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Papa Pelagio II

Papa Pelagio II
Papa Pelagio II. Dominio Público.

Pelagio II fue el 63º Papa de la Iglesia Católica, cuyo pontificado se extendió desde el 26 de noviembre de 579 hasta el 7 de febrero de 5901. Nacido en Roma, probablemente de ascendencia gótica, su papado estuvo marcado por desafíos significativos, incluyendo la amenaza de los lombardos en Italia y el persistente cisma de los Tres Capítulos2,1. A lo largo de su liderazgo, Pelagio II se dedicó a proteger los intereses del pueblo romano y de la Iglesia, al mismo tiempo que navegaba por un complejo panorama político. Es recordado por su profunda atención pastoral, sus esfuerzos caritativos para los pobres y marginados, y su compromiso con la ortodoxia cristiana, que incluyó la denuncia de herejías y la promoción de la autoridad papal1.

Tabla de contenido

Primeros Años y Elección

Aunque la fecha exacta de su nacimiento es desconocida, Pelagio II era de origen romano, con un padre llamado Winigild, lo que sugiere una ascendencia gótica2. Sucedió a Benedicto I en un momento crítico, cuando Roma estaba bajo el asedio de los lombardos2. Su consagración se retrasó cuatro meses, hasta el 26 de noviembre de 579, debido a la esperanza de obtener la confirmación imperial y al bloqueo lombardo que dificultaba las comunicaciones2.

Pontificado y Desafíos

El pontificado de Pelagio II estuvo dominado por dos grandes cuestiones: la amenaza lombarda y el cisma de los Tres Capítulos2.

La Amenaza Lombarda

Los lombardos representaron una grave amenaza para Roma y la península itálica2,1. Pelagio II se esforzó por obtener ayuda para la ciudad.

Diplomacia con Constantinopla y los Francos

Poco después de su elección, Pelagio II envió una embajada a Constantinopla, que incluía al diácono Gregorio (futuro Gregorio I el Grande), para explicar las circunstancias de su elección y solicitar auxilio contra los bárbaros2. Sin embargo, el Imperio Romano de Oriente, agotado, no pudo ofrecer mucha ayuda militar2.

Ante la insuficiencia de la ayuda imperial, Pelagio II también se dirigió a los francos. A principios de su pontificado (octubre de 580 o 581), escribió al obispo Aunacharius de Auxerre, instándole a persuadir a los reyes francos para que acudieran en ayuda de Roma y evitaran alianzas con los lombardos2. Aunque los francos atacaron a los lombardos en Italia, su celo por la causa papal o imperial fue breve, y se retiraron tras ser sobornados2.

El Papa continuó instando a Gregorio, su apocrisiario en Constantinopla, a redoblar sus esfuerzos para conseguir ayuda imperial, enviándole carta tras carta2. También imploró al nuevo exarca de Rávena, Decio (584), que socorriera Roma, pero este afirmó ser incapaz de proteger incluso el exarcado2. A pesar de la falta de tropas imperiales directas en Roma, el exarca logró finalmente una tregua con los lombardos2.

El Cisma de los Tres Capítulos

Aprovechando la tregua con los lombardos, Pelagio II reanudó los esfuerzos para poner fin al cisma de los Tres Capítulos, que había dividido a la Iglesia en Italia2. Este cisma surgió de la condena de ciertos escritos teológicos por parte del emperador Justiniano, una condena que muchos obispos occidentales consideraban un ataque a la autoridad del Concilio de Calcedonia2.

Pelagio II llamó al diácono Gregorio de Constantinopla para que le asistiera en la correspondencia con el obispo Elías de Grado y los obispos de Istria2. En sus cartas, el Papa les recordaba la inmutabilidad de la fe de Pedro y la adhesión de la Iglesia a la fe del Concilio de Calcedonia y los tres primeros concilios ecuménicos. Los exhortó a mantener la unidad eclesiástica que estaban rompiendo «por cuestiones superfluas y por defender capítulos heréticos»2. Sin embargo, las palabras del Papa no tuvieron efecto en los cismáticos, y la violencia del exarca Smaragdus, que obligó a Severo (sucesor de Elías) a comulgar con el obispo ortodoxo de Rávena, tampoco logró un cambio duradero, ya que Severo repudió lo que había hecho al regresar a su sede, y el cisma persistió durante unos doscientos años más2.

Obras de Piedad y Regulación Eclesiástica

Pelagio II también se dedicó a la promoción del celibato clerical, emitiendo regulaciones estrictas al respecto, especialmente para los subdiáconos en Sicilia2. Su sucesor, Gregorio I, consideró estas normas demasiado rigurosas y las modificó en cierta medida2.

Entre sus obras de piedad, se destaca el embellecimiento del Santuario de San Pedro, la transformación de su propia casa en un hospital para los pobres, y la reconstrucción de la Iglesia de San Lorenzo2. En esta última, aún se puede ver un mosaico, probablemente ejecutado bajo su pontificado, que representa a San Lorenzo de pie a la derecha de Nuestro Señor2.

Asimismo, se le recuerda por su liderazgo en la solidificación del papel del papado, proporcionando orientación espiritual y social durante un período de crisis1.

Fallecimiento y Legado

Pelagio II fue víctima de la terrible plaga que devastó Roma a finales de 589 y fue enterrado en la Basílica de San Pedro2. Su pontificado, aunque desafiante, sentó las bases para el trabajo de su sucesor, Gregorio I el Grande, quien continuaría desarrollando muchas de las iniciativas que Pelagio había comenzado1. La protesta de Pelagio contra la asunción del título «ecuménico» por parte del Patriarca de Constantinopla fue repetida con mayor énfasis por su antiguo secretario, Gregorio I2.

Citas

  1. Papa #63: Pelagio II, Magisterium AI. Breve historia de los Papas de la Iglesia Católica, §Papa 63: Pelagio II (2024). 2 3 4 5 6

  2. Pelagio II, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Pelagio II. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24