Profeta Daniel

El profeta Daniel es una figura central del Antiguo Testamento cuya vida, escritos y visiones han inspirado a la Iglesia a lo largo de los siglos. Desde su cautiverio en Babilonia y su servicio bajo los reyes Nabucodonosor, Darío y Ciro, hasta sus famosas revelaciones apocalípticas, Daniel se presenta como modelo de fidelidad, sabiduría y oración. Su libro, compuesto por relatos históricos y profecías, constituye una fuente de consuelo para los creyentes perseguidos y una anticipación del Reino eterno de Cristo. La tradición católica reconoce su santidad, celebra su fiesta el 21 de julio y lo cita como testimonio de la providencia divina y la victoria final del bien sobre el mal1.
Tabla de contenido
Vida histórica
Orígenes y cautiverio
Daniel pertenecía a la tribu de Judá y, según la tradición judía y la Iglesia, era de noble o incluso de linaje real1. Fue llevado cautivo a Babilonia en el cuarto año del reinado de Joaquín, cuando Nabucodonosor invadió Jerusalén (605 a.C.)1. Junto a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías, fue entregado al cuidado del maestro de los eunucos del rey, donde recibió una educación en la lengua y la sabiduría de los caldeos1.
Servicio en la corte babilónica y persa
A pesar de su condición de prisionero, Daniel alcanzó alta posición en la administración de Nabucodonosor, destacándose por su integridad al rechazar la comida del rey para no contaminarse (capítulo 1)1. Fue el único que interpretó el sueño del rey sobre la estatua de metales, revelando la sucesión de imperios y la llegada del reino de Dios1. Más tarde, bajo el gobierno de Darío el Medo, Daniel continuó sirviendo como consejero principal; su práctica de orar tres veces al día provocó la conspiración que lo llevó a la fosa de los leones, de la cual salió milagrosamente indemne, lo que llevó al rey a proclamar la supremacía del Dios de Daniel1. Daniel permaneció en funciones durante el reinado de Ciro el Persa, manteniendo su influencia y testimonio de fe1.
Libros y literatura
Parte narrativa (capítulos 1‑6)
Los primeros seis capítulos del Libro de Daniel relatan episodios de la vida del profeta y sus compañeros: la prueba de la comida, la interpretación del sueño de la estatua, la historia de la hoguera ardiente (capítulo 3) y la famosa fosa de los leones (capítulo 6). Estos relatos destacan la fidelidad a Dios frente a la presión idólatra y la intervención divina que protege a los fieles1.
Parte apocalíptica (capítulos 7‑12)
Los capítulos siete al doce presentan visiones nocturnas en las que Daniel contempla cuatro bestias que simbolizan reinos sucesivos, el «Anciano de Días» y la llegada del «Hijo del Hombre» que recibirá un reino eterno2. Estas visiones, explicadas por el ángel Gabriel, ofrecen consuelo a los oprimidos y aseguran que el poder de los imperios humanos será finalmente juzgado y vencido por Dios3.
Apéndices deuterocanónicos (capítulos 13‑14)
Los textos de Susana y Bel y el Dragón, añadidos en la versión deuterocanónica, presentan a Daniel como un joven inspirado que defiende la justicia y vence a los falsos acusadores mediante la sabiduría divina1. Estas narraciones refuerzan su imagen de campeón del Dios verdadero y de defensor de la verdad frente a la idolatría.
Profecías y su cumplimiento
Visiones de los cuatro reinos
En la visión de los cuatro animales (Daniel 7) se representan los imperios de Babilonia, Medo‑Persia, Grecia y Roma, culminando en la aparición de un cuerno pequeño que alude al Anticristo y a la persecución final antes del juicio divino2. La interpretación tradicional de la Iglesia ve en estas imágenes la sucesión histórica de los poderes mundanos y la promesa de la victoria del Reino de Dios4.
La profecía de las setenta semanas
El pasaje de las setenta semanas (Daniel 9:24‑27) anuncia la venida del Mesías, su muerte, el establecimiento del Nuevo Pacto y la destrucción de Jerusalén. La exégesis católica lo entiende como una predicción directa de la aparición de Cristo y de los eventos que rodearon su pasión y resurrección5,6.
El «Hijo del Hombre» y el reino eterno
Daniel describe al «Hijo del Hombre» que recibe dominio, gloria y un reino que nunca será destruido (Daniel 7:13‑14). Jesús citó esta imagen para referirse a sí mismo, confirmando que la visión de Daniel apunta a la autoridad universal del Salvador7.
Daniel en la tradición católica
Testimonio de los Padres de la Iglesia
Santos como San Agustín y San Hipólito reconocieron en Daniel una fuente de revelación profética y de esperanza escatológica. Agustín subrayó la presencia del «Hijo del Hombre» y la conexión con la segunda venida de Cristo4. Hipólito elogió la exactitud de las visiones y su cumplimiento histórico8.
Referencias en el Nuevo Testamento
San Mateo cita a Daniel al hablar de la «abominación desoladora» (Mt 24:15), reconociendo la autoridad profética del libro y su relevancia escatológica1. Además, el Apocalipsis emplea un lenguaje apocalíptico que guarda paralelismo con las visiones danielitas3.
Fiesta litúrgica y devociones
La Iglesia celebra la fiesta de San Daniel, profeta, el 21 de julio, reconociendo su santidad y su papel como modelo de oración y fidelidad9. En la liturgia, el Cántico de Daniel (parte del texto griego) se recita como oración de alabanza y confianza en la misericordia divina7.
Legado y significado
Modelo de fe y oración
Daniel es venerado como ejemplo de constancia en la oración (tres veces al día) y de valentía ante la persecución. Su vida inspira a los cristianos a mantener la fe aun cuando la sociedad exige compromisos con el pecado o la idolatría1.
Influencia en la escatología y la espiritualidad
Las visiones de Daniel han moldeado la comprensión católica del fin de los tiempos, del juicio final y de la esperanza en la resurrección. Su mensaje de que «el mal nunca triunfará» sustenta la confianza de los fieles en la victoria definitiva de Cristo y la vida eterna3.
Citas
Daniel, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Daniel. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12
Cántico del libro de Daniel confiamos en tu amor misericordioso! , Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 14 de mayo de 2003, § 1 (2003). ↩ ↩2
Parte tres - Leer el Antiguo Testamento tus palabras se convirtieron para mí en gozo y deleite de mi corazón. (Jeremías 15:16), Conferencias Episcopales Católicas de Inglaterra y Gales, y de Escocia. El Don de la Escritura, § 40 (2005). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo 23.— Lo que Daniel predijo respecto a la persecución del Anticristo, el juicio de Dios y el reino de los santos, Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios - Libro 20, § 23 (426). ↩ ↩2
Libro de Daniel, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Libro de Daniel. ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Daniel 9. ↩
Cántico del libro de Daniel confiamos en tu amor misericordioso! , Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 14 de mayo de 2003, § 3 (2003). ↩ ↩2
Hipólito de Roma. Sobre Cristo y el Anticristo, § 32 (235). ↩
Capítulo 7, Sulpicio Severo. Historia Sagrada, §Libro II, Capítulo 7 (380). ↩
