Rito de exorcismo
El rito de exorcismo en la Iglesia Católica es una práctica espiritual formalizada para liberar a una persona o lugar de la influencia o posesión demoníaca. Fundamentado en la autoridad de Jesucristo, quien realizó exorcismos durante su ministerio terrenal, este rito es un acto de la Iglesia que busca proteger y liberar a los fieles del poder del Maligno. La Iglesia distingue entre un exorcismo simple, que se realiza durante el Bautismo, y un exorcismo solemne o «mayor», que es un rito complejo y riguroso, reservado exclusivamente para sacerdotes con permiso expreso del obispo local. La prudencia, el conocimiento y una evaluación exhaustiva son esenciales antes de proceder con un exorcismo mayor, asegurando que se trata de una verdadera presencia demoníaca y no de una enfermedad, especialmente de índole psicológica.
Tabla de contenido
Naturaleza y Propósito del Exorcismo
El exorcismo es una acción pública y autoritativa de la Iglesia, realizada en el nombre de Jesucristo, para proteger a una persona u objeto del poder del Maligno y retirarlo de su dominio1. La Iglesia ha recibido de Jesús la potestad y el oficio de exorcizar1. Este rito está específicamente dirigido a la expulsión de demonios o a la liberación de la posesión demoníaca a través de la autoridad espiritual que Cristo confirió a su Iglesia1.
Es crucial diferenciar entre la posesión demoníaca y las enfermedades, particularmente las psicológicas1. La Iglesia enfatiza que el tratamiento de las enfermedades es competencia de la ciencia médica1. Por lo tanto, antes de realizar un exorcismo, es fundamental determinar con certeza moral si se está ante la presencia del Maligno y no ante una condición médica o psicológica1,2. El discernimiento y la evaluación crítica de los hechos son siempre necesarios, ya que es fácil caer en la imaginación o ser engañado por relatos imprecisos3.
La existencia del diablo y de los demonios es una verdad dogmática fundamental en la fe cristiana, presente desde las primeras páginas de las Escrituras hasta la victoria final de Dios sobre el diablo3,4. Negar su existencia o reducirlo a una pseudo-realidad es apartarse de la enseñanza bíblica y eclesiástica3. Sin embargo, la Iglesia impone una evaluación crítica en casos de posible intervención demoníaca, prohibiendo la superstición y la magia, y defendiendo la libertad y grandeza del ser humano3.
Tipos de Exorcismo
La Iglesia Católica reconoce dos formas principales de exorcismo:
Exorcismo Simple
Un exorcismo simple se realiza como parte de la celebración del Bautismo1. Estas oraciones son parte integral del rito bautismal y buscan proteger al bautizando de la influencia del Maligno a lo largo de su vida cristiana.
Exorcismo Solemne (Mayor)
El exorcismo solemne, conocido como «exorcismo mayor», es un rito más complejo y solo puede ser realizado por un sacerdote con el permiso explícito del obispo diocesano1,5,6. El sacerdote debe proceder con suma prudencia y observar estrictamente las normas establecidas por la Iglesia1.
Requisitos para el Exorcista
El Código de Derecho Canónico establece que el permiso para realizar exorcismos mayores debe ser concedido únicamente a sacerdotes que posean piedad, conocimiento, prudencia e integridad de vida5,7. Además, el sacerdote debe haber sido específicamente preparado para este oficio7. La formación clásica del exorcista a menudo sigue un modelo de aprendizaje bajo la dirección de un exorcista experimentado7. Es esencial que el candidato tenga una sólida base teológica y espiritual, una espiritualidad arraigada en la vida sacramental de la Iglesia, y la capacidad de mantener su curiosidad bajo control7. La guía de un director espiritual cualificado es fundamental en la vida del exorcista7.
