Papa Pío IX

El Beato Pío IX, nacido Giovanni Maria Mastai-Ferretti, fue el 255º Papa de la Iglesia Católica, cuyo pontificado se extendió desde el 16 de junio de 1846 hasta el 7 de febrero de 1878. Su reinado, uno de los más largos en la historia papal con más de 31 años, estuvo marcado por profundas transformaciones políticas y religiosas. Es particularmente recordado por la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción en 1854 y por la convocatoria del Concilio Vaticano I, que definió la doctrina de la infalibilidad papal. Su papado se desarrolló en un contexto de creciente secularización y movimientos de unificación italiana, a los que se opuso firmemente, perdiendo los Estados Pontificios. Pío IX fue beatificado en el año 2000, un reconocimiento a su legado y su contribución a la Iglesia en tiempos de gran agitación.
Tabla de contenido
Primeros Años y Carrera Eclesiástica
Giovanni Maria Mastai-Ferretti nació en Sinigaglia el 13 de mayo de 17921. Recibió su educación clásica en el Colegio Piarista de Volterra entre 1802 y 18091. Posteriormente, se trasladó a Roma para estudiar filosofía y teología, aunque interrumpió sus estudios en 1810 debido a disturbios políticos1. Regresó en 1814 y, siguiendo el deseo de su padre, intentó unirse a la Guardia Noble del Papa, pero fue rechazado por sufrir ataques epilépticos1.
Superada su enfermedad, continuó sus estudios teológicos en el Seminario Romano de 1814 a 1818 y fue ordenado sacerdote el 10 de abril de 18191. Pío VII lo nombró director espiritual del orfanato «Tata Giovanni» en Roma1. En 1823, fue enviado a Chile, Sudamérica, como auditor del delegado apostólico Monseñor Muzi1. A su regreso en 1825, León XII lo designó canónigo de Santa María en Via Lata y director del hospital de San Michele1. El mismo Papa lo elevó al cargo de Arzobispo de Spoleto el 21 de mayo de 18271. En 1831, demostró su habilidad diplomática al persuadir a 4.000 revolucionarios italianos que huían del ejército austriaco a deponer las armas, logrando que el comandante austriaco los perdonara y proporcionándoles fondos para regresar a sus hogares1.
Pontificado y Desafíos Políticos
El pontificado de Pío IX comenzó el 16 de junio de 1846 y se extendió hasta el 7 de febrero de 1878, convirtiéndose en uno de los más largos de la historia papal2,1. Su liderazgo se desarrolló en un período de cambios profundos, incluyendo la pérdida de los Estados Pontificios y el auge del movimiento de unificación italiana, al que se opuso enérgicamente2.
En 1870, con la unificación de Italia, Pío IX fue despojado de su poder temporal y se declaró «prisionero en el Vaticano»3,4. A pesar de esta pérdida de territorio, su pontificado se caracterizó por un crecimiento extenso y saludable de la Iglesia, atribuido en gran parte a su desinterés personal1. Nombró a hombres de piedad y erudición para posiciones eclesiásticas importantes, incluyendo cardenales notables como Wiseman y Manning para Inglaterra, Cullen para Irlanda, y McCloskey para los Estados Unidos1.
Pío IX también concluyó varios concordatos importantes con naciones como Portugal (1857), Costa Rica y Guatemala (1852), Nicaragua (1861), El Salvador y Honduras (1862), Haití (1860), Venezuela (1862) y Ecuador (1862)1.
Lucha contra el Liberalismo y el Syllabus de Errores
Pío IX luchó sin temor contra el falso liberalismo que amenazaba con destruir la esencia misma de la fe y la religión1. El 8 de diciembre de 1864, emitió la encíclica Quanta Cura, en la que condenaba dieciséis proposiciones que abordaban errores de la época1. Esta encíclica fue acompañada por el famoso Syllabus Errorum, una tabla de ochenta proposiciones previamente censuradas relacionadas con el panteísmo, naturalismo, racionalismo, indiferentismo, socialismo, comunismo, masonería y diversas formas de liberalismo religioso1. Aunque el Syllabus fue malinterpretado y criticado por ser percibido como una muestra de estrechez de miras religiosa, se considera que prestó un servicio inestimable a la Iglesia y a la sociedad al desenmascarar el falso liberalismo que comenzaba a infiltrarse en el catolicismo1.
Anteriormente, el 8 de enero de 1857, había condenado los escritos filosófico-teológicos de Günther y en muchas ocasiones abogó por un retorno a la filosofía y teología de Santo Tomás de Aquino1.
Legado Doctrinal y Conciliar
Los mayores logros de Pío IX fueron de carácter puramente eclesiástico y religioso1.
Dogma de la Inmaculada Concepción
Pío IX mantuvo una profunda devoción a la Santísima Virgen María a lo largo de su vida1. Ya en 1849, durante su exilio en Gaëta, envió cartas a los obispos de la Iglesia solicitando sus opiniones sobre la Inmaculada Concepción1,5. Este deseo de definir la Inmaculada Concepción como dogma se había manifestado ardientemente en el mundo católico durante el pontificado de su predecesor, Gregorio XVI, a través de peticiones de obispos, capítulos canónicos y congregaciones religiosas5.
