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Sacramento de la unción de los enfermos

El Sacramento de la Unción de los Enfermos es un sacramento de curación en la Iglesia Católica, destinado a conferir una gracia especial a los cristianos que atraviesan dificultades debido a una enfermedad grave o la vejez. Este sacramento no es solo para aquellos al borde de la muerte, sino que busca fortalecer a la persona enferma en cuerpo y alma, fomentando la confianza en Dios y brindando consuelo frente a las tentaciones y el miedo a la muerte. A través de la imposición de manos, la unción con aceite bendecido y las oraciones del sacerdote, se busca la sanación completa de la persona, tanto física como espiritual, uniéndola a la pasión redentora de Cristo.

Tabla de contenido

Origen y Fundamentos Bíblicos

El Sacramento de la Unción de los Enfermos tiene sus raíces en el ministerio de Jesús y en la práctica de la Iglesia Apostólica, tal como se documenta en las Sagradas Escrituras1,2.

El Ministerio Sanador de Jesús

Jesús, durante su vida terrenal, demostró una profunda compasión por los enfermos y realizó numerosas curaciones de diversas dolencias, lo cual era un signo claro de que «Dios ha visitado a su pueblo»3. Estas curaciones no solo manifestaban su poder divino, sino que también revelaban cómo, por medio del Espíritu Santo, arrebataba el poder de Satanás sobre la humanidad y restauraba el Reino de Dios4. La sanación de los enfermos por parte de Jesús siempre estuvo ligada a la fe3. Por ejemplo, al curar al paralítico, Jesús explicó que el milagro tenía el propósito de que se supiera que el Hijo del Hombre tiene autoridad para perdonar los pecados5.

La Práctica Apostólica

La Iglesia Católica enseña que este sacramento fue instituido por Cristo y es aludido en el Evangelio de Marcos (Mc 6,13)6. Sin embargo, su promulgación a los fieles se encuentra de manera explícita en la Epístola de Santiago, que constituye el fundamento bíblico principal del sacramento3,6,7,2:

«¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados» (Santiago 5, 14-15)7,8,9.

Este pasaje subraya la importancia de la fe en la oración y la unción, así como la conexión entre la sanación física y el perdón de los pecados10. La Iglesia, a lo largo de los siglos, ha identificado en este texto los elementos esenciales del sacramento: el sujeto (el fiel gravemente enfermo), el ministro (solo el sacerdote), la materia (la unción con aceite bendecido), la forma (la oración del ministro) y los efectos (la gracia salvífica, el perdón de los pecados y el alivio del enfermo)2.

Propósito y Efectos del Sacramento

El Sacramento de la Unción de los Enfermos tiene como propósito principal la concesión de una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes a una enfermedad grave o la vejez11. Este sacramento es un medio por el cual la Iglesia continúa el ministerio de Jesús de cuidar a los enfermos1.

Gracia del Espíritu Santo y Fortalecimiento

A través de la imposición de manos, la unción con aceite y las oraciones, se otorga una nueva gracia: la gracia del Espíritu Santo12. Esta gracia tiene múltiples efectos:

Configuración con Cristo y Preparación para la Vida Eterna

La Unción de los Enfermos es un sacramento de curación que, además de la restauración de la imagen de Dios en el creyente, también fomenta la perfección de esa imagen al unir al cristiano con Cristo13. Al recibir este sacramento, el enfermo se une a la pasión de Cristo, consagrándose de alguna manera a dar fruto por la configuración con la pasión redentora del Salvador13.

Este sacramento también ofrece consuelo y gracia particulares a aquellos que están cerca de la muerte, preparándolos para afrontar este momento final de la vida terrenal con fe viva en el Salvador Resucitado y firme esperanza en la Resurrección12. Completa la conformidad del creyente con la muerte y resurrección de Cristo, iniciada en el Bautismo, y fortifica el final de la vida terrenal como un «baluarte sólido para las luchas finales antes de entrar en la casa del Padre»3.

Posible Restauración de la Salud Física

Aunque el propósito principal es espiritual, la restauración de la salud física puede seguir a la recepción de este sacramento, si esto es beneficioso para la salvación del enfermo12,6. La Iglesia ora explícitamente por la curación del cuerpo, el alma y el espíritu, y la liberación de toda aflicción14,15,8.

¿Quién puede recibirlo y cuándo?

El Sacramento de la Unción de los Enfermos no es exclusivamente para aquellos que están a punto de morir, una percepción que llevó a su antiguo nombre de «Extremaunción»6,16.

Criterios para la Recepción

La Iglesia anima a los enfermos y ancianos a no esperar hasta el punto de la muerte para solicitar el sacramento y buscar su gracia12. El momento apropiado para recibirlo llega tan pronto como cualquier fiel comienza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez6.

Esto significa que el sacramento puede ser recibido por:

El Papa Francisco ha destacado que el término «Unción de los Enfermos» ayuda a ampliar la visión para incluir la experiencia de la enfermedad y el sufrimiento dentro del horizonte de la misericordia de Dios, en lugar de limitarlo únicamente al momento de la muerte16.

Ministro del Sacramento

El ministro propio y exclusivo del Sacramento de la Unción de los Enfermos es el sacerdote6,13,2. Esto se basa en la interpretación tradicional del pasaje de Santiago 5, 14-15, donde se menciona a los «presbíteros de la Iglesia»7,2. La teología católica ha identificado en estas palabras a aquellos que, mediante la imposición de manos, han sido ordenados por el Espíritu Santo para cuidar a la Iglesia de Dios2.

