Rito de dedicación de iglesias
El rito de dedicación de una iglesia es una solemne liturgia mediante la cual un edificio sagrado es permanentemente reservado y consagrado al culto divino. Este rito, que es una de las bendiciones de mayor importancia en la Iglesia Católica, transforma un espacio material en un lugar sagrado donde la comunidad de fieles se reúne para escuchar la Palabra de Dios, celebrar los sacramentos, especialmente la Eucaristía, y elevar sus oraciones. La dedicación de una iglesia implica una serie de actos simbólicos que expresan la fe de la Iglesia en Cristo como el verdadero Templo, y la comunidad de los fieles como el templo espiritual del Espíritu Santo.
Tabla de contenido
Naturaleza y Significado de la Dedicación
La dedicación de una iglesia es un acto litúrgico que consagra un edificio para el culto divino, distinguiéndolo de otros lugares y reservándolo para un uso sagrado1. Este rito es de gran importancia, especialmente para las catedrales y las iglesias parroquiales, las cuales deben ser dedicadas con un rito solemne2. A través de esta ceremonia, el edificio se convierte en un signo visible de la Iglesia peregrina en la tierra, que es el Templo de Dios construido con piedras vivas, con Jesucristo como la piedra angular3.
El significado profundo de la dedicación radica en la comprensión de la Iglesia como el Pueblo de Dios reunido en todo el mundo, que existe en comunidades locales y se realiza como una asamblea litúrgica, principalmente eucarística4. Las iglesias son los lugares donde la Iglesia celebra el culto público a la Santísima Trinidad, escucha la palabra de Dios, canta sus alabanzas, eleva sus oraciones y ofrece el sacrificio de Cristo sacramentalmente presente en medio de la asamblea5. También son lugares de recogimiento y oración personal5,6.
El Ministro de la Dedicación
La dedicación de nuevas iglesias en una diócesis corresponde al Obispo, a quien se le ha confiado el cuidado de la Iglesia particular7. Es su responsabilidad asegurar que el rito se lleve a cabo de acuerdo con las normas litúrgicas.
Título de la Iglesia y Reliquias
Toda iglesia que va a ser dedicada debe tener un título7. Este título puede ser la Santísima Trinidad, Nuestro Señor Jesucristo bajo una invocación de un misterio de su vida o un nombre ya introducido en la liturgia sagrada, el Espíritu Santo, la Bienaventurada Virgen María bajo una advocación ya asumida en la liturgia, los Santos Ángeles, o finalmente un Santo inscrito en el Martirologio Romano o en su apéndice debidamente aprobado7. Es importante que la iglesia tenga un solo título, a menos que se trate de Santos que están inscritos juntos en el Calendario7.
La tradición litúrgica romana de colocar reliquias de Mártires u otros Santos bajo el altar debe ser observada oportunamente7. Estas reliquias deben ser de un tamaño que permita comprender que son partes de cuerpos humanos, evitando que sean demasiado pequeñas7. Se debe tener la máxima diligencia para asegurar que las reliquias sean auténticas, siendo preferible dedicar un altar sin reliquias a colocar reliquias de dudosa autenticidad7. La caja de las reliquias no debe colocarse sobre la mesa del altar, sino debajo de ella, según la forma del altar7.
Partes del Rito de Dedicación
El rito de dedicación de una iglesia consta de varias partes significativas, cada una con su propio simbolismo y propósito8.
I. Ritos Iniciales
El rito de dedicación comienza con la entrada en la iglesia8. Hay tres modos de entrada posibles, eligiéndose el que mejor se adapte a las circunstancias del lugar y del tiempo8:
Procesión a la iglesia a dedicar: La comunidad se reúne en una iglesia cercana o en otro lugar adecuado, desde donde el Obispo, los ministros y los fieles se dirigen a la iglesia a dedicar, orando y cantando8,9. Si se van a depositar reliquias de Mártires o Santos bajo el altar, se preparan en el lugar de reunión del pueblo9. El Obispo saluda al pueblo y los invita a participar devotamente en los ritos sagrados9.
Entrada solemne: Si la procesión no es posible o no se considera oportuna, la comunidad se congrega en las puertas de la iglesia8.
Entrada simple: Los fieles se congregan dentro de la propia iglesia, y el Obispo, los concelebrantes y los ministros salen de la sacristía de la manera habitual8.
Dos ritos destacan en la entrada a la nueva iglesia:
Entrega de la iglesia: Los representantes de aquellos que contribuyeron a la construcción de la iglesia (fieles de la parroquia o diócesis, benefactores, arquitectos, obreros) entregan el edificio al Obispo8,10,11. Pueden ofrecer documentos legales de propiedad, las llaves, un modelo del edificio o un libro que describa el «camino» de la obra y los nombres de quienes la dirigieron y los obreros10,11.