El 8 de diciembre de 1854, en presencia de más de 200 obispos, Pío IX proclamó la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María como un dogma de la Iglesia mediante la bula Ineffabilis Deus2,1,6. Esta doctrina afirma que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, por una gracia y privilegio singular de Dios omnipotente, en vista de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue preservada inmune de toda mancha de pecado original6. La definición declaró que esta doctrina es revelada por Dios y, por lo tanto, debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles6. Aquellos que se atrevieran a pensar de otra manera serían condenados por su propio juicio, habrían naufragado en la fe y se habrían separado de la unidad de la Iglesia6.
La proclamación de este dogma tuvo un impacto significativo en la doctrina y devoción católica2. Sin embargo, también generó controversia con la Iglesia Ortodoxa debido a diferentes presuposiciones antropológicas7.
Concilio Vaticano I y la Infalibilidad Papal
Pío IX convocó el Concilio Vaticano I (1869-1870)2. El 29 de junio de 1869, emitió la bula «Æterni Patris» para convocar el concilio, que inauguró el 8 de diciembre de 1869 en presencia de 700 obispos1.
Durante la cuarta sesión solemne del concilio, el 18 de julio de 1870, se proclamó la doctrina de la infalibilidad papal como dogma de la Iglesia2,1. Esta doctrina, definida en la constitución dogmática Pastor Aeternus, afirma que el Papa, cuando habla ex cathedra (es decir, cuando, en el ejercicio de su oficio como pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o moral para ser sostenida por toda la Iglesia), posee, por la asistencia divina prometida a él en San Pedro, esa infalibilidad con la que el Divino Salvador quiso dotar a su Iglesia para la definición de la doctrina de fe o moral8,9. Además, tales definiciones del Romano Pontífice son irreformables por sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia8,9.
El Concilio Vaticano I, aunque es recordado principalmente por la definición de la primacía y la infalibilidad papal, también aprobó Dei Filius, la constitución dogmática sobre la fe católica, que trató la relación entre fe y razón7,10. El concilio tuvo que ser interrumpido abruptamente debido a la guerra franco-prusiana y el asedio de Roma por el ejército italiano en septiembre de 1870, lo que impidió que se completara su trabajo, dejando su eclesiología desequilibrada al no poder abordar plenamente el episcopado y la Iglesia en su conjunto7,11.
La enseñanza de Pastor Aeternus fue una respuesta a la amenaza percibida a la unidad e independencia de la Iglesia frente a movimientos como el galicanismo y el febronianismo, que promovían la autonomía de las Iglesias nacionales y la subordinación de la Iglesia al Estado11.
Promoción de la Vida Interior de la Iglesia
Pío IX también impulsó la vida interior de la Iglesia a través de varias regulaciones litúrgicas importantes y reformas monásticas1. Fomentó la devoción al Sagrado Corazón, extendiendo esta fiesta a todo el mundo el 23 de septiembre de 18561. Por su iniciativa, el mundo católico fue consagrado al Sagrado Corazón de Jesús el 16 de junio de 18751. Además, su pontificado se caracterizó por un número sin precedentes de beatificaciones y canonizaciones1.
Relaciones con las Iglesias Orientales
Pío IX mostró un temprano interés por el Oriente cristiano7. En octubre de 1847, restableció el Patriarcado Latino de Jerusalén, que había estado vacante desde las Cruzadas, nombrando a Joseph Valerga, conocido por sus tendencias latinistas7. En la Epifanía de 1848, Pío IX envió una encíclica, In suprema Petri sede (también conocida como Litterae ad orientales), exhortando a los ortodoxos disidentes a regresar a la Sede de Pedro7. La reacción de los cuatro patriarcas orientales fue negativa, culpando al Filioque y al proselitismo del papado, lo que indirectamente marcó el nacimiento de la teología ortodoxa moderna7.
A pesar de las controversias, en la Epifanía de 1862, Pío IX creó una sub-congregación «para los asuntos del rito oriental» dentro de la Congregación de Propaganda Fide7. Muchos ven en este acto el humilde comienzo de lo que más tarde se convertiría en la Congregación para las Iglesias Orientales, fundada por Benedicto XV en 19177.
Beatificación
Pío IX fue beatificado en el año 2000, en reconocimiento a sus contribuciones a la Iglesia y su perdurable legado2,7.
Citas
Papa Pío IX, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa Pío IX. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26 ↩27 ↩28 ↩29
Papa n.º 255: Beato Pío IX, Magisterium AI. Breve historia de los Papas de la Iglesia Católica, §Papa 255: Beato Pío IX (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Papa Pío IX. Ubi Primum - Sobre la Inmaculada Concepción (1849). ↩ ↩2
Pío IX, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Pío IX (2015). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Concilio Vaticano, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Concilio Vaticano. ↩ ↩2
Evan S. Koop. Sede de la Sabiduría: Matthias Scheeben sobre la analogía teológica entre la Inmaculada Concepción y la infalibilidad papal, § 23. ↩ ↩2
Vaticano I, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, § Vaticano I (2015). ↩
B3. Desarrollos del siglo XIX, Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Sinodalidad y Primacía en el Segundo Milenio y Hoy, § 3.5 (2023). ↩ ↩2