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Cruz

Papa Urbano I

Papa Urbano I
Esta ilustración procede de Las Vidas y Tiempos de los Papas de Chevalier Artaud de Montor, Nueva York: The Catholic Publication Society of America, 1911. Fue publicada originalmente en 1842. Dominio Público.

El Papa Urbano I fue el decimoséptimo obispo de Roma, cuyo pontificado se extendió desde el año 222 hasta el 230 d.C. Durante su liderazgo, la Iglesia experimentó un período de relativa paz bajo el emperador romano Alejandro Severo, lo que permitió un notable crecimiento de la comunidad cristiana en Roma. Aunque los detalles de su vida y acciones son escasos y a menudo entrelazados con relatos legendarios, se le atribuye la promoción de la vida sacramental, especialmente la Eucaristía, y el fomento del uso de los bienes de la Iglesia para apoyar a los necesitados. Su papado fue un tiempo de consolidación para la Iglesia en la sociedad romana, a pesar de las continuas disputas teológicas y el cisma hipolitano.

Tabla de contenido

Pontificado y Contexto Histórico

El Papa Urbano I fue elegido obispo de Roma tras el fallecimiento de Calixto I el 14 de octubre del año 222 d.C., y su pontificado duró ocho años, concluyendo con su muerte el 23 de mayo del 230 d.C.1. El Liber Pontificalis indica que Urbano era romano, hijo de un hombre llamado Ponciano1.

Durante su tiempo, la Iglesia romana se encontraba en un período de relativa tranquilidad debido a la política favorable del emperador Alejandro Severo, quien ascendió al trono en el 222 d.C.1,2. Este emperador mostró una inclinación hacia el eclecticismo religioso y protegió a los cristianos, lo que resultó en un ambiente de paz para la comunidad cristiana, a pesar de que su estatus legal no cambió formalmente1. Incluso intervino en una disputa legal sobre la propiedad de un terreno en Roma, fallando a favor de los cristianos para la construcción de una iglesia, afirmando que era mejor que Dios fuera adorado en ese lugar1.

El Cisma de Hipólito

A pesar de la paz externa, la Iglesia romana continuó lidiando con el cisma iniciado por Hipólito, quien mantuvo su postura divisionista durante el pontificado de Urbano I1. Se cree que fue en esta época cuando Hipólito escribió su obra Philosophumena, en la que criticaba duramente al predecesor de Urbano, Calixto I1. Urbano I mantuvo la misma postura que su predecesor frente a la facción cismática y su líder1.

Acciones y Legado Atribuidos

La información sobre las acciones personales de Urbano I es limitada, y gran parte de lo que se le atribuye proviene de fuentes legendarias1,2.

Crecimiento de la Iglesia y Atención a los Necesitados

El notable crecimiento de las catacumbas romanas en la primera mitad del siglo III es un indicio del aumento significativo de cristianos durante este período1. Tradicionalmente, se le atribuye a Urbano I el fomento del uso de las propiedades y donaciones de la Iglesia para asistir a los pobres2.

Promoción de la Vida Sacramental

Urbano I también es asociado con la promoción de la vida sacramental, en particular la Eucaristía2. Sin embargo, la afirmación del Liber Pontificalis de que ordenó la fabricación de vasos litúrgicos de plata es considerada una invención de un editor posterior del siglo VI, quien arbitrariamente le atribuyó la creación de patenas para veinticinco iglesias titulares de su propio tiempo1.

Leyendas y Apócrifos

Las Actas de Santa Cecilia, una narrativa puramente legendaria sin valor histórico, vinculan a Urbano con la santa, su esposo y su cuñado, a quienes se dice que bautizó1. De esta leyenda también se deriva la afirmación en el Liber Pontificalis de que Urbano convirtió a muchos mediante sus sermones1. Las Actas del martirio de Urbano son de fecha aún posterior a la leyenda de Santa Cecilia y también carecen de valor histórico1.

