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Cruz

Papa Sixto V

Papa Sixto V
Dominio Público.

El Papa Sixto V, nacido Felice Peretti, fue el 227º pontífice de la Iglesia Católica, cuyo papado abarcó desde el 24 de abril de 1585 hasta el 27 de agosto de 15901,2. Su pontificado, aunque breve, fue notable por sus profundas reformas administrativas, la restauración de la ley y el orden en los Estados Pontificios, una ambiciosa política financiera y significativos proyectos arquitectónicos que transformaron Roma. Sixto V es recordado como una figura clave en la Contrarreforma, fortaleciendo la autoridad papal y la estructura de la Iglesia en un período crítico de su historia1.

Tabla de contenido

Primeros años y carrera eclesiástica

Felice Peretti nació el 13 de diciembre de 1521 en Grottammare, cerca de Montalto, en el seno de una familia dálmata que había huido de las incursiones turcas. Su padre era jardinero, y se dice que Felice trabajó como porquero en su niñez. A los nueve años ingresó en el convento minorita de Montalto, donde su tío, Fra Salvatore, era fraile, y se hizo novicio a los doce años2.

Recibió su educación en Montalto, Ferrara y Bolonia, siendo ordenado sacerdote en Siena en 1547. Peretti se ganó una gran reputación como predicador. En Roma, donde predicó los sermones de Cuaresma en 1552 en la Iglesia de los Santi Apostoli, su éxito le valió la amistad de figuras influyentes como el Cardenal Carpi, protector de su orden; los Cardenales Caraffa y Ghislieri (futuros Papas); San Felipe Neri y San Ignacio de Loyola2.

Fue nombrado sucesivamente rector de su convento en Siena (1550), de San Lorenzo en Nápoles (1553) y del convento de los Frari en Venecia (1556). Un año después, el Papa Pío IV lo designó consejero de la Inquisición en Venecia. Su celo y severidad como inquisidor desagradaron al gobierno veneciano, que solicitó y obtuvo su destitución en 15602.

Al regresar a Roma, fue nombrado consejero del Santo Oficio, profesor en la Sapienza y procurador general y vicario apostólico de su orden. En 1565, Pío IV lo envió a España para acompañar al Cardenal Buoncompagni (más tarde Gregorio XIII) en la investigación de una acusación de herejía contra el Arzobispo Carranza de Toledo. Desde este momento, surgió una antipatía entre Peretti y Buoncompagni, que se manifestó más abiertamente durante el pontificado de este último (1572-1585)2.

En 1566, Pío V lo nombró Obispo de Sant' Agata dei Goti en el Reino de Nápoles y más tarde lo eligió como su confesor. El 17 de mayo de 1570, el mismo Papa lo creó cardenal-presbítero con la iglesia titular de S. Simeone, que luego cambió por la de S. Girolamo dei Schiavoni. En 1571, fue trasladado a la Sede de Fermo. Era popularmente conocido como el Cardenal di Montalto2.

Durante el pontificado de Gregorio XIII, se retiró de los asuntos públicos, dedicándose al estudio y a la colección de obras de arte, en la medida en que sus escasos medios lo permitían. En este tiempo, editó las obras de San Ambrosio (Roma, 1579-1585) y erigió una villa en el Esquilino (actualmente Villa Massimi)2.

Elección al papado

A la muerte de Gregorio XIII el 10 de abril de 1585, Felice Peretti fue elegido Papa por «adoración» el 24 de abril de 1585, tras un cónclave de cuatro días. Adoptó el nombre de Sixto V en memoria de Sixto IV, quien también había sido un Minorita2.

Una leyenda popular, aunque desmentida, cuenta que entró al cónclave con muletas, fingiendo las debilidades de la vejez, y que, tras su elección, las arrojó exultante, mostrando una vitalidad y vigor sorprendentes. Esta historia podría simbolizar su inactividad forzada durante el reinado de Gregorio XIII y la notable energía que desplegó durante sus cinco años de pontificado2.

Principales logros y reformas

Sixto V fue un gobernante nato, especialmente apto para contener la ola de desorden y anarquía que había estallado hacia el final del reinado de Gregorio XIII2.

Restauración del orden y las finanzas

Uno de sus primeros y más importantes logros fue la erradicación del bandolerismo que había aterrorizado a toda Italia y había alcanzado proporciones inmensas en los Estados Pontificios. Con la cooperación de los estados vecinos, Sixto V exterminó a los bandidos, a menudo con una crueldad excesiva. Se estima que al momento de la muerte de Gregorio XIII, había entre doce mil y veintisiete mil bandidos en Roma y sus alrededores. En poco más de dos años, los Estados Pontificios se convirtieron en el país más seguro de Europa2.

De igual importancia fue la reorganización de las finanzas papales. A su ascenso, el tesoro papal estaba vacío. Basándose en su principio favorito de que la riqueza y la severidad son necesarias para un buen gobierno, utilizó todos los medios disponibles para reponer el erario estatal. Logró acumular tal cantidad de dinero que, a pesar de sus enormes gastos en edificios públicos, poco antes de su muerte había depositado en el Castillo de Sant’Angelo tres millones de escudos de oro y un millón seiscientos mil de plata2.

