Profetas mayores

Los Profetas Mayores son un grupo de cuatro libros proféticos del Antiguo Testamento: Isaías, Jeremías (al que se le añaden Lamentaciones y Baruc), Ezequiel y Daniel. Estos libros se distinguen de los Profetas Menores por su considerable extensión y la profundidad de sus mensajes. Su contenido abarca desde advertencias sobre el juicio divino y exhortaciones a la fidelidad a la Alianza, hasta profecías mesiánicas y escatológicas que anuncian la salvación futura en Cristo. Estos profetas no solo predijeron eventos futuros, sino que también hablaron con claridad sobre las realidades de su tiempo, reprendiendo el pecado y ofreciendo esperanza al pueblo de Israel.
Tabla de contenido
Definición y Distinción
En la tradición bíblica, los profetas eran individuos elegidos por Dios para hablar en su nombre, transmitiendo su palabra a individuos y, más comúnmente, al pueblo de Israel1. El Antiguo Testamento agrupa los libros proféticos en dos categorías principales: Profetas Mayores y Profetas Menores2,3. Esta distinción no se basa en la importancia del profeta o la relevancia de su mensaje, sino en la extensión de sus escritos3,4.
Los Profetas Mayores son cuatro:
En el canon judío, estos libros son conocidos como los «Profetas Posteriores», en contraste con los «Profetas Anteriores» que incluyen libros históricos como Josué, Jueces, Samuel y Reyes3,1.
La Función del Profeta
La tarea principal de un profeta era hablar en nombre de Dios (pro-fetes, «el que habla en lugar de»)1. No se limitaban a predecir el futuro, aunque esta fuera una parte importante de su ministerio. Más bien, su rol abarcaba diversas dimensiones:
Voceros de Dios
Los profetas eran instrumentos a través de los cuales Dios comunicaba su voluntad. Sus palabras eran consideradas las «santas palabras» del Señor5. Hablaban con una claridad impactante sobre las realidades que les rodeaban1.
Reprendedores del Pecado
Una función crucial de los profetas era reprender al pueblo por sus pecados1. Denunciaban la idolatría, la injusticia social y la falta de fidelidad a la Alianza de Dios3,1. Por ejemplo, Jeremías lamentaba la impiedad de los gobernantes y la depravación de sacerdotes y profetas que incluso en la casa del Señor practicaban la iniquidad6,5. Amos e Isaías, por su parte, recordaban las obligaciones del pacto de Israel, desafiando al pueblo a vivir según ellas y proclamando con vehemencia su preocupación por los pobres y los débiles1.
Anunciadores de Juicio y Esperanza
Los profetas advertían sobre las consecuencias de la desobediencia, amenazando con desastres para aquellos que continuaran oprimiendo a sus semejantes o para los gobernantes que no confiaran en Dios1. Al mismo tiempo, también ofrecían aliento y esperanza, especialmente en tiempos de exilio y desolación, proclamando nueva vida y redención a un pueblo que solo esperaba la muerte1.
Videntes del Futuro
Aunque no era su única función, los profetas también pronunciaron profecías a largo plazo, incluyendo las profecías mesiánicas y escatológicas que se cumplirían muchos siglos después7. Estas profecías de salvación, para los cristianos, anuncian la plena salvación traída por Cristo1.
Los Profetas Mayores Individualmente
Isaías
El nombre Isaías significa «Yahvé es salvación»8. Es considerado el «gran profeta» y «fiel a la vista de Dios»8. Su libro es de considerable longitud y algunos lo consideran más un evangelio que una profecía por la cantidad de contenido que predice a Cristo y a la Iglesia9,4. Isaías vivió en el siglo VIII a.C. y su libro contiene una «gran apocalipsis de Isaías» (capítulos 24-27) y una «apocalipsis menor» (capítulos 34-35), que describen el juicio divino de la historia y la expectativa de salvación de los justos10.
Jeremías
Jeremías fue conocido antes de nacer y santificado desde el vientre materno6. Anhelaba agua sobre su cabeza y una fuente de lágrimas para llorar por Israel, lamentando la depravación de sus gobernantes6. Su profecía habla de una vara de almendro y una olla hirviendo con su cara hacia el norte, así como de un leopardo que cambia sus manchas9. El libro de Jeremías es acompañado por las Lamentaciones, que expresan el dolor por la destrucción de Jerusalén, y el libro de Baruc, que no está incluido en el canon hebreo, pero se une a Jeremías en las Biblias católicas2,3.
