Papa Vitaliano

El Papa San Vitaliano fue el 76º obispo de Roma, cuyo pontificado se extendió desde el 30 de julio de 657 hasta el 27 de enero de 6721. Su liderazgo fue crucial durante un período de importantes desafíos teológicos y políticos, especialmente en relación con la controversia monotelita. Vitaliano se esforzó por restaurar las relaciones con el Imperio Bizantino y consolidar la autoridad de la Iglesia en Occidente, particularmente en Inglaterra. Es venerado como santo en las tradiciones católica y ortodoxa debido a su dedicación a la fe, su cuidado pastoral y sus esfuerzos por fortalecer la Iglesia1.
Tabla de contenido
Primeros años y elección
Se sabe poco de la vida de Vitaliano antes de su elección al papado. Nació en Segni, en la Campaña italiana, y su padre se llamaba Anastasio2. Tras la muerte del Papa Eugenio I el 2 o 3 de junio de 657, Vitaliano fue elegido su sucesor y entronizado el 30 de julio de ese mismo año2.
Pontificado y desafíos teológicos
El pontificado de Vitaliano estuvo marcado por la compleja controversia monotelita, una herejía que sostenía que Cristo poseía una sola voluntad divina, en lugar de dos voluntades (divina y humana) como enseña la ortodoxia católica2,1.
Relaciones con Constantinopla y la controversia monotelita
Vitaliano, al igual que su predecesor, buscó restablecer la conexión con Constantinopla mediante acercamientos amistosos al emperador bizantino Constante II (641-668)2. Envió cartas (synodica) anunciando su elevación tanto al emperador como al Patriarca Pedro de Constantinopla, quien se inclinaba hacia el monotelismo2. Aunque el Patriarca Pedro envió una respuesta, no fue definitiva respecto al monotelismo, el cual intentó defender, aunque haciendo parecer que compartía la opinión del Papa sobre la fe católica2.
Esta diplomacia permitió que las relaciones eclesiásticas entre Roma y Constantinopla se restauraran, y el nombre de Vitaliano fue incluido en los dípticos de la Iglesia bizantina. Fue el único papa cuyo nombre se registró en los dípticos entre el pontificado de Honorio I (fallecido en 638) y el Sexto Concilio Ecuménico (680-681)2.
En 663, el emperador Constante II visitó Roma durante doce días. Vitaliano le mostró gran amabilidad, recibiéndolo con el clero romano y celebrando la Misa en San Pedro, donde el emperador ofreció regalos2. Sin embargo, Constante II, antes de su asesinato en Siracusa en 668, oprimió cruelmente a la población y se llevó numerosas obras de arte de bronce de Roma, incluyendo las tejas de bronce del Panteón2.
Vitaliano apoyó al hijo de Constante, Constantino IV Pogonato, contra un usurpador, ayudándole a ascender al trono bizantino. Aunque Constantino IV no tenía intención de mantener por la fuerza el decreto monotelita (typus) de su padre, Vitaliano no logró que el emperador se adhiriera plenamente a la ortodoxia en ese momento2. El patriarca monotelita Teodoro de Constantinopla (desde 678) incluso eliminó el nombre de Vitaliano de los dípticos2. No fue hasta el Sexto Concilio Ecuménico en 681 que el monotelismo fue suprimido y el nombre de Vitaliano fue restituido en los dípticos de la Iglesia bizantina2.
Influencia en la Iglesia Occidental
El pontificado de Vitaliano fue particularmente exitoso en Inglaterra, donde resolvió disputas eclesiásticas y fortaleció los lazos con la Santa Sede2,3.
La Iglesia en Inglaterra
Vitaliano tuvo un impacto significativo en la Iglesia de Inglaterra. Durante su tiempo, san Benito Biscop realizó su primera visita a Roma3. Las diferencias entre el clero anglosajón y británico respecto a la celebración de la Pascua y otras costumbres eclesiásticas fueron abordadas y resueltas en el Sínodo de Streaneshalch (Whitby)2,3. El rey Oswy de Northumbria decidió aceptar las prácticas romanas en cuanto a la fecha de la Pascua y la forma de la tonsura2.
