Parábola del buen samaritano

La Parábola del Buen Samaritano, registrada en el Evangelio de Lucas (Lc 10:25-37)1, es una de las enseñanzas más profundas y desafiantes de Jesucristo, que redefine el concepto de «prójimo» y subraya la primacía de la caridad y la misericordia universal. Esta narración no es meramente una lección de ética social, sino una revelación del amor incondicional de Dios y una invitación a la imitación de Cristo, quien es el Buen Samaritano por excelencia2. La parábola es fundamental para la moral cristiana, ya que transforma la pregunta legalista de «¿Quién es mi prójimo?» en la cuestión activa y compasiva de «¿De quién me hago yo prójimo?»3,4.
Tabla de contenido
I. Contexto Bíblico y Estructura de la Parábola
La parábola se encuentra en el Evangelio de Lucas, inmediatamente después del envío de los setenta discípulos, y es la respuesta de Jesús a una pregunta formulada por un doctor de la Ley que buscaba justificarse1.
A. El Diálogo Inicial sobre la Vida Eterna
Un doctor de la Ley se acercó a Jesús para ponerlo a prueba, preguntando: «Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?» (Lc 10:25)1. Jesús le pidió que respondiera a partir de la Ley, y el hombre citó correctamente el Gran Mandamiento: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo» (Lc 10:27)1. Jesús confirmó su respuesta: «Has respondido correctamente; haz esto, y vivirás» (Lc 10:28)1.
Sin embargo, el doctor de la Ley, queriendo justificarse, presionó con una segunda pregunta crucial: «¿Y quién es mi prójimo?» (Lc 10:29)1. Su intención era establecer un límite claro para el deber de amar, clasificando a las personas entre «prójimo» y «no-prójimo»3. Jesús respondió a esta delimitación legalista con la parábola, invirtiendo la perspectiva de la pregunta3.
B. La Narrativa de la Misericordia
Jesús relata la historia de un hombre que descendía de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, quienes lo despojaron, lo golpearon y lo dejaron medio muerto al borde del camino1.
- Los Transeúntes Indiferentes: El Sacerdote y el Levita
Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino, y al verlo, pasó de largo por el lado opuesto1. De igual modo, un levita, al llegar al lugar y ver al herido, también pasó de largo1. Ambos eran figuras vinculadas al culto del Templo y a la observancia religiosa3. La Ley de Dios imponía el deber de asistir al necesitado3, pero su prisa o quizás el temor a la impureza ritual (si el hombre estaba muerto) prevaleció sobre la caridad3. Su fe se limitó a una observancia externa de la ley, incapaz de sentir y actuar con compasión misericordiosa5.
- La Acción del Samaritano
Finalmente, un samaritano que viajaba por el camino se acercó al hombre1. Los samaritanos eran considerados por los judíos como cismáticos, extraños e impuros, y existía una profunda rivalidad y animosidad entre ambos grupos3,6,7.
Al ver al herido, el samaritano fue movido a piedad1. Esta compasión no fue un sentimiento vago, sino que se tradujo en acciones concretas3:
Se acercó, vendó sus heridas, vertiendo aceite y vino (los remedios de la época)1.
Lo subió a su propia cabalgadura y lo llevó a una posada, donde lo cuidó personalmente1.
Al día siguiente, le dio dos denarios al posadero, pidiéndole que lo cuidara, y prometiendo pagar cualquier gasto adicional a su regreso1.
El samaritano demostró una caridad que no hace excepciones por origen étnico, religión o preferencia política8. Su amor fue universal, reconociendo la dignidad humana en el que sufría, sin importar su condición4.
C. La Conclusión y el Mandato
Al terminar la parábola, Jesús invirtió la pregunta original del doctor de la Ley, preguntando: «¿Cuál de estos tres te parece que fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los ladrones?» (Lc 10:36)1. La respuesta del doctor fue inequívoca: «El que tuvo misericordia de él» (Lc 10:37)1.
