Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos
El pedido «Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden» constituye la segunda petición del Padre Nuestro y resume la dimensión dual del perdón cristiano: la necesidad de recibir la misericordia de Dios y, a su vez, de extenderla a los demás. El artículo explora su fundamento bíblico, su desarrollo doctrinal en el Catecismo y el Magisterio, su relación con los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía, y sus implicaciones morales y pastorales para la vida familiar y social, ofreciendo además orientaciones prácticas para vivir este mandato en la actualidad.
Tabla de contenido
Origen bíblico y textual
Texto del Padre Nuestro
El evangelio de Mateo registra la fórmula completa del Padre Nuestro, incluyendo la petición de perdón y la condición de perdonar a los demás (Mt 6, 12)1. Esta oración es la única del Sermón del Monte que se repite literalmente, subrayando su importancia central en la vida cristiana2.
Contexto evangélico
Jesús explica inmediatamente después que el perdón divino está ligado a la disposición humana de perdonar: «Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará a vosotros» (Mt 6, 14‑15)3. La parábola del siervo que, pese a haber sido liberado de una enorme deuda, se niega a perdonar una menor, ilustra la gravedad de la falta de perdón (Mt 18, 23‑35)3.
Enseñanza doctrinal
Catecismo de la Iglesia Católica
El Catecismo afirma que al recitar «perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos», los fieles reciben el perdón de Dios en la medida en que ellos perdonan a sus hermanos4. La Iglesia reconoce que el perdón es «ilimitado» y que todo ser humano es deudor de amor y de perdón5. El uso del término «as» indica que el perdón humano debe reflejar la perfección divina (cf. Mt 5, 48; Lc 6, 36)6.
Magisterio papal
Pío Francisco enfatiza que la capacidad de perdonar nace del propio perdón recibido de Dios y que la familia es el primer espacio donde se aprende a perdonar, fortaleciendo la comunidad eclesial7.
En el Día Mundial de la Paz 2025, el Papa subraya que el perdón genera esperanza y generosidad, liberando a los creyentes de la «esclavitud del rencor»8.
Juan Pablo II describe el perdón como la petición más difícil del Padre Nuestro, llamando a una conversión interior que transforme el corazón y la sociedad3.
Relación con los sacramentos
Sacramento de la Penitencia y Reconciliación
El sacramento de la Penitencia, instituido por Cristo (cf. Mt 16, 19; Jn 20, 23), confiere el perdón divino a través del ministerio eclesial, restaurando la comunión con Dios y con la Iglesia9. La absolución sacramental es «paz y perdón» que permite al penitente ser agente de perdón hacia los demás10. La teología subraya que la reconciliación humana depende del perdón recibido de Dios11.
Eucaristía y reconciliación
La Eucaristía perpetúa el sacrificio pascual y genera una continua necesidad de conversión; cuando la conciencia está gravada por pecado grave, la penitencia se vuelve indispensable para participar plenamente del sacrificio eucarístico12. Así, la Eucaristía y la Penitencia forman una «doble vía» de reconciliación con Dios y con el prójimo13.
Implicaciones morales y pastorales
La necesidad del perdón personal
El perdón no es opcional; la falta de perdón bloquea la propia recepción del perdón divino, como recuerda el Papa Francisco: «Si no perdonamos, Dios no nos perdona»1. La conversión interior requiere pedir la gracia de perdonar cuando el corazón se resiste1.
El perdón en la vida familiar y social
La familia, según el Magisterio, es el «laboratorio» donde se practican la mutua entrega y el perdón, evitando la fragmentación y fortaleciendo la sociedad contra la crueldad7. A nivel social, el Papa Francisco advierte que el perdón no implica renunciar a la justicia; es posible exigir reparación mientras se practica la misericordia auténtica14.
Obstáculos y caminos de conversión
El resentimiento, la dureza de corazón y la falta de humildad son barreras frecuentes. La Iglesia propone la oración del Padre Nuestro, la confesión sacramental y la meditación sobre la misericordia divina como medios para superar estos obstáculos1,15.