Aspersión de la iglesia: El Obispo bendice el agua y con ella rocía al pueblo, que es el templo espiritual, las paredes de la iglesia y el altar8,10. Este acto es un signo de penitencia y un recordatorio del bautismo, y también sirve para lavar las paredes y el altar de la nueva iglesia10,11.
II. Liturgia de la Palabra
En la liturgia de la palabra, se leen tres lecturas seleccionadas del Leccionario para el rito de dedicación de una iglesia8,12,13. La primera lectura siempre es del libro de Nehemías (8, 1-4a. 5-6. 8-10), que describe al pueblo de Jerusalén reunido ante Esdras el escriba para escuchar la proclamación de la ley de Dios, incluso en tiempo pascual8,13. Las otras lecturas y el Evangelio se toman de los textos propuestos en el Leccionario para el rito de dedicación13. No se llevan luminarias ni incienso al Evangelio14,12,13.
Después de las lecturas, el Obispo pronuncia una homilía en la que ilustra tanto las lecturas bíblicas como el significado de la dedicación de la iglesia8,14,12,13. Después de la homilía, siempre se recita el Credo8,14,12,13. La Oración Universal (oración de los fieles) se omite, ya que en su lugar se cantan las Letanías de los Santos8,12,13.
III. Plegaria de Dedicación y Unciones
Esta sección central del rito incluye varios actos simbólicos profundos15.
Deposición de las Reliquias de los Santos: Después del canto de las Letanías, si es el caso, se depositan las reliquias de un Mártir para significar que el sacrificio de los miembros tiene su origen en el sacrificio de la Cabeza15. Si no hay reliquias de Mártires, se pueden incluir reliquias de otro Santo en el altar15.
Plegaria de Dedicación: La celebración de la Eucaristía es el rito más importante y el único necesario para dedicar una iglesia15. Sin embargo, según la tradición común de la Iglesia, tanto de Oriente como de Occidente, también se dice una Plegaria de Dedicación especial15. Esta oración expresa el propósito de dedicar la iglesia al Señor para siempre y pide su bendición15. El Obispo, de pie sin mitra, con las manos extendidas, pronuncia en voz alta esta plegaria3. En esta oración, se glorifica a Dios por haber hecho del mundo entero un templo de su gloria, y se le pide que bendiga la casa de oración construida por el trabajo humano, que es una imagen de la Iglesia y una prefiguración de la Jerusalén celestial3,16.
Unción del Altar y de las Paredes de la Iglesia: Los ritos de unción, incensación, velación e iluminación del altar expresan con signos visibles la obra invisible que el Señor realiza a través de la Iglesia al celebrar los misterios divinos, especialmente la Eucaristía15.
La unción del altar con el crisma lo convierte en símbolo de Cristo, quien es el «Ungido» por excelencia15.
La unción de la iglesia significa que se dedica completamente y para siempre al culto cristiano15. Se realizan doce unciones, según la tradición litúrgica, o cuatro, para significar que la iglesia es imagen de la santa ciudad de Jerusalén15.
Incensación del Altar y de la Iglesia: Se quema incienso sobre el altar para significar que el sacrificio de Cristo, que allí se perpetúa en misterio, asciende a Dios como un suave aroma15. También se inciensa la iglesia y el pueblo15.
Revestimiento e Iluminación del Altar: El altar se reviste con un mantel y se adorna con flores y velas, y la iglesia se ilumina para significar que Cristo es la luz del mundo, y que la Iglesia, iluminada por Él, ilumina a su vez a todos los que están en la casa de Dios15.
IV. Liturgia Eucarística
La celebración de la Eucaristía es el punto culminante de la dedicación de una iglesia15. Después de la Plegaria de Dedicación y las unciones, la Misa continúa de manera habitual16. La Plegaria Eucarística I o III se utiliza con una Prefacio especial que se relaciona con el rito de dedicación de la iglesia16,17. Esta Prefacio da gracias a Dios por haber hecho del mundo entero un templo de su gloria y por no rehusar consagrar lugares aptos para los misterios divinos16.
V. Bendición Solemne Final
Al final de la Misa, el Obispo, con las manos extendidas sobre el pueblo, pronuncia una bendición solemne18. En ella, pide a Dios que colme de bendiciones celestiales a los reunidos para la dedicación, que los haga su templo y morada del Espíritu Santo, y que los purifique para que habiten en Él y posean la herencia de la felicidad eterna con todos los Santos18.
El Altar en la Dedicación
El altar es un elemento central en la dedicación de una iglesia. Todo altar, ya sea fijo o móvil, se dedica según el rito prescrito en el Pontifical Romano, aunque un altar móvil puede ser simplemente bendecido19. El altar debe construirse separado de la pared, de manera que se pueda caminar fácilmente alrededor de él y que la Misa pueda celebrarse de cara al pueblo, lo cual es deseable siempre que sea posible20. El altar debe colocarse de manera que sea verdaderamente el centro hacia el cual se dirija naturalmente la atención de toda la asamblea de fieles20. Generalmente, el altar es fijo y se dedica20.
