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Parábola de la viuda insistente

La Parábola de la viuda insistente (Lucas 18:1‑8) es uno de los tres relatos que San Lucas conserva sobre la oración persistente. En ella Jesús muestra, mediante la figura de una viuda que acude repetidamente a un juez injusto, que la constancia en la oración no solo refleja fe, sino que también garantiza la respuesta divina. El pasaje ha sido interpretado por la Iglesia como una exhortación a la perseverancia y a la humildad en la vida de oración, y su mensaje ha influido profundamente en la espiritualidad cristiana, la liturgia y la enseñanza magisterial.

Tabla de contenido

Contexto histórico‑bíblico

Texto del Evangelio de Lucas

«Entonces Jesús les contó una parábola para mostrarles que debían orar siempre y no desanimarse. Les dijo: ‘En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a las personas. En aquella ciudad había una viuda que lo asediaba diciendo: “Hazme justicia contra mi adversario”. Durante un tiempo él se negó, pero después dijo consigo mismo: “Aunque no tenga temor de Dios ni respeto a nadie, porque esta viuda me molesta, le concederé justicia, no sea que siga viniendo y me agote.”

Y él dijo: «Escuchad lo que dice el juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él día y noche? ¿No tardará mucho en ayudarles? Yo os digo que pronto les concederá justicia».»*1

Contexto social de la viuda

En la cultura judía del siglo I, la viuda era una de las categorías más vulnerables (orphan, extranjero). Sin herencia ni protección familiar, dependía de la justicia pública. El juez descrito, «que no temía a Dios ni respetaba a las personas», representa la corrupción y la falta de imparcialidad que amenazaba a los más necesitados. La insistencia de la viuda muestra cómo, ante la injusticia humana, la oración se convierte en la única vía de defensa y esperanza2.

Interpretación teológica

Enseñanza sobre la perseverancia en la oración

San Francisco, en su Audiencia General del 25 de mayo de 2016, subrayó que el pasaje «nos manda orar siempre y no desanimarnos». La viuda, mediante su importunidad, consigue que el juez actúe, y Jesús la usa para afirmar que Dios, a diferencia del juez, responde «rápidamente» a los que claman día y noche2. La perseverancia no es un mero insistir, sino una confianza firme en la bondad y justicia divinas.

Argumento a fortiori y justicia divina

El razonamiento a fortiori («si aun un juez injusto cede ante la importunidad, cuánto más Dios, que es bueno y justo, escuchará nuestras súplicas») constituye la base lógica del mensaje. San Agustín, en su Carta 130 a Proba, repite este argumento, señalando que «aunque el juez sea vencido por la molestia, Dios, que nunca duerme, nos concederá con mayor benevolencia»3. Así, la parábola confirma la infalibilidad de la promesa divina de justicia.

Relación con la humildad y la confianza

El mismo capítulo de Lucas continúa con la parábola del fariseo y el publicano, que contrasta la humildad del penitente con la autosuficiencia del fariseo. La viuda, aunque humilde en su condición social, muestra una fe activa que la lleva a confiar en la misericordia de Dios. El Catecismo de la Iglesia Católica (CCC 2613) resume que la segunda parábola «está centrada en una de las cualidades de la oración: es necesario orar siempre sin cesar y con la paciencia de la fe»4.

Desarrollo patrístico y magisterial

San Agustín (Carta 130)

Agustín destaca la importunidad como medio para despertar la compasión divina, y la vincula con la oración del «amigo que, despertado en medio de la noche, concede lo pedido». Su exégesis refuerza la idea de que la persistencia es una virtud cristiana esencial3.

Catecismo de la Iglesia Católica

El CCC, en su apartado sobre la oración, enumera tres parábolas de Lucas como fundamentos de la vida de oración: la del amigo importuno, la de la viuda y la del fariseo‑publicano. La viuda ilustra la paciencia de la fe y la certeza de que «cuando el Hijo del Hombre venga, encontrará fe en la tierra?»4.

Concilio de Trento

El Catecismo del Concilio de Trento insiste en la constancia como condición indispensable de la oración, citando la viuda como ejemplo de cómo la importunidad vence la indiferencia humana y lleva al creyente a la confianza plena en la providencia divina5.

Enseñanzas de San Francisco

En la catequesis sobre la oración (11 noviembre 2020), el Papa recuerda que «Jesús oró con perseverancia» y que los tres ejemplos de Lucas (amigo, viuda, fariseo) revelan «insistencia, paciencia y humildad» como actitudes esenciales para la oración cristiana6.

Uso litúrgico y devocional

Lectura en el Tiempo Ordinario

La parábola se proclama en la liturgia del Tiempo Ordinario (Domingo de la 22ª semana del año litúrgico). Su inclusión subraya la necesidad de una oración constante en la vida del creyente y sirve de base para homilías que motivan la oración perseverante.

Aplicación en la vida de oración

Los fieles son invitados a:

Influencia en la espiritualidad cristiana

Santos y ejemplos de perseverancia

Aplicación práctica

Los cristianos contemporáneos pueden aplicar la enseñanza de la viuda en:

Bibliografía

Citas

  1. La Santa Biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 18:1-8 (1993).

  2. La oración como fuente de misericordia (cf. Lc 18:1-8), Papa Francisco. Audiencia General del 25 de mayo de 2016: La oración como fuente de misericordia (cf. Lc 18:1-8) (2016). 2 3

  3. Agustín de Hipona. Carta 130 de Agustín a Proba, §Capítulo 8. 15 (412). 2

  4. Sección Primera: La oración en la vida cristiana, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2613. 2

  5. La oración del Señor - Introducción: Sobre la oración - Debemos orar con perseverancia, Papa Pío V. Catecismo del Concilio de Trento, §La oración del Señor - Introducción: Sobre la oración (1566).

  6. Papa Francisco. Audiencia General del 11 de noviembre de 2020: Catequesis sobre la oración - 14. La oración perseverante (2020).

  7. Oración, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Oración.