Primer libro de los Reyes

El Primer libro de los Reyes, conocido también como Tercer libro de los Reyes en la tradición de la Vulgata, forma parte del Antiguo Testamento de la Biblia católica y narra los eventos clave del reinado de Salomón, desde el final de la vida de David hasta el inicio del cisma del reino unido de Israel. Este texto sagrado, que integra la historia, la teología y la profecía, resalta la providencia divina en la monarquía davídica, la construcción del Templo de Jerusalén y las consecuencias del pecado humano, como la división del reino. En la perspectiva católica, subraya la fidelidad a la Alianza y prefigura el Reino mesiánico de Cristo, ofreciendo lecciones éticas y espirituales para los fieles. El artículo explora su estructura, autoría, contexto histórico y relevancia doctrinal, basándose en la tradición eclesial y las enseñanzas de la Iglesia.
Tabla de contenido
Título y canonicidad
En la Biblia católica, el Primer libro de los Reyes se incluye en el canon del Antiguo Testamento, tal como lo definió el Concilio de Trento en su sesión IV (1546), que enumeró explícitamente los cuatro libros de los Reyes como parte de las Escrituras inspiradas.1 Este libro, junto con el Segundo libro de los Reyes, forma una unidad narrativa que continúa la historia iniciada en los libros de Samuel. En la Septuaginta y la Vulgata, se denomina Tercer y Cuarto libro de los Reyes, reflejando una división tradicional que considera los libros de Samuel como el primero y segundo. Esta nomenclatura, adoptada por San Jerónimo en su traducción latina, distingue el texto de las ediciones hebreas posteriores, donde se llaman simplemente Melajim (Reyes).
La canonicidad del libro está firmemente establecida en la tradición católica, como se evidencia en los decretos sinodales romanos del siglo IV, que listan los libros de los Reyes entre los textos proféticos e históricos aceptados por la Iglesia universal.2 No presenta controversias doctrinales en el ámbito católico, aunque los estudios modernos destacan su valor como fuente histórica y teológica, siempre subordinada a la inspiración divina. La Iglesia enseña que estos libros, al relatar la historia de Israel, ilustran la fidelidad de Dios a sus promesas, particularmente la del reino eterno de David, que encuentra su cumplimiento en Jesucristo.
Contexto histórico y cultural
El Primer libro de los Reyes se sitúa en el período de la monarquía unida de Israel, aproximadamente entre los siglos X y IX a. C., cubriendo desde los últimos años del rey David (alrededor del 970 a. C.) hasta el reinado de Roboam y el cisma del reino (cerca del 930 a. C.). Este era un tiempo de transición para el pueblo de Israel, que había pasado de la era de los jueces a una monarquía centralizada, influida por las potencias vecinas como Egipto, Fenicia y Mesopotamia. La construcción del Templo de Salomón representa el culmen de la estabilidad política y religiosa, pero también marca el inicio de tensiones internas que llevarán a la división del reino.
Históricamente, el texto refleja el contexto del antiguo Oriente Próximo, con referencias a alianzas comerciales con Hiram de Tiro (1 Reyes 5) y expediciones a Ofir, que evocan el esplendor económico de la época salomónica.3 La Enciclopedia Católica señala que el libro continúa la narración de los libros de Samuel, enfocándose en la dinastía davídica y su rol en la Alianza.4 Aunque no es un tratado histórico puro, integra elementos cronológicos precisos, como la duración de los reinados, que permiten sincronizarlo con eventos extrabíblicos, como las inscripciones asirias y egipcias. En la tradición católica, este contexto subraya cómo Dios actúa en la historia humana, premiando la obediencia y castigando la idolatría, como se ve en la profecía contra Salomón por su apostasía (1 Reyes 11).5
Autoría y fecha de composición
La autoría del Primer libro de los Reyes no se atribuye a un solo escritor en la tradición bíblica, sino que se considera una obra compilada por un redactor inspirado, posiblemente el profeta Jeremías, según la tradición talmúdica babilónica.4 La Enciclopedia Católica explica que el texto se basa en fuentes antiguas, como el libro de las crónicas de Salomón (1 Reyes 11:41) y los anales oficiales de los reyes de Judá e Israel, citados más de treinta veces en los libros de los Reyes.4 Estas fuentes incluyen relatos proféticos y registros reales, lo que confiere al libro un carácter deuteronomista, con un énfasis en la teología de la retribución divina.
La fecha de composición se sitúa en el exilio babilónico, alrededor del 562 a. C., como indica el epílogo sobre la liberación de Joaquín (2 Reyes 25:27-30), aunque el núcleo del Primer libro de los Reyes se remonta a tradiciones preexílicas.4 San Agustín, en La ciudad de Dios, alude a la unidad narrativa de estos libros como una elucidación histórica de la profecía de Natán sobre el reino davídico (2 Samuel 7:12-16).6 La Iglesia católica, en su interpretación, ve en esta compilación un ejemplo de cómo la inspiración divina guía la redacción histórica para transmitir verdades espirituales, no meros hechos seculares.
Estructura literaria
El Primer libro de los Reyes se divide en dos partes principales, abarcando once capítulos que narran la transición de la monarquía davídica y el apogeo y declive de Salomón. Su estilo literario combina narración histórica, discursos proféticos y descripciones poéticas, con un enfoque deuteronomista que juzga a los reyes según su fidelidad a Yahvé.
