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Cruz

Pedro

Pedro, originalmente llamado Simón, fue uno de los doce apóstoles de Jesús y es reconocido en la tradición católica como el primer Papa y la roca sobre la cual Cristo edificó su Iglesia. Su vida, marcada por la fe inquebrantable y la debilidad humana, lo convirtió en una figura central en el establecimiento del cristianismo primitivo. Recibió de Jesús la misión de pastorear a toda la comunidad de discípulos, una tarea que ha sido continuada por sus sucesores, los obispos de Roma, hasta el día de hoy. Su martirio en Roma selló su testimonio y estableció la Sede Romana como el centro de la autoridad petrina.

Tabla de contenido

Origen y Llamada

Simón, hijo de Jonás, nació en Betsaida y se estableció en Cafarnaúm, donde vivía con su suegra1. Estaba casado y, según algunas tradiciones, tuvo hijos1. Junto con su hermano Andrés, fue llamado por Jesús al inicio de su ministerio público para convertirse en «pescador de hombres»2. Este llamado marcó el comienzo de su estrecha relación con Cristo, siendo testigo de momentos cruciales como la Transfiguración y la oración en el Huerto de los Olivos2,3.

Jesús le otorgó el nombre de Pedro (que significa «roca») a Simón, un cambio significativo que denotaba la misión especial que le sería confiada4. Esta designación profética se cumplió cuando Jesús declaró: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia» (Mateo 16:18)5,4.

El Primado de Pedro

El Nuevo Testamento presenta a Pedro con un énfasis particular en su primacía dentro del grupo de los Doce Apóstoles5. Las listas de los apóstoles siempre comienzan con su nombre, lo que subraya su lugar preeminente5. Jesús le confió las llaves del Reino de los Cielos, otorgándole la autoridad para «atar y desatar»4. Este poder de interpretar auténticamente la ley de Dios y de tomar decisiones vinculantes tanto en la tierra como en el cielo, es un aspecto fundamental de su ministerio4,6.

A pesar de sus debilidades humanas, como su negación de Jesús en tres ocasiones7,8,1, Jesús reafirmó la posición de Pedro como cabeza de los Apóstoles después de su Resurrección1. En el lago de Genesaret, Jesús le preguntó tres veces a Pedro si lo amaba, y cada vez le encargó: «Apacienta mis corderos», «Pastorea mis ovejas»9,10,2. Este triple encargo no solo restauró a Pedro, sino que también lo constituyó como el Pastor principal de toda la comunidad de discípulos del Señor5.

La Continuidad del Primado

La Iglesia ha entendido desde sus inicios que el ministerio de unidad confiado a Pedro es una estructura permanente de la Iglesia de Cristo5. Así como existe una sucesión de los Apóstoles en el ministerio de los obispos, el ministerio de Pedro se perpetúa en sus sucesores, los obispos de la Sede de Roma5,11. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que el obispo de Roma, sucesor de San Pedro, es la «cabeza del colegio de los obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal en la tierra»12.

Diversos Padres de la Iglesia y Papas a lo largo de la historia han testificado esta continuidad. San León Magno, por ejemplo, afirmó que Pedro «no ha abandonado el timón de la Iglesia que emprendió» y que su poder y autoridad prevalecen en su Sede6. San Gregorio Magno también reconoció que Pedro «vive y preside y ejerce juicio en sus sucesores, los obispos de la santa Sede de Roma»11,13.

Ministerio Apostólico y Viajes

Después de la Ascensión de Jesús y Pentecostés, Pedro emergió inmediatamente como el líder de la comunidad cristiana primitiva en Jerusalén1. Tomó la iniciativa en la elección de un nuevo apóstol para reemplazar a Judas y pronunció el primer sermón público que llevó a la conversión de miles de judíos10,1. También realizó el primer milagro de curación registrado en la Iglesia cristiana, sanando a un hombre cojo en la Puerta Hermosa del Templo10,1.

