de septiembre de 17741. Su papado es recordado principalmente por la controvertida supresión de la Compañía de Jesús (los Jesuitas) a través del breve apostólico Dominus ac Redemptor1,2. Esta decisión fue tomada bajo una intensa presión política de las monarquías borbónicas de Europa, que veían a los Jesuitas como un obstáculo para su autoridad1,2. Clemente XIV buscó la paz y la estabilidad en la Iglesia y adoptó un enfoque conciliador con los gobiernos seculares, aunque enfrentó una considerable oposición1. Su legado es complejo, ya que se le considera un pontífice que intentó equilibrar las demandas de los gobernantes seculares con las necesidades espirituales de la Iglesia en un período de creciente escepticismo ilustrado1.
Tabla de contenido
Primeros Años y Elección al Papado
Lorenzo Ganganelli nació el 31 de octubre de 1705 en Sant’Arcangelo, cerca de Rímini2. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores Conventuales, donde destacó por su intelecto y piedad.
El Cónclave de 1769
A la muerte de Clemente XIII, la Iglesia se encontraba en una situación de gran dificultad2. El galicanismo, el jansenismo, el febronianismo y el racionalismo desafiaban la autoridad papal, y los gobernantes de Francia, España, Nápoles, Portugal y Parma apoyaban a las facciones que buscaban fortalecer el poder temporal sobre el espiritual2. La cuestión principal era la supresión de la Compañía de Jesús, que ya había sido expulsada de facto de Francia, España y Portugal2.
El cónclave, que se reunió el 15 de febrero de 1769, estuvo marcado por una interferencia política sin precedentes y por intensas intrigas2. Los embajadores de Francia y España, junto con los Cardenales de Bernis y Orsini, lideraron la campaña contra los Jesuitas2. El Colegio Cardenalicio estaba dividido entre los «Cardenales de la Corte» y los «Zelanti» (estos últimos, favorables a los Jesuitas)2. Ganganelli, considerado por algunos como indiferente o incluso favorable a los Jesuitas, y visto como un «teólogo sabio y moderado» por d’Aubeterre (embajador francés), fue elegido el 18 de mayo de 1769, tomando el nombre de Clemente XIV2.
Pontificado y Desafíos Políticos
La primera encíclica de Clemente XIV estableció su política de mantener la paz con los príncipes católicos para asegurar su apoyo en la lucha contra la irreligión2. Su predecesor le había dejado un legado de conflictos con casi todas las potencias católicas de Europa2. Clemente XIV se apresuró a resolver muchos de estos problemas mediante concesiones y medidas conciliadoras2.
Relaciones con las Monarquías Borbónicas
Una de las primeras acciones de Clemente XIV fue evitar la ejecución de la constitución de Clemente XIII contra las incursiones del joven Duque de Parma en los derechos de la Iglesia, y le concedió una dispensa para casarse con su prima2. España, apaciguada por estas concesiones, retiró un edicto no canónico y restableció el tribunal del nuncio2. Portugal, que había estado separada de Roma desde 1760, inició un proceso de reconciliación que culminó con la revocación de las ordenanzas de 1760 por parte del rey José I2. Clemente también abolió la costumbre anual de publicar las censuras reservadas al Papa el Jueves Santo2.
A pesar de estas concesiones, la cuestión de los Jesuitas seguía siendo el principal objetivo de las monarquías borbónicas2. El embajador español Moniño amenazó con un cisma en España y otros estados borbónicos si no se suprimía la orden2. A cambio, se prometió la restitución de Aviñón y Benevento a la Santa Sede, que estaban en manos de Francia y Nápoles2. Aunque Clemente XIV se sintió indignado por esta propuesta simoníaca, su temor a un cisma generalizado prevaleció2.
La Supresión de la Compañía de Jesús
La presión sobre el Papa para suprimir la Compañía de Jesús fue inmensa y constante1,2. Los reyes de Francia, España, Portugal y las Dos Sicilias habían expulsado a los Jesuitas de sus reinos y estados, considerándolo un remedio necesario para evitar divisiones entre los pueblos cristianos3,4. Estas peticiones, que ya se habían dirigido a Clemente XIII, se reiteraron a Clemente XIV, sumándose las opiniones de muchos obispos y figuras influyentes4.
El Breve Dominus ac Redemptor
Tras una larga y madura consideración, y «movido por su oficio, que le impone la obligación de procurar, mantener y consolidar con todo su poder la paz y la tranquilidad del pueblo cristiano», Clemente XIV resolvió suprimir la Compañía de Jesús5. El breve Dominus ac Redemptor, firmado el 8 de junio de 1773 y fechado el 21 de julio de 1773, declaró que la Compañía ya no podía producir los frutos y beneficios para los que fue instituida, y que su existencia hacía imposible una paz verdadera y duradera en la Iglesia5,2.
El Papa declaró la «extinción y supresión» de la Compañía, anulando todos sus oficios, ministerios, administraciones, casas, escuelas, colegios, hospicios y cualquier otro lugar perteneciente a ella, así como sus estatutos, costumbres, decretos y privilegios5. La autoridad de los superiores jesuitas fue transferida a los obispos5. Se prohibió la admisión de nuevos miembros y se ordenó la disolución de los noviciados5. Los miembros con votos simples que no hubieran sido ordenados debían abandonar las casas jesuitas en un plazo de un año y eran libres de elegir otra forma de vida2,6. Aquellos que ya habían sido expulsados de sus provincias fueron incluidos en la supresión general y se redujeron al estado de clérigos seculares, sujetos a los ordinarios locales7.
