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Cruz

Plegaria Eucarística

Plegaria Eucarística
Misal Romano (editio typica 1962). Original, MK777, CC BY-SA 4.0 📄

La Plegaria Eucarística es el corazón y la cumbre de toda la celebración de la Misa, el momento en que se actualiza el sacrificio de Cristo en la cruz y se hace presente su Cuerpo y Sangre bajo las especies de pan y vino. Es una oración de acción de gracias y santificación dirigida a Dios Padre, por medio de Jesucristo, en el Espíritu Santo, que culmina en la Consagración y la Comunión. A través de ella, la Iglesia se une a Cristo en su ofrenda perfecta, y los fieles participan del banquete pascual, siendo alimentados con el pan de vida y el cáliz de salvación.

Tabla de contenido

Naturaleza y Significado de la Plegaria Eucarística

La Plegaria Eucarística es la oración central de la liturgia eucarística, que se distingue por ser una acción de gracias y una santificación1,2. En ella, la Iglesia expresa su gratitud a Dios Padre por toda la obra de la salvación, especialmente por el don de su Hijo Unigénito, Jesucristo, quien instituyó el sacerdocio del nuevo y eterno testamento1. Este acto de agradecimiento es considerado «digno y justo, equitativo y saludable»1,2.

El Sacrificio de Cristo y la Presencia Eucarística

Durante la Plegaria Eucarística, se hace presente de manera sacramental el sacrificio de Cristo en la cruz2. Jesús, como verdadero sacerdote y verdadera víctima, ofreció su sacrificio en el altar de la cruz y mandó a la Iglesia celebrar este memorial perpetuamente2,3,4. Este misterio se realiza bajo las especies de pan y vino, que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo mediante la acción del Espíritu Santo y las palabras de la Consagración3,4. La Iglesia se regocija en este misterio, que es el cumplimiento de la Alianza en la eternidad de Dios3,4.

El sacerdote, al celebrar la Eucaristía, actúa in persona Christi, bendiciendo, partiendo y ofreciendo el Cuerpo y la Sangre de Cristo3,4. Por ello, en la Plegaria Eucarística se invoca al Espíritu Santo para que descienda sobre el altar y santifique los dones del pueblo, purificando los corazones de quienes los reciben2.

La Comunión de los Santos y la Unidad de la Iglesia

La Plegaria Eucarística también subraya el misterio de la Comunión de los Santos3,4. Los fieles, al participar del pan celestial y del cáliz de salvación, son llamados a vivir en concordia y unidad, formando un solo cuerpo en Cristo5,6,7. La participación en la Eucaristía une a la fraternidad y permite a los que están en la tierra ser partícipes de los bienes celestiales5,6. Esta unidad se manifiesta en la oración por el Papa, el obispo local y todo el clero, así como por todos los fieles, para que la Iglesia sea fortalecida en la fe y la caridad8.

Estructura de la Plegaria Eucarística

Aunque existen diversas Plegarias Eucarísticas, todas comparten una estructura fundamental que refleja su naturaleza de acción de gracias y sacrificio.

Diálogo Introductorio y Prefacio

La Plegaria Eucarística comienza con un diálogo entre el sacerdote y la asamblea, conocido como el Diálogo Introductorio1,2,9:

A este diálogo le sigue el Prefacio, una oración solemne en la que se alaba a Dios Padre por sus obras de salvación, adaptándose a las diversas fiestas y tiempos litúrgicos1,2,9. El Prefacio concluye con la aclamación del Sanctus (Santo, Santo, Santo)1,9.

Epíclesis y Narración de la Institución

La Epíclesis es la invocación al Espíritu Santo para que santifique los dones del pan y del vino, transformándolos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que quienes los reciban sean santificados2.

Después de la Epíclesis, se presenta la Narración de la Institución y Consagración, donde el sacerdote reproduce las palabras y gestos de Jesús en la Última Cena: «Este es mi Cuerpo, que es para ustedes… Este cáliz es la nueva Alianza en mi sangre; hagan esto en memoria de mí»3,4. Estas palabras son el momento culminante en que el pan y el vino se transustancian en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Anamnesis, Ofrenda e Intercesiones

La Anamnesis es la parte en la que la Iglesia, haciendo memoria del mandato de Cristo, conmemora su pasión, resurrección y ascensión al cielo2.