El Martirologio Romano lo presenta como mártir, decapitado durante la persecución de Alejandro Severo, y le atribuye la conversión de Tiburcio y Valeriano3. Sin embargo, esta noticia es considerada en gran parte apócrifa, ya que la persecución de Alejandro Severo no ocurrió, y la referencia a Tiburcio y Valeriano proviene de las poco fiables Actas de Santa Cecilia3. A juzgar por la paz de su era, lo más probable es que Urbano I haya fallecido de muerte natural1.

Sepultura y Confusión Histórica

Existen dos versiones sobre el lugar de sepultura de Urbano I en las primeras autoridades, lo que ha generado confusión1.

Catacumba de Praetextato vs. Catacumba de Calixto

Las Actas de Santa Cecilia y el Liber Pontificalis afirman que el Papa Urbano fue enterrado en la Catacumba de Praetextato en la Vía Apia1. Los itinerarios del siglo VII a las tumbas de los mártires romanos también mencionan la tumba de un Urbano en conexión con otros mártires en la Catacumba de Praetextato, dándole el título de «Obispo y Confesor»1.

No obstante, el arqueólogo De Rossi descubrió un fragmento de la tapa de un sarcófago con la inscripción «OUPBANOCE [piskopos]» en una cámara doble de la Catacumba de San Calixto1. También demostró que en una lista de mártires y confesores enterrados en San Calixto, elaborada por Sixto III (432-440), se encontraba el nombre de un Urbano1. De Rossi concluyó que el Urbano enterrado en San Calixto era el Papa, mientras que el santo del mismo nombre en Praetextato era un obispo de otra sede que murió en Roma1.

Reconciliación de las Fuentes

La mayoría de los historiadores concuerdan con la opinión de De Rossi, aunque se basa principalmente en las Actas de Santa Cecilia1. Sin embargo, la caligrafía del epitafio en San Calixto sugiere un período posterior en comparación con otros epitafios papales1. Además, en la lista de Sixto III, Urbano no aparece en la sucesión de papas, sino entre los obispos extranjeros enterrados en San Calixto1.

Por lo tanto, parece más preciso aceptar el testimonio de que el Papa Urbano I fue sepultado en la Catacumba de Praetextato, mientras que el Urbano de San Calixto sería un obispo posterior de otra ciudad1. Esta perspectiva concilia mejor las declaraciones del Martyrologium Hieronymianum, que bajo la fecha del 25 de mayo menciona el «natal de Urbano obispo en el cementerio de Praetextato» en la Vía Nomentana, aunque la catacumba de Praetextato está en la Vía Apia1. Duchesne demostró que un error en la lista original llevó a la confusión, y que la tumba del Papa Urbano estaba en la Vía Apia en la Catacumba de Praetextato, siendo el 25 de mayo el día de su entierro allí1. El Martirologio también menciona un Urbano el 19 de mayo entre otros mártires en la Catacumba de San Calixto, probablemente refiriéndose al obispo extranjero1.

Conclusión

El Papa Urbano I, el decimoséptimo sucesor de San Pedro4, gobernó la Iglesia en un tiempo de relativa calma exterior, lo que le permitió consolidar la presencia cristiana en Roma y fomentar el crecimiento de la comunidad. Aunque los detalles históricos de su pontificado son escasos y a menudo oscurecidos por narrativas legendarias, su liderazgo fue fundamental para la continuidad de la Iglesia en medio de desafíos internos y un entorno político cambiante. La confusión en torno a su lugar de sepultura subraya la dificultad de reconstruir con precisión los primeros siglos del cristianismo, pero la tradición lo venera como un obispo que contribuyó al desarrollo de la fe en un período crucial.

Citas

  1. Papa Urbano I, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Papa Urbano I. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28

  2. Papa #17: San Urbano I, Magisterium AI. Breve historia de los Papas de la Iglesia Católica, §Papa 17: San Urbano I (2024). 2 3 4

  3. San Urbano I, papa y mártir (c. A.D. 230), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 393. 2

  4. La lista de papas, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §La Lista de Papas.