Es importante destacar que el breve no culpó a las reglas de la orden, a la conducta personal de sus miembros o a la ortodoxia de su enseñanza2. El único motivo expuesto fue la necesidad de restaurar la paz de la Iglesia2. El breve fue promulgado de una manera menos formal que una bula papal, siendo un breve (decreto de menor fuerza vinculante y más fácil revocación) y no fue fijado en las puertas de San Pedro2.
Reacciones a la Supresión
La supresión generó diversas reacciones2. En Francia, no fue publicada, ya que la Iglesia galicana se opuso, considerándola un acto personal del Papa no vinculante para la Iglesia de Francia2. El rey de España consideró el breve demasiado indulgente, ya que no condenaba la doctrina ni la moral de los Jesuitas2. La corte de Nápoles prohibió su publicación bajo pena de muerte2. María Teresa de Austria permitió a su hijo José II confiscar las propiedades jesuitas, pero luego accedió a la supresión «por la paz de la Iglesia»2.
Sorprendentemente, dos soberanos no católicos, Federico de Prusia y Catalina de Rusia, tomaron a los Jesuitas bajo su protección2. Sus motivos pudieron ser el deseo de desafiar al Papa y a las cortes borbónicas, o de complacer a sus súbditos católicos y preservar los servicios de los Jesuitas como educadores2. Su intervención mantuvo viva la orden hasta su restauración completa en 18042. Catalina II, en particular, resistió hasta el final, y los obispos de Rusia Blanca ignoraron el breve, permitiendo a los Jesuitas continuar con su trabajo, una conducta que Clemente XIV parece haber aprobado2.
El Papa Clemente XIV prohibió, bajo pena de excomunión reservada al Sumo Pontífice, que cualquier persona eclesiástica, regular o secular, defendiera, impugnara, escribiera o hablara sobre la supresión, sus causas, motivos o el instituto de la Compañía sin licencia expresa del Romano Pontífice8. También prohibió ofender o provocar a los antiguos miembros de la Compañía8.
Últimos Años y Muerte
Los últimos meses de la vida de Clemente XIV estuvieron marcados por la conciencia de sus fracasos y un profundo pesar2. Se rumoreó que había retractado el breve de abolición en una carta de junio de 1774, aunque la autenticidad de este documento no está suficientemente establecida2.
Clemente XIV enfermó el 10 de septiembre de 1774, recibió la Extrema Unción el 21 de septiembre y murió piadosamente el 22 de septiembre del mismo mes2. Los médicos atribuyeron su muerte a condiciones escorbúticas y hemorroidales de larga data, agravadas por el exceso de trabajo2. A pesar de esto, algunos atribuyeron su muerte a un envenenamiento por parte de los Jesuitas, una acusación que carece de fundamento2. San Alfonso María de Ligorio, en su proceso de canonización, atestiguó haber estado milagrosamente presente en el lecho de muerte de Clemente XIV para consolarlo2. Sus restos mortales descansan en la iglesia de los Doce Apóstoles en Roma2.
Legado
El legado de Clemente XIV es complejo y a menudo controvertido. Si bien logró restaurar las relaciones con varias potencias católicas y recuperó Aviñón y Benevento para la Santa Sede, su decisión de suprimir a los Jesuitas fue vista por muchos como un acto de debilidad ante la presión política2. Los propios Jesuitas y los historiadores serios atribuyen la supresión a la debilidad de carácter del Papa, a su diplomacia inexperta y a una bondad de corazón que se inclinaba más a complacer que a hacer lo correcto2.
A pesar de la supresión, Clemente XIV también se preocupó por la reforma de la administración eclesiástica y la promoción de la cultura y las artes1. Sin embargo, su papado se resume en el dilema de un pontífice que, en un momento de crisis para la Iglesia, se vio obligado a tomar una decisión drástica para intentar preservar la paz, con consecuencias de gran alcance para la Compañía de Jesús y para la Iglesia universal1.
Citas
Papa #249: Clemente XIV, Magisterium AI. Breve Historia de los Papas de la Iglesia Católica, §Papa 249: Clemente XIV (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Papa Clemente XIV, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa Clemente XIV. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26 ↩27 ↩28 ↩29 ↩30 ↩31 ↩32 ↩33 ↩34 ↩35 ↩36 ↩37 ↩38 ↩39 ↩40 ↩41 ↩42 ↩43 ↩44 ↩45
Papa Clemente XIV. Dominus ac Redemptor (21 julio 1773), § 22 (1773). ↩
Papa Clemente XIV. Dominus ac Redemptor (21 julio 1773), § 23 (1773). ↩ ↩2
Papa Clemente XIV. Dominus ac Redemptor (21 julio 1773), § 25 (1773). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Clemente XIV. Dominus ac Redemptor (21 julio 1773), § 26 (1773). ↩
Papa Clemente XIV. Dominus ac Redemptor (21 julio 1773), § 29 (1773). ↩
Papa Clemente XIV. Dominus ac Redemptor (21 julio 1773), § 35 (1773). ↩ ↩2