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Cruz

Papa Gregorio III

Papa Gregorio III
Gregorio III en una medalla papal del siglo VIII (anverso). Foto propia Archivo: 178-7866_IMG_-_Gregorius_III_AV.jpg, ASKI, CC BY-SA 3.0 📄

El Papa San Gregorio III, que reinó desde el 18 de marzo de 731 hasta el 28 de noviembre de 741, fue una figura pivotal en la historia de la Iglesia durante el siglo VIII. Su pontificado estuvo marcado por una firme defensa de la veneración de los iconos frente a la controversia iconoclasta, el fortalecimiento de la autoridad papal y el apoyo a la labor misionera en Europa. También se enfrentó a los desafíos políticos de su tiempo, especialmente las incursiones lombardas en Italia, buscando la ayuda de los francos para proteger los intereses de Roma y la Iglesia. Su dedicación a la fe y su liderazgo en un período tumultuoso consolidaron su legado como un santo venerado en las tradiciones católica y ortodoxa.

Tabla de contenido

Elección y Primeros Años

San Gregorio III, hijo de un sirio llamado Juan, fue elegido Papa por aclamación popular el 11 de febrero de 731, mientras asistía al cortejo fúnebre de su predecesor, Gregorio II1. Su reputación de erudición y virtud era tan grande que los romanos lo eligieron de inmediato. Se presume que esperó la confirmación de su elección por parte del exarca de Rávena, lo que retrasó su consagración por más de un mes1. Su pontificado comenzó oficialmente el 18 de marzo de 731 y concluyó el 28 de noviembre de 7412.

La Controversia Iconoclasta

Uno de los aspectos más destacados del pontificado de Gregorio III fue su enérgica postura contra la Iconoclasia, una herejía que negaba la legitimidad de la veneración de imágenes sagradas2. Esta controversia había sido iniciada por el emperador bizantino León III el Isaurio, quien en 726 ordenó la destrucción de la imagen de Cristo en la puerta del palacio imperial de Constantinopla y promulgó edictos contra las imágenes3,4.

Gregorio III siguió la política de su predecesor, Gregorio II, quien ya había defendido el uso de los iconos y se había opuesto a las acciones del emperador1,5,3. En 731, Gregorio III envió legados y cartas a Constantinopla para amonestar al emperador León III, pero sus enviados fueron arrestados o temieron presentar los mensajes1,3. En respuesta a la persecución iconoclasta, Gregorio III celebró dos sínodos en Roma en 731, donde se condenó la herejía de la destrucción de imágenes y se excomulgó a quienes se oponían a los iconos y su culto1,4. Como protesta práctica, el Papa hizo un esfuerzo especial por honrar las imágenes y las reliquias, prestando particular atención a la Basílica de San Pedro1. El emperador León III, por su parte, confiscó los patrimonios papales en Calabria y Sicilia y transfirió la jurisdicción eclesiástica de estas regiones al Patriarca de Constantinopla, lo que profundizó la enemistad entre el cristianismo oriental y occidental1,3.

Relaciones Eclesiásticas y Misioneras

Gregorio III continuó el apoyo a la labor misionera que había caracterizado el pontificado de su predecesor. Extendió a San Bonifacio, el apóstol de Alemania, el mismo respaldo y aliento que le había brindado Gregorio II1,6. San Bonifacio visitó Roma por tercera vez alrededor del año 737 para rendir cuentas de su misión y disfrutar de la «conversación vivificante» del Papa1. Gregorio III le concedió el palio del arzobispado, confirmando así la estrecha amistad y unión entre Bonifacio y la Sede Apostólica7. También ordenó al monje y gran viajero San Willibaldo que asistiera a San Bonifacio en sus esfuerzos1.

Además, Gregorio III confirmó las decisiones de sus predecesores respecto a los derechos de los Patriarcas de Aquilea y Grado, y envió el palio a Antonino de Grado1. También lo concedió a Egberto de York, siguiendo los acuerdos de San Gregorio I, quien había establecido los derechos metropolitanos de York en el norte de Inglaterra, al igual que Canterbury en el sur. Tatwine y Nothelm de Canterbury también recibieron el palio de Gregorio III en sucesión1.

Desafíos Políticos y los Lombardos

El final del reinado de Gregorio III estuvo marcado por las turbulencias causadas por los lombardos1. Consciente de las ambiciones de Liutprando, el rey lombardo, Gregorio completó la restauración de las murallas de Roma, iniciada por sus predecesores, y compró Gallese, una fortaleza en la Vía Flaminia, al duque Transamundo de Spoleto, lo que ayudó a mantener abiertas las comunicaciones entre Roma y Rávena1.

En 739, Liutprando volvió a tomar las armas, devastando el exarcado y marchando hacia el sur para someter a los duques de Spoleto y Benevento, y el Ducado de Roma1. Transamundo huyó a Roma, y Gregorio III imploró la ayuda del gran jefe franco, Carlos Martel1. Embajadores de los francos llegaron a Roma en 739, lo que trajo una paz momentánea. Sin embargo, al año siguiente, Liutprando volvió al ataque. Los romanos salieron de sus murallas y ayudaron a Transamundo a recuperar Spoleto. A pesar de esto, Transamundo no cumplió la petición de Gregorio de recuperar las «cuatro ciudades del ducado romano que se habían perdido por su causa»1.

Aunque Gregorio II había tenido una relación compleja con los lombardos, incluso llegando a disolver una alianza entre el exarca y Liutprando5, la situación bajo Gregorio III se mantuvo inestable. La incapacidad del exarca griego en Rávena para contener el avance lombardo llevó a los Papas a buscar protección en los francos, un cambio significativo que sentaría las bases para futuras alianzas y el eventual surgimiento de los Estados Pontificios5,8.

Muerte y Legado

Gregorio III falleció en 741 y fue sepultado en el oratorio de Nuestra Señora que él mismo había construido en San Pedro1. Aunque la fecha exacta de su muerte no es segura, se le conmemora en el martirologio romano el 28 de noviembre1.

Su pontificado fue fundamental para la Iglesia Católica. Fue un firme defensor de la fe ortodoxa frente a la herejía iconoclasta, un promotor incansable de la evangelización y un líder diplomático en un período de gran inestabilidad política2. Su sucesor, San Zacarías, continuaría sus esfuerzos diplomáticos con los lombardos y fortalecería aún más los lazos con los francos, culminando en la unción de Pipino el Breve como rey9.

La Iglesia lo venera como santo, y su legado perdura en la memoria de la Iglesia por su dedicación a la fe, su fuerte liderazgo y su impacto duradero en la misión de la Iglesia2.

Citas

  1. Papa san Gregorio III, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa San Gregorio III. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19

  2. Papa n.º 90: San Gregorio III, Magisterium AI. Breve historia de los papas de la Iglesia católica, §Papa 90: San Gregorio III (2024). 2 3 4

  3. Iconoclasia, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, § Iconoclasia. 2 3 4

  4. B2. La crisis iconoclasta, Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice. Iconografía y Liturgia, § 2 (2005). 2

  5. Papa san Gregorio II, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa San Gregorio II. 2 3

  6. Papa n.º 89: San Gregorio II, Magisterium AI. Breve historia de los papas de la Iglesia católica, §Papa 89: San Gregorio II (2024).

  7. Papa Benedicto XV. In Hac Tanta, § 13 (1919).

  8. Papa Esteban (II) III, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa Esteban (II) III.

  9. San Zacarías, papa (d. C. 752), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 611.