Para obtener estas vastas sumas, economizó en todos los ámbitos, excepto en obras arquitectónicas; aumentó el número de cargos públicos vendibles; impuso más impuestos y extendió los monti o préstamos públicos, que habían sido instituidos por Clemente VII2.

Reformas administrativas de la Curia Romana

Las reformas que Sixto V introdujo en la gestión de los asuntos eclesiásticos fueron de gran alcance. Antes de su pontificado, los asuntos eclesiásticos eran generalmente tratados por el Papa en consistorio con los cardenales. Existían algunas congregaciones cardenalicias permanentes, pero su competencia era muy limitada2.

En su bula «Immensa aeterni Dei», del 11 de febrero de 1588, estableció quince congregaciones permanentes2,3. Estas congregaciones, algunas dedicadas a asuntos espirituales y otras a temporales, distribuyeron el trabajo administrativo, lo que permitió una organización permanente de los departamentos de la Curia y ha servido a la Iglesia desde entonces3. Aunque las congregaciones aliviaron la carga de trabajo del Papa, no limitaron su autoridad, ya que la decisión final siempre le correspondía2.

Las congregaciones establecidas fueron2,3:

El 3 de diciembre de 1586, emitió la bula «Postquam verus», fijando el número de cardenales en setenta: seis cardenales-obispos, cincuenta cardenales-presbíteros y catorce cardenales-diáconos2. En la creación de cardenales, Sixto V se guio por sus buenas cualidades, y la única sospecha de nepotismo fue el nombramiento de su sobrino nieto de catorce años, Alessandro, quien, sin embargo, honró al Sagrado Colegio y nunca ejerció una influencia indebida2.

Proyectos arquitectónicos y urbanísticos

A pesar de ser extremadamente económico en otros aspectos, Sixto V invirtió sumas inmensas en la construcción de obras públicas2. Su papado fue un período de intensa actividad constructora que transformó el rostro de Roma1.

Entre sus principales proyectos se incluyen2:

Contrarreforma y ediciones de textos sagrados

Sixto V fue un ferviente defensor de la Contrarreforma1. En 1588, publicó una edición de la Septuaginta revisada según un manuscrito vaticano. Su edición de la Vulgata, impresa poco antes de su muerte, fue retirada de la circulación debido a sus numerosos errores, corregida y reeditada en 15922.

Aunque amigo de los jesuitas, objetó algunas de sus reglas y especialmente el título de «Compañía de Jesús». Estaba a punto de realizar cambios cuando le sobrevino la muerte2.

Relaciones con otros pontífices

Sixto V mantuvo una relación compleja con sus predecesores y sucesores. Durante el pontificado de Gregorio XIII (1572-1585), el entonces Cardenal Peretti se retiró de los asuntos públicos debido a la antipatía entre ellos2.

Fue un gran admirador de Pío V (1566-1572), a quien consideraba un padre y un modelo para la república cristiana4. Pío V había sido un reformador enérgico que purgó la Curia Romana, eliminó el bandolerismo de los Estados Pontificios, legisló contra la prostitución y prohibió las corridas de toros, además de publicar un nuevo Breviario y Misal5,6. Sixto V se inspiró en su ejemplo de piedad y devoción4.

En un momento, el Rey Felipe de España solicitó a Sixto V que nombrara un visitador apostólico para investigar un asunto, a lo que el Papa accedió, designando un obispo prudente y una congregación de cardenales. Sin embargo, la muerte prematura de Sixto V impidió la ejecución de esta iniciativa7.

Muerte y legado

Sixto V falleció en el Quirinal el 27 de agosto de 15902. Una estatua erigida en su honor en el Capitolio durante su vida fue derribada por la plebe inmediatamente después de su muerte2.

Su legado es el de un pontífice dinámico y reformista que revitalizó la Iglesia Católica y fortaleció la autoridad papal durante la Contrarreforma1. Sus reformas administrativas sentaron las bases para la organización moderna de la Curia Romana, y sus proyectos arquitectónicos dejaron una huella duradera en la ciudad de Roma2,1. La supresión de los movimientos heréticos y el énfasis en la educación y disciplina del clero también fueron aspectos importantes de su papado1.

Citas

  1. Papa #227: Sixto V, Magisterium AI. Breve historia de los papas de la Iglesia católica, §Papa 227: Sixto V (2024). 2 3 4 5 6 7 8

  2. Papa Sixto V, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa Sixto V. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27

  3. Las Congregaciones Romanas, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Las Congregaciones Romanas. 2 3

  4. Papa Sixto V. Triumphantis Hierusalem (1590). 2

  5. B5: San Pío V, Papa (a.D. 1572), Alban Butler. Las vidas de los santos de Butler: Volumen II, § 238.

  6. Papa Gregorio XIII. Inter Gravissimas, § 3 (1581).

  7. Papa Clemente XIV. Dominus ac Redemptor (21 julio 1773), § 19 (1773).