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Prior

El término prior en la Iglesia Católica se refiere a un superior monástico, una figura de autoridad dentro de diversas órdenes religiosas. Aunque en sus orígenes se aplicaba de manera general a cualquier superior, con el tiempo adquirió un significado más específico, especialmente a partir de las reformas cluniacenses en el siglo XI. Actualmente, existen diferentes tipos de priores, como el prior claustral y el prior conventual, cada uno con responsabilidades y jurisdicciones distintas, que varían según la orden religiosa y la estructura del monasterio. Este artículo explorará la evolución del rol del prior, sus diversas clasificaciones y las funciones que desempeña en la vida monástica católica.

Tabla de contenido

Orígenes y Evolución del Término

Originalmente, en la Regla de San Benito, el vocablo prior no designaba un superior específico, sino que se usaba de forma indistinta para referirse a cualquier superior, incluyendo abades, prepósitos o decanos1. Esta acepción genérica también se encontraba en otras antiguas reglas monásticas1.

El significado del término prior comenzó a especializarse con la reforma cluniacense en el siglo XI. En este periodo, el prior suplantó al prepósito (praepositus) de la Regla de San Benito. La congregación de Hirschau en Alemania, surgida en el mismo siglo, también adoptó la sustitución del prepósito por el prior. Este ejemplo fue gradualmente seguido por la mayoría de los monasterios benedictinos, así como por sus ramificaciones como los camaldulenses, vallombrosianos, cistercienses y otras órdenes derivadas del benedictino1.

Tipos de Priores

Dentro de las órdenes monásticas y militares, el rol del prior se ha diversificado en varias categorías, cada una con funciones y grados de autoridad específicos.

Prior Claustral (Prior Claustralis)

El prior claustral ocupa el primer lugar después del abad (o gran maestre en las órdenes militares)1. Su principal función es asistir al abad en el gobierno del monasterio y reemplazarlo en su ausencia1. Es importante destacar que el prior claustral no posee jurisdicción ordinaria por derecho propio; sus deberes son desempeñados completamente bajo la dirección del abad1. Su autoridad es, por lo tanto, delegada y se extiende según la voluntad del abad o lo que prescriban las constituciones de la congregación1. El abad lo nombra, generalmente previa consulta con los capitulares del monasterio, y puede removerlo en cualquier momento1.

En monasterios grandes, el prior claustral puede ser asistido por un subprior, quien ocupa el tercer lugar en la jerarquía monástica1. Antiguamente, en monasterios de mayor tamaño, podía haber incluso un tercer, cuarto o quinto prior, conocidos como circa o circator. Su tarea era supervisar el monasterio para detectar cualquier irregularidad y asegurarse de que los hermanos estuvieran dedicados a sus tareas asignadas. No tenían autoridad para corregir o castigar, sino que debían informar al prior claustral sobre cualquier hallazgo contrario a las reglas1.

Prior Conventual (Prior Conventualis)

El prior conventual es el superior independiente de un monasterio que no tiene abad1. Ejerce autoridad tanto en asuntos temporales como espirituales, de manera similar a un abad1. Generalmente, es elegido por el capítulo de su monasterio y ocupa su cargo de por vida, aunque en épocas anteriores a menudo era elegido por un periodo determinado1. Puede ser asistido por un subprior, cuyo oficio es similar al del prior claustral en una abadía1.

Los monasterios dirigidos por un prior se denominan prioratos2. Los prioratos conventuales son casas autónomas que carecen de abad, ya sea porque aún no han alcanzado el número canónico requerido de doce monjes o por otras razones2,3. La Congregación de Cluny tuvo muchos prioratos conventuales, y en la Edad Media, Alemania e Italia también contaron con numerosos ejemplos. En Inglaterra, todos los monasterios adscritos a iglesias catedralicias eran conocidos como prioratos catedralicios2,3.

Prior Mayor y Prior Obedienciario

En congregaciones como la de Cluny de los siglos X, XI y XII, existía también un prior mayor (prior major) que precedía en dignidad al prior claustral. Además de asistir al abad en el gobierno del monasterio, tenía cierta jurisdicción delegada sobre las dependencias externas de la abadía1.

La denominación de prior simple o prior obedienciario (prior simplex o prior obedientiarius) se aplica al superior de un establecimiento monástico que es una dependencia de una abadía1,2. Este prior es un obedientiario del abad, lo que significa que es nombrado y puede ser removido por el abad en cualquier momento1,2,4. Los prioratos obedienciarios son, por tanto, dependencias de abadías2.

El Prior en Órdenes Específicas

El título y las funciones del prior varían entre las diferentes órdenes religiosas, reflejando sus constituciones y tradiciones particulares.

Benedictinos y sus Ramas

Como se mencionó, en la Orden Benedictina y sus ramificaciones (Cluniacenses, Cistercienses, etc.), así como en la Orden Premonstratense y las órdenes militares, se distinguen principalmente el prior claustral y el prior conventual1. Un priorato benedictino es un monasterio cuyo superior es un prior2.

Órdenes Mendicantes y Otros Institutos

Órdenes como los Agustinos Ermitaños, Carmelitas, Servitas y Hermanos de la Misericordia tienen tres tipos de priores:

Los Dominicos también tienen priores conventuales y provinciales, pero el superior de toda la orden no se denomina prior general, sino maestro general1. El prior conventual es elegido por los religiosos, y el capítulo puede relevarlo de su cargo si lo considera oportuno5. El prior provincial es elegido por el prior y dos delegados de cada convento, y su elección es confirmada por el capítulo general o el maestro general, quienes también pueden removerlo5. El prior provincial tiene la misma autoridad en su provincia que el maestro general en la orden, confirma la elección de los priores conventuales y preside los capítulos provinciales5.

