Wikitólica

La enciclopedia y wiki católica en español

Cruz

Pecados capitales

Pecados capitales
Dominio Público.

Los pecados capitales, también conocidos como vicios capitales, son una clasificación de siete tendencias pecaminosas que, según la tradición cristiana, son la fuente de otros pecados y vicios. Esta clasificación ha sido fundamental en la enseñanza moral católica para comprender la naturaleza del pecado y la lucha espiritual. Aunque no son los pecados más graves en sí mismos, su importancia radica en que son las raíces de las cuales brotan numerosas transgresiones. La Iglesia Católica los identifica como el orgullo, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza (o acedia), y enseña que la virtud opuesta a cada uno es esencial para el crecimiento en santidad.

Tabla de contenido

Origen y Desarrollo Histórico

La noción de los pecados capitales tiene sus raíces en la experiencia cristiana temprana, particularmente en el monacato del desierto. El monje Evagrio Póntico, en el siglo IV, elaboró una lista de ocho «pensamientos malvados» (logismoi) que daban lugar al pecado: gula, impureza, avaricia, tristeza, ira, acedia, vanagloria y orgullo1,2. Estos logismoi eran entendidos como pensamientos apasionados o pecados mortales2.

San Juan Casiano, en el siglo V, sistematizó estas ideas en Occidente, y su obra influyó significativamente en la tradición posterior3. Más tarde, San Gregorio Magno, en el siglo VI, adaptó la lista de ocho a siete, omitiendo la tristeza (depresión o lypē) porque la consideraba similar a la acedia (desaliento)2. San Gregorio el Grande consideró el orgullo como la «reina de todos los vicios» y colocó la vanagloria en su lugar como uno de los pecados capitales4. Esta lista de siete fue la que prevaleció y fue adoptada por los teólogos medievales más importantes, como Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura5. El Catecismo de la Iglesia Católica sigue esta tradición, reconociendo la clasificación de los vicios capitales tal como la distinguieron San Juan Casiano y San Gregorio Magno3.

Definición y Naturaleza de los Pecados Capitales

Los pecados capitales se llaman «capitales» porque son la «cabeza» o el origen de otros pecados y vicios3. No son necesariamente los pecados más graves en sí mismos, sino que son las inclinaciones o propensiones pecaminosas de las que surgen muchas otras transgresiones6,5. La teología tomista, por ejemplo, los define como vicios que tienen un fin sumamente deseable, de modo que en el deseo de ese fin, el hombre comete muchos otros pecados que se originan en ese vicio como su fuente principal5.

Un pecado es, en primer lugar, un estado de la persona que se manifiesta en acciones, y un acto pecaminoso es la violación consciente y voluntaria de un mandamiento de Dios1. La corrupción de la naturaleza humana a causa del pecado original nos hace más propensos al vicio que a la virtud, y es necesario refrenar los movimientos desordenados del alma y hacer que las pasiones obedezcan a la razón7. Los vicios capitales, cuando son activados por el orgullo operativo y consentidos, debilitan y ciegan las facultades espirituales (intelecto y voluntad) y atan las facultades sensoriales (imaginación, memoria) contra la razón y la fe8.

Los Siete Pecados Capitales y sus Virtudes Opuestas

La tradición católica identifica siete pecados capitales: orgullo, avaricia, envidia, ira, lujuria, gula y pereza (acedia)3,6,9. A cada uno de estos vicios se le opone una virtud específica, que es fundamental para la lucha espiritual10,9.

1. Orgullo (Superbia)

El orgullo es el amor excesivo por la propia excelencia4. Es una desordenada complacencia en uno mismo, que lleva a la autoexaltación y a la falta de sumisión a Dios y a los superiores4. Santo Tomás de Aquino, siguiendo a San Gregorio, lo considera la «reina de todos los vicios» porque impregna todos los demás vicios11,4. El orgullo puede manifestarse de diversas maneras, desde la atribución de los propios méritos a uno mismo en lugar de a Dios, hasta el deseo irrazonable de ser puesto por encima de los demás4. Es la raíz de todos los vicios porque influye en todos los pecados mortales, ya que elegir bienes espirituales, corporales o materiales en contra de la razón aleja a uno de su fin último12.

2. Avaricia (Avaritia / Codicia)

La avaricia (o codicia) es un deseo desordenado de bienes materiales, ya sea dinero o propiedades, y se refiere menos a su adquisición que a su posesión o acumulación13. San Pablo la llama la «raíz de todos los males» (1 Timoteo 6)13. Si bien el deseo natural de adquirir y poseer bienes no es pecaminoso en sí mismo, la avaricia se convierte en pecado cuando se excede los límites de la razón y la justicia, o cuando se convierte en un fin en sí misma, interfiriendo con el deber hacia Dios y el prójimo13.

3. Envidia (Invidia)

La envidia es la tristeza por el bien ajeno y la alegría por el mal ajeno14. Es un vicio que se opone a la caridad y puede llevar a la aversión hacia el prójimo11. La envidia se manifiesta en el resentimiento por la felicidad de los demás y el deleite en su ruina o adversidad14.

4. Ira (Ira)

La ira es una pasión feroz que afecta nuestra relación con Dios y con el prójimo14. Es un deseo desordenado de venganza o de castigo, que puede llevar a la irritación constante del alma14. La ira puede impedir la aceptación de la misericordia de Dios y la capacidad de dar misericordia a los demás14.