Cuando el sacerdote Wighard, enviado a Roma por los reyes Oswy y Egberto de Kent para ser consagrado arzobispo de Canterbury, murió de peste en Roma en 664, el Papa Vitaliano le escribió al rey Oswy prometiendo enviar un obispo adecuado lo antes posible2,4,5. Vitaliano eligió a Teodoro de Tarso, un monje altamente educado que hablaba latín y griego, como Arzobispo de Canterbury, consagrándolo el 26 de marzo de 6682,3. Teodoro, acompañado por el abad Adriano, fue a Inglaterra y fue reconocido como cabeza de la Iglesia de Inglaterra por todo el clero, tanto sajón como británico. El Papa confirmó a Teodoro todos los privilegios que Gregorio Magno había concedido anteriormente al Arzobispo Agustín2. La influencia de San Teodoro de Tarso y del monje africano San Adriano (quien se convirtió en abad de San Agustín) fue fundamental para la formación del clero anglosajón y para estrechar los lazos entre Inglaterra y la Santa Sede3.
Autoridad judicial en la Iglesia Oriental
Vitaliano también ejerció su autoridad como juez supremo en la Iglesia Oriental. El obispo Juan de Lappa en Creta, depuesto por un sínodo presidido por el Metropolitano Paulo, apeló al Papa y fue encarcelado por ello2. Sin embargo, Juan escapó y viajó a Roma, donde Vitaliano convocó un sínodo en diciembre de 667 para investigar el asunto. Basándose en los registros del Sínodo metropolitano de Creta, Vitaliano declaró a Juan inocente2.
Posteriormente, Vitaliano escribió al Metropolitano Paulo exigiendo la restitución de Juan a su diócesis y la devolución de los monasterios que le habían sido arrebatados injustamente. Al mismo tiempo, el Papa ordenó al metropolitano que destituyera a dos diáconos que se habían casado después de su consagración2.
Disputas con la Sede de Rávena
La Sede Arzobispal de Rávena estaba directamente sujeta a Roma. Sin embargo, el Arzobispo Mauro de Rávena (648-671) intentó liberarse de esta dependencia y hacer su sede autocefálica2. Cuando el Papa Vitaliano le pidió que justificara sus puntos de vista teológicos, Mauro se negó a obedecer y se declaró independiente de Roma. El Papa lo excomulgó, pero Mauro no se sometió e incluso llegó a excomulgar al Papa2. El emperador Constante II se puso del lado del arzobispo y emitió un edicto que eliminaba al Arzobispo de Rávena de la jurisdicción patriarcal de Roma, ordenando que recibiera el palio del emperador2. No fue hasta el pontificado del Papa León II (682-683) que la independencia de la Sede de Rávena fue suprimida, cuando el emperador Constantino IV derogó el edicto de Constante y confirmó los antiguos derechos de la Sede Romana sobre Rávena2.
Legado y veneración
El Papa San Vitaliano falleció el 27 de enero de 672 y fue sepultado en San Pedro2,3. Su pontificado, aunque breve, fue fundamental para la unidad de la Iglesia y la consolidación de la fe católica en un período de grandes desafíos1. Es recordado por su firmeza en la fe y su habilidad diplomática.
Otros santos llamados Vitaliano
Es importante distinguir al Papa San Vitaliano de otros santos con nombres similares:
Beato Vital de Savigny, Abad (f. 1122): Vivió como ermitaño y fundó la abadía de Savigny. Fue conocido como un predicador famoso y visitó Inglaterra en varias ocasiones6.
San Vitaliano de Bodon: Se le nombra como fundador y primer abad de la abadía de Bodon. La evidencia sobre su vida es poco fiable3.
Citas
Papa #76: San Vitaliano, Magisterium AI. Breve historia de los papas de la Iglesia Católica, §Papa 76: San Vitaliano (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa san Vitaliano, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa San Vitaliano. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26
San Vitaliano, papa (d.C. 672), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 199. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Beda el Venerable. Historia eclesiástica de Inglaterra - Libro III, § 77. ↩
Beda el Venerable. Historia eclesiástica de Inglaterra - Libro III, § 76. ↩
Beato Vital de Savigny, abad (d.C. 1122), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 577. ↩