Papa Vigilio

Vigilio fue el 59.º Papa de la Iglesia Católica, cuyo pontificado se extendió desde el 29 de marzo de 537 hasta el 7 de junio de 5551. Su papado estuvo marcado por una compleja interacción entre la autoridad eclesiástica y el poder imperial bizantino, especialmente en el contexto de la Controversia de los Tres Capítulos. A pesar de un ascenso al papado que no fue del todo regular, Vigilio defendió la ortodoxia calcedoniana, aunque su posición fluctuó bajo la presión del emperador Justiniano I, lo que generó divisiones y un menoscabo temporal del prestigio de la Sede Apostólica en Occidente2,3,1.
Tabla de contenido
Primeros Años y Ascenso al Papado
Vigilio nació en una distinguida familia romana; su padre, Johannes, ostentó el título de cónsul, otorgado por el emperador. Su hermano, Reparatus, fue senador2. Vigilio inició su carrera en la Iglesia Romana, sirviendo como diácono en el año 531. En ese mismo año, el clero romano aprobó un decreto que facultaba al Papa para determinar la sucesión en la Sede Papal. De hecho, Bonifacio II lo eligió como su sucesor y lo presentó ante el clero reunido en San Pedro. Sin embargo, la oposición a este procedimiento llevó a Bonifacio a retirar su designación al año siguiente y a quemar el decreto2.
Posteriormente, Agapeto I (535-536), el segundo sucesor de Bonifacio, nombró a Vigilio como su representante papal (Apocrisiario) en Constantinopla. Durante su estancia en la capital oriental, la emperatriz Teodora intentó ganarse su apoyo para vengar la deposición del patriarca monofisita Ántimo de Constantinopla por Agapeto, y para promover los intereses monofisitas. Se dice que Vigilio aceptó los planes de la emperatriz, quien le prometió el pontificado y una considerable suma de dinero2.
Tras la muerte de Agapeto el 22 de abril de 536, Vigilio regresó a Roma con cartas de la corte imperial y dinero. Mientras tanto, Silverio había sido nombrado Papa bajo la influencia del rey de los godos. Sin embargo, el comandante bizantino Belisario guarneció Roma, y bajo falsas acusaciones, depuso a Silverio. Bajo la presión de Belisario, Vigilio fue elegido Papa en lugar de Silverio y fue consagrado el 29 de marzo de 537. Vigilio se aseguró de que el depuesto Silverio quedara bajo su custodia, donde este último falleció poco después debido a los maltratos. Tras la muerte de Silverio, Vigilio fue reconocido por todo el clero romano, aunque la forma de su elevación a la Sede de Roma no fue regular2,3,1. La emperatriz Teodora, sin embargo, se sintió engañada, ya que una vez en el papado, Vigilio mantuvo la misma postura que su predecesor contra los monofisitas y el depuesto Ántimo2.
El Pontificado de Vigilio y las Controversias Teológicas
El pontificado de Vigilio estuvo marcado por intensas dificultades dogmáticas y una constante tensión con el poder imperial, especialmente con el emperador Justiniano I2,3.
La Cuestión Monofisita
En el año 540, Vigilio se vio obligado a pronunciarse sobre el monofisismo, lo que hizo en dos cartas enviadas a Constantinopla: una al emperador Justiniano y otra al patriarca Menas. En ambas cartas, el Papa apoyó firmemente los Sínodos de Éfeso y Calcedonia, así como las decisiones de su predecesor León I, y aprobó la deposición del patriarca Ántimo2.
La Controversia de los Tres Capítulos
La principal dificultad de su papado fue la Controversia de los Tres Capítulos3,1. En 543 o 544, el emperador Justiniano I, buscando facilitar la unión con los monofisitas, emitió un edicto condenando los Tres Capítulos. Estos capítulos eran escritos de Teodoro de Mopsuestia, Teodoreto de Ciro (contra San Cirilo y el Concilio de Éfeso), e Ibas de Edesa (una carta a Maris), que eran percibidos como simpatizantes del nestorianismo. Los patriarcas y obispos orientales firmaron la condena, pero en Europa Occidental, este procedimiento fue visto como injustificable y peligroso, ya que se temía que menoscabara la importancia del Concilio de Calcedonia2,4.