En la construcción de nuevas iglesias, es preferible erigir un solo altar que, en la reunión de los fieles, signifique el único Cristo y la única Eucaristía de la Iglesia21. En iglesias ya existentes, si el altar antiguo está posicionado de tal manera que dificulta la participación del pueblo y no puede moverse sin dañar su valor artístico, se debe erigir otro altar fijo, de mérito artístico y debidamente dedicado, y los ritos sagrados deben celebrarse solo en él21. Para no distraer la atención de los fieles del nuevo altar, el altar antiguo no debe decorarse de ninguna manera especial21.
Adaptaciones y Tradición
La Iglesia, al tiempo que se mantiene fiel a su misión de maestra de la verdad, salvaguardando «cosas antiguas» (el depósito de la tradición), cumple al mismo tiempo otro deber, el de examinar y sacar prudentemente «cosas nuevas»22. Las normas actuales para la preparación de los lugares, ritos y textos para la celebración de la Santísima Eucaristía, establecidas de acuerdo con la voluntad del Concilio Vaticano II, son una evidencia de la gran preocupación de la Iglesia, de su fe y de su amor inmutable por el gran misterio de la Eucaristía23. Estas normas también dan testimonio de la tradición continua e ininterrumpida de la Iglesia, a pesar de la introducción de ciertas novedades23.
Las Conferencias Episcopales tienen la competencia para decidir sobre las adaptaciones indicadas en la Instrucción General del Misal Romano y en el Orden de la Misa, y una vez que sus decisiones han recibido la recognitio de la Sede Apostólica, introducirlas en el propio Misal24. Esto incluye las lecturas de la Sagrada Escritura que se utilizarán en circunstancias especiales24.
Conclusión
El rito de dedicación de una iglesia es una expresión profunda de la fe católica y de la importancia del espacio sagrado en la vida de la comunidad. A través de este rito, un edificio se convierte en un lugar de encuentro con Dios, un signo visible del misterio de la Iglesia y un anticipo de la Jerusalén celestial. Cada parte de la ceremonia está imbuida de un rico simbolismo, desde la entrega del edificio y la aspersión con agua bendita, hasta la proclamación de la Palabra, la unción del altar y las paredes, y la celebración solemne de la Eucaristía. La dedicación no solo consagra un lugar físico, sino que también santifica a la comunidad reunida, recordándoles su llamado a ser templos vivos del Espíritu Santo.
Citas
Sección Segunda los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1672. ↩
Capítulo V la disposición y el mobiliario de las iglesias para la celebración de la eucaristía - I. Principios generales, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 290 (2003). ↩
Prex dedicationis, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 68. ↩ ↩2 ↩3
Sección Segunda I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 752. ↩
Sección Primera la economía sacramental, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1199. ↩ ↩2
Sección Primera la oración en la vida cristiana, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2696. ↩
II. De titulo ecclesia et de reliquiis sanctorum in ea deponendis, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 19. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
De ritus partibus, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 21. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
Ordo dedicationis, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 28. ↩ ↩2 ↩3
Benedictio aquæ et aspersio, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 35. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Benedictio aquæ, aspersio, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 61. ↩ ↩2 ↩3
Hymnus et collecta, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 63. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Pars tertia, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 38. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Pars secunda, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 114. ↩ ↩2 ↩3
C. De prece dedicationis et de ecclesia atque altaris unctione, Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 22. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 50. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Capítulo VII la elección de la misa y sus partes - II. La elección de los textos de la misa - La oración eucarística, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 365 (2003). ↩
Misas rituales - X. Para la dedicación de una iglesia y un altar - 1. Para la dedicación de una iglesia - Bendición solemne al final de la misa, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. El Misal Romano (Traducción inglesa según la tercera edición típica), §Misas Rituales (2011). ↩ ↩2
Capítulo V la disposición y el mobiliario de las iglesias para la celebración de la eucaristía - II. Disposición del santuario para la sagrada sinaxis (asamblea eucarística) - El altar y sus elementos, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 300 (2003). ↩
Capítulo V la disposición y el mobiliario de las iglesias para la celebración de la eucaristía - II. Disposición del santuario para la sagrada sinaxis (asamblea eucarística) - El altar y sus elementos, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 299 (2003). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo V la disposición y el mobiliario de las iglesias para la celebración de la eucaristía - II. Disposición del santuario para la sagrada sinaxis (asamblea eucarística) - El altar y sus elementos, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 303 (2003). ↩ ↩2 ↩3
Preámbulo - Adaptación a las nuevas condiciones, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 15 (2003). ↩
Preámbulo, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 1 (2003). ↩ ↩2
Capítulo IX adaptaciones dentro de la competencia de los obispos y de las conferencias episcopales, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 390 (2003). ↩ ↩2