Ezequiel
El libro de Ezequiel, el tercero de los cuatro profetas mayores, es conocido por la gran oscuridad de su principio y su final, tanto que los hebreos no lo estudiaban hasta los treinta años, al igual que el inicio del Génesis9. Sus visiones son a menudo complejas y simbólicas, abordando la gloria de Dios, el juicio sobre Israel y las naciones, y la promesa de restauración.
Daniel
Daniel, el cuarto y último de los profetas mayores, es reconocido por su conocimiento de los tiempos y su interés en el mundo entero9. Proclama en lenguaje claro la piedra cortada de la montaña sin manos que derriba todos los reinos, una clara profecía del reino de Dios que prevalecerá sobre todos los imperios terrenales9. Sus profecías son apocalípticas y ofrecen una perspectiva sobre los eventos futuros y la soberanía divina.
Temas Comunes en los Profetas Mayores
Los libros de los Profetas Mayores, aunque distintos en estilo y contexto histórico, comparten varios temas fundamentales:
La Alianza y la Fidelidad
Desde la llamada de Abraham, los libros del Antiguo Testamento se centran en la nación elegida por Dios, a la que confió sus promesas a través de alianzas2. Los profetas continuamente recordaban a Israel sus obligaciones de la Alianza y la necesidad de fidelidad a Dios1.
Justicia Social
Muchos profetas, como Isaías y Jeremías, denunciaron enérgicamente la injusticia social, la opresión de los pobres y los débiles, y la corrupción de los líderes1,5. Subrayaban que la verdadera adoración a Dios debía ir acompañada de una vida justa y ética.
El Mesías y la Salvación
Una parte central de la profecía de los Profetas Mayores son las profecías mesiánicas, que anuncian la venida de un Salvador. Isaías, por ejemplo, es particularmente rico en estas profecías, siendo llamado por algunos un «evangelista» por sus claras predicciones sobre Cristo y la Iglesia4. Para los cristianos, estas profecías de salvación culminan en la plena salvación traída por Cristo1.
La Restauración de Israel y el Reino de Dios
A pesar de las advertencias de juicio, los profetas también ofrecieron mensajes de esperanza y restauración. Anunciaron un tiempo en que Dios restauraría a su pueblo, reconstruiría el templo (como en el caso de Hageo, un profeta menor que se ocupa de la reconstrucción del templo9), y establecería su reino eterno. El profeta Daniel, en particular, habla de un reino que derribará todos los demás9.
La Llamada a la Penitencia
Profetas como Jonás (un profeta menor, pero cuyo mensaje es relevante aquí) llamaron al mundo a la penitencia, anunciando la salvación a los paganos si se convertían9. Este tema de la conversión y el arrepentimiento es recurrente en todos los profetas.
Legado e Importancia
Los Profetas Mayores son una parte esencial del Antiguo Testamento, no solo por su valor histórico y literario, sino también por su profunda relevancia teológica. Sus mensajes siguen resonando para los cristianos, ya que sus profecías de salvación anuncian la venida de Cristo y la redención que Él trajo1. La Iglesia Católica reconoce la importancia de estos profetas como testigos de la Palabra de Dios y como precursores de la revelación plena en Jesucristo.
Citas
Parte tres - Leyendo el Antiguo Testamento vuestras palabras se convirtieron para mí en gozo y deleite de mi corazón. (Jeremías15:16), Conferencias Episcopales de Inglaterra y Gales, y de Escocia. El Don de la Escritura, § 34 (2005). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 8 de mayo de 1985 (1985). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Profecía, profeta y profetisa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Profecía, Profeta y Profetisa. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Capítulo 29.— Qué cosas son predichas por Isaías concernientes a Cristo y la Iglesia, Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios - Libro 18, §Capítulo 29 (426). ↩ ↩2 ↩3
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Jeremías 23. ↩ ↩2 ↩3
Gregorio Nacianceno. Oración 2, § 67 (380). ↩ ↩2 ↩3
La naturaleza y autoría del libro de Isaías - Respuesta de la comisión bíblica, 28 de junio de 1908, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3506 (1854). ↩
Isaías, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Isaías. ↩ ↩2
Eusebio Sofronio Jerónimo (Jerónimo de Estridón o San Jerónimo). Carta 53 - A Paulino, § 8 (394). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 2 de octubre de 2002, § 1 (2002). ↩