Parábola del tesoro escondido

La Parábola del Tesoro Escondido es una de las breves narraciones de Jesús sobre el Reino de los Cielos, registrada en el Evangelio de Mateo (13:44)1. Esta parábola destaca la inmensa, incomparable, y gozosa valía del Reino de Dios, y el imperativo de la renuncia total a los bienes terrenales para asegurar su posesión1,2,3. La enseñanza central es que el descubrimiento del Reino debe provocar una respuesta radical e inmediata en la vida del creyente, llevando a un desprendimiento gozoso de todo lo demás para obtener este bien supremo2,3,4. Los Padres de la Iglesia y la tradición católica han interpretado el «tesoro» como la doctrina evangélica, la gracia divina, o incluso Cristo mismo, y el «campo» como el mundo o las Sagradas Escrituras5,4,6.
Tabla de contenido
Contexto Bíblico y Fuente
La Parábola del Tesoro Escondido es parte de una serie de parábolas que Jesús pronunció a las multitudes y luego explicó a sus discípulos, todas ellas enfocadas en describir la naturaleza del Reino de los Cielos1.
Ubicación en el Evangelio de Mateo
Esta parábola se encuentra exclusivamente en el Evangelio de Mateo, capítulo 13, versículo 441. Se presenta inmediatamente después de la explicación de la Parábola de la Cizaña y precede directamente a la Parábola de la Perla de Gran Precio1,7.
- Mateo 13:44 (NRSV-CE): «El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo»1.
Relación con la Parábola de la Perla
La Parábola del Tesoro Escondido (Mateo 13:44) y la Parábola de la Perla de Gran Precio (Mateo 13:45-46) son a menudo consideradas como un par que, aunque con ligeras diferencias, transmiten el mismo mensaje fundamental sobre el valor del Reino3. San Juan Crisóstomo señaló que, si bien la Parábola de la Semilla de Mostaza y la de la Levadura hablan del poder del Evangelio, estas dos parábolas (el tesoro y la perla) declaran su valor y gran precio3.
La diferencia principal radica en el modo de descubrimiento:
El hombre del Tesoro Escondido lo encuentra por casualidad, mientras está trabajando o visitando el campo4.
El Mercader de Perlas es un buscador activo, alguien que ya está en la búsqueda de algo de gran valor3,4.
En ambos casos, sin embargo, la respuesta es idéntica: la venta de todo lo que se tiene para asegurar la posesión del bien encontrado1,7,3.
Interpretación Teológica
La tradición católica ha ofrecido diversas interpretaciones del simbolismo de la parábola, todas convergiendo en la idea de que el Reino de los Cielos exige una entrega total.
El Tesoro: Cristo y el Evangelio
El elemento central de la parábola, el tesoro escondido, ha sido identificado con varios aspectos de la fe y la salvación:
Jesús mismo y la gracia divina: El Papa Francisco enseñó que el Reino de Dios está presente en la persona de Jesús. Él es el tesoro escondido, Él es la perla de gran valor. El gozo del labrador y del mercader es el gozo que se experimenta al descubrir la cercanía y presencia de Jesús en la propia vida4.
La Doctrina Evangélica: San Juan Crisóstomo y Santo Tomás de Aquino, citando a los Padres, interpretaron el tesoro como la doctrina evangélica o la sabiduría y el conocimiento de la salvación3,6. El campo, en esta lectura, es el mundo o las Sagradas Escrituras, donde esta verdad está oculta para los «impuros»5,6.
El Deseo Celestial: San Gregorio Magno identificó el tesoro con el deseo celestial y el campo con la disciplina espiritual6.
El Campo: Las Escrituras o la Iglesia
La identidad del campo varía según la interpretación del tesoro5:
Si el tesoro es la sabiduría de Cristo, el campo puede ser Cristo mismo, compuesto de cosas manifiestas y ocultas5.
Si el tesoro es la doctrina sagrada, el campo puede ser la Iglesia o las Sagradas Escrituras5,6. El hombre que busca en las Escrituras (el campo) encuentra el tesoro de la sabiduría5.
La Acción de «Esconder» el Tesoro
Un detalle particular de la parábola es que el hombre, tras encontrar el tesoro, lo esconde de nuevo1. Los comentaristas han visto en este acto una prudencia espiritual:
Guardar la fe en el corazón: Santo Tomás de Aquino interpretó este acto en una dirección personal e interior. El tesoro (la fe) debe ser escondido en el corazón del creyente, como dice el Salmo 118:11: «En mi corazón he guardado tus palabras»6.
Proteger la gracia: Esta «ocultación» sirve para aumentar el fervor, prevenir la vanagloria, y proteger la fe naciente de ser robada por el maligno6. Orígenes de Alejandría también sugirió que no es prudente revelar a todos los significados secretos de las Escrituras o los tesoros de la sabiduría5.
