Ritos hispanos históricos
Los ritos hispanos históricos se refieren a las tradiciones litúrgicas distintivas que se desarrollaron y fueron utilizadas en la Península Ibérica (España y Portugal) desde los primeros siglos del cristianismo hasta la adopción generalizada del Rito Romano. Principalmente conocido como el Rito Hispano-Mozárabe, esta liturgia representa una rica expresión de la fe católica, forjada a través de períodos de dominio romano, visigodo y mozárabe. Aunque en gran parte fue suplantado por el Rito Romano, ha sido preservado en ciertos lugares, como la Catedral de Toledo y la Catedral de Salamanca, y ha sido objeto de revitalización conforme a las directrices del Concilio Vaticano II.
Tabla de contenido
Origen y Desarrollo Temprano
El Rito Hispano-Mozárabe, también conocido como Rito Visigótico o Toledano, se utilizó de manera generalizada en España y Portugal desde los primeros tiempos conocidos hasta finales del siglo XI1. El nombre «Mozárabe» surgió porque, tras su abolición en la España cristiana, el rito continuó siendo practicado por los cristianos bajo dominio musulmán, quienes eran llamados Mozárabes1. Este término, que significa «arabizado» o «naturalizado árabe», se aplicaba a las personas que usaban el rito en su período posterior, no al rito en sí, el cual no muestra influencia árabe1.
La liturgia hispana es el resultado del trabajo de varias generaciones de Padres y Pastores ibéricos, quienes crearon un patrimonio doctrinal y espiritual adecuado a las necesidades pastorales y la sensibilidad de la gente de esas regiones2. Entre las personalidades que contribuyeron a su formación se encuentran San Isidoro de Sevilla, San Eugenio, San Ildefonso y San Julián de Toledo, San Justo de Urgel y San Conancio de Palencia2. Estos líderes se esforzaron por expresar la fe cristiana a través de formas litúrgicas que defendían la fe de las ofensivas arrianas y, más tarde, del dominio musulmán2.
Aunque su origen exacto aún se debate, se considera un rito puramente occidental. Se cree que su estructura general y muchas ceremonias fueron importadas de Italia (probablemente de Roma), mientras que las lecturas, oraciones e himnos fueron obra de obispos y doctores españoles, con adiciones de África y la Galia1.
Influencias y Evolución
El rito experimentó un período de desarrollo significativo durante el siglo VII bajo la dirección de San Isidoro de Sevilla, quien fue una figura clave en el Concilio de Toledo (657-67)1. A él se le atribuyen ciertas misas, y a San Julián de Toledo (680-90) se le atribuye la revisión de libros litúrgicos y la adición de oraciones e himnos1.
La Península Ibérica, que primero fue romana y luego visigoda antes del período mozárabe, desarrolló una liturgia peculiar similar a la de otras comunidades eclesiales, como las Iglesias de Oriente y la Iglesia Ambrosiana2. De hecho, la antigua liturgia hispana posee más elementos de las liturgias orientales que otras liturgias occidentales antiguas, especialmente el Rito Romano3. Esto incluye antífonas griegas, el himno del Trisagion (en griego y latín), y cantos iniciales de Misa de origen jerosolimitano y bizantino para festividades como la Epifanía y Pentecostés3.
En el año 538, el obispo Profuturo de Braga consultó al Papa Vigilio sobre asuntos litúrgicos, y la respuesta del Papa mostró la primera influencia del Rito Romano en España4. En 561, el Sínodo de Braga impuso el ritual de Vigilio en todo el reino suevo, dando lugar a un rito «mixto» (romano y galicano)4. Sin embargo, después de que los visigodos conquistaran a los suevos (577-584), la Iglesia de Toledo rechazó los elementos romanos e insistió en la uniformidad del Rito Galicano puro4.
Declive y Preservación
Tras la invasión musulmana que comenzó en el año 710, los cristianos españoles tuvieron poco tiempo para mejorar sus liturgias, y pocas adiciones se hicieron al rito entre los siglos VIII y XI1. A finales del siglo VIII, el Rito Hispano cayó bajo sospecha debido a citas utilizadas por Elipando de Toledo para apoyar sus teorías Adopcionistas, y el Concilio de Fráncfort (794) expresó cierto desdén por una posible influencia musulmana1. Sin embargo, en 924, el Papa Juan X envió un legado a Santiago para examinar el rito, y tras un informe favorable, el Papa le dio una nueva aprobación, cambiando únicamente las Palabras de Consagración al uso romano1.
La política centralizadora de los Papas de los siglos X y XI promovió la uniformidad litúrgica en Occidente5,1. En 1064, el Cardenal Hugo Cándido fue enviado por el Papa Alejandro II para abolir el rito español, y aunque hubo resistencia, el Rito Romano fue introducido gradualmente en los reinos cristianos1. Alfonso VI, rey de Castilla y León, apoyó la introducción del Rito Romano en 1077, a pesar de la resistencia de sus súbditos y de «juicios de Dios» (como duelos y pruebas de fuego) que favorecieron el rito toledano1.