Luego sigue la Ofrenda, en la que la Iglesia ofrece al Padre, en el Espíritu Santo, la víctima inmaculada, es decir, al mismo Cristo, y se ofrece a sí misma con Él2.

Las Intercesiones son oraciones por la Iglesia universal, el Papa, el obispo local, el clero, los difuntos y todos los fieles, pidiendo por la paz y la salvación del mundo entero1,9,8. Estas intercesiones buscan fortalecer la fe y la caridad de la comunidad8.

Doxología Final

La Plegaria Eucarística culmina con la Doxología Final, una alabanza a la Santísima Trinidad: «Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos»5,6. La asamblea responde con un solemne «Amén», afirmando su consentimiento a toda la plegaria2.

La Plegaria Eucarística en la Vida del Fiel

La Plegaria Eucarística no es solo una oración recitada por el sacerdote, sino una acción en la que toda la asamblea participa activamente. Al ofrecer el sacrificio de Cristo, los fieles son invitados a ofrecerse a sí mismos, sus vidas y sus obras, uniéndose a la ofrenda perfecta de Jesús3,4.

Transformación y Caridad

La participación en el misterio eucarístico tiene un efecto transformador en los fieles. Al ser saciados con el pan de vida y el cáliz de salvación, se pide a Dios que los transforme en Él10. Se busca que, a través de la Eucaristía, los fieles extraigan la caridad hacia Dios y hacia todos los hombres10. Este alimento espiritual debe enseñar a los creyentes a sopesar sabiamente las cosas terrenales y a adherirse a las celestiales5.

Vivir el Misterio en la Vida Cotidiana

La Eucaristía es la cumbre y la fuente de la vida cristiana10. Por ello, se exhorta a los fieles a traducir en la vida lo que se celebra en el rito, donándose a sí mismos, siguiendo el ejemplo de Cristo, para la salvación de los hermanos3,4. El objetivo es vivir de tal manera que, hechos uno en Cristo, se dé fruto para la salvación del mundo5,6.

Conclusión

La Plegaria Eucarística es el culmen de la liturgia católica, un momento sagrado donde el cielo y la tierra se unen, y el sacrificio redentor de Cristo se hace presente. Es una profunda oración de acción de gracias, una súplica por la santificación y una manifestación de la unidad de la Iglesia. A través de ella, los fieles son alimentados con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, fortalecidos en la caridad y llamados a vivir el misterio pascual en su vida diaria, para la gloria de Dios y la salvación del mundo.

Citas

  1. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 213. 2 3 4 5 6 7

  2. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y de un Altar), § 105. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

  3. Papa Juan Pablo II. Francesco Spinelli (1853-1913) - Homilía de beatificación, § 7 (2018). 2 3 4 5 6 7 8

  4. Papa Juan Pablo II. 21 de junio de 1992: Beatificación del P. Francesco Spinelli en el Santuario de Nuestra Señora de la Fuente en Caravaggio (Bérgamo) - Homilía, § 7 (1992). 2 3 4 5 6 7 8

  5. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Sacra Communione et de Cultu Mysterii Eucharistici Extra Missam (La Sagrada Comunión y el Culto del Misterio Eucarístico fuera de la Misa), § 63. 2 3 4 5

  6. IV. Orationes post communionem, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Unctionis Infirmorum Eorumque Pastoralis Curae (Cuidado Pastoral de los Enfermos: Ritos de la Unción y el Viático), § 70. 2 3 4

  7. B7. Orationes post communionem, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Sacra Communione et de Cultu Mysterii Eucharistici Extra Missam (La Sagrada Comunión y el Culto del Misterio Eucarístico fuera de la Misa), § 62.

  8. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 94. 2 3

  9. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 228. 2 3 4

  10. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y de un Altar), § 128. 2 3