La Respuesta Radical: Vender Todo
El aspecto más crucial y exigente de la parábola es la respuesta inmediata y gozosa del hombre: va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo1,7.
El Desprendimiento y el Gozo
La parábola enseña que el Reino de los Cielos es de un valor tal que exige el desprecio de todas las cosas terrenales en comparación con él2.
Renuncia Absoluta: La venta de «todo lo que tiene» simboliza el desprendimiento de las riquezas y de los apegos mundanos3,8. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que el desprendimiento de las riquezas es necesario para entrar en el Reino de los Cielos, y recuerda la bienaventuranza de los pobres de espíritu9.
El Gozo de la Ganancia: La renuncia no es un acto de tristeza, sino de gozo1,3. El hombre vende todo por gozo3. Quien se despoja de sus bienes mundanos debe entender que la transacción es una ganancia y no una pérdida3.
Prioridad Absoluta: Este tesoro es tan inestimable que nada puede compararse o competir con él2. Quien conoce las riquezas de Cristo el Señor despreciará todas las cosas y las considerará como basura para ganar a Cristo, como lo expresó el Apóstol2.
Tesoro en el Cielo
La enseñanza de la parábola se alinea con otras exhortaciones de Jesús sobre la necesidad de invertir en el cielo en lugar de acumular bienes en la tierra10. En el Evangelio de Lucas, Jesús advierte contra la codicia y el apego a las posesiones, y exhorta a sus discípulos a vender sus posesiones y dar limosna para hacerse «bolsas que no se gasten, un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca ladrón ni polilla destruye»11,10. La razón es clara: «Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón»12,11.
El Catecismo del Concilio de Trento utiliza la parábola para exhortar a los fieles a valorar el Reino de Dios por encima de todo, y a estar preparados para vender incluso a sí mismos para asegurar la posesión de la gracia divina2.
Aplicación a la Vida Espiritual
La parábola es un llamado a la conversión radical y a la determinación en la vida espiritual.
El Progreso Espiritual
Santo Tomás de Aquino interpretó la última parte de la parábola, la compra del campo, como el progreso en la vida espiritual. El creyente que encuentra la fe con alegría, comienza a progresar, desprecia todo lo demás para obtener los bienes espirituales, y busca la paz espiritual6.
Vigilancia y Decisión
La decisión de vender todo debe ser tomada con la misma prontitud y gozo que el hombre de la parábola. La vida cristiana es un peregrinaje con la mirada fija en la meta final13. La parábola, junto con otras enseñanzas de Jesús (como la parábola del administrador fiel y prudente14,15), subraya la necesidad de estar preparados y vigilantes, pues el Señor vendrá en un momento inesperado16. Se requiere fidelidad hasta la muerte para recibir la corona de la vida17.
La lección final es que el descubrimiento de Cristo y Su Reino es el evento más importante en la vida de una persona, y exige una elección existencial que reordene todas las prioridades4.
Citas
La santa biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Mateo 13:44 (1993). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
El Padrenuestro - La Segunda Petición: «Venga a nosotros tu reino» - Debemos valorar el reino de Dios por encima de todas las cosas, Papa Pío V. Catecismo del Concilio de Trento, §El Padrenuestro - La Segunda Petición: «Venga a nosotros tu reino» (1566). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Juan Crisóstomo. Homilía 47 sobre Mateo, § 2 (420). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
Santa Misa para el pueblo local con motivo del Día de la Fiesta de Santa Ana, patrona de Caserta (parque del palacio real de Caserta), Papa Francisco. Santa Misa para el pueblo local con motivo del Día de la Fiesta de Santa Ana, Patrona de Caserta (Parque del Palacio Real de Caserta, 26 de julio de 2014) (2014). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Libro X - 6. La exposición continuó, Orígenes de Alejandría. Comentario sobre Mateo, § 6 (250). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Matthew L. Martin. Las Dimensiones del Reino de los Cielos en el Comentario de Santo Tomás de Aquino sobre Mateo, § 15. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Mateo 13. ↩ ↩2 ↩3
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Marcos 10. ↩
Sección Segunda Los Diez Mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2556. ↩
Matthew Levering. ¿Vida Eterna: Un Don Gratuito Merecido? , § 2. ↩ ↩2
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 12. ↩ ↩2
La santa biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 12:34 (1993). ↩
Dicasterio para las Causas de los Santos. Carl Lampert: Ángelus (13 de noviembre de 2011) (2011). ↩
La santa biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 12:44-46 (1993). ↩
La santa biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 12:44-48 (1993). ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Mateo 24. ↩
Hipólito de Roma. Sobre el Fin del Mundo, § 49 (235). ↩