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Cruz

Profeta Joel

Profeta Joel
Pintado por Miguel Ángel y sus ayudantes para la Capilla Sixtina en el Vaticano entre 1508 y 1512. Dominio Público.

El profeta Joel es una de las voces más intensas del Antiguo Testamento y figura entre los doce profetas menores. Su libro, breve pero estructurado, combina una advertencia sobre el juicio divino con la esperanza de una renovación espiritual a través del derramamiento del Espíritu Santo. La tradición católica interpreta su mensaje como una llamada a la conversión, una prefiguración de la Pentecostés y una afirmación de la misericordia de Dios que sigue al castigo. A lo largo de los siglos, Joel ha sido citado por los Padres de la Iglesia, los Papas y el Catecismo, y su contenido se refleja en la liturgia y en la vida espiritual de los fieles.

Tabla de contenido

Contexto histórico y literario

Autoría y datación

Según la tradición, el profeta fue hijo de Phatuel y actuó en la región de Eglón, probablemente en el reino del sur de Israel, con Jerusalén como centro de su ministerio. La datación exacta es incierta, pero la mayoría de los estudiosos sitúan la composición entre los siglos VIII y VII a.C., época de crisis política y religiosa que motivó su llamado a la reforma moral1.

Estructura del libro

El texto se divide en tres capítulos (en la versión latina y griega) o cuatro (en la masorética). Cada parte presenta un discurso coherente:

  1. Alerta de la plaga de langostas – descripción de la devastación agrícola y la escasez de ofrendas (Joel 1:13‑20).

  2. Exhortación al arrepentimiento – llamado a la penitencia, ayuno y oración colectiva (Joel 2:12‑17).

  3. Profecía del derramamiento del Espíritu – visión escatológica del Espíritu Santo sobre toda la humanidad (Joel 2:28‑32).

  4. Juicio contra las naciones – anuncio de la retribución divina a los enemigos de Israel (Joel 3)1.

Temas teológicos principales

Justicia divina y misericordia

Joel subraya la dualidad del carácter de Dios: castiga a los que persisten en la injusticia, pero muestra una profunda compasión y disposición al perdón. El llamado a «rasgar el corazón y no la ropa» resume la necesidad de una conversión interior (Joel 2:13)2. Esta enseñanza resuena con la doctrina católica de la justicia que siempre se acompaña de misericordia.

Derramamiento del Espíritu Santo

El pasaje más célebre (Joel 2:28‑29) anuncia que «derramaré mi Espíritu sobre toda carne», profetizando la Pentecostés y la universalidad de la gracia. La Iglesia lo interpreta como la promesa del «consolador» que Jesús cumpliría en el día de Pentecostés, y lo cita en el Catecismo (n.º 715) como testimonio de la renovación del corazón humano por el Espíritu3.

Día del Señor y juicio

El libro describe un «día del Señor» de catástrofe y purificación, que prepara al pueblo para recibir la gracia divina. Este concepto escatológico influye en la liturgia de Cuaresma y en la reflexión sobre la finitud del tiempo histórico frente a la eternidad.

Recepción en la tradición católica

Padres de la Iglesia

Ciriaco de Jerusalén, entre otros, utilizó la profecía de Joel para exhortar a los cristianos a escuchar al «consolador» y a vivir una vida de penitencia y esperanza. Su interpretación subrayó la continuidad entre la revelación del Antiguo Testamento y la misión del Espíritu en la Iglesia primitiva1.

Magisterio papal

Catecismo de la Iglesia Católica

En el número 715 del Catecismo se menciona a Joel como uno de los textos proféticos que anuncian el derramamiento del Espíritu, enfatizando su papel en la renovación de los corazones y la reconciliación de los pueblos3.

Uso litúrgico

Aunque el libro de Joel no forma parte del leccionario diario, sus pasajes aparecen en lecturas especiales, como la del Domingo de Pentecostés (Hechos 2, 17‑21) y en la Liturgia de la Cuaresma. Los versículos de lamentación y ayuno (Joel 1:13‑14; 2:17) son empleados en la liturgia de penitencia para invitar a los fieles a la conversión interior.

Influencia en la teología y espiritualidad cristiana

La visión de Joel sobre el Espíritu Santo ha inspirado la teología de la santidad, la eclesiología y la escatología. La idea de que el Espíritu «no hace diferencia de personas» (Ciro de Jerusalén) sostiene la doctrina de la universalidad de la gracia y la misión apostólica de la Iglesia. Además, la metáfora de la cosecha y la abundancia tras la penitencia ha alimentado la espiritualidad de la confesión y la eucaristía, recordando que la conversión auténtica produce frutos de justicia y caridad.

Conclusión

El profeta Joel ofrece una combinación única de advertencia y esperanza que sigue resonando en la fe católica. Su llamado a la conversión profunda, su anuncio del derramamiento del Espíritu Santo y su visión de un Día del Señor que culmina en la gracia divina, convierten su libro en una pieza esencial para comprender la continuidad de la revelación y la misión de la Iglesia. La constante referencia a Joel por parte de los Padres, los Papas y el Catecismo confirma su vigencia y su capacidad de guiar a los creyentes hacia una vida de justicia, misericordia y apertura al Espíritu.

Citas

  1. Joel, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Joel. 2 3

  2. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Joel 2.

  3. Sección dos i. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 715. 2

  4. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 31 de mayo de 1989, § 2 (1989).

  5. L’operazione-Fervore per un’ora di grazia, Papa Pablo VI. Audiencia General del 26 de septiembre de 1973, §L’operazione-fervore per un’ora di grazia (1973).