Aplicación práctica y espiritualidad
Oraciones y devociones
Repetir el Padre Nuestro con atención al «como nosotros perdonamos» abre el corazón a la gracia del perdón. La práctica de la examen diaria y la entrega de los pecados en el sacramento de la confesión son instrumentos eficaces para interiorizar este mandato16.
Ejercicios de perdón
Ejercicios como escribir una carta de perdón, buscar la reconciliación con el ofensor y ofrecer actos de reparación concreta fomentan la vivencia del perdón. La Iglesia anima a los fieles a acompañar estos actos con la oración de «Señor, dame la fuerza para perdonar» y a confiar en la promesa de Jesús de que el perdón divino acompañará su esfuerzo17.
Conclusión
«Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos» sintetiza la esencia del evangelio: la misericordia de Dios recibida y replicada. Su comprensión doctrinal, su vínculo sacramental y su aplicación práctica forman un camino integral que conduce al creyente a la plena comunión con el Padre y a la construcción de una sociedad más humana y fraterna.
Citas
«como también nosotros perdonamos a nuestros deudores» (Mt 6,12), Papa Francisco. Audiencia General del 24 de abril de 2019 (2019). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Sección segunda la oración del Señor, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2841. ↩
Papa Juan Pablo II. 2 de junio de 1989: Celebración Vespertina de la Palabra en Tromsø, Noruega - Homilía, § 5 (1989). ↩ ↩2 ↩3
Parte segunda - La oración de la Iglesia - IV. La oración personal del cristiano - C. El «Padre Nuestro», Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 680 (2016). ↩
Sección segunda la oración del Señor, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2845. ↩
Sección segunda la oración del Señor, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2842. ↩
Audiencia general del 4 de noviembre de 2015: Familia - 31. Perdónanos nuestras deudas, Papa Francisco. Audiencia General del 4 de noviembre de 2015: Familia - 31. Perdónanos nuestras deudas (2015). ↩ ↩2
III. Un viaje de esperanza: Tres propuestas, Papa Francisco. LVIII Jornada Mundial de la Paz 2025 - «Perdónanos nuestras ofensas: concédenos tu paz», § 10 (2024). ↩
B. Fundamentos teológicos de la penitencia - III. Los fundamentos eclesiales, Comisión Teológica Internacional. Penitencia y Reconciliación, §B.III.4 (1982). ↩
Sección segunda los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1424. ↩
B. Fundamentos teológicos de la penitencia - III. Los fundamentos eclesiales, Comisión Teológica Internacional. Penitencia y Reconciliación, §B.III.2 (1982). ↩
Capítulo cuarto - La Eucaristía y la comunión eclesial, Papa Juan Pablo II. Ecclesia de Eucharistia, § 37 (2003). ↩
IV. La misión de la Iglesia y el destino del hombre - 20. Eucaristía y penitencia, Papa Juan Pablo II. Redemptor Hominis, § 20 (1979). ↩
Capítulo siete - El valor y el significado del perdón - Conflicto legítimo y perdón, Papa Francisco. Fratelli Tutti, § 241 (2020). ↩
Sacramentos de curación: Reconciliación y unción - I. El sacramento de la penitencia y de la reconciliación, Penitenciaría Apostólica. Intervención del Card. James Francis Stafford con ocasión de la Conferencia General Anual de la 'Society for Catholic Liturgy' (2006). ↩
Parte tercera - Capítulo segundo - El sacramento de la penitencia y de la reconciliación - El sacramento del perdón, Papa Juan Pablo II. Reconciliatio et Paenitentia, § 30 (1984). ↩
B5. Conclusión: La reciprocidad entre fe y sacramentos en la economía sacramental, Comisión Teológica Internacional. La Reciprocidad entre Fe y Sacramentos en la Economía Sacramental, § 191 (2020). ↩