Primera parte: Del final de David al reinado de Salomón (capítulos 1-2)
Los capítulos iniciales relatan la vejez de David y la intriga sucesoria. Adonías, hijo de David, intenta usurpar el trono, pero Natán el profeta y Betsabé intervienen para asegurar la coronación de Salomón (1 Reyes 1).7 David, en su lecho de muerte, exhorta a Salomón a guardar los mandamientos de Dios (1 Reyes 2:1-4), prefigurando la importancia de la obediencia en la tradición católica. Salomón consolida su poder eliminando amenazas, como la ejecución de Adonías y Joab, y el exilio de Abiatar (1 Reyes 2). Esta sección enfatiza la providencia divina en la preservación de la línea davídica, un tema central en la escatología cristiana.
Segunda parte: El reinado de Salomón (capítulos 3-11)
Aquí se describe la sabiduría concedida por Dios a Salomón en un sueño en Gabaón (1 Reyes 3), seguida del famoso juicio sobre las dos madres (1 Reyes 3:16-28), que ilustra la justicia divina. La construcción del Templo, detallada en los capítulos 5-8, es el clímax narrativo: Salomón colabora con Hiram de Tiro para obtener cedros del Líbano, y la descripción de los utensilios de bronce y oro resalta la gloria del santuario (1 Reyes 7).8 La dedicación del Templo (1 Reyes 8) incluye la oración de Salomón, un himno a la misericordia de Dios que la liturgia católica evoca en sus oraciones eucarísticas.
El esplendor de Salomón se extiende a su palacio, su flota y su sabiduría, que atrae a reinas como la de Saba (1 Reyes 10; cf. 2 Crónicas 9).3 Sin embargo, la narración gira hacia la decadencia: Salomón acumula esposas extranjeras que lo llevan a la idolatría, adorando Astarté, Quemós y Moloc (1 Reyes 11:1-8). Dios anuncia el cisma del reino, preservando una tribu por amor a David (1 Reyes 11:31-39).5 Esta parte concluye con la muerte de Salomón tras cuarenta años de reinado (1 Reyes 11:42-43), preparando el terreno para la división.
Temas teológicos y relevancia católica
Desde la perspectiva católica, el Primer libro de los Reyes ilustra la teología de la Alianza, centrada en la promesa de un reino eterno a David, que se cumple en Cristo, el Rey mesiánico (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 709-716). La construcción del Templo simboliza la presencia de Dios entre su pueblo, prefigurando el Tabernáculo eucarístico en la Nueva Alianza. La oración de Salomón (1 Reyes 8:22-53) enfatiza la oración humilde y la necesidad de conversión, temas recurrentes en la espiritualidad católica.
El libro advierte contra la idolatría y el sincretismo, como en el caso de Salomón, recordando que el pecado divide lo que Dios une (Ef 4:3). San Agustín interpreta estos eventos como lecciones sobre la ciudad terrena versus la celestial, donde la prosperidad material sin fidelidad espiritual lleva a la ruina.6 En la exégesis patrística, la sabiduría de Salomón evoca la Sabiduría encarnada en Cristo (Sb 7-9). La Iglesia utiliza estos textos en la liturgia, especialmente en lecturas sobre la realeza de Cristo (cf. solemnidad de Cristo Rey).
Influencia en la tradición y estudios modernos
El Primer libro de los Reyes ha influido profundamente en la hagiografía, el arte y la liturgia católica. Iconos de Salomón y el Templo adornan catedrales, y compositores como Haendel lo musicalizaron en oratorios. En estudios modernos, la Enciclopedia Católica destaca su unidad con los libros de los Reyes como una explicación histórica de la profecía de Natán, fomentando la esperanza mesiánica durante el exilio.4 Investigaciones arqueológicas, como las excavaciones en Jerusalén, corroboran elementos como la topografía del Templo, aunque la Iglesia prioriza el sentido espiritual sobre el histórico literal.
En el contexto español, traducciones como la de la Biblia de Jerusalén o la NEO-Vulgata integran este libro en ediciones católicas aprobadas, facilitando su estudio en seminarios y parroquias. Su mensaje sobre la realeza responsable resuena en encíclicas papales sobre la justicia social, recordando que los líderes deben servir a Dios por encima de todo.
En resumen, el Primer libro de los Reyes no solo narra la historia de Israel, sino que revela la pedagogía divina, invitando a los católicos a contemplar en Salomón un rey ideal cuya caída advierte contra el orgullo, y cuyo templo apunta al misterio pascual.
Citas
Concilio de Trento 1545-1563 - Ecuménico XIX (contra novatores siglo XVI) - Sesión IV (8 de abril de 1546) se aceptan los libros sagrados y las tradiciones de los apóstoles, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 1502. ↩
El canon de la Sagrada Escritura * - Del mismo decreto y los actos del mismo sínodo romano, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 179. ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 2 Crónicas 9. ↩ ↩2
Tercer y cuarto libros de los Reyes, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Tercer y Cuarto Libros de los Reyes. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 1 Reyes 11. ↩ ↩2
Capítulo 21.— de los reyes después de Salomón, tanto en Judá como en Israel, Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios - Libro 17, §Capítulo 21 (426). ↩ ↩2
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 1 Reyes 1. ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 1 Reyes 7. ↩
