Primer templo de Jerusalén

El Primer Templo, también llamado Templo de Salomón, constituye el primer edificio sagrado erigido en Jerusalén para albergar el arca de la alianza y servir como centro del culto israelita bajo la Ley mosaica. Su construcción, descripción y significado teológico han sido objeto de reflexión a lo largo de la tradición católica, que lo interpreta como una prefiguración del templo espiritual que es la Iglesia y del sacrificio eterno de Cristo. El artículo revisa su origen histórico, arquitectura, simbolismo y la manera en que la doctrina católica lo incorpora en la liturgia y la vida de fe.
Tabla de contenido
Historia y construcción
Orígenes y contexto histórico
El templo surgió como sustituto del tabernáculo móvil que los israelitas habían llevado durante el éxodo. Tras la conquista de Jerusalén bajo el rey David, se trasladó el arca a la ciudad, pero la edificación permanente quedó en manos de su hijo Salomón, quien, según el relato bíblico, recibió la orden divina para edificar «una casa para el nombre del Señor»1.
Salomón y la edificación del templo
Salomón reunió a los ancianos, jefes de tribus y sacerdotes para la solemnidad de la instalación del arca (1 Reyes 8:1‑5). La obra se completó en siete años, y la dedicación incluyó una oración que invocaba la presencia permanente de Dios y pedía perdón por los pecados del pueblo2. El templo constaba de tres áreas principales: el atrio o corte, el Santo Lugar y el Santo de los Santos, donde se guardaban el arca, una urna de maná y el bastón florecido de Aarón3.
Destrucción y legado posterior
El Primer Templo fue destruido por los babilonios en el 586 a.C., evento que la tradición judía consideró una catástrofe nacional y que, según la Comisión Bíblica Pontificia, simbolizó la «desolación total» y el fin del culto sacrificial como medio de gracia4. La pérdida del templo marcó el inicio de la diáspora y la esperanza de una futura restauración.
Estructura y elementos sagrados
El atrio y el Santo Lugar
El atrio servía como espacio de reunión para los fieles y ofrendas menores, mientras que el Santo Lugar contenía el altar de los holocaustos, la mesa de los panes de la proposición y el candelabro de siete brazos.
El Santo de los Santos
En el corazón del templo se hallaba el Santo de los Santos, separado por un velo que sólo el sumo sacerdote podía cruzar una vez al año. Allí se encontraban los tres objetos sagrados descritos en el Catecismo de la Iglesia Católica ucraniana: el arca de la alianza con las tablas de la ley, una urna de oro con el maná y el bastón de Aarón que brotó3.
Simbolismo arquitectónico
Los estudios bíblicos resaltan que el templo funcionaba como «eje y centro del mundo», reflejando la morada divina en el cielo (1 Kgs 8:30) y sirviendo como lugar de sacrificio, oración, enseñanza y sanación4. La disposición de los espacios anticipa la relación entre Dios y la humanidad que la Iglesia cristiana celebra en la Eucaristía.
Significado teológico en la tradición católica
Tipología del templo
Los Padres de la Iglesia y el Magisterio ven al Primer Templo como tipo del templo espiritual que es la Iglesia. El propio San Pablo afirma que el sacrificio de Cristo «ha reemplazado» los sacrificios del templo, convirtiendo al cuerpo de los creyentes en «templo del Espíritu Santo» (1 Pedro 2:4‑5)5.
Cumplimiento en Cristo
El Nuevo Pacto, anunciado por Jesús, anula la necesidad del templo físico: «el velo del templo se rasgó en dos» con su muerte, indicando que la presencia de Dios ya no está limitada a un edificio terrenal6. La aparición de la gloria divina en el templo de Salomón, descrita en 2 Crónicas 7, se interpreta como una prefiguración de la presencia permanente de Cristo en la Eucaristía y en la Iglesia7.