Su ministerio se extendió más allá de Jerusalén. Pedro fue el primero en acoger a un convertido del paganismo en la comunidad de creyentes (Hechos 10:1-48) y habló con autoridad en la asamblea de Jerusalén sobre la cuestión de la libertad de las obligaciones de la ley judía (Hechos 15:7-11)2,14.

La Providencia divina llevó a Pedro a Antioquía, donde fue el primer obispo de esa ciudad, y finalmente a Roma15.

El Martirio en Roma

La tradición más antigua, tanto literaria como arqueológica, atestigua la presencia y muerte de Pedro en Roma5. Fue en Roma donde Pedro «derramó su sangre como testimonio supremo de fe y amor por el divino Maestro»2. Se cree que fue crucificado boca abajo, considerando indigno morir de la misma manera que su Señor10. Su martirio en la capital del Imperio Romano estableció la Sede de Roma como el lugar donde se perpetúa su ministerio5,15. Por esta razón, Pedro es el patrono de los Papas, ya que su liderazgo sentó las bases para el papado como la oficina responsable de guiar a la Iglesia16.

La Cátedra de San Pedro

La festividad de la Cátedra de San Pedro, celebrada en la liturgia latina, conmemora la misión que Dios confió al Apóstol Pedro y a sus sucesores15. La «cátedra» es el asiento establecido del obispo en la iglesia principal de una diócesis, simbolizando su autoridad y, en particular, su magisterio, es decir, la enseñanza evangélica que está llamado a salvaguardar y transmitir15. La Cátedra de San Pedro representa la autoridad apostólica y el servicio de unidad que el Papa ejerce como sucesor de Pedro15.

Conclusión

La figura de San Pedro es fundamental para la comprensión de la Iglesia Católica. Su vida, desde su humilde origen como pescador hasta su martirio como «roca» de la Iglesia, encarna la vocación y la misión del papado. Su liderazgo, a pesar de sus flaquezas, fue divinamente instituido y se perpetúa en la Sede de Roma, asegurando la unidad, la fe y la guía pastoral para todos los fieles hasta el fin de los tiempos.

Citas

  1. San Pedro, Príncipe de los Apóstoles, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Pedro, Príncipe de los Apóstoles. 2 3 4 5 6 7

  2. Papa Juan Pablo II. 29 de junio de 1999, Santos Pedro y Pablo, § 2 (1999). 2 3 4 5

  3. Buenaventura. El Papa y las Sagradas Escrituras, § 15.

  4. Santa Misa para la inauguración del ministerio petrino del Obispo de Roma - Homilía de Su Santidad Juan Pablo I - Plaza de San Pedro, domingo, 3 de septiembre de 1978, Papa Juan Pablo I. Inauguración del Ministerio Petrino (3 de septiembre de 1978), § Inauguración del Ministerio Petrino (3 de septiembre de 1978) (1978). 2 3 4

  5. I. Origen, propósito y naturaleza del primado, Congregación para la Doctrina de la Fe. Consideraciones sobre El primado del Sucesor de Pedro en el misterio de la Iglesia, § 3 (1998). 2 3 4 5 6 7 8

  6. III. La obra de San Pedro es aún llevada a cabo por sus sucesores, Papa León I (León Magno). Sermón 3 de San León Magno (461). 2

  7. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 22.

  8. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Marcos 14.

  9. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Juan 21.

  10. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 669. 2 3 4

  11. Cap. 2. La perpetuidad del primado del beato Pedro entre los Romanos Pontífices, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3056 (1854). 2

  12. Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, §párr.-936.

  13. Libro VII - Carta 40, Gregorio Magno, Papa. Epístolas de San Gregorio Magno, §Libro VII, Carta 40 (590).

  14. Pánfilo. Una Exposición de los Capítulos de los Hechos de los Apóstoles, §P (300).

  15. «sobre esta roca edificaré mi Iglesia», Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 22 de febrero de 2006: Sobre esta roca edificaré mi Iglesia (2006). 2 3 4 5

  16. Papas - Pedro el apóstol, Magisterio IA. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Papas (2024).