Profecias de Fatima

Las Profecías de Fátima, conocidas dentro de la Iglesia Católica como el «Secreto de Fátima,» son un conjunto de revelaciones privadas dadas por la Santísima Virgen María a tres pastorcillos—Lucía dos Santos, Francisco Marto, y Jacinta Marto—en Fátima, Portugal, durante una serie de apariciones en 1917. Este mensaje profético, que se divide tradicionalmente en tres partes, constituye una de las apariciones marianas modernas más significativas y ha sido objeto de profundo estudio y comentario por parte de la Santa Sede. El núcleo del mensaje no es la predicción apocalíptica sensacionalista, sino un llamamiento urgente a la conversión, la penitencia, la oración, y la devoción al Inmaculado Corazón de María como camino para la salvación de las almas y la paz mundial1,2,3.
Tabla de contenido
El Contexto Histórico y Teológico de las Apariciones
Las apariciones de Nuestra Señora de Fátima tuvieron lugar en un momento de profunda agitación mundial, específicamente en 1917, el mismo año en que la Revolución Bolchevique puso fin al imperio zarista y marcó el comienzo de la propagación del comunismo ateo4. La Virgen María se presentó a los niños como la «Señora del Rosario» y les comunicó un mensaje que abordaba directamente las graves amenazas que se cernían sobre la humanidad3.
La Iglesia enseña que las revelaciones privadas, como las de Fátima, no añaden nada nuevo a la Revelación definitiva contenida en Jesucristo, sino que buscan ayudar a los fieles a vivir la fe más plenamente en un momento específico de la historia1. El mensaje de Fátima es, en esencia, una manifestación de la solicitud maternal de María por el destino de la familia humana, que necesita conversión y perdón5.
Las Tres Partes del Secreto de Fátima
El «secreto» que la Virgen confió a los niños el 13 de julio de 1917 se divide en tres partes distintas, reveladas y publicadas en diferentes momentos por la Iglesia.
Primera Parte: La Visión del Infierno
La primera parte del secreto fue una visión aterradora que se les concedió a los niños, en la que vieron el infierno y a dónde van las almas de los pobres pecadores1.
El propósito de esta visión no fue simplemente infundir miedo, sino mostrar a los niños la realidad de la pérdida eterna de las almas para motivarles a la acción. Esta visión establece el tema central de todo el mensaje: la salvación de las almas1.
Segunda Parte: La Devoción al Inmaculado Corazón de María y la Predicción de la Guerra
La segunda parte del secreto aborda las condiciones para la paz mundial y las consecuencias de no cesar de ofender a Dios1.
Devoción al Inmaculado Corazón
Para salvar a las almas, Dios deseaba establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María1. Ser devoto del Inmaculado Corazón de María significa abrazar una actitud de corazón que hace del fiat —"hágase tu voluntad"— el centro definitorio de toda la vida, imitando la perfecta unidad interior de la Virgen1.
Advertencias y Profecías
La Virgen predijo que la Primera Guerra Mundial estaba a punto de terminar, pero advirtió que si la gente no dejaba de ofender a Dios, comenzaría una guerra peor durante el pontificado de Pío XI1. Esta sería precedida por una noche iluminada por una luz desconocida, que sería la gran señal de que Dios estaba a punto de castigar al mundo por sus crímenes mediante la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre1.
La Consagración de Rusia
Para prevenir estos males, la Virgen anunció que vendría a pedir la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón y la Comunión de reparación de los Primeros Sábados1. Si estas peticiones se atendían, Rusia se convertiría y se concedería un período de paz; de lo contrario, Rusia esparciría sus errores por el mundo, causando guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serían martirizados, el Santo Padre sufriría mucho, y varias naciones serían aniquiladas1.
La profecía concluye con la promesa de la victoria final: «Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará»1,6. La caída de los regímenes comunistas ateos en la Unión Soviética y en varios países de Europa del Este en 1989 fue vista por la Iglesia como un cumplimiento de las peticiones de la Virgen y un motivo de agradecimiento a Ella1,5.
Tercera Parte: La Visión Profética y su Interpretación
La tercera parte del secreto, escrita por Sor Lucía en 1944, fue guardada bajo llave por la Santa Sede durante décadas y finalmente se hizo pública en el año 2000, acompañada de un comentario teológico del entonces Cardenal Joseph Ratzinger (futuro Papa Benedicto XVI)5.
El Contenido de la Visión
La visión describe a un «Obispo vestido de Blanco» (identificado por Sor Lucía como el Santo Padre) que camina con gran esfuerzo hacia una Cruz, pasando entre los cadáveres de mártires (obispos, sacerdotes, religiosos y laicos). El Papa, tras pasar por una gran ciudad medio en ruinas, cae al suelo, aparentemente muerto, bajo una ráfaga de disparos5.
