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Politeísmo

Politeísmo
Dominio Público.

El politeísmo, la creencia y adoración de múltiples deidades, ha sido una forma religiosa prevalente a lo largo de la historia humana. Desde la perspectiva de la fe católica, el politeísmo se opone fundamentalmente al monoteísmo cristiano, que afirma la existencia de un solo Dios. Este artículo explora la definición y características del politeísmo, su desarrollo histórico en relación con el cristianismo, las enseñanzas de la Iglesia Católica que lo condenan como contrario al primer mandamiento, y sus implicaciones teológicas al distinguirlo de la idolatría. También se aborda la presencia del politeísmo en la cultura y las comunidades contemporáneas, y cómo la Iglesia dialoga con estas realidades sin comprometer la unidad de la fe.

Tabla de contenido

Definición y Conceptos

El término politeísmo se deriva de las palabras griegas poly (muchos) y theos (dios), refiriéndose a la convicción de que existen múltiples divinidades, cada una con su propia esfera de influencia, atributos y poder1. Se diferencia del monoteísmo, que postula un único Dios, y del panteísmo, que identifica a la divinidad con el universo mismo1.

Características Comunes

Las religiones politeístas suelen compartir varias características:

Historia del Politeísmo y su Relación con la Iglesia

Orígenes y Expansión

El politeísmo se manifestó en las civilizaciones antiguas de Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma, donde la vida diaria y la supervivencia estaban intrínsecamente ligadas a las fuerzas de la naturaleza2. Estas sociedades veneraban dioses asociados con elementos como el sol, la luna, la lluvia, la fertilidad y la guerra2. Por ejemplo, la civilización mesopotámica adoraba a deidades como Enlil e Inanna, mientras que los griegos veneraban a Zeus, Atenea y Apolo2. El politeísmo fue fundamental para la religión pública y la legitimación del poder político en estas culturas2.

Existe un debate sobre el origen del politeísmo. Algunos estudiosos sugieren que el hombre primitivo tenía una noción de un Dios supremo, que con el tiempo se oscureció, dando lugar a la deificación de fuerzas naturales y a la adoración de múltiples dioses3. Esta adoración a la naturaleza politeísta es común en pueblos sin la guía de la revelación divina3.

Encuentros con el Cristianismo Primitivo

Con la expansión del Imperio Romano, el cristianismo se encontró con los cultos politeístas paganos. Los primeros cristianos tuvieron que afirmar la unicidad de Dios frente a la adoración de múltiples deidades4. El apóstol Pablo, en su discurso en Atenas, reconoció la búsqueda humana de Dios en las religiones, pero también distinguió entre la idolatría y la reverencia hacia deidades que no eran el Creador5. Este episodio destaca la tensión entre la fe monoteísta y las prácticas politeístas5. La Iglesia Católica reconoce la búsqueda de Dios en otras religiones, viendo la bondad y la verdad en ellas como una preparación para el Evangelio6.

El monoteísmo cristiano revolucionó el mundo antiguo, que a menudo operaba bajo principios opuestos, como la idea de que los dioses no eran la fuerza final, sino poderes relativos, y que el Dios único era a menudo distante y sin culto4. La fe cristiana, al presentar al Dios único que se hizo «Dios con nosotros», ofreció una liberación de la multiplicidad de los dioses4.

Enseñanzas de la Iglesia Católica sobre el Politeísmo

El Primer Mandamiento y la Condena del Politeísmo

La Iglesia Católica enseña que el primer mandamiento prohíbe explícitamente la creencia y veneración de otras divinidades que no sean el único Dios verdadero7. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) afirma que «el primer mandamiento condena el politeísmo y la idolatría»7. La Escritura constantemente rechaza los ídolos, describiéndolos como obras de manos humanas que no pueden hablar ni ver, y advierte que quienes los fabrican y confían en ellos se vuelven como ellos7. En contraste, Dios es el «Dios vivo» que da vida e interviene en la historia7.

La Naturaleza de Dios y la Revelación Cristiana

La Iglesia sostiene que Dios es único y se ha revelado como la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo8. La creencia en múltiples dioses implica una división de la verdad y una alteración de la revelación divina8. Para Israel, Dios se reveló como el único Dios: «Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor»9. Esta afirmación de la unicidad de Dios se mantiene firmemente en la fe cristiana, incluso al reconocer a Jesús como Hijo y Señor, unido al Padre10.

La teología católica ha sostenido que los paganos, a pesar de sus prácticas politeístas, podían tener un conocimiento natural de Dios, aunque oscuro y no siempre excluyente del monismo, panteísmo o politeísmo1. Sin embargo, este conocimiento era menos perfecto que el que los cristianos poseen por la revelación1.