Jesús concluyó con el mandato que resuena en toda la moral cristiana: «Ve y haz tú lo mismo» (Lc 10:37)1.
II. Significado Teológico y Moral
La Parábola del Buen Samaritano es un regalo espléndido y una tarea para todos los cristianos3. Su significado se extiende más allá de la ética social, alcanzando la cristología y la comprensión de la caridad.
A. La Redefinición del Prójimo
El doctor de la Ley quería saber a quién debía amar; Jesús le enseñó a quién podía amar3. La parábola cambia la perspectiva: el prójimo no es una categoría que se clasifica o se elige, sino cualquier persona necesitada que uno encuentre3.
La respuesta de Jesús es un desafío a toda forma de exclusión y prejuicio8. La caridad cristiana debe ser universal, trascendiendo barreras históricas, culturales y religiosas9,10. El amor que se pide es un amor que no conoce enemigos, solo hermanos y hermanas4.
B. El Buen Samaritano como Figura de Cristo
La tradición patrística y el Magisterio moderno han interpretado la figura del Samaritano como una alegoría del propio Jesucristo2,5.
Cristo, el Salvador: Jesús, el Hijo de Dios, es el Buen Samaritano por excelencia2. Él es el Salvador que encuentra a la humanidad, herida y medio muerta por el pecado, y se detiene a curar nuestras heridas2,5.
La Misericordia de Dios: La acción del Samaritano es un reflejo de la compasión y misericordia que Dios nos ha mostrado2. Cristo vino a sanar nuestras heridas y a derramar sobre nosotros el bálsamo de su amor y misericordia5.
Encarnación y Servicio: Jesús «se inclinó hacia nosotros, se hizo nuestro siervo, y así nos ha salvado»3. Su ejemplo nos invita a amar de la misma manera que Él nos amó, a través del servicio y la dedicación11,10.
C. La Primacía de la Misericordia y la Compasión
La parábola enseña que la compasión (misericordia) es la esencia del amor eficaz, no un sentimiento vago3. La misericordia es el fruto de un amor que reconoce la dignidad de los seres humanos en todos los que sufren4.
El contraste entre el sacerdote/levita y el samaritano ilustra que la observancia religiosa y el culto, si están divorciados de la caridad práctica, carecen de valor ante Dios3,5. La pregunta clave es si tenemos la capacidad de sufrir con el otro (cum-passio)3.
III. Implicaciones para la Vida Cristiana y la Doctrina Social
El mandato «Ve y haz tú lo mismo» (Lc 10:37) es un desafío continuo para los discípulos de Cristo, que se traduce en una fraternidad abierta a todos, sin excepción12.
A. El Llamado a la Hospitalidad y el Cuidado
El samaritano no solo ofreció ayuda inmediata, sino que se comprometió con el cuidado a largo plazo del herido, incluso pagando por él y prometiendo volver3,1. Esto enseña que la caridad implica:
Cercanía y Proximidad: Acercarse al otro hasta el punto de identificarse con él, viviendo el mandamiento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»3.
Compromiso Personal y Material: La compasión significa hacerse cargo del otro, incluso si implica un costo económico y personal3,8.
Universalidad de la Caridad: La parábola es un llamado a la solidaridad humana profunda sin la cual la paz es imposible4,10. En el mundo actual, esto se aplica especialmente a los refugiados y a los más necesitados8.
B. La Caridad como Fundamento de la Ley Moral
La parábola es característica de la aplicación cristiana de la Regla de Oro, donde el centro de interés pasa del cuidado de sí mismo al cuidado del otro13. Jesús establece la caridad como el primado ético que une inseparablemente el amor a Dios y el amor al prójimo13.
La caridad es el nuevo mandamiento (Jn 13:34) que recapitula toda la ley y proporciona la clave para su interpretación13. La práctica del amor, tal como la ejemplifica el Samaritano, supera toda limitación y adquiere una dimensión universal13.
C. Una Elección Fundamental
El Papa Francisco ha resumido la enseñanza de la parábola en una elección fundamental en la vida: en la sociedad, solo hay dos tipos de personas: las que cuidan de alguien que sufre y las que pasan de largo9.