5. Lujuria (Luxuria)

La lujuria es el deseo desordenado o la búsqueda de placer sexual por sí mismo, separado de los fines procreativo y unitivo del matrimonio15. Es una de las concupiscencias de la carne que, si se le permite dominar la razón, lleva al pecado15. La lujuria fija la atención del hombre en las cosas corporales de manera impetuosa, debilitando la operación intelectual y llevando a la ceguera de la mente16.

6. Gula (Gula)

La gula es la indulgencia excesiva en la comida y la bebida, desafiando el orden que la razón prescribe para la necesidad y la moderación17. Esta desordenación puede ocurrir de cinco maneras: comer o beber demasiado pronto, demasiado lujosamente, en exceso, con demasiada avidez o demasiado delicadamente17. La gula es un pecado venial en general, a menos que cause daño a la salud o impida el cumplimiento de los deberes, o que se haga por el mero placer, excluyendo cualquier referencia al fin último17.

7. Pereza (Acedia)

La pereza o acedia (del griego akedia, que significa «no importarme») es la tristeza o torpor ante un bien espiritual que uno debe lograr, especialmente el bien divino3,18. Es una forma de depresión espiritual causada por la laxitud en la práctica ascética, la disminución de la vigilancia y el descuido del corazón19. La acedia lleva a una falta de entusiasmo y alegría en las cosas espirituales, haciendo que las prácticas virtuosas parezcan arduas y generando una inclinación hacia la autoindulgencia y el entretenimiento19,14. En su sentido más grave, la pereza es directamente opuesta a la caridad y puede ser un pecado mortal si implica un desafío a una obligación seria18.

Consecuencias y Remedios

Los pecados capitales, al ser fuentes de otros pecados, tienen graves consecuencias para el individuo, la Iglesia y el mundo entero20. El pecado mortal, en particular, desvía la intención de la mente de la subordinación a Dios, el bien final, y tiene como castigo la exclusión del logro de ese fin21. El pecado venial, aunque no aparta la intención del fin último, la retarda o dificulta su libre movimiento hacia él21.

Para combatir los pecados capitales, la Iglesia ofrece remedios como el sacramento de la Penitencia, la guía de la Iglesia y la gracia de los sacramentos5. La lucha espiritual contra estos vicios requiere una constante vigilancia, la práctica de las virtudes opuestas y la búsqueda de la gracia divina. La comprensión de los pecados capitales y sus efectos nos ayuda a unirnos más estrechamente a Dios, fomentando un temor saludable a nuestras propias debilidades y la necesidad de buscar la ayuda divina para perseverar en la fe y el amor5.

En resumen, los pecados capitales son tendencias fundamentales que, si no se controlan, pueden llevar a una multitud de otros pecados. La Iglesia Católica, a través de su enseñanza moral, invita a los fieles a reconocer estas inclinaciones y a cultivar las virtudes opuestas como camino hacia la santidad y la unión con Dios.

Citas

  1. Parte tres - La vida de la Iglesia - II. La persona en Cristo como nueva creación - C. Una ascesis que purifica - 1. El pecado en la vida humana, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 758 (2016). 2

  2. Logismoi, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Logismoi (2015). 2 3

  3. Sección uno la vocación del hombre a la vida en el Espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, §para-1866. 2 3 4 5

  4. Orgullo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Orgullo. 2 3 4 5

  5. Pecado, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Pecado. 2 3 4 5

  6. Lección sexta. Sobre el pecado y sus clases, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 295 (1954). 2

  7. Papa León XIII. Humanum Genus, § 20 (1884).

  8. Basil Cole, O.P. Una valoración tomista del Catecismo de la Iglesia Católica sobre los Vicios Capitales, § 5.

  9. Sobre los pecados - ¿Cuántos son los pecados capitales y cómo son las fuentes de todos los demás? , Roberto Belarmino. Doctrina Cristiana, § 35 (1597). 2 3 4 5 6 7 8 9

  10. Lección sexta. Sobre el pecado y sus clases, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 317 (1954). 2 3 4 5 6 7 8

  11. El orgullo y su propiedad, la vanagloria, Basil Cole, O.P. Una valoración tomista del Catecismo de la Iglesia Católica sobre los Vicios Capitales, § 2. 2

  12. Una valoración Tomista del Catecismo de la Iglesia Católica sobre los Vicios Capitales, Basil Cole, O.P. Una valoración Tomista del Catecismo de la Iglesia Católica sobre los Vicios Capitales, § 1.

  13. Avaricia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Avaricia. 2 3

  14. David W. Fagerberg. La Iglesia como Icono Pastoral de la Misericordia del Buen Pastor, § 11. 2 3 4 5 6

  15. Artículo 12 - El décimo (noveno) mandamiento - «No codiciarás la mujer de tu prójimo», Tomás de Aquino. Explicación de los Diez Mandamientos, § 12 (1273). 2

  16. Segunda parte de la segunda parte - Sobre los vicios opuestos al conocimiento y al entendimiento - ¿Si la ceguera de la mente y la torpeza de los sentidos provienen de los pecados de la carne? , Tomás de Aquino. Suma de Teología, § II-II, Q. 15, A. 3, co. (1274).

  17. Gula, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Gula. 2 3

  18. Pereza, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Pereza. 2

  19. Acedia y considerar un bien real como un mal, Basil Cole, O.P. Una valoración tomista del Catecismo de la Iglesia Católica sobre los Vicios Capitales, § 17. 2

  20. Sección dos los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, §para-1488.

  21. Libro III: Dios, el fin de las criaturas - Capítulo 144 - Sobre el castigo debido a los pecados mortales y veniales respectivamente con respecto al fin último, Tomás de Aquino. Suma Contra los Gentiles, §Libro III. Cap. 144 (1265). 2