El Pecado del Politeísmo y la Idolatría

La Iglesia distingue entre politeísmo e idolatría, aunque ambos son considerados pecados graves porque desvían la adoración debida solo a Dios6.

Consecuencias Teológicas

El politeísmo conduce a una desconexión de la verdad revelada y a la fragmentación de la comunidad de fe11. Al adorar dioses falsos, se puede incurrir en corrupción moral y en la pérdida de la fe en el único Creador11. El politeísmo «sustrae la fe en el Dios único y conduce a la idolatría»11. La decisión fundamental del cristiano es adorar al Señor su Dios y solo a Él servir4. Sin esta decisión, no hay cristianismo, y la fe se olvida o se relativiza4.

Politeísmo en la Práctica y la Cultura Contemporánea

Presencia en la Cultura Popular

Aunque la práctica abierta del politeísmo ha disminuido en muchas sociedades modernas, su influencia persiste en diversas formas culturales. Elementos de narrativas y símbolos politeístas se reflejan en la literatura, el cine, la música y la iconografía contemporánea2.

Politeísmo en Comunidades Actuales

En algunas regiones del mundo, como partes de África, Asia y América Latina, aún existen tradiciones politeístas que a veces se mezclan con el cristianismo. La Iglesia, a través del diálogo interreligioso, busca integrar la fe cristiana en estas culturas sin comprometer la unidad de la fe12. Este proceso de inculturación debe ser un diálogo que mantenga la unidad de la fe cristiana, reconociendo la diversidad cultural sin diluir la identidad cristiana en la adoración de otros dioses12.

La Iglesia Católica respeta lo que es verdadero y santo en otras religiones, considerando sus preceptos y enseñanzas como un reflejo de la Verdad que ilumina a todos los hombres12. Sin embargo, la Iglesia mantiene su convicción de que la religión cristiana es la única verdadera, y espera que sea reconocida como tal por todos los que buscan a Dios13.

Conclusión

El politeísmo, como creencia en múltiples dioses, se opone directamente a la enseñanza católica de la unicidad de Dios y a la revelación plena en Jesucristo. La Iglesia Católica, a través de sus documentos y el Catecismo, condena el politeísmo y la idolatría, enfatizando la necesidad de una fe monoteísta auténtica, arraigada en el primer mandamiento. A pesar de su declive en la práctica directa, la influencia del politeísmo persiste en la cultura y en algunas comunidades, lo que requiere un diálogo respetuoso y una cuidadosa inculturación para promover la unidad de la fe cristiana sin menoscabar el valor de la diversidad cultural. La esencia del cristianismo radica en la conversión a un solo Dios, un acto de fe que es una transformación, no una destrucción, de las culturas y religiones, permitiendo que lo mejor de ellas se desarrolle en la verdad revelada4.

Citas

  1. Tradición teológica católica, Guy Mansini, O.S.B. Conocer a Dios a partir de las cosas que han sido hechas, § 6. 2 3 4 5

  2. I. Teología de las religiones (status quaestionis) - 1.4. La cuestión de Dios, Comisión Teológica Internacional. Cristianismo y las religiones del mundo, § 17 (1997). 2 3 4 5 6 7 8

  3. Monoteísmo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Monoteísmo. 2

  4. B3. Fe cristiana y religiones no cristianas en la actual situación histórica, Congregación para la Doctrina de la Fe. Cristo, la fe y el desafío de las culturas, § 3 (1993). 2 3 4 5 6

  5. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 13 de enero de 1999, § 2 (1999). 2

  6. Sección II I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 843. 2 3

  7. Sección II los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2112. 2 3 4 5

  8. Sección I «Creo» - «Creemos», Catecismo de la Iglesia Católica, § 47. 2

  9. Sección II I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 201.

  10. II. - Temas fundamentales en las Escrituras judías y su recepción en la fe en Cristo - B. Temas fundamentales compartidos - 1. La revelación de Dios, Comisión Bíblica Pontificia. El pueblo judío y sus Sagradas Escrituras en la Biblia cristiana (24 de mayo de 2001), § 24 (2001).

  11. Introducción, Comisión Teológica Internacional. Dios Trinidad y la unidad de la humanidad. Monoteísmo cristiano y su oposición a la violencia (2014). 2 3

  12. III. Problemas actuales de la inculturación - El diálogo de las religiones, Comisión Teológica Internacional. Fe e Inculturación, § 12 (1988). 2 3

  13. III. El diálogo - Segundo círculo: Adoradores del único Dios, Papa Pablo VI. Ecclesiam Suam, § 107 (1964).