El templo como prefiguración de la Iglesia
El documento The Shrine: Memory, Presence and Prophecy of the Living God explica que el «nuevo y definitivo templo» es el propio Cristo, y que los fieles, como «piedras vivas», forman un edificio espiritual (la Iglesia) que ofrece sacrificios aceptables a Dios5. Esta visión está en consonancia con la enseñanza del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia como «sacramento del mundo» (Lumen Gentium, 11).
El templo en la liturgia y la oración católica
La oración de dedicación
Durante la consagración del templo, el rey Salomón pronunció una oración que pedía perdón y protección, una fórmula que la Iglesia católica reproduce en la Oración del Día de la Dedicación y que se refleja en el Catecismo (n.º 2580) como modelo de petición de misericordia y de reconocimiento de la soberanía divina2.
Uso litúrgico del simbolismo del templo
Los ritos cristianos heredaron la práctica de la oración en el «lugar santo», trasladándola a la sacristía y al altar como lugares de encuentro con Dios. La liturgia de la Eucaristía, con su pan y vino, recuerda los sacrificios del templo, pero los eleva al memorial del sacrificio único de Cristo (Hebreos 10:19‑22)8.
Festividades vinculadas
El Día de la Dedicación (15 Tishrei) y la Cuaresma recuerdan la purificación del templo y la preparación del corazón para recibir a Cristo, manteniendo viva la memoria del Primer Templo en la práctica devocional.
Legado y relevancia actual
Influencia en la arquitectura cristiana
Muchas basílicas y catedrales adoptaron la disposición tripartita (nave, transepto, ábside) como eco del templo de Jerusalén, subrayando la continuidad del plan sagrado.
Diálogo interreligioso
El reconocimiento católico de la importancia histórica del Primer Templo favorece el diálogo con la comunidad judía, recordando que «el templo es símbolo de la fe de Dios a su pueblo elegido» y que la salvación se extiende a todos mediante Cristo4.
Perspectiva escatológica
En la escatología cristiana, el «templo celestial» descrito en Apocalipsis será la morada final de Dios y del Cordero, sin necesidad de edificio terrenal, cumpliendo la promesa hecha a Salomón de que su nombre permanecería «para siempre» (2 Crónicas 7:16)7.
Citas
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 1 Reyes 8. ↩
Sección primera: La oración en la vida cristiana, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2580. ↩ ↩2
Parte segunda - La oración de la Iglesia - III. El tiempo y el espacio de la oración de la Iglesia - B. El edificio de la iglesia: el lugar de la oración de la comunidad, Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana. Catecismo de la Iglesia católica ucraniana: Cristo, nuestra Pascua, § 580 (2016). ↩ ↩2
II. - Temas fundamentales en las Escrituras judías y su recepción en la fe en Cristo - B. Temas fundamentales compartidos - 7. Oración y culto, Jerusalén y templo: A) en el Antiguo Testamento, Pontificia Comisión Bíblica. El pueblo judío y sus Escrituras sagradas en la Biblia cristiana (24 de mayo de 2001), § 48 (2001). ↩ ↩2 ↩3
Prefacio - Escuchando la revelación de Dios, Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes. El Santuario: Memoria, Presencia y Profecía del Dios Viviente, § 2 (1999). ↩ ↩2
Capítulo XIV - Lugares, gestos y objetos sagrados - 102. El templo, Congregación para las Iglesias Orientales. Instrucción para la aplicación de las prescripciones litúrgicas del Código de Cánones de las Iglesias Orientales, § 102 (1996). ↩
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 2 Crónicas 7. ↩ ↩2
II. - Temas fundamentales en las Escrituras judías y su recepción en la fe en Cristo - B. Temas fundamentales compartidos - B) en el Nuevo Testamento, oración y culto, templo y Jerusalén, Pontificia Comisión Bíblica. El pueblo judío y sus Escrituras sagradas en la Biblia cristiana (24 de mayo de 2001), § 50 (2001). ↩