Esta parábola nos llama a imitar al Buen Samaritano y, por lo tanto, a imitar a Dios14, cultivando un corazón que se conmueve y unos ojos que ven sin mirar para otro lado5. El camino cristiano es un cambio de corazón, pasando de una mentalidad de dominio y egoísmo a una mentalidad que acoge, acepta y cuida15.
Conclusión
La Parábola del Buen Samaritano es más que un relato inspirador; es la hoja de ruta del cristiano para heredar la vida eterna1. Al invertir la pregunta de quién es el prójimo, Jesús nos obliga a examinar nuestra propia respuesta a las heridas del mundo y a reconocer en el Samaritano la figura de Cristo mismo, quien nos ha amado primero. El mandato de «ir y hacer lo mismo» es la esencia de la vida cristiana, un llamado constante a la misericordia activa que construye la fraternidad y la paz en el mundo4,12.
Citas
La santa biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 10:25-37 (1993). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19
Papa Juan Pablo II. 13 de octubre de 1989: Celebración eucarística en Tuntungan, Indonesia - Homilía, § 3 (1989). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
B16. Id y haced lo mismo (cf. Lc 10, 25-37), Papa Francisco. Audiencia General del 27 de abril de 2016: 16. Id y haced lo mismo (cf. Lc 10, 25-37) (2016). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18
A los participantes en la conferencia mundial sobre religión y paz con ocasión de la inauguración de la sexta asamblea mundial, Papa Juan Pablo II. A los participantes en la Conferencia Mundial sobre Religión y Paz con ocasión de la inauguración de la Sexta Asamblea Mundial (3 de noviembre de 1994), § 4 (1994). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Palabras del Santo Padre al final de la Santa Misa, Papa León XIV. Santa Misa (Castel Gandolfo, 13 de julio de 2025) - Homilía, § 1. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Agustín de Hipona. Tratado 15 Juan 4:1-42, § 10 (420). ↩
III. - Los Judíos en el Nuevo Testamento - A. Diferentes puntos de vista dentro del Judaísmo post-exílico - 1. Los últimos siglos antes de Jesús Cristo, Comisión Bíblica Pontificia. El Pueblo Judío y sus Sagradas Escrituras en la Biblia Cristiana (24 de mayo de 2001), § 66 (2001). ↩
Papa Juan Pablo II. Visita a un Campo de Refugiados en Morong (21 de febrero de 1981) - Discurso, § 4 (1981). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
La parábola del buen samaritano de Piers Plowman, Sheryl Overmyer. Una Parábola, Dos Interpretaciones: Papa Francisco y William Langland sobre el Buen Samaritano, § 4. ↩ ↩2
celebración eucarística en Tuntungan, Indonesia, Papa Juan Pablo II. 13 de octubre de 1989, Celebración eucarística en Tuntungan, Indonesia, § 3 (1989). ↩ ↩2 ↩3
visita pastoral a Frascati, Papa Benedicto XVI. 15 de julio de 2012, Visita Pastoral a Frascati (2012). ↩
Papa Francisco. Carta del Santo Padre a los Obispos de los Estados Unidos de América (10 de febrero de 2025), § 6 (2025). ↩ ↩2
Capítulo 5: Jesús Cristo, el cumplimiento de la ley natural - 5.1. El Logos encarnado, la ley viva, Comisión Teológica Internacional. En Busca de una Ética Universal: Una Nueva Mirada a la Ley Natural, § 108 (2009). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Sheryl Overmyer. Una Parábola, Dos Interpretaciones: Papa Francisco y William Langland sobre el Buen Samaritano, § 13. ↩
viaje apostólico - Paraguay: santa misa en Campo Grande en Ñu Guazú, Papa Francisco. Viaje Apostólico - Paraguay: Santa Misa en Campo Grande en Ñu Guazú (Asunción, 12 de julio de 2015) (2015). ↩