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Profeta Nahúm

Profeta Nahúm
Profeta Nahúm. Dominio público.

El profeta Nahúm, cuyo nombre significa consolador o el que trae consuelo, es uno de los doce profetas menores del Antiguo Testamento y autor del libro que lleva su nombre. Su mensaje, centrado en la justicia divina y la caída de Nínive, la capital del imperio asirio, ofrece una profunda reflexión sobre la ira de Dios, su misericordia y la esperanza para el pueblo de Judá.

Tabla de contenido

Contexto histórico y biográfico

Origen y significado del nombre

El nombre Nahúm proviene del hebreo nahum, que se interpreta como «lleno de consolación» o «consolador»1. Esta etimología subraya la paradoja del libro: aunque anuncia la destrucción de Nínive, también contiene promesas de consuelo para los fieles de Judá1.

Lugar y época

El propio texto comienza con la fórmula «el libro de la visión de Nahúm de Elkosh»2, aunque la ubicación exacta de Elkosh es incierta. Los estudiosos sitúan la profecía en el siglo VII a.C., después de la caída del reino de Israel y durante la amenaza asiria sobre Judá, momento en que Nínive alcanzaba su mayor poder1.

Autoría y autenticidad

Según la Enciclopedia Católica, la unidad y autenticidad del libro de Nahúm han sido aceptadas tradicionalmente; aunque algunos críticos modernos han planteado dudas, la mayoría de los estudiosos católicos lo atribuyen a un único autor inspirado1.

Estructura y contenido del libro

El libro se divide en tres partes principales:

  1. Introducción y anuncio del juicio divino (capítulos 1:1‑15). Aquí se describe la celosa y vengadora naturaleza de Dios y se proclama su ira contra los enemigos2.

  2. Descripción del asedio y la caída de Nínive (capítulos 2:1‑13). Se emplean imágenes de guerra, como «las escuderías rojas» y «las ruedas que relucen como antorchas»2, para dramatizar la inminente destrucción.

  3. Conclusión y consuelo a Judá (capítulos 3:1‑19). Se resaltan los pecados de Nínive y se asegura que el Señor será un refugio fuerte en día de angustia para los que confían en Él2,2.

Temas teológicos principales

La justicia divina

El profeta enfatiza que la ira de Dios es justa y necesaria para castigar la maldad de los poderosos. Como señala el teólogo Daniel Philpott, la justicia bíblica «es una forma de restauración que lleva a la salvación»3. En Nahúm, la justicia se manifiesta en la caída de un imperio opresor, confirmando la doctrina de que «el Señor paga a cada uno según sus obras»2.

La misericordia y el consuelo

A pesar del tono severo, el libro concluye con una promesa de consuelo para los fieles: «El Señor es bueno, refugio en día de angustia»2. Esta dualidad se alinea con la enseñanza del Papa Francisco, quien afirma que «la misericordia no se opone a la justicia, sino que la expresa»4, y con la reflexión del Papa Juan Paulo II sobre la alternancia de castigo y misericordia en la historia de la salvación5.

La advertencia profética como llamado a la conversión

Alguien como San Alfonsus Liguori interpreta la amenaza de Dios no como un deseo de castigar, sino como un llamado a la conversión: «Dios amenaza para salvar, no para castigar»6. Esta visión resuena con el canto de los cristianos de Nínive que, según el himno nisibeno, se arrepintieron «por una voz tenue» y adoptaron la penitencia7.

Recepción patrística y litúrgica

Los Padres de la Iglesia, como San Basilio y San Jerónimo, vieron en Nahúm una advertencia profética que debía inspirar temor reverente y esperanza (cf. Liguori). En la liturgia católica, fragmentos del libro aparecen en la Misa del Día de los Fieles Difuntos, recordando la necesidad de interceder por los que aún no han alcanzado la visión beatífica1.

Aplicación contemporánea

Justicia social

El llamado a la justicia de Nahúm invita a los cristianos actuales a denunciar la opresión y a trabajar por la dignidad humana, siguiendo la tradición bíblica que asocia la justicia con la restauración y la paz3.

Misericordia y conversión personal

El mensaje de consuelo anima a los fieles a buscar la misericordia de Dios, reconociendo que, aunque el pecado conlleve consecuencias, siempre existe la posibilidad de arrepentimiento y renovación4.

Oración por los caídos

En el contexto del Día de los Fieles Difuntos, la figura de Nahúm refuerza la práctica de rezar por las almas en purgatorio, confiando en la justicia y la misericordia de Dios para llevarlas a la plenitud de la vida eterna1.

Conclusión

El profeta Nahúm, a través de su visión de la caída de Nínive, revela la dualidad del carácter divino: justicia implacable contra el pecado y consuelo profundo para los que confían en el Señor. Su mensaje sigue siendo relevante, inspirando a la Iglesia a defender la justicia, practicar la misericordia y mantener la esperanza en la victoria final de Dios.

Citas

  1. Nahúm, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Nahúm. 2 3 4 5 6

  2. La Santa Biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Nahúm (1993). 2 3 4 5 6 7

  3. Daniel Philpott. Hay una amplitud en la justicia de Dios, § 23. 2

  4. Papa Francisco. Misericordiae Vultus - Bula de indicción del Jubileo Extraordinario de la Misericordia (11 de abril de 2015), § 21 (2024). 2

  5. Cántico de Tobit «Dad gracias dignamente al Señor», Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 13 de agosto de 2003, § 3 (2003).

  6. Alfonso Ligorio. Sermones sobre diversos temas, § 58.

  7. Efrén el Sirio. Los Himnos Nisibenos - El asedio de NISIBIS (I-III), §Himno 2. 10 (363).