Paralipómenos
Los libros de Paralipómenos, también conocidos como Crónicas, son dos libros del Antiguo Testamento que forman parte del canon católico de las Escrituras. El término griego Paralipómenos significa «cosas omitidas» o «cosas dejadas de lado», lo que sugiere que estos libros complementan las narraciones de los libros de los Reyes, ofreciendo una perspectiva distinta y a menudo más detallada de la historia de Israel, con un enfoque particular en el linaje davídico, el Templo y el culto. La Iglesia Católica ha reconocido tradicionalmente estos libros como sagrados y canónicos, incluyéndolos en sus listas oficiales de Escrituras inspiradas por el Espíritu Santo.
Tabla de contenido
Origen y Significado del Término
El nombre Paralipómenos proviene del griego y significa «cosas omitidas» o «cosas dejadas de lado»1. Esta denominación se aplicó a estos libros porque se consideró que suplementaban las narraciones históricas encontradas en los libros de Samuel y Reyes, ofreciendo detalles adicionales o una perspectiva diferente sobre los eventos ya registrados2. En la tradición hebrea, estos libros son conocidos como Divrei Hayyamim, que significa «los anales de los días» o «los acontecimientos de los tiempos», y son los últimos libros del canon hebreo. Sin embargo, en la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento, se les dio el título de Paralipómenos, que luego fue adoptado por la Vulgata Latina y, por ende, por la tradición católica3.
Contenido y Estructura
Los libros de Paralipómenos se dividen en dos partes: 1 Paralipómenos y 2 Paralipómenos. Juntos, abarcan la historia de Israel desde Adán hasta el decreto de Ciro que permite el regreso de los exiliados de Babilonia.
1 Paralipómenos
Este libro comienza con extensas genealogías que trazan el linaje desde Adán hasta la época del autor, con un énfasis particular en la tribu de Judá y la casa de David4,1. Estas genealogías sirven para establecer la continuidad del pueblo de Israel y la legitimidad de la monarquía davídica. La mayor parte de 1 Paralipómenos se centra en el reinado de David, destacando sus logros, su piedad, su organización del culto y sus preparativos para la construcción del Templo, a menudo con una visión más favorable que la presentada en los libros de Samuel y Reyes4.
2 Paralipómenos
Este libro continúa la narrativa con el reinado de Salomón, detallando la construcción y dedicación del Templo de Jerusalén4. Luego, narra la historia de los reyes de Judá, desde la división del reino hasta la caída de Jerusalén y el exilio babilónico. A diferencia de los libros de Reyes, 2 Paralipómenos se enfoca casi exclusivamente en el reino del sur (Judá), prestando poca atención al reino del norte (Israel)4. El autor de Paralipómenos a menudo subraya la importancia de la fidelidad a la Ley de Dios y al culto del Templo como factores determinantes del éxito o fracaso de los reyes. Los reyes piadosos son elogiados, mientras que los que se apartan de Dios son criticados, y sus desgracias se presentan como consecuencia de su infidelidad. El libro concluye con el edicto de Ciro que permite el regreso de los judíos a su tierra y la reconstrucción del Templo4.
Canonicidad en la Iglesia Católica
La Iglesia Católica ha afirmado consistentemente la canonicidad de los libros de Paralipómenos.
Concilios y Decretos
El Concilio de Trento, en su Cuarta Sesión (1546), emitió un decreto solemne en el que declaraba como «sagrados y canónicos» todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento «con todas sus partes, tal como se han acostumbrado a leer en las iglesias, y como se encuentran en la antigua edición de la Vulgata»4,3,5. En esta lista, se incluyen explícitamente «dos de Paralipómenos»4,5. Esta declaración fue una respuesta a los desafíos de la Reforma Protestante, que tendía a relegar ciertos libros, incluidos los deuterocanónicos (a los que los protestantes a menudo se refieren como «Apócrifos»), a un estatus secundario o no canónico3,6.
Anteriormente, el Concilio de Florencia (1442), bajo el Papa Eugenio IV, también había emitido un decreto que incluía una lista completa de los libros inspirados, aunque sin usar formalmente los términos «canon» o «canónico»3. La lista de libros aceptados por la Iglesia Católica, que incluye los dos libros de Paralipómenos, comprende 73 libros (46 para el Antiguo Testamento y 27 para el Nuevo), basándose en una tradición de larga data y el uso constante de la Iglesia7.
La Vulgata y su Importancia
La Vulgata Latina, la traducción de la Biblia realizada por San Jerónimo, fue de suma importancia en la configuración del canon católico. Aunque San Jerónimo en ocasiones expresó reservas sobre algunos libros deuterocanónicos, la Iglesia en Occidente reconoció una doble tradición bíblica: el texto hebreo para los libros del canon hebreo y la Biblia griega (Septuaginta) para los otros libros, todos en una traducción latina7. La edición de la Nova Vulgata, promulgada por el Papa Juan Pablo II en 1979, fue declarada la edición «típica» de la Santa Biblia para ser utilizada especialmente en la sagrada Liturgia y como referencia para las traducciones vernáculas8. Esta edición también incluye los libros de Paralipómenos como parte integral del Antiguo Testamento.
Uso Litúrgico
Desde los primeros días de la Iglesia, la lectura de las Escrituras ha sido una parte integral de la liturgia cristiana, heredada en cierta medida de la liturgia de la sinagoga9,10. Los libros de Paralipómenos han sido leídos en las iglesias del cristianismo occidental durante siglos, lo que atestigua su aceptación y uso en la tradición litúrgica3,11. El Leccionario actual, que fue reformado a partir del Concilio Vaticano II, ofrece una provisión más rica de textos bíblicos, incluyendo lecturas del Antiguo Testamento que a menudo se armonizan con el Evangelio para iluminar el misterio de Cristo12,9,13.