Vigilio se negó a reconocer el edicto imperial. En consecuencia, Justiniano lo convocó a Constantinopla para resolver el asunto en un sínodo2,3. El 20 de noviembre de 545, mientras celebraba la fiesta de Santa Cecilia en Roma, Vigilio fue ordenado por un oficial imperial a emprender el viaje a Constantinopla de inmediato. Fue llevado a un barco en el Tíber, mientras parte de la población lo maldecía y le arrojaba piedras2.
Durante su estancia de ocho años en Constantinopla, Vigilio intentó persuadir al emperador para que enviara ayuda a Roma e Italia, que estaban siendo asediadas por los godos2. Sin embargo, el principal interés de Justiniano seguía siendo la cuestión de los Tres Capítulos. Vigilio, en una posición difícil entre la lealtad a Occidente y el deseo de aplacar a Justiniano, mostró debilidad de carácter, con promesas incumplidas, retrasos, protestas y documentos contradictorios3.
Inicialmente, Vigilio se negó a aceptar el concilio convocado por Justiniano para condenar los Tres Capítulos, e incluso tuvo que refugiarse dos veces, primero en la Basílica de San Pedro y luego en la Iglesia de Santa Eufemia en Calcedonia, desde donde emitió una encíclica a toda la Iglesia describiendo el trato recibido4. A pesar de su negativa inicial, el concilio se celebró y condenó los Tres Capítulos4. Finalmente, Vigilio cedió, confirmando las decisiones del sínodo de Constantinopla en una carta al patriarca Eutiquio el 8 de diciembre de 553, y detalló su juicio en una Constitución del 26 de febrero de 5542,3. Esta condena, aunque justificada en esencia, fue inoportuna y generó controversias desastrosas en Europa Occidental2.
Últimos Años y Legado
Después de llegar a un acuerdo con el emperador, Vigilio pudo iniciar su regreso a Roma en la primavera de 555. Sin embargo, murió en Siracusa durante el viaje2,3,1. Su cuerpo fue trasladado a Roma y enterrado en la Basílica de Silvestre, sobre la Catacumba de Priscila en la Via Salaria2.
El pontificado de Vigilio, aunque complejo y marcado por la presión imperial, también le permitió obtener la famosa «Sanción Pragmática» para Italia, que le permitió a él y a sus sucesores participar en el gobierno temporal de la región, ya que la tierra estaba en manos de los bizantinos3. A pesar de las dificultades y las fluctuaciones en su postura, Vigilio se mostró consciente y orgulloso del prestigio de la Sede Apostólica, aunque este se vio temporalmente disminuido en las Iglesias de Occidente y Oriente3.
Es importante diferenciar al Papa Vigilio del obispo Vigilio de Tapso, un obispo africano del siglo V conocido por sus escritos contra el arrianismo y el eutiquianismo5. También existe un San Vigilio, obispo de Trento y mártir, que evangelizó el Valle de Rendena y fue martirizado por idólatras, siendo considerado por algunos como el primer mártir canonizado formalmente por un Papa6.
Conclusión
El papado de Vigilio fue un período tumultuoso en la historia de la Iglesia, caracterizado por la lucha entre la autoridad papal y el poder imperial bizantino. Aunque su ascenso al trono papal fue irregular y su carácter mostró debilidades ante la presión, Vigilio finalmente afirmó la ortodoxia calcedoniana, aunque a un costo significativo para la unidad y el prestigio de la Iglesia en su tiempo. Su legado subraya los desafíos que enfrentó la Iglesia primitiva en la defensa de la doctrina en medio de complejas dinámicas políticas y teológicas.
Citas
Papa #59: Vigilio, Magisterium AI. Breve Historia de los Papas de la Iglesia Católica, §Papa 59: Vigilio (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Vigilio, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa Vigilio. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16
Vigilio, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, § Vigilio (2015). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Tres capítulos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Tres Capítulos. ↩ ↩2 ↩3
Vigilio, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Vigilio. ↩
San Vigilio, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Vigilio. ↩