La Congregación para la Doctrina de la Fe ha reafirmado esta doctrina, advirtiendo contra las tendencias teológicas que han puesto en duda la enseñanza de que «todo y solo el sacerdote» es el ministro de este sacramento. Estas tendencias, a menudo motivadas por preocupaciones pastorales en regiones con escasez de sacerdotes, buscan delegar la administración a diáconos permanentes o incluso laicos cualificados. Sin embargo, la Iglesia sostiene que tales prácticas irían en detrimento de la fe y causarían un grave daño espiritual a los enfermos2.

El Rito de la Unción de los Enfermos

El rito del Sacramento de la Unción de los Enfermos se compone de varios elementos significativos que expresan su profundo significado espiritual.

Elementos del Rito

Simbolismo del Aceite y el Vino

El Papa Francisco ha comparado el rito con la parábola del Buen Samaritano, donde el samaritano cuida al hombre herido vertiendo aceite y vino en sus heridas16.

El Sacramento en la Tradición de la Iglesia

La doctrina de la Unción de los Enfermos ha sido expuesta en diversos documentos de los Concilios Ecuménicos, como el Concilio de Florencia, el Concilio de Trento y el Concilio Vaticano II6.

Concilio de Trento

El Concilio de Trento declaró la institución divina del sacramento y explicó sus efectos, afirmando que la gracia del Espíritu Santo quita los pecados y sus remanentes, alivia y fortalece el alma del enfermo, infundiéndole gran confianza en la misericordia divina. También reconoció la posibilidad de recuperar la salud corporal si esto fuera conveniente para la salvación del alma6. Este concilio también confirmó que el sacerdote es el ministro propio del sacramento6.

Concilio Vaticano II

El Concilio Vaticano II enfatizó que la Unción de los Enfermos no es solo un sacramento para quienes están al borde de la muerte, sino que puede ser administrado a cualquier fiel que comience a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez6. Además, destacó que con este sacramento, la Iglesia encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado, pidiendo que alivie su sufrimiento y los salve, y los exhorta a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo para el bien de todo el Pueblo de Dios6.

Conclusión

El Sacramento de la Unción de los Enfermos es una manifestación profunda de la compasión de Cristo y de la solicitud de la Iglesia por aquellos que sufren a causa de la enfermedad o la vejez. No es un adiós, sino un encuentro con la gracia de Dios que fortalece, consuela, perdona y, si es su voluntad, sana. A través de este sacramento, los fieles son unidos más íntimamente a la pasión de Cristo, transformando su sufrimiento en una ofrenda redentora y preparándolos para la vida eterna con una fe renovada y una esperanza firme en la resurrección. Es un recordatorio de que, incluso en la debilidad, la presencia de Cristo nos acompaña y nos sostiene.

Citas

  1. Papa Juan Pablo II. A los enfermos, ancianos y minusválidos en Wellington (23 de noviembre de 1986) - Discurso, § 4 (1986). 2

  2. Comentario, Congregación para la Doctrina de la Fe. Nota sobre el ministro del Sacramento de la Unción de los Enfermos (2005). 2 3 4 5 6 7

  3. Sacramentos de curación: Reconciliación y unción - II. El sacramento de la unción, Penitenciaría Apostólica. Discurso del Card. James Francis Stafford con ocasión de la Conferencia General Anual de la 'Society for Catholic Liturgy' (2006). 2 3 4

  4. Capítulo XII - Unción de los enfermos - 91. La curación de los enfermos, signo de la llegada del reino, Congregación para las Iglesias Orientales. Instrucción para la aplicación de las prescripciones litúrgicas del Código de Cánones de las Iglesias Orientales, § 91 (1996).

  5. Capítulo XII - Unción de los enfermos - 92. El significado del sacramento, Congregación para las Iglesias Orientales. Instrucción para la aplicación de las prescripciones litúrgicas del Código de Cánones de las Iglesias Orientales, § 92 (1996). 2 3 4

  6. Papa Pablo VI. Sacram Unctionem Infirmorum (1972). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  7. Sección II los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1526. 2 3 4

  8. Papa Juan Pablo II. Unción de los Enfermos en la Catedral de Southwark (28 de mayo de 1982) - Discurso, § 4 (1982). 2 3 4 5

  9. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Santiago 5.

  10. Papa Benedicto XVI. 11 de febrero de 2010: Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes - 18.ª Jornada Mundial del Enfermo, § 11 de febrero de 2010: Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes - 18.ª Jornada Mundial del Enfermo (2010).

  11. Sección II los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1527. 2 3

  12. Papa Juan Pablo II. A los enfermos, ancianos y minusválidos en Wellington (23 de noviembre de 1986) - Discurso, § 5 (1986). 2 3 4 5 6 7 8 9 10

  13. Unción de los enfermos y realismo sacramental, Romanus Cessario, O.P. Unción de los Enfermos: La Santificación del Sufrimiento Humano, § 4. 2 3 4

  14. I. Aspectos doctrinales - 2. El deseo de curación y la oración para obtenerla, Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre las oraciones para obtener la curación, § 2000 (2000). 2 3

  15. Bendición del óleo de los enfermos, El Pontifical Romano. La Bendición de los Óleos y la Consagración del Crisma: Extractos (2016). 2

  16. Audiencia general del 26 de febrero de 2014, Papa Francisco. Audiencia General del 26 de febrero de 2014 (2014). 2 3 4 5 6