Los Cartujos tienen priores conventuales y un prior general, pero no priores provinciales1. Su prior general es el único superior de una orden que no reside en Roma; históricamente, el prior de la Grande Chartreuse ocupaba este cargo, ahora desempeñado por el prior de Farneta en Italia1.

Prioressas

En las comunidades monásticas femeninas, la superiora se conoce como prioressa (priorissa, praeposita)6. Este título se aplica correctamente a una superiora en un convento con aprobación papal y cuyos miembros hacen profesión solemne, es decir, conventos que pertenecen a una orden en sentido estricto6. Sin embargo, en algunos lugares, el título de prioressa también se usa para superioras en conventos con solo aprobación episcopal y cuyos miembros no hacen votos solemnes6. En general, el oficio de una prioressa en una orden femenina corresponde al del prior en la orden masculina equivalente. Si la prioressa es la primera superiora, su autoridad sobre el convento es similar a la de un prior conventual sobre su priorato; si la primera superiora es una abadesa, el oficio de la prioressa es análogo al de un prior claustral en una abadía6.

Aspectos Canónicos y Reglas

El Código de Derecho Canónico de 1983 aborda la gobernanza de los institutos religiosos. El canon 620 define a los superiores mayores como aquellos que gobiernan un instituto completo, una provincia o una parte equivalente a una provincia, o una casa autónoma, así como sus vicarios7. El abad primado y el superior de una congregación monástica son comparables a estos, aunque no tienen todo el poder que el derecho universal concede a los superiores mayores7.

Para los cánones regulares o monjes, una casa religiosa bajo el gobierno y cuidado de su propio moderador es autónoma, a menos que las constituciones establezcan lo contrario. El moderador de una casa autónoma es un superior mayor por ley8.

El Tercer Concilio de Letrán (1179 d.C.) estableció normas importantes sobre los priores y prioratos. Decretó que ni los prioratos ni las obediencias debían ser entregados a cambio de dinero; de lo contrario, tanto el que da como el que recibe serían privados del ministerio en la Iglesia9. También estipuló que los priores, una vez nombrados para iglesias conventuales, no debían ser cambiados excepto por una causa clara y razonable, como ser derrochadores, llevar vidas inmorales, haber cometido una ofensa que justifique su remoción, o si las exigencias de un cargo superior requieren su traslado con el consejo de sus hermanos9.

Un monasterio, para ser canónicamente erigido y autónomo, debe contar con una comunidad de no menos de doce religiosos, con monjes bajo el gobierno de un abad o monjas bajo una abadesa3. Un priorato autónomo es gobernado por un superior que ostenta el título de prior en lugar de abad3. Para la erección legítima de un monasterio, se requiere la aprobación de la Santa Sede (en ciertos países) y el consentimiento del ordinario, además de una provisión adecuada para el sustento de al menos doce religiosos10.

El Prior en la Tradición Dominicana

En la Orden de Predicadores (Dominicos), el prior es elegido por los religiosos5. El capítulo provincial, que se celebra anualmente, está compuesto por el prior provincial, los priores de los conventos, un delegado de cada convento y los predicadores generales5. El capítulo elige a cuatro consejeros o asistentes que, junto con el provincial, regulan los asuntos presentados ante el capítulo5.

Para las Terceras Órdenes o asociaciones cuyos miembros comparten el espíritu de un instituto religioso mientras viven en el mundo secular, el director espiritual es un sacerdote de la Orden de Predicadores11,5. El director y los miembros más antiguos de la fraternidad eligen al prior o prioressa de entre los hermanos y hermanas, y su cargo continúa hasta que son relevados5.

Conclusión

El rol del prior en la Iglesia Católica es un ejemplo de la rica y compleja estructura de la vida monástica. Desde su significado genérico inicial en la Regla de San Benito hasta sus diversas especializaciones en las órdenes benedictinas, mendicantes y otras, el prior ha sido una figura clave en la gobernanza y el mantenimiento de la disciplina religiosa. Ya sea como asistente de un abad, superior de un priorato autónomo, o parte de una jerarquía provincial y general, el prior encarna la autoridad y el servicio en la búsqueda de la perfección cristiana dentro de la vida consagrada. La evolución de este cargo, regulada por el derecho canónico y las constituciones de cada orden, demuestra la adaptabilidad y la continuidad de las tradiciones monásticas a lo largo de los siglos.

Citas

  1. Prior, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Prior. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24

  2. Priorato, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Priorato. 2 3 4 5 6 7

  3. Abadía, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Abadía. 2 3 4

  4. Obedienciarios, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Obedienciarios.

  5. Orden de Predicadores, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Orden de Predicadores. 2 3 4 5 6 7 8

  6. Priora, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Priora. 2 3 4

  7. Capítulo II. El gobierno de los institutos, . Código de Derecho Canónico, § 620 (1983). 2

  8. Capítulo I. Las casas religiosas y su erección y supresión, . Código de Derecho Canónico, § 613 (1983).

  9. Cánones, Documento del Concilio. Tercer Concilio de Letrán (1179 d. C.), § 10 (1179). 2

  10. Erección canónica de un monasterio, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Erección Canónica de un Monasterio.

  11. Capítulo I. Normas comunes, . Código de Derecho Canónico, § 303 (1983).