Cuando Toledo fue reconquistada en 1085, la cuestión de los ritos resurgió. Los cristianos mozárabes de Toledo se resistieron al cambio. Finalmente, se llegó a un compromiso: todas las nuevas iglesias usarían el Rito Romano, pero en seis antiguas iglesias de la ciudad, el Rito Hispano-Mozárabe podría continuar1.
En el siglo XVI, el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, Arzobispo de Toledo, llevó a cabo una revisión y edición impresa de los libros litúrgicos hispano-mozárabes6. Gracias a esto, el rito se ha conservado hasta nuestros días en siete parroquias de Toledo y, especialmente, en la Capilla del Corpus Christi de la Catedral de Toledo, así como en una capilla de la Catedral de Salamanca6.
El Rito Hispano-Mozárabe en la Actualidad
Actualmente, el Rito Hispano-Mozárabe se celebra diariamente en la Capilla Mozárabe de la Catedral de Toledo y una o dos veces al año en la Capilla de San Salvador o Talavera en la antigua catedral de Salamanca1. Aunque el misal y el breviario fueron publicados por Cisneros, los servicios del Ritual y Pontifical no se imprimieron en su momento, por lo que en todos los sacramentos, excepto la Eucaristía, y en los oficios ocasionales, los mozárabes siguen el Rito Romano1. Sin embargo, el Canto Melódico o Eugeniano, atribuido a San Eugenio II de Toledo, todavía se alterna con el canto gregoriano en los graduales de la Misa (excepto en los feriales) y ciertos himnos se cantan con estas melodías1.
El Concilio Vaticano II declaró que la Iglesia Católica atribuye igual derecho y dignidad a todos los ritos legítimamente reconocidos, deseando preservarlos y fomentarlos7. En obediencia a estas directrices conciliares, se llevó a cabo un trabajo de revisión de la liturgia hispano-mozárabe para restaurar su antigua belleza y esplendor6,8. El Papa Juan Pablo II presidió la celebración de la Eucaristía en el Rito Hispano-Mozárabe en 1992 y nuevamente en 2000, destacando la importancia de este rito como una realidad eclesial y cultural que no debe ser olvidada para comprender las raíces de la espiritualidad cristiana en el pueblo español9,6,10.
Ritos Latinos en la Iglesia Católica
El Rito Hispano-Mozárabe es uno de los diversos ritos latinos existentes en la Iglesia Católica. Estos ritos, que incluyen principalmente el Rito Romano, pero también otros como el Rito Ambrosiano y los ritos de ciertas órdenes religiosas, son expresiones legítimas de la fe católica7. La Iglesia sostiene que todos los ritos reconocidos tienen igual derecho y dignidad y deben ser preservados y fomentados7.
Cada rito, incluido el Rito Hispano-Mozárabe, tiene una lengua original que le confiere su identidad histórica11. Para el Rito Romano, el latín es la lengua oficial, y las ediciones típicas de sus libros litúrgicos se publican en latín11. Esta adhesión a las lenguas y fórmulas utilizadas por generaciones anteriores es un elemento importante de la psicología humana en asuntos religiosos, ya que las personas tienden a aferrarse a lo que recibieron desde el principio11.
Conclusión
Los ritos hispanos históricos, particularmente el Rito Hispano-Mozárabe, representan una parte invaluable del patrimonio litúrgico de la Iglesia Católica. Su desarrollo en la Península Ibérica, influenciado por diversas culturas y desafíos, culminó en una expresión única de la fe. A pesar de la eventual predominancia del Rito Romano, la perseverancia de comunidades en Toledo y Salamanca, junto con la revitalización moderna impulsada por el Concilio Vaticano II, asegura que esta venerable tradición continúe enriqueciendo la vida litúrgica de la Iglesia. El Rito Hispano-Mozárabe es un testimonio de la unidad de la fe católica en la legítima diversidad de sus muchas expresiones históricas y geográficas9.
Citas
Rito mozárabe, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Rito mozárabe. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16
Papa Juan Pablo II. 28 de mayo de 1992: Misa del Rito Hispano-Mozárabe - Homilía, § 4 (1992). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Influencias orientales en la liturgia hispana, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, § Influencias orientales en la liturgia hispana (2015). ↩ ↩2
Liturgia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Liturgia. ↩ ↩2 ↩3
El rito romano, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §El rito romano. ↩
Papa Juan Pablo II. 28 de mayo de 1992: Misa del Rito Hispano-Mozárabe - Homilía, § 5 (1992). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Sección primera: la economía sacramental, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1203. ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. 28 de mayo de 1992: Misa del Rito Hispano-Mozárabe - Homilía, § 6 (1992). ↩
Papa Juan Pablo II. A los peregrinos del Jubileo (16 de diciembre de 2000) - Discurso, § 2 (2000). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. 28 de mayo de 1992: Misa del Rito Hispano-Mozárabe - Homilía, § 7 (1992). ↩
B2. Diferentes ritos en la Iglesia, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Discurso principal del Card. Arinze, Prefecto, en la Conferencia Litúrgica Gateway (St. Louis - Misuri, 11 de noviembre de 2006), § 2 (2006). ↩ ↩2 ↩3