Proceso de Discernimiento
Antes de proceder con un exorcismo, la diócesis debe establecer un protocolo para responder a las consultas de los fieles que afirman estar afligidos demoníacamente7. Este protocolo incluye una evaluación exhaustiva para determinar el verdadero estado de la persona, que puede incluir exámenes médicos, psicológicos y psiquiátricos7. Solo después de una investigación diligente y con certeza moral de que la persona está realmente poseída por un demonio, el exorcista puede proceder con el rito, preferiblemente con el consentimiento del afligido2. La determinación final de la posesión demoníaca la hace la Iglesia, no la auto-diagnosis7.
Signos que pueden indicar posesión demoníaca incluyen hablar en lenguas desconocidas o entenderlas, revelar cosas distantes y ocultas, y manifestar fuerzas superiores a la naturaleza de la edad o condición2. Sin embargo, estos signos no son necesariamente prueba de origen diabólico, y se deben considerar otros factores, especialmente de orden moral y espiritual, como una aversión vehemente a Dios, al Santísimo Nombre de Jesús, a la Santísima Virgen María y a los Santos, a la Iglesia, a la Palabra de Dios, a los sacramentos y a las imágenes sagradas2.
El Rito del Exorcismo Mayor
El ritual del exorcismo mayor, tal como se presenta en el De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), consta de varias etapas y elementos7:
Preparación: El exorcismo, si es posible, debe realizarse en un oratorio u otro lugar adecuado, apartado de la multitud, donde destaque una imagen del Crucifijo y de la Santísima Virgen María8. Se debe guardar discreción y evitar cualquier tipo de espectáculo, especialmente ante los medios de comunicación social2,9.
Inicio del Rito: Comienza con la aspersión de agua bendita, que sirve como recuerdo de la purificación recibida en el Bautismo y defiende al afligido de las asechanzas del enemigo9.
Oraciones y Lecturas: Sigue una letanía, invocando la misericordia de Dios por intercesión de todos los Santos9. Después de la letanía, el exorcista puede recitar salmos que imploran la protección del Altísimo y exaltan la victoria de Cristo sobre el Maligno9. La proclamación del Evangelio es un signo de la presencia de Cristo, quien sana las enfermedades humanas a través de su palabra9.
Gestos Litúrgicos: El exorcista impone las manos sobre el afligido, invocando la virtud del Espíritu Santo para que el diablo salga de quien, por el Bautismo, se ha convertido en templo de Dios9. También puede exsuflar hacia el rostro del afligido9.
Renovación de la Fe: Se recita el Símbolo de la Fe o se renueva la promesa de la fe bautismal con la renuncia a Satanás9. Le sigue la Oración del Señor, el Padrenuestro, implorando a Dios que nos libre del Mal9,10,4.
Fórmulas de Exorcismo: El exorcista muestra la cruz al afligido, signo del poder de Cristo sobre el diablo, y hace la señal de la cruz sobre él8. Luego, pronuncia una fórmula deprecatoria (rogando a Dios) y una fórmula imperativa (adjurando directamente al diablo en nombre de Cristo para que se retire)8. La fórmula imperativa no debe usarse sin la deprecatoria previa, aunque la deprecatoria puede usarse sola8.
Repetición y Conclusión: Estos pasos pueden repetirse según sea necesario, hasta que el afligido sea completamente liberado8. El rito concluye con un cántico de acción de gracias, una oración y una bendición8.
Es importante que los fieles presentes oren fervientemente por el hermano afligido, ya sea en privado o según las indicaciones del rito, absteniéndose de usar cualquier fórmula de exorcismo, ya que estas están reservadas al exorcista7,11.
La Lucha Espiritual y la Oración de Liberación
La Iglesia enseña que la batalla contra el espíritu del mal se gana como Jesús la ganó en el desierto: golpeando con la palabra de Dios12. Jesús nunca dialogó con el diablo, sino que lo expulsó o condenó, respondiendo con la Palabra de Dios12. Por ello, los fieles no deben conversar con el diablo; ante las tentaciones, deben elevar su corazón al Señor, orar a la Virgen María y desterrar al diablo como Jesús enseñó12.
