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Profeta Jeremías

Jeremías, llamado el profeta del llanto, es una figura central del Antiguo Testamento cuya vida y obra han dejado una huella profunda en la tradición católica. Conocido por su intenso lamento sobre la destrucción de Jerusalén, su celibato impuesto por Dios y su martirio, Jeremías es considerado un prefiguro del sufrimiento de Cristo y su mensaje sigue presente en la liturgia, la teología y el arte cristiano1.

Tabla de contenido

Vida y misión profética

Llamado y contexto histórico

Jeremías nació en Anathot, cerca de Jerusalén, y recibió su llamado profético mientras era joven, cuando Dios le dijo: «Antes de formarte en el vientre, te conocí; antes que nacieras, te santifiqué» (Jer 1,5). Su misión se desarrolló en un período de crisis política y moral, marcado por la decadencia del reino de Judá y la inminente amenaza babilónica2.

Propósito del mensaje

El profeta denunció la idolatría, la injusticia social y la alianza con naciones paganas, advirtiendo que el desvío del pueblo provocaría la destrucción del Templo y el exilio. Aun así, ofreció esperanza al anunciar la futura venida del Mesías y la restauración de Israel, como se lee en sus palabras de consuelo a los exiliados babilónicos3.

Características y símbolos

Celibato profético

Jeremías es el único profeta al que Dios ordenó explícitamente no contraer matrimonio, señalando este voto como un signo del castigo que sobrevendría a su pueblo. Este celibato subraya su total entrega al mensaje divino y su identificación con el sufrimiento colectivo4.

El profeta del llanto

Su epíteto de profeta del llanto se refleja en los numerosos pasajes donde expresa su dolor: «¡Ay de mí! Mi madre me dio a luz, y ahora soy un hombre de contienda para toda la tierra» (Jer 15,10‑11). Sus lamentaciones, que forman el libro de Lamentaciones, son una constante expresión de su compasión por la «hija de Sion»5.

Tipo de Cristo

La vida de Jeremías anticipa la pasión de Cristo: sufrió persecución, rechazo y, según la tradición, murió mártir en Egipto, siendo apedreado por sus compatriotas. Su sufrimiento prepara al pueblo para comprender el «Lamb of God» que padecería por la humanidad1.

Lamento y literatura

Lamentaciones

El libro de Lamentaciones, atribuido a Jeremías, contiene cinco elegías que describen la ruina de Jerusalén. Su estilo sencillo y repetitivo refleja la profundidad del dolor y la esperanza de redención, sirviendo como modelo de oración penitencial en la liturgia de la Semana Santa1.

Influencia patrística

San Jerónimo describió a Jeremías como «simple en palabras, profundo en sentido» y destacó su capacidad para transmitir el sufrimiento divino a través de un lenguaje accesible1. Los Padres de la Iglesia vieron en sus lágrimas una prefiguración de las lágrimas de Jesús sobre Jerusalén6.

Martirio y veneración

Tradición del martirio

Según una tradición citada por Tertuliano, Jeremías fue arrastrado a Egipto y allí fue apedreado por sus compatriotas, cumpliendo así una muerte de martirio que coronó su vida de sufrimiento y testimonio fiel1. La Misa Romana asigna su nombre al 1 de mayo, recordando su sacrificio.

Culto y memoria

En la Iglesia Católica, Jeremías es invocado en momentos de duelo y penitencia. Su figura aparece en la Liturgia de las Horas, especialmente durante la Cuaresma, donde se leen sus profecías como tipo del Cristo sufriente7.

Jeremías en la liturgia católica

Lecturas en la Semana Santa

El General Instruction of the Liturgy of the Hours establece que, en la Cuaresma del Año II, se leen pasajes del profeta Jeremías como testimonio del Cristo sufriente7. Esta práctica subraya la continuidad entre la profecía del Antiguo Testamento y la Pasión de Cristo.

Uso en el Oficio de Lecturas

Durante el periodo litúrgico de la Cuaresma, los textos jeremianos aparecen en el Oficio de Lecturas, ofreciendo a los fieles una reflexión profunda sobre el pecado, la penitencia y la esperanza de salvación8.

Interpretación teológica y patrística

Lamento como esperanza

Los estudios contemporáneos, como Audemus Lugere, resaltan que el lamento de Jeremías no es mera queja, sino una expresión de esperanza arraigada en la confianza en la promesa divina. Su dolor sirve como puerta de entrada al consuelo de Dios y al anuncio de la redención futura9.

Dimensión profética y pastoral

Jeremías representa la voz del profeta que intercede entre Dios y su pueblo, asumiendo la carga del sufrimiento colectivo y ofreciendo una visión clara de la justicia y la misericordia divinas. Esta función profética se refleja en la misión pastoral de la Iglesia, que debe acompañar a los fieles en sus penas y guiarles hacia la conversión10.

Influencia en el arte y la cultura cristiana

Representaciones artísticas

En la Capilla Sixtina, Miguel Ángel pintó a Jeremías como un anciano encorvado, con la mirada cargada de dolor, simbolizando al profeta de la mirra. Esta imagen ha inspirado numerosas obras que destacan su carácter melancólico y su papel como prefiguración del Cristo sufriente1.

Legado espiritual

La figura de Jeremías sigue siendo un modelo para los cristianos que buscan comprender el sentido del sufrimiento y la necesidad de la penitencia. Su llamado a la conversión y su confianza en la misericordia divina continúan resonando en la vida espiritual contemporánea.

Citas

  1. Jeremías, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Jeremías. 2 3 4 5 6

  2. Papa Juan Pablo II. 1 de febrero de 1998: Visita pastoral a la Parroquia Romana del Sagrado Corazón de Jesús - Homilía (1998).

  3. Papa Juan Pablo II. 1 de diciembre de 1991: Visita pastoral a la parroquia de «San Francesco a Ripa Grande» en Roma - Homilía (1991).

  4. I. La vocación y el testimonio del ordo virginum - Los fundamentos bíblicos de la virginidad consagrada, Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Ecclesiae Sponsae Imago, § 13 (2018).

  5. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Jeremías 15.

  6. Eusebius Sophronius Hieronymus (Jerónimo de Estridón o San Jerónimo). Carta 122 - A Rústico, § 1 (408).

  7. Capítulo tres. Las diversas partes de la liturgia de las horas - VI. La lectura de la Sagrada Escritura - B. La organización de la lectura de la Sagrada Escritura en el oficio de lecturas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 150 (1971). 2

  8. Capítulo tres. Las diversas partes de la liturgia de las horas - VI. La lectura de la Sagrada Escritura - B. La organización de la lectura de la Sagrada Escritura en el oficio de lecturas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 147 (1971).

  9. Paul Clarke, O.P. Audemus Lugere: La Esperanza Profética del Luto Cristiano, § 24.

  10. Paul Clarke, O.P. Audemus Lugere: La Esperanza Profética del Luto Cristiano, § 22.