Temas Teológicos Clave
Los libros de Paralipómenos presentan varios temas teológicos que son de particular relevancia para la fe católica:
La Alianza Davídica y la Realeza
El autor de Paralipómenos enfatiza la importancia de la Alianza Davídica, que promete una dinastía eterna a David y su descendencia. A través de las genealogías y la narración del reinado de David, se subraya la elección divina de esta línea real, que culminará en Jesucristo4. El Templo de Jerusalén es presentado como el centro de la vida religiosa y el lugar donde Dios habita entre su pueblo14. La construcción y el mantenimiento del Templo son actos de obediencia a Dios, y su profanación o negligencia son causas de castigo. Este enfoque en el Templo prefigura la Iglesia como el nuevo Templo de Dios, donde Cristo mismo es la piedra angular14.
La Retribución Divina
Una característica distintiva de Paralipómenos es su teología de la retribución, donde la fidelidad a Dios y a sus mandamientos conduce a la prosperidad y la bendición, mientras que la infidelidad y el pecado resultan en castigo y desgracia. Esta perspectiva sirve para instruir al pueblo sobre la importancia de la obediencia y la confianza en Dios.
La Unidad del Pueblo de Dios
A pesar de la división del reino, Paralipómenos mantiene una visión de la unidad de todo Israel bajo la Alianza Davídica y el culto del Templo. El autor a menudo se refiere a «todo Israel», incluso cuando se centra en Judá, lo que refleja un anhelo por la reunificación y la restauración del pueblo de Dios.
Relación con Otros Libros Bíblicos
Los libros de Paralipómenos se superponen considerablemente con los libros de Samuel y Reyes, pero ofrecen una perspectiva diferente y complementaria2. Mientras que Samuel y Reyes se escribieron con una perspectiva más profética y crítica de la monarquía, Paralipómenos tiene un enfoque más sacerdotal y levítico, destacando la importancia del culto, el Templo y el linaje davídico desde una perspectiva post-exílica. El autor de Paralipómenos a menudo omite o minimiza los aspectos negativos de los reyes de Judá, especialmente de David y Salomón, para presentar un modelo ideal de liderazgo piadoso.
Conclusión
Los libros de Paralipómenos son una parte integral y valiosa del canon bíblico católico. A través de sus genealogías, sus narrativas de los reyes de Judá y su énfasis en el Templo y el culto, ofrecen una perspectiva teológica única que complementa otras narraciones del Antiguo Testamento. Su reconocimiento como Escritura inspirada por la Iglesia Católica subraya la riqueza y la diversidad del plan de salvación de Dios, que culmina en Jesucristo, el verdadero Templo y el Rey eterno. Estos libros continúan siendo una fuente de instrucción y edificación para los fieles, recordándonos la importancia de la fidelidad a Dios y la centralidad del culto en nuestras vidas.
Citas
El canon de la sagrada escritura * - Del mismo decreto y de los actos del mismo sínodo romano, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 179 (1854). ↩ ↩2
Armonización de Mateo con los otros evangelios, comenzando con la Última Cena - De las manifestaciones subsiguientes de Cristo a los discípulos, y de la cuestión de si se puede establecer una armonía completa entre las diferentes narraciones cuando se comparan las notas dadas por los cuatro evangelistas, así como las presentadas por el apóstol Pablo y en los Hechos de los Apóstoles, Agustín de Hipona. La Armonía de los Evangelios, §Libro III. Capítulo 25. 73 (400). ↩ ↩2
Canon del Antiguo Testamento, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Canon del Antiguo Testamento. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
El Concilio de Trento - La Cuarta Sesión - Decreto sobre las escrituras canónicas, Documento del Concilio. Concilio de Trento, §La Cuarta Sesión (1563). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Concilio de Trento 1545-1563 - Ecuménico XIX (contra novatores s. XVI) - Sesión IV (8 de abril de 1546) se aceptan los libros sagrados y las tradiciones de los apóstoles, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 1502 (1854). ↩ ↩2
Apócrifos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Apócrifos. ↩
I. - Las sagradas escrituras del pueblo judío son una parte fundamental de la Biblia cristiana - E. La extensión del canon de la Escritura - 3. Formación del canon cristiano, Comisión Bíblica Pontificia. El Pueblo Judío y Sus Sagradas Escrituras en la Biblia Cristiana (24 de mayo de 2001), § 18 (2001). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Scripturarum Thesaurus (1979). ↩
C. Uso de la Biblia - 1. En la liturgia, Comisión Bíblica Pontificia. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993). ↩ ↩2
Evangelio en la liturgia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Evangelio en la Liturgia. ↩
Parte tercera - Leyendo el Antiguo Testamento Tus palabras fueron para mí un gozo y la alegría de mi corazón. (Jeremías 15:16), Conferencias Episcopales Católicas de Inglaterra y Gales, y de Escocia. El Don de la Escritura, § 26 (2005). ↩
Parte segunda ars praedicandi - V. Los domingos del tiempo ordinario, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio Homilético (29 de junio de 2014), § 140 (2014). ↩
Parte quinta - Vivir la palabra de Dios, Conferencias Episcopales Católicas de Inglaterra y Gales, y de Escocia. El Don de la Escritura, § 74 (2005). ↩
Reinhard Hütter, Matthew Levering. Reseñas de Libros (Nova et Vetera, Vol. 10, Núm. 2), § 9. ↩ ↩2