Aunque solo los sacerdotes autorizados pueden realizar el exorcismo mayor, todos los fieles son llamados a la oración para ser librados del mal5. La oración de liberación no es lo mismo que un exorcismo mayor. Los pastores pueden recordar a los fieles el papel de los sacramentos y la intercesión de la Santísima Virgen María, los Ángeles y los Santos en la batalla espiritual contra los espíritus malignos5. El Rituale Romanum contiene oraciones de exorcismo que deben permanecer separadas de los servicios de curación, litúrgicos o no litúrgicos, y está absolutamente prohibido insertarlas en la Misa, los sacramentos o la Liturgia de las Horas13.
La Iglesia aconseja que el fiel afligido ore a Dios, practique la mortificación, renueve frecuentemente la fe de su Bautismo, y acceda a menudo al sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía8. Los padres, amigos, confesor o director espiritual pueden ayudar en la oración8.
Precaución y Discernimiento
La Iglesia siempre ha ejercido cautela al evaluar a individuos que afirman estar afligidos, para no llamar innecesariamente la atención sobre las maquinaciones del diablo o darle crédito donde no lo hay7. El Concilio de Trullo (692 d.C.) incluso dictaminó que aquellos que fingen estar poseídos por el diablo deben ser castigados14. La prudencia y la reserva son exigidas, y se debe dejar espacio para la investigación y sus hallazgos3.
La posesión diabólica es permitida por Dios debido a una vida pecaminosa y no arrepentida, o por otras razones, como la disposición de una persona a volverse física o psicológicamente dependiente de «las artimañas del Maligno»15. Sin embargo, incluso si el diablo obtiene poder sobre el cuerpo y la voluntad de una persona poseída, nunca puede borrar la imagen de Dios en ellos15. Así, mediante las oraciones de la Iglesia, el poseído siempre puede ser liberado del poder del diablo15.
Conclusión
El rito de exorcismo es una expresión profunda de la fe de la Iglesia en el poder de Jesucristo sobre el mal1. No es un acto mágico, sino una oración autoritativa y un ministerio de liberación que requiere una seria preparación, discernimiento y la autoridad eclesial2. A través de este rito, la Iglesia continúa la misión de Cristo de liberar a la humanidad de la esclavitud del pecado y del poder del Maligno, reafirmando la primacía de la gracia divina y la importancia de la vida sacramental y la oración en la lucha espiritual.
Citas
Sección segunda los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1673. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 12. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
La liturgia revisada, Congregación para la Doctrina de la Fe. Fe cristiana y demonología (1975). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Capítulo cinco - Combate y vigilancia - Más que un mito, Papa Francisco. Gaudete et exsultate, § 160 (2018). ↩ ↩2
Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta a los Ordinarios sobre las normas del Exorcismo (1985). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Parte segunda - La oración de la Iglesia - II. La oración de la comunidad eclesial - D. Oraciones ocasionales especiales, bendiciones y consagraciones - 3. Exorcismo, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 522 (2016). ↩
Preguntas sobre el exorcismo - ¿Qué ritos, si los hay, de este texto pueden ser realizados por los fieles laicos? , Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Exorcismo (2023). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
V, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 14. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
IV, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 13. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Oratio dominica, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 33. ↩
VI, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 15. ↩
Papa Francisco. Audiencia General del 25 de septiembre de 2024 - Ciclo de Catequesis. El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al pueblo de Dios hacia Jesús, nuestra esperanza. 7. Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto. El Espíritu Santo, nuestro aliado en la lucha contra el espíritu del mal (2024). ↩ ↩2 ↩3
II. Normas disciplinarias, Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre las oraciones para la curación, § 2000 (2000). ↩
Concilio de Trullo (A.D. 692) - Canon 60, Documento del Concilio. Concilio de Trullo (A.D. 692), §Canon 60 (692). ↩
Parte segunda - La oración de la Iglesia - II. La oración de la comunidad eclesial - D. Oraciones ocasionales especiales, bendiciones y consagraciones - 3. Exorcismo, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 523 (2016). ↩ ↩2 ↩3