La Interpretación Oficial de la Iglesia
La Congregación para la Doctrina de la Fe, al publicar el texto, afirmó que la visión se refiere sobre todo a la lucha del comunismo ateo contra la Iglesia y los cristianos en el siglo XX, y describe los terribles sufrimientos de las víctimas de la fe1.
El Cardenal Angelo Sodano declaró que los acontecimientos a los que se refiere la tercera parte del secreto parecen pertenecer ya al pasado1,5. La Iglesia interpretó la visión del «Obispo vestido de Blanco» siendo asesinado como una representación simbólica de los sufrimientos que ha padecido la Iglesia en el siglo pasado, especialmente bajo los regímenes totalitarios5.
El Papa Juan Pablo II, en particular, relacionó la visión con el atentado contra su vida del 13 de mayo de 1981 (la fiesta de Nuestra Señora de Fátima). Él mismo reconoció que fue «una mano maternal la que guió la trayectoria de la bala,» permitiendo que el «Papa moribundo» se detuviera «en el umbral de la muerte»5. La bala extraída de su cuerpo fue posteriormente engarzada en la corona de la estatua de Nuestra Señora de Fátima, como testimonio de su convicción5.
El Mensaje Fundamental: Conversión y Penitencia
Una vez reveladas las tres partes, el Magisterio de la Iglesia ha enfatizado que el significado del secreto no reside en satisfacer la curiosidad sobre el futuro, sino en su exhortación atemporal a la vida cristiana1.
El Llamamiento a la Penitencia
La palabra clave del mensaje es el triple grito: «¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!»1. Este llamado es un eco del Evangelio: «Convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1:15)1. Aceptar la urgencia de la penitencia significa aceptar la conversión y la fe como la respuesta correcta a los peligros de la historia1.
El Papa Juan Pablo II destacó que el mensaje de Fátima es una llamada a la conversión, alertando a la humanidad para que no tenga nada que ver con el «dragón» (Apocalipsis 12:3), que tienta al hombre a dejar a Dios de lado, lo que lleva a la autodestrucción2.
Oración y Reparación
La Virgen María, en su preocupación maternal, pidió a los pastorcillos que rezaran mucho e hicieran sacrificios por los pecadores, ya que muchas almas se van al infierno porque no tienen a nadie que rece y se sacrifique por ellas2.
En línea con la tradición multisecular, la Señora del mensaje indicó el Rosario como la oración predilecta, la cual se puede definir como «la oración de María,» y mediante la cual Ella se siente unida a nosotros7. La oración del Rosario abarca los problemas de la Iglesia, del mundo, y recuerda a los pecadores para que se conviertan y se salven7.
En resumen, el mensaje de Fátima, que fluye directamente del Evangelio, busca la transformación interior del hombre, la derrota del pecado y el fortalecimiento de la bondad, con el objetivo final de alcanzar la santidad3. La promesa de que el Inmaculado Corazón de María triunfará es un recordatorio de que, aunque la humanidad ha desatado un ciclo de muerte y terror, la libertad para elegir el mal no tiene la última palabra, pues el amor de Dios, ofrecido a través del Corazón de María, prevalecerá8,6.
Citas
El «secreto» de Fátima - Primera y segunda parte del «secreto» - Según la versión presentada por Sor Lucía en la «tercera memoria» del 31 de agosto de 1941 para el obispo de Leiria-Fátima, Congregación para la Doctrina de la Fe. El Mensaje de Fátima (2000). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19
Viaje Apostólico a Fátima: Beatificación de Francisco y Jacinta, los pastores de Fátima (Santuario de Nuestra Señora del Rosario en Fátima), Papa Juan Pablo II. Viaje Apostólico a Fátima: Beatificación de Francisco y Jacinta, los Pastores de Fátima (Santuario de Nuestra Señora del Rosario en Fátima, 13 de mayo de 2000), § 3 (2000). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Viaje Apostólico a Polonia: 7 de junio de 1997, Consagración de la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, Zakopane, § 4 (1997). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 15 de mayo de 1991 (1991). ↩
Papa Juan Pablo II. Viaje Apostólico a Fátima: Discurso del Cardenal Angelo Sodano al concluir la Misa solemne de Juan Pablo II (13 de mayo de 2000) - Discurso (2000). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Papa Benedicto XVI. Presentación del libro escrito por el Cardenal Tarcisio Bertone titulado «La Última Vidente de Fátima» (22 de febrero de 2007) (2007). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. 13 de mayo de 1982: Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Fátima - Homilía, § 6 (1982). ↩ ↩2
Papa Benedicto XVI. 13 de mayo de 2010: Viaje Apostólico a Portugal con ocasión del X Aniversario de la Beatificación de Jacinta y Francisco, jóvenes pastores de Fátima - Santa Misa en la Explanada del Santuario de Nuestra Señora de Fátima, § 13 de mayo de 2010: Viaje Apostólico a Portugal con ocasión del X Aniversario de la Beatificación de Jacinta y Francisco, jóvenes pastores de Fátima - Santa Misa en la Explanada del Santuario de Nuestra Señora de Fátima (2010). ↩